El alcance del atentado en Beirut

19/10/2012 | Miguel Máiquez

El jefe de inteligencia de la policía del Líbano, Wissam al Hassan, murió este viernes en un brutal atentado con coche bomba en Beirut. En el ataque, que tuvo lugar cerca de la popular plaza Sassine, en el barrio cristiano de Asrafiyeh, murieron también al menos otras dos personas, y más de 70 resultaron heridas. Algunas fuentes elevan el número total de muertos a ocho. El coche bomba explosionó 10 minutos antes de las tres de la tarde, hora local, cuando los niños salían de los colegios y muchos trabajadores regresaban a sus casas. El general Hassan, un musulmán suní, era cercano a Saad Hariri, el jefe de la oposición libanesa, hostil al régimen sirio.


Foto: Una mujer herida es evacuada del lugar donde explotó el coche bomba, en el barrio cristiano de Asrafiyeh, en Beirut. (Hasan Shaaban / Reuters)


La inestabilidad ha aumentado en los últimos meses en el Líbano como consecuencia del contagio de la crisis en Siria, con atentados y enfrentamientos entre partidarios y detractores del régimen de Damasco. El principal temor ahora es que el atentado de este viernes pueda inaugurar un nuevo periodo de violencia política contra personalidades antisirias, como el que sacudió el país entre 2004 y 2008.

Por el momento, se desconoce la autoría del atentado, aunque Saad Hariri ha acusado directamente a Siria. Preguntado sobre a quién consideraba responsable del ataque, Hariri dijo: «Bashar Hafez al Asad».

Zona cerca de la plaza Sassine, en Beirut, momentos después del atentado que acabó con la vida del jefe de inteligencia de la policía de Líbano, Wissam al Hasan. Vídeo: The Daily Star Lebanon / Wikimedia Commons

A continuación, una selección de opiniones y análisis escritos tras el atentado en Beirut:

Mónica García Prieto, en Cuarto Poder:

Desde que la revolución siria tornó en guerra civil, se temía un regreso de los atentados políticos que marcaron la vida en el país del cedro entre 2004 (cuando el entonces ministro de Información, Marwan Hamade, salió indemne) y hasta 2008, cuando un amago de guerra civil entre los seguidores del bloque del 14 de Marzo, antisirio, y los del 8 de Marzo, prosirio, se dirimió con un acuerdo de paz gestado por Catar que puso fin a un enfrentamiento de 70 muertos. Aquella cadena de atentados, de los que el 14 de Marzo acusaba a Damasco y el 8 de Marzo a Israel, cesaron por completo.

Hasta esta misma tarde. Como aquellos coches bomba, el ataque de hoy no ha sido reivindicado, pero son muchas y muy antiguas las sospechas de que Siria podría, de verse acorralado, exportar la guerra al vecino Líbano –donde convergen los intereses de Arabia Saudí, Francia e Irán entre otros muchos países- para aliviar la presión contra su régimen.

En el Líbano, los seguidores del 8 de Marzo (encabezado por Hizbulá y hoy mayoría parlamentaria con el apoyo druso) creen en la teoría conspirativa aireada por el presidente sirio, Bashar Assad, que acusa de la insurrección a agentes extranjeros, mientras que los fieles del 14 de Marzo, mayoritariamente suní, sufren con la suerte de sus primos sirios, bombardeados por el régimen. La división se ha profundizado en los últimos meses tras la constatación de que militantes de Hizbulá combaten en territorio sirio, y tras el afianzamiento de la presencia del Ejército Libre de Siria, la milicia desertora que planta cara a las fuerzas de Assad, en el norte del Líbano.

A pocos se les escapa que una explosión en un barrio suní, o en un barrio chií, habría desencadenado una guerra civil. No parece casual haber elegido el corazón cristiano para este ataque […].

Elias Muhanna, en Qifa Nabki:

Wissam al-Hassan era una de las principales figuras de la seguridad libanesa. Dirigía la sección de Información de las Fuerzas de Seguridad Internas y recientemente había sido el responsable de la detención de Michel Samaha, un exministro estrechamente relacionado con Siria, por una presunta conspiración para hacer estallar explosivos por todo el país y desatar el caos. La detención de Samaha fue vista como muy desestabilizadora en el país, porque Hassan era un hombre muy cercano a la coalición 14 de marzo [opositora, antisiria], mientras que a Samaha se le consideraba un «intocable», debido a sus lazos con Siria […]. La sección de Hassan en la policía ha sido descrita como un feudo independiente fuera ya del control civil. Hassan fue uno de los principales jefes de seguridad del ex primer ministro Rafiq Hariri.

Ramón Lobo, en Aguas Internacionales (El País):

La explosión devuelve al país al periodo negro entre 2005 y 2008 en el que perdieron la vida en atentados varias personalidades libanesas. Hassan estuvo en todas las investigaciones. Sus pesquisas señalaron en una dirección que genera enemigos: Siria y su aliado Hezbolá, el partido-guerrilla chií que es un Estado dentro del Estado. El atentado tuvo lugar en el barrio cristiano de Ashrafiyeh, una afrenta a esa comunidad y a la suní a la que pertenecia el jefe de espionaje. Nadie olvida la guerra civil: 15 años de matanzas que destruyeron económica, social y políticamente a uno de los países más estables de Oriente Próximo.

Max Fisher, en The Washington Post:

Si al final se confirmasen las especulaciones de que el régimen sirio está detrás del atentado, y de que ha asesinado intencionadamente a Hassan, ello supondría una escalada y una internacionalización del conflicto sirio.

David Kenner, en Foreign Policy:

Ante la revuelta Siria, el Líbano ha tratado de mantenerse en un estado de, en palabras del primer ministro, Najib Miqati, «disociación» (sin ofrecer apoyo al régimen de Asad, pero tampoco a los rebeldes). «Lo que está pasando en Siria es lamentable, pero no podemos llevar a nuestro país a algo similar», me dijo hace unas semanas en Beirut el exministro del Interior Ziad Baroud […]. «Hemos tenido nuestra parte durante años y sabemos lo que supone una guerra civil». [No obstante] esta fachada cuidadosamente construida ha presentado siempre varias grietas: Combatientes de Hezbolá son sospechosos de estar luchando en Siria al lado de Asad, y Okab Saqr, aliado de Hariri, está en Turquía trabajando para hacer llegar armas a los rebeldes […]. Ahora, todo este esfuerzo para mantener al Líbano apartado de la guerra en Siria puede venirse abajo.

As’ad AbuKhalil, en The Angry Arab:

Al-Hasan era el encargado por la inteligencia saudí de facilitar armas y financiación al Ejército Libre Sirio. Su nombre ha sido vinvulado al barco Lutfallah II, que fue interceptado cuando llevaba armas a los rebeldes sirios en el Líbano. El exguardaespaldas de Rafiq Hariri había ascendido rápidamente de rango y se había convertido en la cabeza de un aparato predominantemente suní de seguridad, que ha recibido decenas de millones en forma de fondos encubiertos procedentes de EE UU. Hasan llegó a ser uno de los sospechosos iniciales en el asesinato de Hariri, porque estaba ausente ese día y porque no tenía vínculos de larga duración con la inteligencia siria […].

Los medios de comunicación occidentales no van a ofrecer este otro ángulo de la historia: La sección de Inteligencia de Hasan ha sido la responsable de la captura de decenas de espías israelíes y terroristas en el Líbano.

Kim Sengupta y Loveday Morris, en The Independent:

Para la gente que se vio atrapada en la explosión, lo que importa es el coste humano del atentado, más allá del juego político. Claude Masin se quedó mirando a un edificio en llamas: «Esa era mi casa. No había nadie. Hemos tenido suerte». Lili y Ghaleb Nehme estaban durmiendo en su piso cuando estalló la bomba: «Era como si un avión se hubiese estrellado contra el edificio».

F. de Andrés, en ABC:

El atentado pretende, también, convertir la pugna entre partidos en una guerra religiosa entre suníes -hoy víctimas-, chiíes y cristianos para obtener réditos políticos, no sólo en beneficio de los dirigentes libaneses sino también de las potencias vecinas, en particular Siria, Irán e Israel.


Leer también:
» Asesinado el jefe del espionaje policial del Líbano, enemigo de Asad (Javier Espinosa, en El Mundo)
» Assassination of lauded, ‘polarizing’ intelligence official rocks Lebanon (Greg Botelho y Saad Abedine, en CNN)
» Beirut assassination heightens fears of Syrian violence embroiling Lebanon (Liz Sly y Ahmed Ramadan, en The Washington Post)
» Blast in Beirut Is Seen as an Extension of Syria’s War (Anne Barnard, en The New York Times)
» Syrian Crisis Inflames Lebanon-Syria Tensions as Lebanese Blame Assad for Bomb (PBS)
» Protests erupt across Lebanon after Beirut car bombing (Haaretz)
» «Que dejen a Líbano tranquilo» (Laura J. Varo, en El País)
» Imágenes del atentado, en L’Orient-Le Jour y El País