Ahmed

12/4/2013 | Miguel Máiquez

Sin la ayuda de su bastón, Ahmed no habría podido cruzar la frontera entre Siria e Irak, un trayecto a pie de dos horas. Dejó Damasco junto a su familia, y ahora vive en el campo de refugiados de Domiz. A uno de sus hijos, que se quedó en Siria, lo mataron el pasado mes de octubre. Foto: Brian Sokol / UNHCR

Sin la ayuda de su bastón, Ahmed no habría podido cruzar la frontera entre Siria e Irak, un trayecto a pie de dos horas. Dejó Damasco junto a su familia, y ahora vive en el campo de refugiados de Domiz. A uno de sus hijos, que se quedó en Siria, lo mataron el pasado mes de octubre. Foto: Brian Sokol / UNHCR

← Previous Next →

Archivado en: