Lectura para el domingo

17/4/2011 | Miguel Máiquez
Fachada de un edificio en Bengasi, Libia, cubierta con fotografías de fallecidos en la lucha contra el régimen de Gadafi. Foto: Bernd Brincken / Wikimedia Commons

La comunidad libia de la zona rebelde, desbordada por las invisibles cicatrices mentales de la guerra. Pánico continuo, estrés, pérdida de percepción de la realidad, miedos nocturnos y volver a orinarse en la cama en el caso de los niños… Las consecuencias de la guerra en Libia van más allá de los muertos y los heridos. Los psicólogos en el hospital de Bengasi y en otras zonas tomadas por los rebeldes apenas dan abasto.

Misrata, antes y despúes. Dos imágenes de la ciudad libia de Misrata (o Misurata), escenario de los combates más intensos entre los rebeldes y las tropas leales a Gadafi. La primera, tomada estos días, muestra los devastadores efectos de la guerra; la segunda (un vídeo, en realidad), pertenece a la fiesta del ramadán del año pasado.

Un derramamiento de sangre respaldado por EE UU mancha la «primavera árabe» en Bahréin. Un duro e imprescindible artículo de Amy Goodman en Democracy Now! sobre la represión en Bahréin y la respuesta de Estados Unidos, aliado estratégico del país árabe.

La revuelta árabe no empezó este año en Túnez, sino en Líbano en 2005. En su columna del diario británico The Independent, Fisk sitúa el inicio del actual movimiento de protestas en los días que siguieron al asesinato del ex primer ministro libanés Rafiq Hariri, cuando cientos de miles de personas se manifestaron en Beirut para exigir la retirada de los 20.000 soldados sirios que permanecían aún en el país.

El paseo de Gadafi por las calles de Tripoli. El líder libio se da un perfectamente escenificado baño de masas en la capital del país, a bordo de un vehículo descapotable, sonriendo, saludando y alzando los brazos en señal de victoria. El vídeo está tomado de la televisión estatal libia, que asegura que el paseo tiene lugar en mitad de un bombardeo de la coalición internacional.

Ramala, 11 de abril. Las expectativas de los palestinos ante los primeros movimientos para una posible reconciliación entre Fatah (el partido que conforma la ANP, gobernante en Cisjordania) y Hamás (el movimiento islámico que detenta el poder en Gaza). En Nouvelles d’Orient, uno de los mejores blogs de Le Monde Diplomatique.

El ministro de Exteriores israelí, imputado por fraude y blanqueo de dinero. Magnífico perfil del ‘ultra’ Avigdor Lieberman, por Enric González: «[…] Vive en una colonia en los territorios palestinos ocupados, ha sido condenado por pegar a un niño (2001) y es aficionado a las declaraciones escalofriantes: ha propuesto, entre otras cosas, la “ejecución sumaria” de los diputados árabes israelíes, el ahogamiento de los presos palestinos en el mar Muerto y el bombardeo de la presa egipcia de Asuán. La jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, se reunió una vez con él y desde entonces se niega a repetir la experiencia. Su público, sin embargo, agradece su mezcla de franqueza, populismo y odio a los árabes. […]».

Inmigrantes atrapados en la «primavera árabe». La gran cantidad de trabajadores inmigrantes que quedaron en medio de los conflictos de Bahréin y Libia muestra la necesidad de crear políticas que defiendan sus derechos y no los intereses económicos de los países que exportan o importan mano de obra. Un reportaje de Simba Russeau (agencia IPS), ilustrado con fotografías de Emilio Morenatti.

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