Um Kulzum
La egipcia Fāṭima ʾIbrāhīm al-Baltāǧī, más conocida por su nombre artístico, Um Kulzum (en árabe أم كلثوم, transcrito también como Umm Kulthum, Oum Kalsoum, Om Kalsoum, Om Kolthoum, Om Kolthum, Oum Kalthoum, Umm Kalzum…) fue, y sigue siendo, la cantante más icónica del mundo árabe. Nacida el 30 de diciembre de 1898 y fallecida el 3 de febrero de 1975, Um Kulzum fue un auténtico fenómeno social durante los años cincuenta y sesenta, y aún hoy hay pocos rincones entre el Atlántico y el Gofo Pérsico en los que no suene su voz. Sus álbumes figuran entre los más vendidos de la historia, con unos 200 millones de ejemplares en total.
Con su gran figura, su imponente peinado y su vestido bordado hasta los pies, Um Kulzum ejecutaba sus interminables canciones acompañada por su orquesta y apretando siempre un pañuelo de seda en su mano izquierda. Los temas, de sólidas raíces árabes, duraban tanto que a menudo se veía obligada a grabar versiones más reducidas para que cupieran en los discos, a razón de una canción por álbum. En sus actuaciones semanales en público, radiadas en directo por la cadena Sawt al-Qahira (La Voz de El Cairo) y escuchadas en todo el mundo árabe, realizaba siempre variaciones e improvisaciones.
Um Kulzum nació en Tamay az-Zahayra, Ad-Daqahliyya, y ya desde muy joven demostró un gran talento para la canción, hasta el punto de que, a los doce años de edad, su padre la vistió de chico y la introdujo en una pequeña actuación que él mismo dirigía. Cuatro años después se fijaron en ella un famoso cantante, Abu l-Ala’ Muhammad, y un popular intérprete de laúd, Zakariyya Ahmad, y le pidieron que les acompañara a El Cairo. Esperó a tener 23 años para aceptar su invitación y, entre tanto, siguió actuando vestida como un muchacho en pequeños teatros.
En su carrera musical tuvieron gran peso dos personas: el poeta Ahmad Rami, que escribiría 137 canciones para ella y la iniciaría en la literatura francesa, y Mohamed El Qasabgi, un virtuoso del laúd que introdujo a Um Kulzum en el Palacio del Teatro Árabe, donde tendría sus primeros grandes éxitos.
En 1932 emprendió una gran gira por ciudades árabes en la que visitó Damasco, Bagdad, Jerusalén, Beirut, y Trípoli, y que acabó consolidando su ya importante fama, y en 1948 conoció a Gamal Abdel Nasser, futuro presidente de Egipto. Ambos se profesarían en lo sucesivo una gran admiración mutua.
Paralelamente a su carrera como cantante, Um Kulzum impulsó también una carrera como actriz que, sin embargo, abandonó pronto. Ya en los años cuarenta vivió una histórica rivalidad profesional (y social) con la cantante Asmahan (eran polos opuestos en su imagen ante el público), hermana de Farid Al Atrash, el ‘rey del oud’, que acabó con la muerte de Asmahan en extrañas circunstancias al acabar la Segunda Guerra Mundial.
En 1953 Um Kulzum se casó con su médico, Hasan al-Hafnawi, en una época en la que su popularidad no hacía más que aumentar. Uno de los momentos culminantes de su carrera fue el apoteósico concierto que ofreció en 1967 en el Teatro Olympia de París, ante centenares de emigrantes árabes llegados de toda Europa.
A finales de los años sesenta le fue diagnosticado un caso severo de nefritis, y en 1972, tras dar su último concierto en el Palacio del Nilo, los exámenes médicos indicaron que su enfermedad era incurable. Se trasladó entonces a Estados Unidos para someterse a un tratamiento, pero a principios de 1975, de regreso en su país, tuvo una grave crisis y fue hospitalizada. Egipto entero estuvo pendiente de su evolución, y en su aldea natal la población entera recitó El Corán durante todo un día.
Um Kulzum murió en el hospital de El Cairo el 3 de febrero de ese mismo año. A su masivo y tumultuoso funeral (la multitud llegó a apoderarse del ataúd) se calcula que asistieron más de dos millones de personas. Fue enterrada con honores de jefe de Estado.
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