arte islámico

Mezquita del jeque Lotf Allah, Isfahán, Irán. Foto panorámica de Ramin Dehdashti.

Mezquita del jeque Lotf Allah, Isfahán, Irán. Foto panorámica de Ramin Dehdashti.

La artista iraní Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery

«Mi intención no es trasladar mi inspiración religiosa al espectador. Mis sentimientos religiosos revelan, en mi trabajo, mis sentimientos más profundos, pero se trata de algo muy personal. Me encanta que los espectadores admiren mi obra, y espero que la vean como un ejemplo de arte contemporáneo. Lo que intento mostrar es que mi inspiración artística es parte de la rica herencia del dorado tesoro cultural de Oriente Medio».

La cita es de Azra Aghighi Bakhshayeshi, una artista iraní (Qom, 1968) que, según explica ella misma en la página web de la galería Kashya Hilderbrand, donde puede verse una muestra de su trabajo, es actualmente la única mujer dedicada profesionalmente al arte de la caligrafía en su país: «Existen más de 1.500 mujeres caligrafistas en Irán, pero, por desgracia, soy la única que se dedica profesionalmente a este arte. No digo que mi trabajo sea único, pero sí puedo decir que soy la primera mujer en mi país que utiliza la caligrafía conceptual como una forma de arte».

Su obra tiene más que ver con sentir que con comprender: «Lo que pretendo es que los espectadores vean, no que lean las letras. Esta escritura es como un susurro en mi mente, sin mucho significado, como una meditación. A veces pueden ser poesías, otras veces oraciones o una simple conversación. No pretendo transmitir espiritualidad. Hablar solo un idioma crea una barrera con el espectador que no habla ese idioma. Yo espero llegar a un público más amplio, y que mi arte pueda ser un mensaje universal».

Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
La artista iraní Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
La artista iraní Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
Obra de Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery
La artista iraní Azra Aghighi Bakhshayeshi. Foto: Kashya Hildebrand Gallery

Aghighi Bakhshayeshi y el arte de las palabras

«Mi intención no es trasladar mi inspiración religiosa al espectador. Mis sentimientos religiosos revelan, en mi trabajo, mis sentimientos más profundos, pero se trata de algo muy personal. Me encanta que los espectadores admiren mi obra, y espero que la… Leer

Inside the Dome of Salman Al-Farsi

Cúpula de Salman Al Farsi, Salman Pak, Irak. Foto: Ahmed Reda (Flickr).

Cúpula de Salman Al Farsi, Salman Pak, Irak. Foto: Aredaphotography.

Al-Andalus: The Art of Islamic Spain. The Metropolitan Museum of Art, 1992. Fuente: metmuseum.org.

Al-Andalus: The Art of Islamic Spain. The Metropolitan Museum of Art, 1992.

Las obras maestras del nuevo Departamento de Arte Islámico del Museo del Louvre (parte 1). Vídeo: Museo del Louvre

En el pasado y el presente del islam no faltan ejemplos de oscurantismo, de fanatismo, de irracionalidad, una pesada losa que comparten casi todas las grandes religiones, empezando por el cristianismo. Pero el pasado y el presente del islam están también, como los de casi todas las religiones, llenos de brillo. Es el brillo que ha hecho posible un fondo de solidaridad y espiritualidad del que se han nutrido y se siguen nutriendo millones de personas, el brillo que ha alumbrado algunas de las obras de arte más maravillosas creadas por el ser humano.

Uno de los tesoros expuestos en el Louvre es «El Píxide de Al Muguira», una urna de marfil procedente del yacimiento español de Medina Azara, que perteneció al príncipe hijo del califa omeya de Al Ándalus Abderramán III.

Para quien necesite pruebas, el Museo del Louvre ha abierto esta semana al público, tras ocho años de obras, las puertas de su octavo departamento: una nueva sala dedicada al arte islámico. El nuevo espacio del museo parisino, una gran estructura cubierta por una capa ondulada parcialmente metálica y translúcida, alberga 15.000 piezas de la colección y 3.400 préstamos permanentes del Museo de Artes Decorativas de Francia, que durante décadas dejó de exhibir una gran cantidad de obras por no contar con las instalaciones adecuadas. Es el añadido arquitectónico más importante en el museo desde la inauguración de la famosa pirámide de cristal, en 1989.

En palabras de Henri Loyrette, presidente y director del museo, «hay una tendencia doble, que va del interés a la repulsión, con respecto al arte islámico y hacia el islam en particular. Queremos revelar el aspecto radiante de esta civilización y su indiscutible contribución al mundo».

Las obras maestras del nuevo Departamento de Arte Islámico del Museo del Louvre (parte 2). Vídeo: Museo del Louvre

Más información: El Louvre quiere «revelar el aspecto radiante del Islam» con una nueva sala monumental (20minutos)

Una ventana excepcional al arte islámico

En el pasado y el presente del islam no faltan ejemplos de oscurantismo, de fanatismo, de irracionalidad, una pesada losa que comparten casi todas las grandes religiones, empezando por el cristianismo. Pero el pasado y el presente del islam están… Leer