Pacto de supervivencia en Egipto

31/1/2013 | Miguel Máiquez

Las principales fuerzas políticas y sociales egipcias han dado este jueves un primer paso para tratar de resolver la grave crisis que atraviesa el país, en un encuentro auspiciado en El Cairo por la influyente universidad suní Al Azhar. Todas las partes –líderes islamistas y laicos, movimientos juveniles y representantes de las iglesias– han apostado por el diálogo y han condenado la reciente violencia, tras una semana de graves enfrentamientos entre opositores y fuerzas del orden que han provocado más de medio centenar de muertos, principalmente en Port Said, y han enturbiado el segundo aniversario de la revolución que derrocó al presidente Mubarak.

Los grupos opositores, no obstante, mantienen las protestas convocadas para este viernes contra el presidente, el islamista Mohamed Mursi. Aparte de los difícilmente evitables hechos aislados de violencia que puedan darse, lo que ocurra en estas manifestaciones puede ser un buen test para saber si las fuerzas sociales y políticas del país siguen controlando las protestas, o si la calle se mueve ya al margen de sus representantes.

El documento acordado insta a «la reconciliación» y a «la protección de la unidad nacional frente a las violencias sectarias y de los grupos armados», con el fin de cumplir «los valores supremos» de la revolución del 25 de enero de 2011. También subraya la necesidad de dialogar y de buscar un consenso, «especialmente en las situaciones críticas y de discrepancia». El acta indica que el deber del Estado es proteger la seguridad ciudadana y sus derechos y libertades constitucionales, pero que esto debe efectuarse en el marco del respeto a la ley y de los derechos humanos, «sin excesos».

Se trata de una declaración de intenciones muy general, y lo bastante poco concreta como para poder contentar a todas las partes. Pero el principal objetivo de la reunión no era acordar acciones específicas, o nuevas leyes, sino enfriar la tensión, condenar la violencia y alcanzar un terreno común desde el que establecer nuevos escenarios de diálogo a partir de ahora.

También parece existir un deseo de enfatizar el papel del Estado y de las instituciones como protagonistas de la transición egipcia, un aspecto importante ante la reciente aparición de grupos antisistema como los enmascarados del Black Bloc, que operan al margen y en contra del funcionamiento político tradicional. En este sentido, el ministro de Defensa, Abdel Fatah al Sisi, expresó el martes esta preocupación cuando dijo que la crisis actual puede llevar al «colapso del Estado».

Estos son, según publica el diario egipcio Al Ahram, los 10 puntos fundamentales del acuerdo:

1. Todas las leyes y religiones garantizan el derecho a la vida. Ninguna nación o sociedad que fracase en reconocer el carácter sagrado de la vida humana puede obtener beneficio alguno.

2. Es necesario distinguir entre acción política y acción violenta y criminal, destacando el carácter sacrosanto de la propiedad pública y privada y de [evitar el derramamiento de] sangre.

3. Debe ponerse un énfasis especial en la obligación que tienen el Estado y su aparato de seguridad de proteger a los ciudadanos y de velar por sus derechos constitucionales y sus libertades, sin atentar contra las leyes ni contra los derechos humanos.

4. Denuncia, así como criminalización, tanto legal como religiosa, de la violencia en todas sus formas.

5. Condena de la incitación a la violencia.

6. Las formas violencia incluyen la difamación y la propagación de rumores contra figuras públicas y entidades. Estas acciones serán consideradas como crímenes éticos.

7. Compromiso para alcanzar formas pacíficas de hacer política en Egipto y para educar a la siguiente generación en una cultura política basada en discursos pacíficos.

8. Compromiso para establecer un diálogo serio entre los diferentes grupos políticos, especialmente en tiempos de crisis, propiciando y fortaleciendo el respeto a la diversidad.

9. Protección de la sociedad egipcia ante llamamientos de carácter sectario o racista, ante grupos militantes ilegales y ante intervenciones extranjeras ilegales.

10. La protección del Estado egipcio es responsabilidad de todas las partes: el Gobierno, la oposición, el pueblo, la juventud, los ancianos, los partidos políticos y todos los distintos grupos y movimientos.

Entre los asistentes a la reunión estaban Mahmud Ezat, número dos de los Hermanos Musulmanes, y Saad al Katatni, jefe del Partido Libertad y Justicia, vinculado al movimiento. La televisión los mostró sentados enfrente de los políticos liberales Mohamed ElBaradei y Amr Musa, y del izquierdista Hamdin Sabahi, todos ellos figuras prominentes en la alianza de agrupaciones que se opone a Mursi, el denominado Frente de Salvación Nacional, y que han rechazado en las últimas semanas el diálogo. También participaron representantes salafistas y el excandidato presidencial islamista Abdelmoneim Abul Futuh.

Tras la reunión, el exdiputado y activista Mustafa Naggar informó de que el comité conjunto preparará ahora un diálogo nacional «inmediato y global».


Más información y fuentes:
» Al-Azhar unveils 10-point initiative to end Egypt’s political crisis (Al Ahram)
» Los líderes egipcios acuerdan iniciar un diálogo y rechazan la violencia (Efe)
» Los políticos egipcios se comprometen a renunciar a la violencia (Reuters)


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