La industria armamentística de Estados Unidos hace caja

23/4/2013 | Miguel Máiquez
El secretario de Defensa de EE UU, Chuck Hagel, con su homólogo israelí , Moshe Ya’alon, a su llegada a Israel. Foto: Ministerio de Defensa de Israel

Primero fue el secretario de Estado, John Kerry, y ahora le ha tocado el turno al de Defensa, Chuck Hagel. El trasiego por Oriente Medio de los flamantes nuevos miembros del Gobierno estadounidense (ambos fueron nombrados en febrero) continúa, aunque, eso sí, con objetivos y resultados bien distintos.

Tras su visita a Israel a principios de este mes, lo único que Kerry pudo sacar en claro fue que «todas las partes están comprometidas con el proceso que podría sentar las bases para la paz» entre israelíes y palestinos (las negociaciones llevan cuatro años estancadas), y que el trabajo «fluyó muy bien». Hagel, por su parte, llegó este fin de semana a la región para vender armas, y eso es lo que está haciendo. Estados Unidos anunció el viernes pasado sus planes para vender, en concepto de material militar propio y a través de subcontratas del Pentágono, misiles avanzados y aviones por valor de 10.000 millones de dólares (7.660 millones de euros) a Israel, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, tres de sus principales aliados en Oriente Medio. Todo un negocio cuyo fin oficial, no obstante, es «neutralizar la amenaza iraní», una amenaza que sienten (y explotan) los tres países compradores.

La gira empezó en Israel. Este mismo domingo, Hagel estampó su firma en un acuerdo que llevaba meses negociándose, y por el que Washington proveerá a este país con misiles anti-radiación que permiten destruir las defensas aéreas enemigas, radares para aviones de combate, aparatos de reaprovisionamiento aéreo, y aeronaves Osprey V-22, que despegan como un helicóptero y desarrollan la velocidad de un avión. Los aviones nodriza que comprará Israel son capaces de avituallar a los cazas en una hipotética operación contra Irán.

Como explica la periodista Carmen Rengel desde Jerusalén, los cuatro aviones KC-135 que comprará Israel «le permitirán mantener a sus aeronaves más tiempo en el aire, algo esencial en misiones de largo alcance como podría ser el ataque a instalaciones nucleares iraníes». «Tel Aviv dista de Teherán más de 1.600 kilómetros e Israel no tiene en la zona bases amigas en las que repostar, por lo que hasta ahora ha usado Boeing 707 transformados para esta misión de repostaje, un parche que no le da garantías en una misión de mayor rango», añade.

«Estados Unidos e Israel ven en Irán exactamente la misma amenaza», ha dicho Hagel durante su visita, si bien ha reconocido asimismo que existen «algunas diferencias» entre los dos aliados a la hora de estimar las capacidades nucleares del régimen iraní. «Lo esencial es que Irán es una amenaza, una verdadera amenaza», declaró el secretario de Defensa. En caja: 3.000 millones de dólares.

A los Emiratos, por su parte, les tocan 26 aviones de combate F-16 y una partida de sofisticados misiles para aviones de combate. En caja, 5.000 millones.

Los 2.000 millones restantes los pondrá Arabia Saudí, que ya acordó comprar 84 aparatos de combate F-15 en 2010, y que comprará ahora los mismos misiles que los Emiratos. Con ellos, los aviones saudíes podrán alcanzar blancos en tierra desde una gran distancia. En 2011, según informa El País, el Pentágono ya había autorizado a su subcontrata Boeing la venta de 84 cazas F-15SA a Arabia Saudí por valor de 29.400 millones de dólares, en una de las mayores autorizaciones de adquisición de armamento a aliados extranjeros en la historia reciente de EE UU.

Para evitar suspicacias, la diplomacia estadounidense ha hecho coincidir la venta de armamento a Israel con la venta a los dos países árabes. La idea de Washington es que la transacción asegure a Israel su supremacía militar en Oriente Medio, por la que vela desde hace décadas, sin que ello sea interpretado como una luz verde a un ataque unilateral a Irán, y a pesar de que parte del armamento vendido permitiría precisamente eso.

En este sentido, fuentes del Pentágono señalaron la semana pasada que «una parte crucial del acuerdo es que creemos, del mismo modo que lo creen los israelíes, que ofrecerles estas capacidades [a los EAU y Arabia Saudí] no disminuye de ningún modo la preponderancia militar de Israel, sino que va en conformidad con la respuesta a las amenazas que existen en este momento en la zona».

Todas «estas capacidades» se «ofrecen», por otra parte, tan solo unos días después de que el propio Kerry presentara solemnemente el último informe que cada año elabora su departamento sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, país por país. En el apartado dedicado, por ejemplo, a Arabia Saudí se dice:

Los principales problemas de derechos humanos registrados incluyen la inexistencia de medios legales para que los ciudadanos puedan cambiar su gobierno; restricciones generalizadas a derechos universales como la libertades de expresión (incluyendo en Internet), de reunión, de asociación, de movimiento y de religión, y la falta de igualdad de derechos para las mujeres, los niños y los trabajadores expatriados.

Otros problemas […] incluyen la tortura y otros abusos, el hacinamiento en las cárceles y los centros de detención, la retención de presos y detenidos políticos, la falta de procesos justos, arrestos y detenciones arbitrarias, e interferencias arbitrarias en la vida privada, en el hogar y en la correspondencia. La violencia contra la mujer, la trata de personas y la discriminación por razón de sexo, religión, secta, raza y etnia son comunes. La falta de transparencia gubernamental y de acceso [a la información] hace que sea difícil evaluar la magnitud de muchos de los problemas de derechos humanos denunciados.

A estas alturas ya sabemos que podemos denunciar abusos en un país y a la vez venderle armas, que los principios geoestratégicos y económicos tienen prioridad sobre cualquier otra consideración de orden moral o mínimamente coherente. Pero, puestos a ser prácticos, cabe preguntarse también si al final no acabamos pagando el precio de nuestra propia hipocresía. Como escribe Eugenio García Gascón, «que Estados Unidos arme hasta los dientes a los países de una de las regiones más armadas del planeta debería preocuparnos a todos».


Más información y fuentes:
» EE UU confirma en Tel Aviv una venta que garantiza la supremacía aérea israelí (Efe)
» U.S. finalizes exclusive arms sale aimed at ensuring Israel’s ‘air superiority’ (Haaretz)
» EE UU venderá armas a sus aliados en Oriente Próximo para contener a Irán (El País)
» Country Reports on Human Rights Practices for 2012 (US Department of State)
» Sobran armas (Balagán)