Y, de pronto, el río

20/3/2014 | Miguel Máiquez

Un grupo de turistas que visitaba la zona israelí del Mar Muerto se vio sorprendido hace unos días por una súbita crecida del río Zin, cuyo cauce está generalmente seco, pero que, en ocasiones, renace de manera espectacular cuando se registran intensas lluvias en las montañas de su cabecera. El momento fue grabado en el vídeo que encabeza esta entrada.

El río Zin nace unos 85 kilómetros al sur de la ciudad de Beerseva, en el makhtesh del Crater Ramon, un accidente geológico único, existente tan solo en el desierto del Neguev y en la península del Sinaí, y formado por altas paredes escarpadas de rocas resistentes en torno a un profundo valle cerrado, que suele ser drenado por un único wadi. Desde alli, el Zin atraviesa de sur a norte el desierto del Neguev, y tras cruzar impresionantes cañones y cortados, desemboca en el Mar Muerto.

La mayor parte del año el Zin permanece seco, pero en invierno no son extrañas avenidas de agua como ésta, y las compañías turísticas que organizan viajes por rutas bíblicas suelen aconsejar echarle un vistazo a la prediccción meteorológica antes de salir.


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