Un boicot doloroso pero necesario

18/11/2009 | Miguel Máiquez

Neve Gordon, en Los Angeles Times (20/8/2009):

Los periódicos israelíes han estado recogiendo a lo largo de todo el verano artículos respecto a una campaña internacional de boicot a Israel.

Se han retirado películas de festivales de cine israelíes, Leonard Cohen está siendo sometido a una presión muy intensa debido a su decisión de cantar en Tel Aviv, Oxfam ha roto sus relaciones con una famosa actriz británica que publicita cosméticos producidos en los Territorios ocupados. Con toda claridad, la campaña destinada a utilizar la misma táctica que colaboró a derribar el apartheid sudafricano cada vez concita más apoyos en todo el mundo. No sorprende que muchos israelíes, incluso entre los pacifistas, no se sumen a la campaña. Un boicot global podría incluir reminiscencias antisemitas. Además surge la cuestión del doble rasero. ¿Por qué no boicotear a China por sus violaciones de los derechos humanos? Es muy contradictorio boicotear a tu propio país. No es fácil para mí, como ciudadano israelí, pedirle a gobiernos extranjeros, autoridades regionales, movimientos sociales internacionales, sindicatos y ciudadanos que boicoteen a Israel.

Pero hoy, al mismo tiempo que veo a mis dos hijos pequeños jugar en el jardín, estoy convencido de que el boicot es el único modo en que Israel puede salvarse de sí mismo. Y lo digo porque hemos llegado a un cruce de caminos histórico y la crisis actual demanda medidas dramáticas. Digo esto como judío que ha elegido criar a sus hijos en Israel, que ha sido miembro del campo por la paz durante los últimos 30 años y que siente una gran ansiedad respecto al futuro de este país. […]

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