Un año de ‘primavera’

17/12/2011 | Miguel Máiquez
Manifestantes contra el Gobierno en Túnez, el 23 de enero de 2011
Foto: M. Rais / Wikimedia Commons

El 17 de diciembre de 2010, hace hoy un año, Mohamed Buazizi, un joven de 26 años harto de una vida de constante humillación y sin expectativas, se inmoló a lo bonzo en la puerta de la sede del gobierno regional de Sidi Buzid, en Túnez.

Buazizi falleció el 4 de enero, y su muerte originó un movimiento solidario de protesta social entre los jóvenes pobres y en paro de su deprimida ciudad. La protesta se extendió y acabó provocando la histórica caída del presidente Zine el Abidine Ben Alí. Había nacido lo que en unos pocos meses será bautizada como «primavera árabe».

Los primeros días de la ‘primavera árabe’: disturbios en Sidi Buzid, Túnez, en un vídeo subido a YouTube el 19 de diciembre de 2010

Un año y miles de muertos después, han caído dictadores, están naciendo nuevos gobiernos, las urnas están dando más poder a los islamistas, se ha afianzado una forma global de protesta, y, sobre todo, se sigue luchando.

Este es un resumen, elaborado por la agencia Efe, de lo que ha ocurrido hasta ahora y de cómo está la situación, país por país, en los países de Oriente Medio y el Magreb:

Túnez

La revolución acabó el 14 de enero, con el abandono del poder por el presidente Zine al Abidín Ben Ali, que huyó a Arabia Saudí, después de permanecer 23 años en el Gobierno, en los que ganó cuatro elecciones con porcentajes de incluso el 99,91% de los sufragios. Las revueltas duraron unos diez días y hubo 347 muertos.

El proceso culminó el 23 de octubre con la celebración de comicios en las que participó el 54,1 por ciento de los electores. El ganador fue el movimiento islamista conservador Al Nahda, liderado por Hamadi Yabali, que obtuvo 89 de los 217 escaños de la Asamblea Constituyente. El 13 de diciembre tomó posesión el nuevo presidente, Moncef Marzuki, del centrista Consejo por la República y el 14 Yabali fue designado primer ministro.

Egipto

La revolución comenzó el 25 de enero con el «Día de la ira», en el que miles de manifestantes en El Cairo y otras ciudades egipcias convocados por Internet pedían reformas al régimen de Hosni Mubarak. Los manifestantes no querían que Mubarak se presentara a las elecciones ni que dirigiera la transición ni que colocara como sucesor a su hijo Gamal. Mubarak delegó el poder el 11 de febrero a una Junta Militar, fue hospitalizado en abril por una «crisis cardiaca» y, desde entonces, aparece en camilla en los juicios emprendidos contra él. Las revueltas iniciales se prolongaron durante 18 días y hubo al menos 846 muertos, según un informe de Amnistía Internacional (AI).

La primera fase de las elecciones se celebró los días 28 y 29 de noviembre en nueve provincias del país, entre ellas El Cairo y Alejandría con una tasa de participación del 52%. El Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes, fue el claro vencedor en el inicio de las elecciones legislativas egipcias, con un 40% de los votos, seguido de los salafistas del partido Al Nur (musulmanes ultraconservadores) con el 20%.

Libia

Las manifestaciones comenzaron de forma pacífica los días 15 y 16 de febrero en Bengasi, la segunda ciudad libia, por la detención de un activista de derechos humanos y en demanda de cambios democráticos al máximo dirigente del país, Muamar al Gadafi, en el poder durante 42 años.

El 27 de marzo la OTAN inició una campaña militar sobre Libia, semanas después de que las fuerzas leales al régimen comenzaran a acorralar a los grupos de insurgentes del país. La guerra duró ocho meses. La revuelta degeneró en guerra civil que terminó con el anuncio rebelde el 20 de octubre de la muerte de Gadafi en Sirte, su localidad natal. Las víctimas del conflicto se cifraron en 25.000 muertos y el doble de heridos, según el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafá Abdul Jalil.

El CNT gobierna el país desde entonces, presidido por Mustafá Abdul Jalil y se han convocado elecciones, previstas inicialmente para junio de 2012.

Siria

Las protestas se iniciaron el día 15 de marzo, cuando miles de personas se concentraron en las principales ciudades en respuesta a la convocatoria por Facebook de un «Día de la Ira» y con el eslogan «Una Siria sin tiranía, ni ley de emergencia», en vigor desde 1963. El 21 de abril el presidente Bachar al Asad derogó el estado de emergencia, que otorgaba amplios poderes a las fuerzas de seguridad para reprimir a los manifestantes.

Sin embargo, la represión de las protestas fue brutal y, casi nueve meses después, la ONU cifró en más de 5.000 los muertos, más de 300 de ellos menores de edad. La comunidad internacional mantiene fuertes sanciones económicas contra el régimen. La alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navy Pillay, advirtió de que el país se dirige a una guerra civil.

Yemen

Las manifestaciones comenzaron el 27 de enero para exigir que el presidente Abdulá Saleh no se presentara a la reelección en el país más pobre de la península arábiga. La represión de las manifestaciones causó cientos de muertos y heridos durante meses.

Finalmente, ya en el exilio, el presidente Saleh firmó el 23 de noviembre en Riad una iniciativa de reconciliación nacional que prevé una transición de dos años durante los cuales se enmendará la Constitución y se prepararán elecciones.

Bahréin

Las manifestaciones comenzaron el 14 de febrero protagonizadas por la mayoría chií que demandaba a la minoría suní que gobierna el país -el monarca Hamad bin Isa al Jalifa- la instauración de una monarquía parlamentaria con una Constitución que permita al pueblo elegir un gobierno y un Parlamento independientes.

En las revueltas se han producido más de 40 muertos. Las autoridades destruyeron el 18 de marzo el monumento a la Perla en la emblemática plaza de Manama que llevaba ese nombre después de que se convirtiera en símbolo de las protestas antigubernamentales.

Marruecos

Las protestas empezaron a mediados de febrero con manifestaciones convocadas en las redes sociales en reclamo de una Constitución democrática, en la que el rey sea soberano, pero no detente el poder Ejecutivo. El rey Mohamed VI respondió con la reforma de la Constitución y nuevas normas para reforzar la figura del primer ministro como «presidente de un poder ejecutivo efectivo».

Una nueva Carta Magna fue aprobada el pasado 1 de julio en referéndum con el 98,50 por ciento de los votos y una tasa de participación del 73,46% del votos.

Se celebraron elecciones el 25 noviembre, que fueron ganadas por el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), con 107 de los 295 escaños del Parlamento. Y el 29 de noviembre el rey Mohamed VI nombró al secretario general del PJD, Abdelilah Benkirán, primer ministro.

Jordania

Las manifestaciones empezaron el 28 de enero, y aún continúan, en demanda de reformas políticas y económicas en varias ciudades del país. El rey Abdalá II cesó el 1 de febrero al Ejecutivo del primer ministro Samir Rifai, y le sustituyo por Maaruf Bajit.

Las protestas continuaron y el 17 de octubre el soberano hachemí cesó a Bajit y le sustituyó en el cargo por Aun Jasawneh, exjuez de la Corte Penal Internacional, y le encargó acelerar las reformas políticas.

El pasado 18 de noviembre miles de jordanos salieron a las calles de las principales ciudades para pedir al nuevo primer ministro que cumpla sus promesas de acelerar las reformas y luchar contra la corrupción, así como una nueva ley electoral que garantice una representación proporcional en el Parlamento.

Argelia

Las protestas comenzaron el 12 de febrero para pedir que el gobierno derogara el «estado de emergencia» que regía el país desde hacía 19 años. Dicha ley había sido decretado el 9 de febrero de 1992 por presión del Ejército, tras el intento de insurrección por el Frente Islámico de Salvación (FIS), en protesta por la anulación de las legislativas, cuya primera ronda había ganado por mayoría.

Las recientes protestas se diluyeron tras la derogación de dicho estado de emergencia el 24 de febrero.


Con información de la agencia Efe