La noche se sienta donde tú estás. / Tu noche es de lilas. / A veces, de los rayos de tus hoyuelos / se escapa un signo que rompe la copa de vino / y alumbra la claridad de las estrellas. / Tu noche es tu sombra, / un fragmento de tierra legendaria / para igualar nuestros sueños. / Yo no soy el viajero ni el residente / en tu noche de lilas. / Soy el que un día fue yo. / Cada vez que la noche te rodea / mi corazón duda entre dos moradas / y ni el ser ni el alma se satisfacen. […]
Cultura y Sociedad
Dalia Ravikovitch, ‘Del día a la noche’
Día a día despierto / nuevamente del sueño / como si fuera ayer aún. / No sé lo que me espera / y quizás se evidencie / que no me espera nada. / La primavera de hoy es / igual a la anterior; / reconozco al mes de Iyar / pero no le dedico especial pensamiento. / No distingo entre el día y la noche / sino por ser la noche la más fría / aunque el silencio en ambos sea el mismo. / Oigo de mañana pájaros piando. / Y de tanto cariño / que por ellos siento / fácilmente adormezco. […]
Umar Ibn Abi Rabi’a, ‘Réplicas’
A una muchacha de formados senos / Invité a tenderse, sin cojín, sobre la arena del desierto. / «Así lo haré, aunque no sea mi costumbre», dijo ella. / Y cuando iba a despuntar la aurora me dijo: / «Me has deshonrado. Ahora vete si quieres, o sigue, / si así lo prefieres». / Pero no hice salvo sorber sus encías / y, entre charlas, besarla en la boca. / Me llené de toda ella, / me envolví en su vestido de seda / y a mis ojos dije: «llorad ahora». […]
Yaşar Kemal, ‘La furia del monte Ararat’
En la ladera del monte Ararat, a cuatro mil doscientos metros, hay un lago al que llaman Küp. A decir verdad, más parece un pozo que un lago, porque es muy profundo y apenas más grande que una era. Está completamente rodeado de rocas tan escarpadas y relucientes como el filo de un cuchillo. Desde las rocas hasta el lago desciende, cada vez más estrecho, un hollado camino de blanda tierra cobriza sobre la que asoma, aquí y allá, la hierba verde. […]
Paris-Photo se asoma a Oriente Medio
El templo del dios de las tormentas
Colin Thubron, ‘Las montañas de Adonis’
Era casi verano y yo me acercaba al cuello del Líbano –un poco al sur del macizo más elevado del país– cruzando las largas y altas montañas del Baruk, que se perdían de vista descendiendo por el este hacia el Antilíbano. Estas laderas cálidas eran perfectas para acampar. Después de la puesta de sol, la llama azul de mi hornillo portátil brilló en la falda del monte una media hora, luego me resguardé entre los peñascos y […]