Jordania

Nombre completo: Reino Hachemita de Jordania (المملكة الأردنّيّة الهاشميّة).

Independencia: 1946 (del Reino Unido).

Población: 10,2 millones (Banco Mundial, 2021).

Capital: Ammán.

Superficie: 89.342 Km².

Idioma principal: Árabe.

Religión mayoritaria: Islam suní­ (92%). Minorí­as: Cristianos (6%, con mayorí­a de ortodoxos griegos), chií­es y drusos (2%).

Esperanza de vida: 74,6 años (Banco Mundial, 2020).

Moneda: Dinar jordano.

Economí­a: Exporta fosfatos, fertilizantes y productos agrí­colas. Depende del exterior para satisfacer la mayorí­a de sus necesidades energéticas. Importantes ingresos por turismo. La educación, la tasa de alfabetización y otros factores de bienestar son relativamente elevados comparadas con otros paí­ses de ingresos similares.

PNB per cápita: 4.405 dólares EE UU (Banco Mundial, 2021). Hay una clase media considerable, pero el 10% más rico es 10 veces más rico que los más pobres.

Desempleo: 19,3% (Banco Mundial, OIT, 2021).

Forma de gobierno: Monarquí­a constitucional con una asamblea nacional bicameral. El rey goza de amplios poderes: nombra y destituye a los jueces mediante decreto, aprueba enmiendas a la Constitución, declara la guerra y comanda las Fuerzas Armadas. Las decisiones del gabinete de ministros, las sentencias judiciales y la emisión de moneda son realizadas bajo su nombre.

Lí­der (2022): Abdalá II (rey y Jefe de Estado), desde 1999. Bisher Al Khasawneh (primer ministro).

Libertades y derechos humanos: Pese al gran poder del que goza rey, existe debate parlamentario y una fuerte oposición. Leyes estrictas rigen la prensa y las reuniones públicas. El informe de 2021 de Amnistía Internacional sobre Jordania señala: «Se seguía restringiendo la libertad de reunión pacífica, especialmente en virtud de la amplia legislación de excepción aprobada en 2020. Las autoridades también limitaban la libertad de expresión tanto dentro como fuera de Internet. La violencia de género aumentó en el contexto del deterioro de la situación económica y de las restricciones asociadas a la COVID-19, así como debido a la persistente falta de protección jurídica frente a este tipo de delitos. Jordania continuaba acogiendo a más de 2,7 millones de personas refugiadas que disfrutaban de acceso a la vacunación gratuita contra la COVID-19, pero estaban expuestas a un fuerte aumento de la inseguridad alimentaria».

Pena de muerte: Sí­. Contemplada por asesinato. En 2021 las autoridades siguieron dictando sentencias de muerte, pero no se llevaron a cabo ejecuciones.

En contexto: Jordania —importante aliado de EE UU en la región y, hasta 2020, uno de los dos únicos Estados árabes, junto con Egipto, que había firmado la paz con Israel— mantiene una lí­nea pragmática y de no confrontación en las relaciones exteriores, que choca a menudo con el enfoque más militante de los intereses palestinos e islamistas de buena parte de la población.


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