medio ambiente

Un grupo de turistas que visitaba la zona israelí del Mar Muerto se vio sorprendido hace unos días por una súbita crecida del río Zin, cuyo cauce está generalmente seco, pero que, en ocasiones, renace de manera espectacular cuando se registran intensas lluvias en las montañas de su cabecera. El momento fue grabado en el vídeo que encabeza esta entrada.

El río Zin nace unos 85 kilómetros al sur de la ciudad de Beerseva, en el makhtesh del Crater Ramon, un accidente geológico único, existente tan solo en el desierto del Neguev y en la península del Sinaí, y formado por altas paredes escarpadas de rocas resistentes en torno a un profundo valle cerrado, que suele ser drenado por un único wadi. Desde alli, el Zin atraviesa de sur a norte el desierto del Neguev, y tras cruzar impresionantes cañones y cortados, desemboca en el Mar Muerto.

La mayor parte del año el Zin permanece seco, pero en invierno no son extrañas avenidas de agua como ésta, y las compañías turísticas que organizan viajes por rutas bíblicas suelen aconsejar echarle un vistazo a la prediccción meteorológica antes de salir.

Y, de pronto, el río

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Dos miembros de la Sociedad Palestina de la Vida Salvaje participan en un proyecto para el anillado y seguimiento de aves. Foto: Imad Atrash

El profesor Yossi Leshem, un zoólogo israelí de la Universidad de Tel Aviv, tiene la cabeza llena de pájaros, pero en el buen sentido. En colaboración con el palestino Imad Atrash, director de la Sociedad Palestina de la Vida Silvestre, lleva quince años entregado a la protección de las aves migratorias que cada año cruzan Oriente Próximo, y, de paso, a la creación de lazos de cooperación en la región, más allá de la política, de las divisiones territoriales, de los controles militares y de las guerras. «No soy ningún ingenuo, ya sé que no vas a hacer la paz con unos pájaros, pero creo que la ciencia también puede aportar algo», dice Leshem en un reportaje de Ivan Semeniuk publicado este lunes por el diario canadiense The Globe And Mail. «La naturaleza no entiende de fronteras», sentencia Atrash.

En el año 2000, Leshem y Atrash lograron reunir a escolares israelíes, palestinos y jordanos en un proyecto educativo en torno al anillado y al seguimiento de las aves migratorias amenazadas a su paso por este convulso punto de encuentro entre tres continentes. «Los padres nos decían que estábamos locos», dice Atrash. Cuando, después de la segunda intifada, resultó prácticamente imposible cruzar las fronteras, la pareja se centró en educar a los granjeros árabes para que no matasen lechuzas (asociadas tradicionalmente con la mala suerte), y para que permitiesen que estas aves anidaran en cajas-nido construidas a lo largo del Valle del Jordán. Las lechuzas se convertían así en una forma natural (y libre de compuestos químicos) de controlar plagas de roedores devastadoras para la agricultura.

Actualmente, Leshem y Atrash son socios en un proyecto que ha recibido 524.000 euros de la Unión Europea, y cuyo objetivo es establecer zonas específicas de protección y sistemas de control científico para las aves en Cisjordania. La idea, reforzada con la futura construcción de hasta siete estaciones ecológicas y de observación de aves en Israel, no se limita a la protección de la fauna. De tener éxito, sus impulsores confían en que ayude a atraer turistas y también a disminuir el riesgo de enfermedades transmitidas por las aves.

En un contexto donde el día a día está marcado por la violencia, la represión y la precariedad económica, los problemas medioambientales quedan sistemáticamente relegados a un segundo plano, cuando no completamente ignorados. A veces, sin embargo, abordar asuntos aparentemente menores ayuda a allanar el camino para la resolución de los asuntos más graves, y abre puertas a un mayor entendimiento.

Atrash afirma que no pierde la esperanza de que la paz llegará algún día. «Y cuando llegue», dice, «será un futuro mejor, no solo para la gente, sino también para la naturaleza».


Más información y fuentes:
» Birds without borders: Diplomacy takes wing in the Middle East (The Globe And Mail)
» Yossi Leshem (página personal en la web de la Universidad de Tel Aviv)
» Birds As Peacemakers: 15 Years Of Regional Cooperation In The Middle East (pdf)
» Birding Israel

Alas para un futuro mejor

El profesor Yossi Leshem, un zoólogo israelí de la Universidad de Tel Aviv, tiene la cabeza llena de pájaros, pero en el buen sentido. En colaboración con el palestino Imad Atrash, director de la Sociedad Palestina de la Vida Silvestre,… Leer

Dubai, 1984-2012. Imagen: U.S. Geological Survey, NASA, Time, Google

En colaboración con el Servicio Geológico de EE UU, la NASA y la revista Time, Google ha creado un sitio web en el que se muestran, a modo de timelapse, secuencias de imágenes de satélite de toda la Tierra tomadas desde 1984 hasta 2012. Basta elegir una localización cualquiera y, con un simple clic, «regresar en el tiempo y obtener una perspectiva histórica impresionante sobre cómo ha cambiado la superficie terrestre a través de los años», explica Google en su blog. Las imágenes han sido tomadas por los satélites del programa Landsat de la NASA, que orbitan permanentemente la Tierra mirando no hacia arriba, a las estrellas, sino hacia abajo, hacia nosotros.

Según Google, para la creación de este proyecto ha sido necesario buscar entre más de dos millones de fotografías, con el fin de encontrar tomas sin nubes de cada rincón del planeta. Luego, las fotos seleccionadas se han ido ensamblando para crear imágenes gigantes correspondientes a cada año. En el interesante y extenso análisis del resultado que publica Time junto con su versión del programa, Jeffrey Kluger explica que los cerca de dos billones de píxeles que contiene cada imagen equivalen a ensamblar en un mosaico gigantesco un total de 900.000 televisores de alta definición.

Pero más allá del alarde tecnológico, lo verdaderamente importante de este proyecto es la llamada de atención que supone. Es difícil encontrar una secuencia de las que se destacan en la presentación donde no haya una mala noticia, desde la acelerada deforestación del Amazonas hasta la lenta e inexorable muerte del Mar de Aral, pasando por el avance imparable de la desertificación, la reducción de los glaciares, montañas decapitadas por la construcción de minas, la depredación del entorno en la constante búsqueda de recursos insostenibles o la expansión a toda costa de los supernúcleos urbanos.

No todo es atribuible a la mano del hombre. Nuestro planeta no es, como no lo es ningún ‘ser vivo’, inmutable. Pero mucho de lo peor, sí.

Uno de los ejemplos más espectaculares es, sin duda, el de Dubai, una futurista y lujosa megalópolis levantada en pleno desierto en apenas unas décadas gracias al poder del petróleo, y a pesar de que, en la propia Dubai, petróleo apenas hay (es en Abu Dhabi donde está el 85% del crudo de los Emiratos).

Rascacielos iluminados en Dubai

En los años cincuenta Dubai era poco más que un pueblo, cuyos habitantes vivían, principalmente, de la industria de las perlas recogidas por buceadores. Cuando comienza la secuencia de imágenes de satélite, a mediados de los años ochenta, Dubai tiene ya 300.000 habitantes, pero está muy lejos aún de ser lo que es hoy en día, una urbe donde residen cerca de 2,1 millones de personas, centro financiero de Oriente Medio y que, entre otras cosas, posee el rascacielos más grande del mundo (el Burj Jalifa), el mayor centro comercial, el mayor parque temático y la mayor… pista de esquí cubierta del planeta. La expansión de la metrópolis hacia el desierto es claramente visible.

Y además de construir en el desierto, con un brutal boom inmobiliario que, como todos, sufrió la debacle financiera de 2008, aunque fue rescatado por el petróleo de Abu Dhabi, Dubai ha construido también en el mar, a base de dragar arena y crear islas artificiales. Así, la secuencia de los satélites nos permite asistir al surgimiento, como de la nada, de las Palm Islands, las famosas islas artificiales con forma de palmera, perfectamente reconocibles desde el espacio.

Dubai 1984Dubai 2012
Dubai 1984-2012. Imágenes: U.S. Geological Survey, NASA, Time, Google

Semejante crecimiento, a lo que hay que sumar la aclimatación con aire acondicionado de todos los espacios cerrados, el masivo uso del coche como principal medio de transporte, el gran consumo de agua (procedente del mar y desalinizada en grandes plantas), una iluminación que no tiene mucho que envidiar a la de Las Vegas, o los campos de golf, por poner solo unos ejemplos, hace que el consumo energético de Dubai sea descomunal, y que tras el «milagro del desierto» se esconda, en realidad, un auténtico templo dedicado al consumismo y uno de los mayores fracasos en lo que a la construcción de ciudades sostenibles se refiere.

Los Emiratos tienen en marcha el ambicioso proyecto Masdar, una ciudad ecológica que se está levantando junto al Aeropuerto Internacional de Abu Dhabi, alimentada por energía solar y cuyo objetivo es no solo ser sostenible sino también autoabastecida. Es una buena inciativa, pero la pregunta es si no habría sido mejor, puesto que dinero no es precisamente lo que falta, racionalizar antes la locura de Dubai. Y a la vista de lo que se ve desde el espacio, uno diría que la respuesta es afirmativa.


Más información y fuentes:
» Timelapse (Time)
» A picture of Earth through time (Google Blog)
» Google’s Earth Engine: A stunning time-lapse view of the planet (Los Angeles Times)
» Dubai, del boom inmobiliario al sueño de sostenibilidad (Belén Boville Luca de Tena, en Efe Verde)
» El extraño caso del petróleo dubaití (Alberto G. Izquierdo, en worldWtrade)

Dubai: 30 años vertiginosos en dos segundos

En colaboración con el Servicio Geológico de EE UU, la NASA y la revista Time, Google ha creado un sitio web en el que se muestran, a modo de timelapse, secuencias de imágenes de satélite de toda la Tierra tomadas… Leer

Dubai, en 2012. Foto: Mathias Apitz / Flickr

Si no te interesan el activismo político, los derechos de los trabajadores o la libertad de expresión, si no eres ni inmigrante ni homosexual ni demasiado escrupuloso con los derechos humanos, en los Emiratos Árabes Unidos se vive bien. El país, una federación de siete estados regidos cada uno por su emir, disfruta de una renta per cápita de alrededor de 50.000 dólares al año, una de las más altas del mundo, y el Estado invierte generosamente (en infraestructuras, sobre todo) los enormes ingresos que obtiene como tercer mayor exportador mundial de petróleo.

Parte del coste de esta alta calidad de vida lo pagamos, no obstante, todos: Los Emiratos lideran el ránking mundial de emisiones de dióxido de carbono per cápita, como consecuencia, principalmente, de las emisiones relacionadas con las plantas de desalinización, en una economía que depende casi por completo de los combustibles fósiles.

La buena noticia es que medio centenar de empresas privadas con sede en los Emiratos se acogieron voluntariamente a un programa por el que se comprometían a reducir en al menos un 10% su huella de carbono y su gasto de agua, y que al menos cinco de ellas –las primeras que han ofrecido datos oficiales– no solo han logrado ya el objetivo, sino que lo han sobrepasado. En concreto, y según informa el diario de Abu Dabi The National (propiedad del Gobierno), estas empresas han conseguido ahorrar entre un 11% y un 55% en uso de energía, y entre un 28% y un 89% en uso de agua. Los datos han sido comprobados de forma independiente por la auditora estadounidense Ernst & Young.

El logro puede parecer modesto aún, pero hay que recordar que, como señala Tafline Laylin en Green Prophet, en los Emiratos resulta muy difícil convencer a las empresas para que ahorren energía o agua, ya que el gasto está subvencionado por el Gobierno. Las cinco compañías que lo han conseguido han recibido el reconocimiento de la organización conservacionista internacional WWF.

Lo más relevante es que muchas de las decisiones empresariales que han hecho posible este ahorro son relativamente baratas y sencillas de llevar a cabo. Las cinco compañías mencionadas, por ejemplo, lograron reducciones importantes de energía mejorando el mantenimiento de los equipos de aire acondicionado y bajando un poco la intensidad de la refrigeración (algo que probablemente agradecieron también muchos empleados). Otra empresa que iba a cambiar de sede tuvo en cuenta que la nueva localización contase con una mayor luz natural y con mejores accesos al transporte público. El uso de electricidad se redujo en un 55%.

Si el compromiso adoptado por estas empresas consigue perdurar, y si, sobre todo, se extiende a las actividades industriales que más contaminan, la iniciativa puede ser un buen ejemplo a seguir, y no solo por otras compañías en los propios Emiratos. A la cabeza de la lista de los países con más emisiones de gases de efecto invernadero están también Catar y Kuwait. El déficit ecológico, como el democrático, es un problema regional.


Más información y fuentes:
» UAE firms praised for cutting carbon footprint by over 10% (The National, UAE)
» 50 Gulf Companies Voluntarily Cut Energy and Water Use (Green Prophet)
» Emisiones de CO2 per cápita, por países (Banco Mundial)

Ahorrando energía en los Emiratos

Si no te interesan el activismo político, los derechos de los trabajadores o la libertad de expresión, si no eres ni inmigrante ni homosexual ni demasiado escrupuloso con los derechos humanos, en los Emiratos Árabes Unidos se vive bien. El… Leer

La bicicleta de cartón de Izhar Gafni. Foto: Marcus Qwertyus / Wikimedia Commons

Se llama Izhar Gafni, es un mecánico autodidacta israelí, y ha inventado una bicicleta con la que, según dice, podría revolucionarse el transporte urbano, especialmente en las ciudades de los países más pobres. ¿El secreto? La bicicleta está hecha de cartón y costaría solo 10 dólares.

Gafni admite que su bicicleta es «la más sencilla que te puedas imaginar», pero asegura que, además de ligera, es fuerte, resiste al agua y la humedad, no se oxida, puede soportar hasta 140 kilos de peso y es, sobre todo, ecológica.

La bicicleta no contiene nada de metal. El chasis está elaborado completamente de cartón (reciclado) y los frenos, la cadena y otras partes están construidos con materiales también no metálicos, que Gafni prefiere no revelar, porque está intentando patentarlos.

El inventor, que vive en la localidad israelí de Moshav Ahituv y pertenece a una familia de inmigrantes brasileños, ha necesitado cuatro años de trabajo y seis prototipos para llegar a construir esta nueva bicicleta, que ha bautizado con el nombre de BV6.

Los primeros años los dedicó a experimentar los límites y las posibilidades del cartón: «Consulté con varios ingenieros y al principio construí una bici pequeña que parecía una caja con ruedas. Lo más duro fue desarrollar la tecnología para lograr algo que se pareciera a una bicicleta de verdad», cuenta.

En sus investigaciones aplicó los principios de la papiroflexia japonesa y logró incrementar hasta tres veces la capacidad de resistencia del material simplemente doblándolo y superponiéndolo varias veces.

La bicicleta de cartón

Se llama Izhar Gafni, es un mecánico autodidacta israelí, y ha inventado una bicicleta con la que, según dice, podría revolucionarse el transporte urbano, especialmente en las ciudades de los países más pobres. ¿El secreto? La bicicleta está hecha de… Leer

Una impresionante tormenta de arena cubrió el pasado viernes por completo la capital de Arabia Saudí, Riad. El vídeo fue grabado por el reportero de la CNN Mujahid Latif, quien informó de que la tormenta «transformó el día en noche en cuestión de minutos».

Masiva tormenta de arena en Arabia Saudí

Una impresionante tormenta de arena cubrió el pasado viernes por completo la capital de Arabia Saudí, Riad. El vídeo fue grabado por el reportero de la CNN Mujahid Latif, quien informó de que la tormenta «transformó el día en noche… Leer

Campo de golf en Dubai

Javier Espinosa, en Crónicas desde Oriente Próximo (28/11/2010):

La expansión de Farms for Liverstock Production ha marchado de forma paralela a la de Emiratos. Comenzó siendo una granja que acogía a poco más de 200 vacas. Hoy tiene 2.500. Hace dos años, los propietarios de la firma lechera decidieron establecer un innovador sistema de reciclaje de la orina que expulsan los animales a diario –unos 300.000 litros– para reconvertirla en agua purificada.

Según Joy Vazhappilly, uno de los responsables técnicos del sistema, tras ser recolectado en los hangares el líquido pasa por dos filtros especializados que eliminan cualquier partícula mayor de 0,03 micrómetros –«el tamaño medio de una bacteria es de 0,2 micrómetros», puntualiza Vazhappilly– y después se somete a un proceso de osmosis reversible para acabar de eliminar cualquier impureza.

Con el agua resultante se irrigan los habitáculos donde residen los cuadrúpedos para rebajar la temperatura.

Pese al audaz sistema, el enclave todavía requiere otros 905.000 litros de agua para asegurar su funcionamiento en lo que podría constituir una metáfora sobre el difícil propósito de combinar el progreso vertiginoso que ha experimentado tanto este negocio como Emiratos Arabes Unidos (EAU), con una política de crecimiento sostenible. […]

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La mayor huella ecológica del planeta

Javier Espinosa, en Crónicas desde Oriente Próximo

Green Prophet, 15/12/2009:

La cumbre sobre el cambio climático de Copenhague está poniendo mucha presión sobre las naciones productoras de petróleo de Oriente Medio, pero la realidad es que la mayorí­a de los paí­ses de la región están fracasando miserablemente en lo que respecta a protección medioambiental. En este sentido, la ONU ha hecho un llamamiento para que se genere más información sobre este tema en Oriente Medio, con el objetivo de extender la concienciación y posibilitar cambios, y tres organizaciones han aceptado el desafí­o.

Ambientalistas y escritores de Palestina, Jordania e Israel van a reunirse en Madaba, Jordania, para participar en el taller de dos dí­as de duración «Blogueando por el medio ambiente», que se celebrará los próximos dí­as 20 y 21 de este mes. El encuentro está organizado por Green Prophet, primer blog de noticias sobre medio ambiente en Oriente Medio; la organización juvenil jordana Masar Center y el grupo Voluntarios Palestinos por la Paz. […]

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Unidos por el medio ambiente

Green Prophet