Fórmula 1

Una selección de fotografías tomadas en Oriente Medio esta semana. Pincha en los enlaces de las localizaciones para ver las imágenes.


Belén, Cisjordania (Palestina), 21/4/2013: Medio millar de corredores, la mitad palestinos y el resto, extranjeros, participaron este domingo en Belén en el primer maratón de Cisjordania. En la carrera, denominada «Maratón por el Derecho al Movimiento Palestino», no hubo deportistas de Gaza por prohibición de Israel. La prueba discurrió junto al muro de separación levantado por el Gobierno israelí. Ganó Abdel Nasar Awajneh, con un tiempo de 3 horas, 9 minutos. Foto: Mahmoud Illean / AP. Más fotos, aquí y aquí.


El Cairo, Egipto, 19/4/2013: Un centenar de personas resultaron heridas el viernes en torno a las plazas Tahrir y de Abdelmoneim Riad, en una batalla campal entre partidarios y opositores de los Hermanos Musulmanes, que se enfrentaron durante una manifestación convocada por la cofradía islámica frente a la sede del Tribunal Supremo. Foto: Mohamed El-Shahed / AFP


Manama, Bahréin, 15/4/2013: El Gran Premio de Fórmula 1 de Bahréin se celebró finalmente sin incidentes este fin de semana, al menos dentro del circuito. Fuera, los manifestantes contra el Gobierno (la mayoría, chiíes) cortaron en la madrugada del domingo varias carreteras y protagonizaron enfrentamientos con la policía, que lanzó gases lacrimógenos. Según denuncia Amnistía Internacional, dos años después del inicio de las protestas populares de 2011, los presos de conciencia continúan en prisión y se sigue encarcelando a los activistas solo por expresar sus opiniones en las redes sociales o en marchas pacíficas. En la imagen, manifestantes exigen el boicot a la prueba. Foto: Mohammed Al-Shaikh / AFP


Deir Al Zor, Siria, 17/4/2013: Combatientes del Ejército Libre Sirio toman posiciones durante un enfrentamiento con tropas gubernamentales. El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, anunció esta semana que Washington ofrecerá a las fuerzas de oposición sirias 123 millones de dólares más en concepto de «ayuda no letal». Por otra parte, el jefe de la oposición siria, Ahmed Moaz al Jatib, dejó definitivamente su cargo, alegando la «falta de acción» de la comunidad internacional ante el conflicto en Siria. Foto: Khalil Ashawi / Reuters


Alepo, Siria, 16/4/2013: Una familia huye con sus pertenencias de los combates en la ciudad. Naciones Unidas ha aumentado dramáticamente sus cálculos sobre el total de personas desplazadas dentro de Siria y necesitadas de ayuda internacional de extrema urgencia, que ahora sitúa en unos cuatro millones. Foto: Dimitar Dilkoff / AFP


Zarqa, Jordania, 15/4/2013: Un niño refugiado sirio juega con juguetes donados por la Media Luna Roja de los Emiratos Árabes Unidos, en el nuevo campo de refugiados de Mrigb al-Fuhud. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, visitó este domingo el otro campo de refugiados en Jordania, el de Zaatari, el más grande de la región. Los exiliados le trasladaron la sensación de haber sido «abandonados» por la comunidad internacional. Foto: AFP


Basora, Irak, 20/4/2013: Un hombre vota en un colegio electoral acompañado por sus hijas, durante las elecciones provinciales que comenzaron este sábado. Son los primeros comicios desde la retirada del país de las tropas estadounidenses, y en juego están 450 escaños para los que compiten más de 8.100 candidatos pertenecientes a 256 entidades políticas. Las elecciones se iniciaron marcadas por los asesinatos en los últimos dos meses de al menos 13 candidatos, todos ellos suníes, en ataques que podrían haber sido perpetrados, como sospechan familiares y compañeros de los fallecidos, por orden de sus rivales políticos. Foto: Atef Hassan / Reuters


Kirkuk, Irak, 15/4/2013: Un policía inspecciona los restos de un coche bomba tras uno de los varios atentados que han sacudido el país esta semana, en vísperas de las elecciones provinciales. El jueves, una bomba en el interior de un edificio de Bagdad que alberga un restaurante, una cafetería y un salón de juegos dejó al menos 30 muertos y 65 heridos. Foto: Reuters


El Cairo, Egipto, 15/4/2013: El expresidente egipcio Hosni Mubarak, junto a sus hijos Gamal (izquierda) y Alaa, en las dependencias de la Academia de Policía de la capital del país. Un tribunal dictó el lunes su puesta en libertad provisional en la causa que se sigue contra él por la muerte de manifestantes, si bien continuará detenido por los casos de corrupción. Foto: Reuters


Ciudad de Kuwait, Kuwait, 15/4/2013: Miles de personas protestaron por la condena a cinco años de prisión del líder opositor Mussallam Al Barrak, sentenciado por insultar al emir, Sabah Al Ahmad Al Sabah. En un discurso ante miles de manifestantes frente al edificio del Parlamento en octubre pasado, Al Barrak dijo que no iban a permitir al emir llevar a Kuwait hacia «el abismo de la autocracia». Foto: Yasser Al-Zayyat / AFP


Jerusalén, 17/4/2013: Dos niños miran un póster con los nombres de un centenar de palestinos de Jerusalén que permanecen detenidos en cárceles israelíes, durante una manifestación en demanda de su liberación. Reos palestinos de la cárcel israelí de Hadarim anunciaron este miércoles una huelga de hambre en solidaridad con Samer al Issawi, quien a su vez lleva más de siete meses en huelga de hambre en protesta por su detención. Al Issawi forma parte del grupo de 1.027 prisioneros palestinos que fueron liberados por Israel en 2011 a cambio de la entrega del soldado Gilad Shalit. Sin embargo, Al Issawi fue arrestado de nuevo posteriormente, al igual que otros trece palestinos. Foto: Jim Hollander / EPA


Ciudad de Gaza, Gaza (Palestina), 16/4/2013: Muñecos ahorcados representando palestinos presos, en la prisión de Saraya, usada antiguamente por las fuerzas de seguridad israelíes y ahora un centro conmemorativo. Foto: Ali Ali / EPA


Latrun, Israel, 15/4/2013: Una rosa, en un muro con los nombres inscritos de soldados israelíes muertos, en el día dedicado a recordar a las víctimas israelíes de las guerras y el terrorismo. Foto: Ariel Schalit / AP


Teherán, Irán, 18/4/2013: Soldados iraníes con uniformes de camuflaje durante un desfile militar con motivo del Día del Ejército. El régimen iraní dio a conocer toda una serie de equipos militares, incluyendo un avión no tripulado de reconocimiento, dos sistemas de lanzamiento de cohetes y un sistema móvil de intercepción de misiles. El martes, Irán anunció haber probado con éxito un misil de medio alcance tierra-mar en el Golfo Pérsico. En un ambiente de tensiones en la región y de concentración de fuerzas navales de EE.UU. y sus aliados en la zona, Irán lleva a cabo constantes pruebas de misiles como parte de sus ejercicios militares. Foto: Behrouz Mehri / AFP


Sana, Yemen, 17/4/2013: Un chico conduce su bicicleta en una calle inundada por una avería. Foto: Khaled Abdullah / Reuters


Nicosia, Chipre, 20/4/2013: Un soldado de la ONU, frente a un avión destrozado en el aeropuerto abandonado de la capital chipriota. El aeropuerto está cerrado al uso desde la guerra de 1974 y se encuentra tal y como quedó tras los combates. Su custodia está a cargo de la UNFICYP (Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre). Foto: Petros Karadjias / AP


Dubái, Emiratos Árabes Unidos, 16/4/2013: Un deportivo Lamborghini Aventador, modificado especialmente como coche policial. La policía de Dubái ha introducido este modelo, que puede alcanzar hasta 349 km/h, para patrullar en las autopistas del emirato. Foto: Karim Sahib


Ciudad Sadat, Egipto, 17/4/2013: Un horno de fundición en una fábrica perteneciente a la compañía Ezz Steel, la mayor productora de acero de Egipto. La empresa anunció esta semana que espera aumentar sus beneficios en 2014, gracias a una nueva factoría en la que podrá ahorrar entre 50 y 100 dólares por cada tonelada de hierro producida. Foto: Amr Abdallah Dalsh / Reuters


El Cairo, Egipto, 19/4/2013: Un artista realiza un número con fuego durante una fiesta de despedida de soltero. Foto: Eman Helal / AP


Ankara, Turquía: Un conductor confundió una entrada del metro con un aparcamiento subterráneo. No hubo heridos. Foto: Hürriyet


El Cairo, Egipto, abril 2013: El centro de la capital egipcia acoge a lo largo de todo este mes un Festival de Arte Contemporáneo (D-CAF, por sus siglas en inglés), que incluye teatro, música, cine, talleres y arte digital, con artistas tanto egipcios como extranjeros, y actuaciones en salas y al aire libre. En la imagen, un momento de la representación de la obra Vuelta al frente. Foto: Bassam Al-Zoghby / Al Ahram. Más fotos, aquí.


Estambul, Turquía, 20/2/2013: Una actuación durante el primer Festival de Cultura Rusa, celebrado esta semana en la ciudad turca. Foto: Ahmet Dumanli / Hürriyet


Gaza, Palestina, 19/4/2013: Un joven vende maíz en un puesto en la playa. Foto: Ali Ali / EPA

Las fotos de la semana

Una selección de fotografías tomadas en Oriente Medio esta semana. Pincha en los enlaces de las localizaciones para ver las imágenes.

Una pintada en Barbar, Bahréin, pidiendo el boicot al GP de F1, junto a una caricatura del rey Hamad bin Isa Al Jalifah. Foto: Mohamed CJ / Wikimedia Commons

El príncipe Salman bin Hamad Al Jalifa, hijo del rey Hamad y heredero al trono de Bahréin, debe de estar frotándose las manos de gusto. Cuando este domingo las televisiones retransmitan en directo el Gran Premio de Fórmula 1 que se celebrará finalmente en el emirato, el mundo podrá contemplar al fin la imagen del verdadero Bahréin: un país moderno y seguro, en la vanguardia del deporte internacional, capaz de organizar un acontecimiento multimillonario, y lejos del alboroto causado por un puñado de manifestantes.

Es probable que el hecho de que el príncipe sea, además, el dueño de los derechos de la carrera contribuya también a su satisfacción. No será el único, en todo caso, que se beneficie de los ingresos generados por la prueba. Para los líderes suníes de Bahréin, el evento es un auténtico salvavidas económico. El GP es la competeción deportiva más importante del país, y, según informa la agencia AFP, atrae una audiencia de televisión de unas 100 millones de personas en 187 países. En 2010 aportó 500 millones de dólares a la economía y 100.000 visitantes.

Una pena que el gobierno al que Bernie Ecclestone, el jefe de la F1, ha decidido lanzarle el salvavidas sea también el responsable del cerca de medio centenar de muertes ocurridas durante las protestas que desde hace más de un año protagoniza la mayoría chií del país, en demanda de cosas tan irrelevantes como un mayor respeto a los derechos humanos, o como la instauración de una monarquía parlamentaria, con una Constitución que permita al pueblo elegir un gobierno y un parlamento independientes.

Una pena que ese mismo gobierno tenga encarcelados a al menos 14 activistas como presos políticos, incluyendo a Abdulhadi Al-Jawaja, condenado a cadena perpetua por un tribunal militar, torturado (según Amnistía Internacional), y que lleva dos meses en huelga de hambre. Una pena que el príncipe Salman bin Hamad Al Jalifa sea también el comandante de las fuerzas armadas del país, principales artífices de la represión.

El año pasado no tuvieron tanta suerte, y la organización del Mundial de Fórmula 1 suspendió la carrera por motivos de seguridad. Este año, sin embargo, Ecclestone ha declarado que Bahréin es seguro, así que no hay problema. El espectáculo debe continuar. De hecho, Ecclestone ha dicho que los 12 equipos participantes en el Gran Premio le han asegurado que están «contentos» por viajar a la isla, a pesar de los enfrentamientos que se producen casi a diario entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.

La Coalición de la Juventud de la Revolución del 14 de Febrero (fecha en que comenzaron las protestas, en 2011), y otros grupos defensores de los derechos humanos no están, sin embargo, tan felices, y han anunciado que las manifestaciones continuarán durante el fin de semana. Mantienen que la carrera debe ser anulada o, al menos, postpuesta hasta que el gobierno ponga fin a sus abusos, implante reformas y comience un diálogo con la oposición. «El régimen fue aislado debido a los crímenes que cometió, y el Gran Premio de Bahréin le está dando ahora una salida, especialmente a la familia real», dijo Nabeel Rajab, presidente del Centro para los Derechos Humanos en Bahréin, en declaraciones recogidas por AFP. «Este régimen tiene que ser castigado por los crímenes que ha cometido en el último año y medio», añadió.

Aministía Internacional tampoco se ha mordido la lengua. En un comunicado hecho público este jueves, donde denuncia la situación de los activistas detenidos, señala:

El 14 de febrero de 2011 la sociedad civil de Bahréin salió a la calle para exigir más derechos. En los meses posteriores, el país se vio sumido en una crisis de derechos humanos que aún hoy persiste: uso desproporcionado de la fuerza, detenciones masivas, torturas, decenas de personas muertas y cientos de heridos son parte del día a día en el país. Sin embargo, estos días el mundo contempla un Bahréin moderno que organiza carreras de Fórmula 1, ajeno a las constantes violaciones a los derechos humanos.

No hay mejor manera de mostrar al mundo las cualidades de Bahréin que el respeto de las libertades.

La versión de la organización del evento es, obviamente, muy distinta. Los organizadores acusan a «grupos extremistas» de utilizar «tácticas de miedo» para poner en duda la seguridad de la carrera, y mantienen que el Gran Premio no solo no va a provocar más división, sino que logrará unir al país. «Esta carrera es más que un simple evento deportivo mundial, y no debe mezclarse con la política para lograr ciertas metas, lo que puede ser perjudicial para esta reunión internacional», dijo el príncipe el martes, mientras recorría el circuito. Sin duda. Mezclar la política con el dinero no es aconsejable. A fin de cuentas, su familia lleva gobernando el país desde 1783… ¿Quién va a saber mejor lo que es bueno para su pueblo?

Bahréin: un Gran Premio de F1, y todo arreglado

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Manifestación en Manama contra la intervención en Bahréin de las tropas del Consejo de Cooperación del Golfo lideradas por Arabia Saudí, el 15 de marzo de 2011. Foto: Bahrain in pictures / Wikimedia Commons

Varias informaciones publicadas estos días sobre Bahréin destacan la creciente presión que está ejerciendo el régimen del rey Al Jalifa sobre los periodistas extranjeros, en un intento de limpiar la imagen del país, y de silenciar la represión de las protestas ciudadanas.

Bahréin, que debía haber albergado el pasado mes de marzo el primer Gran Premio del Mundial de Automovilismo de la temporada, se quedó fuera del calendario debido a la inestabilidad política y al estallido de las revueltas populares.

Ahora, la FIA le acaba de dar otra oportunidad al anunciar que decidirá en el plazo de un mes si vuelve a incluir al país del Golfo entre los organizadores de la competición, y el régimen no está dispuesto a que unas cuantas noticias sobre violaciones de derechos humanos le acaben aguando la fiesta.

La cadena de televisión catarí Al Jazeera, por ejemplo, señalaba este jueves, en su canal en inglés, que «los medios internacionales no son bienvenidos en Bahréin», y que «cada vez es más difícil informar sobre la represión generalizada». Una buena prueba la ofrece la periodista española Mónica G. Prieto, quien relata en El Mundo su propia experiencia:

Aterricé en el aeropuerto de Bahréin sobre las 20.30 horas del lunes, tras un corto periplo de Beirut a Kuwait motivado porque Bahréin ha suspendido vuelos directos con el Líbano por diferencias sectarias. Los visados profesionales del pasaporte llamaron enseguida la atención del agente de fronteras, que pasó mi documentación a un oficial de Inmigración quien, tras un corto interrogatorio, se los entregó a su vez a un agente de Seguridad.

Su tono era amenazante. «¿A qué ha venido? ¿Pretende cubrir los eventos?», preguntaba. A su entrevista le seguirían otras dos con sendos agentes de la Seguridad: tras casi tres horas de espera y muchas preguntas, el que parecía ser el responsable se pronunció. «No insista: de ninguna forma va a entrar en el país». Los oficiales de Inmigración fueron más gráficos. «Lo sentimos, no podemos hacer nada. Usted es considerada un problema para la Seguridad. Debe marcharse inmediatamente de Bahréin».

Horas después, se anunciaba la expulsión del corresponsal de la agencia Reuters, Frederik Ritcher, a quien se acusa de parcialidad en sus informaciones.

Sin embargo, a pesar de la mordaza impuesta por el régimen, la información acaba encontrando caminos para salir. Al Jazeera aseguró este jueves tener «pruebas» de que las fuerzas de seguridad «han torturado» a personal médico para obligarle a realizar confesiones. Según la cadena, desde que comenzaron las protestas a favor de la democracia en febrero, un total de 47 trabajadores sanitarios -24 médicos y 24 enfermeros-, han sido acusados, mientras que otros 150 están siendo investigados por el Gobierno.

La cadena, que afirma que trató de hablar sobre estas denuncias con las autoridades de Bahréin sin éxito, señala que los trabajadores sanitarios se enfrentan a un juicio por cargos que incluyen la incitación al odio contra el Gobierno de la isla. Poco después de emitirse el reportaje, sin embargo, las autoridades anunciaron la liberación de parte de los detenidos a la espera del juicio.

Se trata del segundo reportaje de denuncia contra el gobierno de Bahréin que emite en menos de 24 horas Al Jazeera, una cadena que, hace algunas semanas, recibió críticas por la «escasa cobertura» que estaba realizando de los acontecimientos en este país, en comparación con la que llevó a cabo anteriormente en Túnez o Egipto.

En el primero, Al Jazeera denunciaba que la Policía había golpeado y violado a niñas de entre 12 y 16 años de edad en al menos 15 colegios femeninos del país, una información que las autoridades de Bahréin calificaron de «infundada» y de «invención descarada y maliciosa».

El reportaje incluye una entrevista a una joven de 16 años de edad, que asegura que ella y otras tres compañeras fueron detenidas por la Policía y sometidas a palizas durante los tres días en que permanecieron recluidas. Una organización bahreiní de Derechos Humanos ha asegurado que al menos 70 profesores han sido detenidos, según informa Europa Press.

El estado de emergencia decretado en Bahréin a principios del mes de marzo está siendo utilizado por el régimen, según denuncian las organizaciones de derechos humanos, para justificar detenciones indiscriminadas (hay más de 800 arrestados), «juicios» rápidos contra supuestos traidores y un clima de represión que incluye toque de queda durante toda la noche. Además, se mantiene la ocupación militar de las tropas del Consejo de Cooperación del Golfo lideradas por Arabia Saudí y, según indicó esta misma semana el jefe de las fuerzas armadas bahreiníes, los soldados extranjeros permanecerán en el país incluso tras el levantamiento del estado de emergencia, que está previsto, en principio, para el mes de junio (la misma fecha en que la FIA hará pública su decisión sobre el Gran Premio de Fórmula 1).

La presión, además, no sólo la ejerce el Gobierno directamente. La agencia AP informó este miércoles de que la compañía petrolera del país, Bahrain Petroleum (controlada por el Estado), ha despedido a unos 300 trabajadores por haber tomado parte en las protestas.

Como continúa escribiendo Mónica G. Prieto:

A los bahreiníes les han robado su revolución. O mejor dicho, se la estamos robando entre todos. Aprovecharon el tirón popular de Túnez, Egipto y Yemen para armarse de valor y emularles exigiendo reformas democráticas tan básicas como que permitan a la población elegir libremente su Parlamento –la Cámara Alta es designada a dedo por el rey y los suyos, la baja es elegida por la élite afín a los Al Jalifa– y que se acabe con la discriminación contra los chiíes, una comunidad a la que se niega trabajos, ayudas sociales y cargos de responsabilidad.

Aprovecharon el 14 de febrero porque entonces se cumplía el X aniversario de un referéndum aprobado por la población según el cual el régimen se comprometía a avanzar hacia la democracia (fue en 2001 y meses después llegó la decepción. El rey ni siquiera llegó a discutir la redacción de una Constitución: aprobó unilateralmente una Carta Magna que no satisfacía las expectativas).

Tomaron la plaza de la Perla hace tres meses: laicos y religiosos, chiíes y suníes, jóvenes y mayores, para pedir dignidad y libertad y no para cuestionar a la dictadura. Y el régimen les reprimió, primero con policía, luego con militares y más tarde aceptando ayuda militar del Consejo de Cooperación del Golfo, que aglutina a los países de esta región –todos liderados por suníes– y que ven en Bahréin el fantasma de una amenaza: la rebelión de las minorías chiíes del Golfo y la creciente influencia del archienemigo iraní. […]

Pero la atención mediática ya se había desplazado a Libia y Siria. La represión en Bahrain, socio de Occidente –EE UU tiene allí basada la V Flota– dejó de existir en los informativos, y al tiempo que el silencio normalizaba de cara al exterior lo que ocurría, la dictadura radicalizaba su persecución de golpistas.

Mordaza informativa en Bahréin

Varias informaciones publicadas estos días sobre Bahréin destacan la creciente presión que está ejerciendo el régimen del rey Al Jalifa sobre los periodistas extranjeros, en un intento de limpiar la imagen del país, y de silenciar la represión de las… Leer