Las acusaciones contra Mursi, leña al fuego

26/7/2013 | Miguel Máiquez
Seguidores del depuesto presidente egipcio Mohamed Mursi, durante una manifestación en Damieta, Egipto, el pasado 5 de julio. Foto: Mohamed Elsayed / Wikimedia Commons

Tras haberle mantenido casi un mes «retenido» sin cargos e incomunicado (es decir, secuestrado), las nuevas autoridades egipcias controladas por el ejército han presentado al fin este viernes acusaciones contra el depuesto presidente Mohamed Mursi, junto con una orden de prisión preventiva de quince días. Las acusaciones, dadas a conocer justo el mismo día en que hay convocadas masivas concentraciones ciudadanas a favor y en contra del golpe de Estado, se centran en que Mursi supuestamente conspiró con el grupo palestino islamista Hamás para perpetrar «acciones enemigas contra el país» (lo que, técnicamente, equivale a traición) y escapar de la cárcel durante la revolución de 2011 contra Mubarak, una acción en la que fueron asesinados presos y funcionarios, se secuestró a soldados y se prendió fuego a edificios. Por todo ello, y según informa Reuters, Mursi estaría acusado también de asesinato y secuestro.

La medida ha sido adoptada por el juez Hasan Samir, del Tribunal de Apelación de El Cairo, tras interrogar a Mursi, y hace referenecia a los sucesos ocurridos el 28 de enero de 2011 (la jornada conocida como «Día de la Ira», durante la revolución), cuando cientos de detenidos, Mohamed Mursi entre ellos, escaparon de la cárcel de Wadi Al Natrun, al noroeste de El Cairo. Trece personas murieron durante la fuga, y Hamás (organización conectada con los Hermanos Musulmanes que respaldan a Mursi) fue acusada de haber conspirado para llevar a cabo el ataque a la prisión.  Ello supondría que los lideres de los Hermanos Musulmanes habrían colaborado con elementos extranjeros en una acción contra la soberanía nacional y la seguridad del Estado.

Hace tres días, el jefe del Gobierno de Hamás en Gaza, Ismail Haniye, negó toda implicación de su movimiento en Egipto y pidió a los medios de comunicación de este país que dejen de publicar acusaciones «falsas». Los Hermanos Musulmanes, por su parte, se han apresurado a rechazar las acusaciones: «Todos sabemos que estos cargos no son más que el producto de la fantasía de un puñado de generales y de una dictadura militar», ha dicho su portavoz, Gehad al Haddad. «Vamos a continuar con las protestas en las calles», añadió.

Fantasía o no, pretender que la razón por la que se ha privado a Mursi de libertad durante todo este tiempo tiene que ver con la fuga de una prisión ocurrida hace dos años resulta un poco burdo. Los propios militares habían dicho anteriormente que Mursi estaba retenido para asegurar su «protección».

En cualquier caso, no parece que a los mandos del ejército egipcio les preocupe mucho el asunto de la legitimidad judicial. Su argumento sigue siendo que la legitimidad se la ha dado la calle, es decir, las manifestaciones (multitudinarias e impresionantes, sin duda, pero ni unánimes ni tan numerosas como se ha llegado a informar) contra Mursi que precedieron al golpe de Estado. Por eso, el jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Sisi, hizo hace unos días un llamamiento a los egipcios para que se manifestaran este mismo viernes en apoyo de las medidas adoptadas desde el golpe, y para respaldarle en su intento de «acabar con la violencia y el terrorismo» en el país, donde en los últimos días han muerto una quincena de personas.

Y, mientras tanto, Estados Unidos sigue intentando nadar y guardar la ropa. Tras recibir asesoramiento legal de sus abogados, el Gobierno estadounidense ha concluido que no tiene obligación legal de determinar si la deposición de Mursi por parte de los militares fue o no un golpe de Estado. Y es que, en el caso de que Washington lo definiese como tal, EE UU debería suspender, por ley, su ayuda financiera a Egipto, una acción que, según la administración estadounidense podría desestabilizar más aún el país árabe, por no hablar de las consecuencias para algunas empresas de EE UU. En este sentido, un alto funcionario citado por The New York Times señaló que «la ley no nos obliga a realizar una declaración formal sobre si ha habido o no un golpe de Estado, y hacer semejante declaración no conviene a nuestro interés nacional».


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Más información y fuentes:
» Egypt’s Mursi accused of murder, kidnapping before rallies (Reuters)
» Egypt court orders Morsi detention over Hamas collaboration (Al Ahram)
» The curious case of the Wadi el-Natrun escape (The Egyptian Gazette)
» El jefe del Ejército insta a los egipcios a manifestarse para mostrar su apoyo al golpe (RTVE)
» Egypt braced for showdown between army supporters and Muslim Brotherhood – live updates (The Guardian)
» Aid to Egypt Can Keep Flowing, Despite Overthrow, White House Decides (The New York Times)