Lí­bano

El puerto de Beirut, devastado por la gran explosión del pasado 4 de agosto, que causó al menos 190 muertos y 6.500 heridos, además de daños incalculables. Foto: Mahdi Shojaeian / Mehr News Agency / Wikimedia Commons

Hay muchos motivos históricos e intereses económicos detrás de las asiduas visitas del presidente francés Emmanuel Macron a Beirut en los últimos meses. Líbano se está enfrentando a una nueva crisis económica, política y social, que en el pasado dio origen a una peligrosa falta de seguridad que puso al país entero en una débil situación, en la que la verdadera soberanía brilla por su ausencia.

La invasión siria de Líbano en 1976 y de Israel en 1982 son las más poderosas, y el control de Damasco, Teherán, Tel Aviv y Riad en la política interna del país ha sido importante en los últimos treinta años, tras del fin oficial de la guerra civil (1991).

La población civil lleva décadas intentando hacer lo mismo que trata de promover ahora: liberarse del sistema político neofeudal que ha fragmentado el país en enclaves divididos por razones étnicas, religiosas y políticas, y que en las últimas décadas lo ha dejado a merced de los intereses de países extranjeros, vecinos y no vecinos, en el difícil tablero geopolítico de Oriente Medio.

En los últimos años se han producido protestas en el país, como la Revolución de los Cedros, que, tras el asesinato del primer ministro Rafic Hariri (2005), intentó impulsar movimientos civiles desde abajo, si bien estos nunca fueron realmente independientes de los partidos políticos clásicos.

Liberarse del pasado

Los asesinatos de los periodistas Samir Kassir y Gebran Tueni en 2005, ambos miembros de una sociedad civil que quería llamar la atención sobre el problema de la soberanía de Líbano, son sintomáticos de la dificultad de este país para liberarse de su pasado.

Sin embargo, hay diferentes niveles de responsabilidad por la situación libanesa. En parte se debe al elevado nivel de apoyo por parte de la población; asimismo, las fuerzas de seguridad han mantenido siempre una posición de salvaguarda de la corrupción del gobierno; y otro aspecto es la gestión colonial de Francia desde el siglo XIX.

La última visita del presidente francés, en el centenario de la creación del «Gran Líbano», señala una total ausencia de capacidad de crítica histórica, pues resulta bastante claro que, por un lado, la situación libanesa actual es tan delicada por motivos relacionados con el nivel de corrupción interna, la falta de capacidad a la hora de contar con candidatos y políticos independientes de los señores feudales de hoy, así como por su economía, completamente privatizada y en la que el valor de ser ciudadano no tiene sentido porque no existe un sistema público que proteja a quienes pagan impuestos al Estado.

Y por otro lado está la creación de una convivencia enraizada en la visión de superioridad de una etnia o religión sobre las otras, originada en la fase colonial.

Como se sabe, el «Gran Líbano» fue constituido para permitir a los maronitas cristianos ser mayoría relativa en un nuevo Estado más próximo a Francia y al colonialismo europeo.

La situación cambió en el siglo XX, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, abriendo el país a la independencia y a la multiplicación de los conflictos internos de matriz colonial entre el presidente cristiano y el primer ministro musulmán.

Precarios equilibrios internos

Este conflicto político duró hasta el momento en que la presencia militar y civil de la Organización para la Liberación de Palestina (1971-1975) modificó unos equilibrios internos ya precarios.

Desde entonces, la soberanía del país ha estado dominada por los intereses extranjeros y los diferentes actores internos que han luchado por preservar una posición de poder con la ayuda de países como Siria, Irán, Israel, Arabia Saudita, Francia y Estados Unidos.

En los últimos años, después de 2005, las alianzas políticas han acabado basándose en principios religiosos o étnicos, y las dos coaliciones han sumado miembros de todas las facciones indistintamente: la Alianza del 14 de marzo y la Alianza del 8 de marzo, donde maronitas, sunnitas, chiítas, armenios y drusos se opusieron a Amal, Hizbulá (chiítas), en unidad con maronitas, drusos, armenios y sunnitas respectivamente.

Esta «revolución» política y de partidos no ha mejorado claramente la vida de los ciudadanos libaneses; por el contrario, ha trasladado al Estado libanés el conflicto geopolítico en Oriente Medio entre Estados Unidos, Arabia Saudí, Israel e Irán, Siria y Hizbulá.

La asunción de responsabilidades por la explosión de Beirut

Es difícil que se depuren responsabilidades por la impresionante explosión del puerto de Beirut ocurrida el pasado 4 de agosto.

Sin embargo, las manifestaciones de ciudadanos libaneses que comenzaron ya en febrero de 2020 muestran nuevamente que parte de la población de este país necesita y merece una clase política diferente, capaz de intervenir en la economía y de cambiar radicalmente el proceso de privatización neoliberal promovido en Líbano desde los años noventa. Las desigualdades quedan patentes en esta nación.

A pesar de que se trata de un país con solo cuatro millones de habitantes, en la lista de multimillonarios de Forbes 2020, 17 eran de esta nacionalidad, y en 2019 ascendían a 20. Actualmente cuenta con un elevado nivel de alfabetización, buenas universidades y una inteligencia cosmopolita, de modo que las responsabilidades políticas de esta generación tienen un gran calado.

Sería necesario que antes de que explote una nueva fase interna más violenta, los libaneses puedan tratar de cambiar su futuro sin estar bajo el yugo de los intereses extranjeros.


Marco Demichelis es investigador de Estudios Islámicos e Historia de Oriente Medio, en la Universidad de Navarra.


Publicado originalmente en The Conversation bajo licencia Creative Commons el 7/9/2020

Líbano necesita liberarse de su pasado (y de las injerencias externas)

Hay muchos motivos históricos e intereses económicos detrás de las asiduas visitas del presidente francés Emmanuel Macron a Beirut en los últimos meses. Líbano se está enfrentando a una nueva crisis económica, política y social, que en el pasado dio… Leer

Acuerdo Sykes-Picot
Mapa firmado por Mark Sykes y François Georges-Picot en 1916, con el reparto de Oriente Próximo entre Francia (zona A) y Gran Bretaña (zona B), con Palestina bajo administración internacional. Wikimedia Commons

Entre el 16 y el 19 de mayo de 1916, en plena Guerra Mundial, fue ratificado en las cancillerías europeas uno de los documentos más controvertidos de la historia: el pacto por el que británicos y franceses, con el consentimiento de Rusia y a espaldas de los pueblos afectados, planearon repartirse las posesiones del Imperio Otomano en Oriente Próximo una vez acabada la contienda. En palabras del historiador árabe George Antonius (1891-1942), «una estupidez producto de la desconfianza y la codicia».

Firmado en secreto hace ahora cien años, el conocido como Acuerdo Sykes-Picot (por los nombres de sus negociadores) estipulaba que, pese a las promesas hechas a los árabes a cambio de su ayuda contra los turcos, la región se dividiría en dos grandes áreas administradas por ambas potencias. Finalmente, en la Conferencia de Paz de París de 1919 se optó por un nuevo reparto bajo la forma de mandatos, y las fronteras que conocemos hoy fueron dibujándose en las décadas siguientes a través de otros acontecimientos, como la creación del Estado de Israel o la nueva república turca, que acabaron siendo más significativos.

El tratado de Sykes-Picot y sus consecuencias no son los únicos orígenes de la inestabilidad que ha sufrido la zona en el último siglo, y a la artificialidad de sus fronteras y de las que surgieron después no es fácil oponer otras más ‘racionales’ (basadas en grupos étnicos o religiosos) que hubiesen garantizado la paz. El legado del imperialismo es una pesada losa, pero también lo son las dictaduras que han castigado Oriente Medio durante generaciones, el extremismo religioso, los dobles raseros de la comunidad internacional, el intervencionismo, o los intereses derivados del petróleo.

Y, sin embargo, Sykes-Picot sigue siendo invocado como el gran pecado original, tal vez por su innegable carácter simbólico: cuando, en junio de 2014, el grupo Estado Islámico llevó a cabo su espectacular expansión, lo primero que hizo tras conectar las zonas que controlaba en Siria e Irak fue «dar por muerto» el histórico pacto.

Cien años después, el futuro de la región, incluyendo el de los Estados más periféricos a los que el tratado no afectó directamente, parece tan turbio como su pasado, y su presente, con tres países en guerra abierta, cientos de miles de muertos por la violencia, millones de refugiados, economías destrozadas, derechos humanos sistemáticamente violados y una ‘primavera árabe’ que es ya como un sueño lejano, no deja mucho espacio para la esperanza.

Siria

  • En guerra civil desde 2011.
  • Más de 270.000 muertos y 4 millones de refugiados.
  • La mitad de la población, desplazada.
  • El 50% de las infraestructuras, destruidas.

La guerra civil en Siria, ya en su sexto año, tiene su origen en las protestas contra el gobierno dictatorial de Bashar al Asad, iniciadas en 2011 en el contexto de la ‘primavera árabe’, y que el régimen reprimió duramente. La compleja realidad étnica, social y religiosa del país, los apoyos internacionales (Rusia, Irán y Hizbulá, con el Gobierno; Turquía, Arabia Saudí y las monarquías del Golfo, con los rebeldes), la descomposición de la oposición moderada, la determinante irrupción del yihadismo fundamentalista (Estado Islámico, Al Qaeda), y el rechazo a una intervención directa por parte de EE UU han estancado el conflicto. Pese a la frágil y poco respetada tregua de los últimos meses, los intentos de conversaciones de paz han sido, hasta ahora, un fracaso.

Irak

  • En guerra con Estado Islámico.
  • Terrorismo y violencia sectaria.
  • Crisis política y Estado en riesgo de descomposición.
  • 7.515 muertos por la violencia en 2015.

En lo que va de siglo, y después de los 25 años de la dictadura de Sadam Husein (incluyendo la devastadora guerra contra Irán y las acciones genocidas contra los kurdos), Irak ha sufrido una invasión (la liderada por EE UU en 2003), una guerra civil (2006-2007), el terrorismo de Al Qaeda y, ahora, la sangrienta expansión de Estado Islámico y continuos atentados masivos. Tras el fracaso del Gobierno sectarista de Al Maliki, el nuevo ejecutivo reformista de Al Abadi se enfrenta a grandes protestas, en un sistema político con hondas raíces en el clientelismo y en los intereses de los diferentes grupos que conforman la sociedad iraquí. En primera línea contra Estado Islámico, los kurdos, repartidos entre Irak, Siria, Irán y Turquía, y a los que tanto Sykes-Picot como los tratados posteriores negaron un Estado independiente, han visto incrementadas sus aspiraciones.

Yemen

  • En guerra desde marzo de 2015.
  • 9.000 víctimas civiles (3.200 muertos y 5.700 heridos).
  • 2,4 millones de desplazados.
  • 14 millones necesitados de asistencia humanitaria.

Hasta el año pasado, en Yemen se superponían cuatro conflictos: el del Gobierno contra la guerrilla hutí; la revuelta separatista en el sur; las protestas de la ‘primavera árabe’ (que acabaron sacando del poder al presidente Saleh tras 33 años en el cargo); y la actividad de los yihadistas asociados a Al Qaeda. En enero de 2015, los hutíes (chiíes) forzaron la salida del nuevo presidente, Mansur Hadi. El teórico respaldo del régimen chií de Irán a la guerrilla, y el consiguiente temor de Arabia Saudí (suní) por perder influencia, motivó una intervención militar de una coalición árabe liderada por los saudíes, cuyos bombardeos han causado más de la mitad de las víctimas civiles en más de un año de conflicto.

Israel y Palestina

  • En conflicto permanente desde la creación del Estado de Israel en 1948.
  • Gaza y Cisjordania, ocupadas desde 1967.
  • Negociaciones de paz paralizadas.

Con el proceso de paz enterrado, y después de la Segunda Intifada, los últimos años han estado marcados por la mano dura del Gobierno israelí del conservador Benjamin Netanyahu, la expansión de las colonias ilegales israelíes en los territorios ocupados, las operaciones militares contra una franja de Gaza en la que 1,5 millones de personas siguen viviendo en estado de sitio, y las acciones violentas de una nueva generación de jóvenes palestinos que ya no esperan prácticamente nada de sus divididas, ineficaces y maniatadas autoridades. La guerra en Siria y en Irak y la tensión con Irán han alejado el foco informativo de Palestina, e Israel confía en sacar provecho del caos en que están inmersos sus vecinos.

Turquía

  • Reactivación de la violencia entre el Estado y la minoría kurda.
  • Oleada terrorista.
  • Deriva autoritaria del Gobierno y crisis política.
  • 2 millones de refugiados sirios en su territorio.

La crisis de los refugiados sirios (Turquía es, con mucho, el país que más acoge, y la principal puerta de entrada de éstos a Europa) y el polémico acuerdo (ahora en entredicho) sobre deportaciones alcanzado con la UE han protagonizado la agenda de la convulsa política turca en los últimos meses, en medio del creciente autoritarismo del presidente Erdoğan, con acoso a sus enemigos políticos y a la prensa, e intentos por acaparar más poder. Implicada militarmente en la guerra siria, Turquía sufre, además, una grave oleada terrorista y la ruptura del alto el fuego con la guerrilla kurda del PKK tras dos años de tensa paz.

Líbano

  • Gravemente afectado por la guerra en Siria, con 1,2 millones de refugiados en su territorio y Hizbulá combatiendo junto al régimen de Bashar Al Asad.
  • Crisis política (sin presidente desde 2014).

Tras décadas de continua violencia (15 años de guerra civil, control militar sirio, guerrillas palestinas, invasiones israelíes), la precaria estabilidad del Líbano, un complicado experimento de reparto de poder entre sus diferentes minorías étnicas y religiosas, y sus poderes económicos y políticos, ha vuelto a ser sacudida, esta vez por la guerra en la vecina siria. Los refugiados han desbordado el país, huyendo de un conflicto en el que participa militarmente la milicia libanesa chií Hizbulá, auténtico «Estado dentro del Estado» y uno de los principales agentes en el Gobierno actual, mientras el Parlamento lleva dos años sin ponerse de acuerdo para elegir un nuevo presidente.

Arabia Saudí

  • Intervención directa en la guerra de Yemen, e indirecta en Siria.
  • 150 ejecutados en 2015, el 72% por protestas políticas y crímenes no violentos.

Inmersa en una lucha con el Irán chií por la hegemonía en la región, y origen ideológico (y a menudo financiero) del extremismo religioso yihadista, Arabia Saudí continúa bajo la acusación constante de las organizaciones de derechos humanos (discriminación de la mujer, de los homosexuales, represión de la oposición política). Bajo el nuevo rey, Salman, el país ha abandonado su tradicional política de discreción para entrar en nueva era más agresiva en la que se enmarcarían los bombardeos sobre Yemen, el incremento de las ejecuciones, la ayuda a los insurgentes sirios, el reforzamiento del eje con las otras monarquías absolutistas del Golfo (especialmente Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos), o los movimientos para alterar el precio del petróleo, cuya caída le está afectando seriamente.

Irán

  • Participación militar en Siria e Irak, y conflicto regional con Arabia Saudí.
  • Represión política y de derechos humanos.
  • Apertura tras el acuerdo nuclear de 2014.

Los años de enfrentamiento frontal con Occidente que caracterizaron las presidencias de Ahmadineyad han dado paso a un mayor entendimiento, de la mano del más moderado Rohaní, con el pacto nuclear alcanzado en 2014 y el levantamiento de sanciones económicas como principal consecuencia. El poder real, no obstante, sigue en manos de una reaccionaria élite religiosa, las violaciones de los derechos humanos y la represión política continúan, y el país, en una creciente rivalidad con Arabia Saudí, y considerado aún la gran amenaza por Israel, está implicado militarmente en Siria (respaldando a Asad) e Irak (milicias chiíes contra los suníes de Estado Islámico), mientras mantiene su apoyo a Hizbulá y a la guerrilla hutí en Yemen.


Publicado originalmente en 20minutos

Más información:
» Acuerdo Sykes-Picot (1916)
» How the Curse of Sykes-Picot Still Haunts the Middle East (Robin Wright, en The New Yorker)
» Sykes-Picot Roundup (The Afternoon Map)
» Could Different Borders Have Saved the Middle East? (Nick Danforth, en The New York Times)
» Middle East still rocking from first world war pacts made 100 years ago (Ian Black, en The Guardian)
» Don’t Blame Sykes-Picot for the Middle East’s Mess (Steven A. Cook y Amr T. Leheta, en Foreign Policy)
» Rant: The Next Week will be Full of Op-Eds about Sykes-Picot: Almost All of them Will Get it Wrong (Michael Collins, Middle East Institute Editor’s Blog)
» La regla y el pegamento de Sykes-Picot 100 años después (Itxaso Domínguez de Olazabal, en esglobal)
» The clash within a civilisation (The Economist)
» The war within (The Economist)
» Unintended consequences (The Economist)
» Middle East – The Mother of All Humanitarian Crises (Baher Kamal, en Inter Press Service)

La guerra de los cien años

Entre el 16 y el 19 de mayo de 1916, en plena Guerra Mundial, fue ratificado en las cancillerías europeas uno de los documentos más controvertidos de la historia: el pacto por el que británicos y franceses, con el consentimiento… Leer

Al menos 41 personas murieron y 200 resultaron heridas en un doble atentado suicida reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico, en el barrio de Burch Barachne, uno de los feudos del grupo chií libanés Hizbulá, en el sur de Beirut.

Salvaje atentado de Estado Islámico en Beirut: 41 muertos

Al menos 41 personas murieron y 200 resultaron heridas en un doble atentado suicida reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico, en el barrio de Burch Barachne, uno de los feudos del grupo chií libanés Hizbulá, en el sur de… Leer

Miembros de una familia de refugiados sirios, en su casa alquilada en la localidad de Abbasieh, en el sur del Líbano. Foto: B. Hansford / UNHCR

El Consejo de Seguridad de la ONU tuvo oportunidad de escuchar este jueves detalles y cifras sobre la cada vez más alarmante situación de los 3,8 millones de personas que Naciones Unidas identifica ya como refugiados por la guerra en Siria: «El continuo crecimiento en el número de desplazados es asombroso. Pero, al mismo tiempo, la naturaleza misma de la crisis está cambiando. A medida que aumenta el nivel de desesperación y se va reduciendo el espacio de protección disponible, nos acercamos a un peligroso punto de inflexión», dijo ante este organismo el alto comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres.

Por su parte, la subsecretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Kyung-wha Kang, lamentó la falta de fondos internacionales para atender esta crisis, y recordó que, al cierre del año pasado, el plan para dar repuesta al drama humano creado por el conflicto sirio solo había recibido un 48% de la financiación requerida. «Pedimos a los miembros de este consejo que muestren liderazgo para terminar la guerra bárbara y brutal en Siria», dijo. «Nos estamos quedando sin palabras para describir las terribles consecuencias humanitarias».

Éste es, traducido al castellano, el texto completo leído por Guterres ante el Consejo de Seguridad:

Señor presidente, excelencias, damas y caballeros:

Al informar a este Consejo en 2013 afirmé que la guerra en Siria no solo había desatado la peor crisis humanitaria de nuestro tiempo, sino que suponía, además, una terrible amenaza para la estabilidad regional y para la paz y la seguridad globales.

Esta es la realidad a la que nos enfrentamos hoy.

Irak ha sufrido el mayor y más aterrador desbordamiento de su historia reciente causado por un conflicto en un país vecino. Líbano se encuentra en un estado casi permanente de alerta por razones de seguridad, y en los últimos meses ha habido amenazas cada vez mayores incluso en Jordania. Según diversas informaciones, al menos 20.000 combatientes extranjeros de unos 50 países han viajado a Siria e Irak desde 2011, una cifra que casi se duplicó a lo largo del año pasado.

Y, mientras, la crisis de los refugiados sirios ha desbordado por completo la actual capacidad de respuesta, con un total de 3,8 millones de refugiados registrados en los países vecinos.

En Líbano y Jordania, el crecimiento de la población experimentado en el espacio de estos pocos años ha alcanzado niveles para los que estos países no preveían estar preparados hasta dentro de varias décadas. Un tercio de la población actual del Líbano es palestina o siria. Jordania se enfrenta a un desafío similar. Y Turquía se ha convertido ya en el país que más refugiados acoge del mundo.

Hay que sumar, además, otros dos millones de desplazados internos en Irak en 2014, y las cerca de 220.000 personas que han buscado refugio en otros países.

El continuo crecimiento en el número de desplazados es asombroso. Pero, al mismo tiempo, la naturaleza misma de la crisis está cambiando. A medida que aumenta el nivel de desesperación y se va reduciendo el espacio de protección disponible, nos acercamos a un peligroso punto de inflexión.

Tras pasar años en el exilio, los recursos de los refugiados hace tiempo que se han agotado, y sus condiciones de vida se están deteriorando drásticamente. He conocido familias de clase media con hijos que sobreviven a duras penas en las calles mientras rezan para poder superar el invierno. Más de la mitad de los refugiados sirios en Líbano habitan en viviendas inseguras, casi un tercio ya el año pasado. Y una encuesta realizada a 40.000 familias sirias en Jordania reveló que dos tercios de éstas están viviendo por debajo de la línea absoluta de pobreza. Un padre de cuatro hijos comparaba su vida como refugiado a estar atrapado en arenas movedizas. Cada vez que te mueves, te hundes un poco más. Los llamamientos humanitarios se encuentran sistemáticamente faltos de fondos. Simplemente, no hay suficiente asistencia para los refugiados sirios.

Al mismo tiempo, las comunidades de acogida se encuentran completamente sobrecargadas. El flujo de refugiados ha supuesto un enorme impacto para las economías y las sociedades, sobre todo en Líbano, Jordania y el norte de Irak, desbordando los servicios sociales, las infraestructuras y los recursos gubernamentales. La ayuda internacional está muy lejos de poder seguir el ritmo que marca la magnitud de estas necesidades.

Y a medida que los países de acogida se enfrentan a crecientes riesgos de seguridad, como consecuencia de la expansión regional del conflicto, y no reciben la ayuda necesaria para responder al flujo de refugiados, los sirios lo tienen cada vez más difícil para alcanzar su propia seguridad. El número mensual de registros en ACNUR en Líbano ha caído en cerca de un 80% con respecto a principios de 2014, y el número de los que entran en Jordania se ha reducido también sustancialmente.

Es importante subrayar asimismo que un número relevante de refugiados sigue cruzando la frontera hacia Turquía. El Gobierno turco ha gastado ya alrededor de 6.000 millones de dólares en asistencia directa a los refugiados sirios. En una histórica decisión, adoptada el año pasado, Turquía aprobó un decreto temporal de protección que permite a los sirios acceder al mercado de trabajo, así como obtener educación y sanidad gratuitas.

Pero en el contexto global que estoy describiendo, no puede sorprendernos que la creciente desesperación este forzando a más y más refugiados sirios a desplazarse cada vez más lejos. Lo ilustra la dramática situación en el Mediterráneo, donde los sirios constituyeron un tercio de las 220.000 personas que llegaron a Europa en bote el año pasado.

Excelencias,

La situación de los refugiados, cada vez más prolongada y más desesperada, amenaza con convertir a dos millones de sirios menores de 18 años en una generación perdida. Y muchos de los más de 100.000 niños refugiados nacidos en el exilio podrían enfrentarse al peligro de no ser reconocidos por ningún estado. Si no actuamos de manera apropiada, la crisis que se está gestando puede tener enormes consecuencias en el futuro, no solo en Siria, sino en toda la región.

A medida que se reducen los recursos, abandonar a los refugiados a la desesperación les expone a un sufrimiento aún mayor, a la explotación y a peligrosos abusos. Y dejar que los países de acogida se hagan cargo de la situación sin ayuda puede dar lugar a una grave desestabilización regional, y a más preocupaciones de seguridad en otras partes del mundo.

Debería ser obvio que para poder prevenir esto y preservar los espacios de protección en la región, tanto los refugiados como los países de acogida necesitan una ayuda internacional masiva. El Plan Regional de Resistencia para los Refugiados (o 3RP) aspira a coordinar los esfuerzos humanitarios y a largo plazo de los gobiernos de acogida con más de 200 socios de Naciones Unidas y de organizaciones no gubernamentales. Sus programas están diseñados para que sean financiados no solo por presupuestos humanitarios, sino también, cada vez más, por partidas dedicadas a la cooperación para el desarrollo.

Tengo la esperanza de que la próxima Conferencia Kuwait III desempeñará un papel determinante en la estabilización de los países que acogen a refugiados. Más allá de las prioridades humanitarias inmediatas, es esencial que los actores implicados en el desarrollo financien los pilares del plan 3RP y aporten fondos a los planes de los gobiernos de acogida. Países como Líbano y Jordania necesitan mucha más asistencia financiera, no solo para las comunidades locales de acogida a refugiados, sino también a través presupuestos gubernamentales de ayuda para necesarias inversiones estructurales en sistemas de salud, educación, agua, electricidad y otras infraestructuras públicas que están fallando debido a esta gran presión.

Como se discutió ampliamente durante la Conferencia de Berlín, la situación en Siria ilustra hasta qué punto son peligrosamente inadecuadas las actuales políticas de cooperación, en un tiempo de múltiples conflictos. Para hacer frente a esto, donantes bilaterales y multilaterales, así como instituciones financieras internacionales, deberían revisar sus criterios y prioridades. Es absurdo, por ejemplo, que ni Líbano ni Jordania tengan acceso a las subvenciones del Banco Mundial porque son considerados países de ingresos medios.

Excelencias,

Como Alto Comisionado para los Refugiados, me rompe el corazón ver cómo familias sirias que han huido de una guerra horrible se ven forzadas a arriesgar de nuevo sus vidas en precarias embarcaciones, buscando protección en Europa. Desde principios de 2015, unas 370 personas han muerto tratando de cruzar el Mediterráneo. Es decir, un muerto ahogado por cada veinte que consiguen llegar. Pero la operación italiana Mare Nostrum se dio por finalizada, y la iniciativa Tritón de la UE es limitada, tanto en poderes como en recursos. Europa debe incrementar su capacidad para salvar vidas con una robusta operación de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central. De no ser así, miles, incluidos muchos, muchos sirios, perecerán.

Pero lo primero que hay que hacer para reducir el número de personas que se embarcan es habilitar nuevas vías legales para los sirios que buscan protección en terceros países. Varios países cuentan con programas de asentamiento y admisión humanitaria, pero las necesidades exceden con mucho el espacio disponible. Creemos que una décima parte de los refugiados sirios necesitan ser realojados para que su falta de protección encuentre una respuesta adecuada. Políticas flexibles de visados, extensión de reunificaciones familiares, becas escolares y sistemas privados de patrocinio deben complementar estas medidas. Siguiendo el ejemplo de países como Alemania o Suecia, otros estados de Europa y de la región del Golfo deberían considerar la opción de ofrecer un acceso legal con más oportunidades, aliviando así parte de la presión que sufren los vecinos de Siria, y ofreciendo a los refugiados un modo alternativo de alcanzar la seguridad.

Sin estas alternativas, el número de personas que se aventura en el mar seguirá creciendo. Y no solo se enfrentan a serias violaciones de los derechos humanos por parte de los traficantes y contrabandistas. Ahora estamos viendo también grupos armados que amenazan con entrar en el negocio del tráfico de personas con el objetivo de sembrar terror.

Esto debería recordarnos que proteger a los refugiados significa asimismo enfrentarse al racismo y a la xenofobia. En el actual clima de pánico creciente, me preocupa profundamente que se mezcle la situación de los refugiados con problemas de seguridad, y que éstos tengan que sufrir hostilidad en lugares donde pensaron que estarían seguros. En numerosos debates públicos, los refugiados son los chivos expiatorios de todos los problemas, desde el terrorismo hasta las dificultades económicas, y acaban siendo percibidos como amenazas para el modo de vida de las comunidades que les acogen. Lo que es necesario recordar es que los refugiados no son la amenaza; son ellos los amenazados.

Los sirios constituyen actualmente la mayor población de refugiados bajo el mandato del ACNUR. A medida que su número sigue creciendo, y que su situación se hace cada vez más vulnerable, las graves repercusiones que ello tiene para toda la región no son más que un recordatorio de lo obvio: la urgente necesidad de que la comunidad internacional reúna a todos los actores clave para acabar con el conflicto. En esta guerra no hay vencedores; todos salen perdiendo. Pero el mayor precio lo están pagando los refugiados y el resto de víctimas inocentes que permanecen en el país.

Muchas gracias.

Refugiados sirios: los peores augurios, cumplidos

El Consejo de Seguridad de la ONU tuvo oportunidad de escuchar este jueves detalles y cifras sobre la cada vez más alarmante situación de los 3,8 millones de personas que Naciones Unidas identifica ya como refugiados por la guerra en Siria:… Leer

Bloque de piedra hallado en el yacimiento de Baalbek, Líbano. Foto: Deutsches Archäologisches Institut

Arqueólogos alemanes han descubierto en Baalbek, Líbano, el mayor bloque de piedra trabajado por manos humanas en la Antigüedad encontrado hasta ahora. El bloque, que aún está parcialmente enterrado, mide 19,6 metros de largo, 6 metros de ancho y al menos 5,5 metros de alto. Se le calcula un peso de alrededor de 1.650 toneladas, y fue tallado, según las primeras estimaciones, hace unos 2.000 años.

El hallazgo fue realizado el pasado verano por un equipo del Instituto Arqueológico Alemán, en una cantera de piedra caliza situada a unos 500 metros del complejo donde se encuentran los templos del yacimiento. En la misma zona existen otros dos grandes bloques de piedra, uno de 1.240 toneladas y otro, el conocido como «Hajjar al-Hibla», o Piedra de la Mujer Embarazada, de unas 1.000 toneladas. Es junto a este último donde ha sido encontrado el tercer gran bloque.

Según explica el Instituto Arqueológico Alemán en un comunicado, el hecho de que la piedra se halle especialmente pulida indica que la intención habría sido transportar y utilizar el bloque sin volver a cortarlo.

El equipo de investigadores ha trabajado bajo la supervisión de la profesora Jeanine Abdul Massih, de la Universidad Libanesa, en cooperación con el Consejo de Antigüedades del Líbano. Su objetivo principal era conseguir nuevos datos e información acerca de las técnicas mineras y de transporte de megalitos.

Los arqueólogos calculan que estos bloques de piedra caliza fueron excavados en torno al año 27 d. C., cuando, siendo Baalbek una colonia romana, comenzó la construcción de los principales templos que conforman el santuario.

Para el podium del Templo de Jupiter, por ejemplo, se utilizaron enormes bloques de hasta 19 metros de largo. Actualmente solo permanecen en pie algunas partes de este complejo, incluyendo seis grandes columnas y 27 enormes bloques de piedra caliza en su base, cada uno de los cuales pesa en torno a 1.000 toneladas.

La forma exacta en que estos grandes bloques fueron transportados y colocados sigue siendo objeto de estudio.

Vista panorámica del Gran Patio del complejo del templo de Baalbek. Foto: Guillaume Piolle / Wikimedia Commons (clik en la imagen para ampliar)

Lo más probable es que el bloque encontrado ahora fuera cortado con el objetivo de ser usado también en este templo, pero que por alguna razón (la calidad de la piedra, o el excesivo tamaño) fuese abandonado después. El bloque conocido como Hajjar al-Hibla da algunas pistas en este sentido, ya que los arqueólogos creen que tal vez no fue utilizado debido a la mala calidad de la piedra en uno de sus bordes. La piedra podría haberse partido al intentar transportarla.

El yacimiento arqueológico de Baalbek, uno de los más importantes de Oriente Próximo, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984. Las primeras excavaciones se iniciaron hacia el año 1900, siendo el hallazgo más espectacular la zona de templos de entre los siglos I y III d. C., construidos en honor de la Tríada heliopolitana: Júpiter, Mercurio y Venus.

Los orígenes de Baalbek, no obstante, se remontan a dos asentamientos cananitas que las excavaciones arqueológicas bajo el Templo de Júpiter han permitido datar en la edad del bronce antigua (2900-2300 a. C.) y media (1900-1600 a. C.).


Más información y fuentes:
» Comunicado del Instituto Arqueológico Alemán
» Research team discover the world’s largest ancient stone block in Baalbek (Heritage Daily)
» Largest Stone Block From Antiquity Found (Discovery News)
» Baalbek, Patrimonio de la Humanidad (Unesco)

1.650 toneladas de Historia

Arqueólogos alemanes han descubierto en Baalbek, Líbano, el mayor bloque de piedra trabajado por manos humanas en la Antigüedad encontrado hasta ahora. El bloque, que aún está parcialmente enterrado, mide 19,6 metros de largo, 6 metros de ancho y al… Leer

La artista libanesa Sabah -la diva del mundo árabe- murió este miércoles a los 87 años. Jeannette Gergis al Feghali, su verdadero nombre, se convirtió en una actriz muy popular en la década de los cincuenta entre el público egipcio y, durante casi sesenta años de carrera, se transformó en un icono de la cultura popular árabe, tanto por su música, como por su agitada vida privada. Tenía unas 3.000 canciones en su repertorio, publicó más de 50 discos y actúo en un centenar de películas.

» Sabah: la diva de las 3.000 canciones, nueve maridos y cuatro pasaportes (BBC)

Sabah, 1927-2014

La artista libanesa Sabah -la diva del mundo árabe- murió este miércoles a los 87 años. Jeannette Gergis al Feghali, su verdadero nombre, se convirtió en una actriz muy popular en la década de los cincuenta entre el público egipcio… Leer

Refugiados sirios registrados en Líbano por ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, en junio de 2012, junio de 2013 y abril de 2014 (pinchar en el mapa para verlo grande).


Fuente: Syria Regional Refugee Response (UNCHR / ACNUR)

El éxodo sirio desborda Líbano

Refugiados sirios registrados en Líbano por ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, en junio de 2012, junio de 2013 y abril de 2014.

Una selección de fotografías tomadas en Oriente Medio esta semana. Pincha en los enlaces de las localizaciones para ver las imágenes.


Bam, Irán, 19/12/2013: Una jugadora de baloncesto entrena en un pabellón deportivo de Bam, la localidad iraní que hace ahora diez años, el 26 de diciembre de 2003, quedó arrasada por un terrible seísmo de 6,6 grados en la escala de Richter. Entre 35.000 y 46.000 personas (alrededor del 40% de la población total de la ciudad) murieron a causa del terremoto; 50.000 resultaron heridas y 80.000 perdieron su hogar. El 70% de las casas, la mayoría de ellas de construcción precaria, quedaron destruidas. Foto: Atta Kenare / AFP


Belén, Cisjordania (Palestina), 25/12/2013: Una niña enciende una vela en el interior de la Basílica de la Natividad, el lugar donde la tradición señala el nacimiento de Jesús, y al que cada año por estas fechas acuden miles de peregrinos cristianos de todo el mundo. Foto: Oren Ziv


Belén, Cisjordania (Palestina), 24/12/2013: Niños palestinos vestidos de Papá Noel, en las afueras de la Basílica de la Natividad. Foto: Majdi Mohammed / AP


Ammán, Jordania, 25/12/2013: Un refugiado iraquí, cristiano ortodoxo, asiste a la misa del día de Navidad en una iglesia de la capital jordana a la que acudieron familias iraquíes y sirias para rezar por sus respectivos países. Foto: Mohammad Hannon / AP


Mansura, Egipto, 24/12/2013: Un hombre trata de pasar entre los restos dejados por la explosión en un cuartel de la policía que mató a al menos una docena de personas, y dejó heridas a más de un centenar, el pasado martes. El Gobierno egipcio instaurado por los militares culpó del atentado a los Hermanos Musulmanes y al día siguiente declaró al grupo «organización terrorista». La Hermandad, sin embargo, condenó la acción y negó toda responsabilidad en el ataque. Foto: Ahmed Ashraf / AP


El Cairo, Egipto, 27/12/2013: Un manifestante se pone a cubierto durante los enfrentamientos de este viernres entre manifestantes en apoyo de los Hermanos Musulmanes y la policía, tras declarar el Gobierno provisional «organización terrorista» al grupo islamista. Una persona murió y cerca de 150 fueron detenidas durante los disturbios. Foto: Khaled Elfiqi / EPA


Beirut, Líbano, 27/12/2013: Un hombre lleva en brazos a una mujer herida tras el atentado con coche bomba que sacudió la capital libanesa a primeras horas de la mañana de este viernes. En la acción terrorista perdieron la vida un total de ocho personas, incluyendo al exministro de Finanzas Mohamed Chatah, economista, diplomático, antiguo consejero de los exjefes de gobierno Fuad Siniora y Saad Hariri, y probable objetivo del atentado. Foto: Bilal Hussein / AP


Beirut, Líbano, 29/12/2013: Familiares y amigos del exministro de Finanzas libanés Mohamed Chatah, asesinado el viernes en un atentado con coche bomba, durante el funeral. Foto: Bilal Hussein / AP


Rahat, Israel, 25/12/2013: Un grupo de beduinos se reúne en torno a la tumba de Salah Abu Latif, un beduino funcionario israelí de 22 años que fue asesinado, según el Gobierno israelí, por un francotirador palestino, cuando trabajaba en la valla de separación entre Israel y Gaza. Tras la muerte de Latif, el ejército israelí lanzó el martes una serie de ataques aéreos contra la Franja de Gaza, en los que, según fuentes palestinas, murió una niña de tres años de edad. Foto: Oded Balilty / AP


Bilin, Cisjordania (Palestina), 27/12/2013: Un joven palestino lanza piedras contra soldados israelíes durante un acto en contra de los asentamientos judíos en territorio ocupado por Israel, cerca de Ramala. Al fondo, el muro de separación israelí. Foto: Mohamad Torokman / Reuters


Estambul, Turquía, 27/12/2013: Manifestantes contra el Gobierno se enfrentan a la policía durante una protesta por el escándalo de corrupción que ha causado en apenas una semana la dimisión de tres ministros, el relevo de otros diez y la renuncia a sus escaños de tres parlamentarios del AKP, el partido islamista gobernante en Turquía. El escándalo ha destapado las luchas internas en el seno del islamismo turco y ha puesto contra las cuerdas al primer ministro, Racip Tayip Erdoğan. Las claves, aquí. Foto: Tolga Bozoglu / EPA


Homs, Siria, 25/12/2013: Un gorro de Papá Noel, entre las ruinas de un edificio destruido por las bombas. El papa Francisco dedicó a Siria una mención especial en su primer discurso de Navidad: «Demasiadas vidas ha destruido en los últimos tiempos el conflicto de Siria. Sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea librado de sufrimientos, y las partes en conflicto permitan el paso de la ayuda humanitaria», dijo. Foto: Yazan Homsy / Reuters


Alepo, Siria, 29/12/2013: Varios niños cruzan con sacos llenos de pertenencias la zona de Karaj al Hajez, un pasaje en Alepo que separa el barrio de Bustan al Qasr, controlado por los rebeldes, del de Al Masharqa, bajo el control del régimen. Foto: Ammar Abdullah / Reuters


Alepo, Siria, 28/12/2013: Una niña es rescatada de entre las ruinas de un edificio que se vino abajo tras dos ataques aéreos de fuerzas del régimen, en el barrio de Maysar, según informaron activistas de la oposición siria. Foto: Jalal Alhalabi / Reuters

Esmirna, Turquía, 22/12/2013: Al menos 10 personas murieron y 17 resultaron heridas al naufragar un remolcador en un astillero militar cercano a la ciudad turca de Izmir (Esmirna), en el mar Egeo, por causas que aún se desconocen, y que están siendo investigadas, según informaron fuentes militares. Foto: Emin Menguarslan / Anadolu


Tel Aviv, Israel, 26/12/2013: Manifestación cerca de la sede del Ministerio de Defensa israelí, en contra de la liberación de prisioneros palestinos que llevará a cabo el Gobierno a partir de esta semana, como parte del acuerdo patrocinado por Estados Unidos en julio, dentro de los esfuerzos por reanudar las conversaciones de paz. Foto: Ammar Awad / Reuters


Beersheva, Israel, 26/12/2013: Pilotos de la Fuerza Aérea israelí lanzan sus gorras al aire celebrando su graduación, en la base aérea de Hatzerim, en el desierto del Neguev. Foto: Jack Guezjack / AFP


Estambul, Turquía, 27/12/2013: Dos niños, junto a una de las obras del escultor indio Anish Kapoor que se exhiben hasta el próximo mes de febrero en el museo Sakip Sabanci. Foto: Murad Sezer / Reuters


El Cairo, Egipto, 24/12/2013: Cuatro artistas egipcios, Hany Rashed, Ganzeer, Ahmed Hefnawy y Ammar Abu Bakr, han montado estos días en un hotel del centro de la capital del país la exposición Libertad, en lo que han denominado «Museo de la Revolución». La muestra incluye graffitis, pinturas, esculturas y hasta simulaciones de granadas de gas. Foto: Rowan El Shimi / Al Ahram. Más fotos, aquí.


Bursa, Turquía, 26/12/2013: El Ayuntamiento de la ciudad turca de Bursa, en el noroeste del país, ha decidido iluminar con tecnología LED los edificios históricos más emblemáticos de la localidad. Foto: Anadolu Agency. Más fotos, aquí.


Ciudad de Gaza, Gaza (Palestina), 29/12/2013: Un hombre cabalga por una playa a orillas del Mediterráneo. Foto: Hatem Moussa / AP

Las fotos de la semana

Una selección de fotografías tomadas en Oriente Medio esta semana. Pincha en los enlaces de las localizaciones para ver las imágenes.

Más de 40 personas han muerto y unas 500 resultaron heridas este viernes en dos atentados con bomba perpetrados, con apenas unos minutos de diferencia, junto a las mezquitas suníes de Al Taqwa y Al Salam, en Trípoli. Es el mayor atentado que sufre la ciudad libanesa desde que acabó la guerra civil en el país, en 1990. Los siguientes vídeos, grabados por cámaras de seguridad, recogen el instante de la explosión junto a la mezquita de Al Salam. Era el momento del rezo, en la oración del viernes.

Ver en YouTube

Hace poco más de una semana, otro atentado mató a 27 personas en Rueis, bastión de Hizbulá a las afueras de Beirut, por lo que en un principio se pensó en un posible acto de venganza. No obstante, el grupo chií se ha apresurado a desvincularse de los atentados –no reivindicados aún por nadie–, y ha indicado que son parte de una estrategia «para sumir a Líbano en el caos». El Gobierno de Siria también ha condenado el doble atentado, que ha calificado de «cobarde acto de terrorismo».

La violencia está resurgiendo de forma alarmante en el Líbano, como consecuencia de la guerra en la vecina Siria, un conflicto que ha disparado los enfrentamientos sectarios entre suníes (opuestos, en general, al régimen de Bashar al Asad) y chiíes, muchos de los cuales apoyan al régimen sirio (Hizbulá ha cruzado la frontera y sus milicianos están ayudando abiertamente al Ejército sirio).

En los últimos meses, la tensión ha sido especialmente fuerte en la ciudad de Trípoli, donde se han producido numerosos estallidos de violencia entre la mayoría suní y su pequeña comunidad alauí (la secta, conectada con el chiísmo, a la que pertenecen Asad y la cúpula gobernante en Siria), con un saldo de decenas de muertos y centenares de heridos.

«Está claro que hay un deseo de provocar una guerra sectaria en el Líbano para desviar la atención de lo que está ocurriendo en Siria», indicó a la agencia AFP Hilal Khachane, jefe del departamento de ciencias políticas de la Universidad Americana de Beirut.

Líbano, ademas, está sin gobierno desde el pasado mes de marzo, cuando dimitieron el primer ministro Nayib Mikati y todo su gabinete, debido a la presión cada vez mayor de los bandos pro Asad y anti Asad. Dede entonces, los partidos no han logrado ponerse de acuerdo para formar un nuevo ejecutivo, tarea que fue encomendada a Tammam Salam. Las discrepancias se centran, principalmente, en la asignación de los puestos clave y de los altos directores de las organizaciones militares y de seguridad.

Por otra parte, Israel bombardeó en la madrugada de este viernes posiciones del Frente Popular de Liberación de Palestina-Comando General (FPLP-CG, cercano al régimen sirio) situadas entre Beirut y Sidón, un día después del lanzamiento desde el Líbano de cuatro cohetes contra el norte de Israel por las Brigadas Abdulá Azzam, grupo vinculado a Al Qaeda, según informa el diario libanés The Daily Star.


Más información y fuentes:
» Bombs kill 42 outside mosques in Lebanon’s Tripoli (Reuters)
» Black Friday in Tripoli (The Daily Star)
» Al menos 35 muertos y 500 heridos en dos explosiones en el norte del Líbano (Efe)
» Dos atentados contra mezquitas causan 42 muertos y 500 heridos en Trípoli (El País)
» Twin explosions hit Lebanon (Reuters, fotos de los atentados)

Leer también:
» La complicada apuesta de Hizbulá

El mayor atentado en Trípoli desde la guerra civil

Más de 40 personas han muerto y unas 500 resultaron heridas este viernes en dos atentados con bomba perpetrados, con apenas unos minutos de diferencia, junto a las mezquitas suníes de Al Taqwa y Al Salam, en Trípoli. Es el… Leer

1 2 4