Omán

El presidente electo de EE UU, Joe Biden. Foto: Gage Skidmore / Wikimedia Commons

Los estados del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) son los socios económicos y políticos de más importancia estratégica para Estados Unidos en Asia Occidental. Es posible que el presidente electo, Joe Biden, y la vicepresidenta electa, Kamala Harris, no cuenten con un proyecto esencialmente diferente para la región, pero sí van a aportar un tipo diferente de diplomacia.

A pesar de que muchos dan por hecho que la presidencia de Biden será una extensión de las políticas de Obama, existen nuevas realidades en Oriente Medio que el presidente electo deberá tener en cuenta.

Los países del CCG están divididos, debido al embargo, liderado por Arabia Saudí, impuesto a Catar desde 2017. Para muchos líderes del CCG, resucitar la política exterior de Obama no es lo ideal. Fue durante su presidencia cuando ocurrieron las revueltas de la Primavera Árabe en 2011, el golpe militar en Egipto de 2013, el ascenso de grupos extremistas y, por último, el acuerdo nuclear con Irán.

Riad y Abu Dabi disfrutaron con la campaña de «máxima presión» contra Irán llevada a cabo por Trump, y con la pasividad del ahora presidente saliente ante los abusos contra los derechos humanos.

Biden ha declarado públicamente que él no habría tolerado el cruel asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, el encarcelamiento de mujeres activistas saudíes, o los crímenes de guerra en Yemen. La impaciencia de Biden con Arabia Saudí y su probable tolerancia con Irán chocan con un creciente lobby en Washington, en el que tanto Riad como Abu Dabi han invertido mucho.

La supuesta intención del Gobierno estadounidense de acabar con la crisis humanitaria causada por los bombardeos saudíes en Yemen fue bloqueada por el círculo íntimo de Trump. Por tanto, en ausencia de ese círculo, Riad tendrá que conformarse con compromisos más simples por parte de los hutíes. La retirada gradual de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) de la guerra de Yemen entre 2017 y 2019, les colocó en una situación menos sólida que la de su vecino saudí ante la derrota de Trump.

Junto con Bahréin, los Emiratos Árabes Unidos normalizaron sus relaciones con Israel el 13 de agosto de 2020, en los denominados oficialmente Acuerdos de Abraham. Este impactante movimiento histórico fue considerado una traición por la causa palestina, e innecesario desde la perspectiva geopolítica de los EAU. Aún así, puede entenderse como un intento desesperado por agudizar la rivalidad con Irán.

Irán es, de hecho, el principal foco a la hora de determinar la política exterior de Estados Unidos con respecto al CCG. La firma del acuerdo nuclear en 2015, oficialmente conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), supuso para el régimen iraní la oportunidad de iniciar una nueva era marcada por la ruptura del aislamiento global y las sanciones lideradas por EE UU. Tres años después, Trump se retiró unilateralmente del acuerdo y comenzó una campaña de «máxima presión» que implicó sanciones económicas más severas contra el sector financiero iraní.

Biden ha declarado que EE UU volverá a unirse al acuerdo, con el objetivo de allanar el camino para continuar negociando. No obstante, es imposible predecir cómo evaluará Biden el grado de cumplimiento por parte de Irán, considerando las referencias tan poco claras que deja su predecesor. Después de todo, el hecho de que Irán fuese el mayor enemigo de Trump no significa que vaya a ser el mayor aliado de Biden. Por otra parte, no puede olvidarse la decepción de Riad con Trump durante los ataques a Aramco de septiembre de 2019.

Irak es otro de los lugares donde estallaron las disputas entre EE UU e Irán, como resultado de las protestas contra el gobierno de Bagdad que comenzaron en octubre de 2019. Riad acogió con gran satisfacción los intentos de Trump de respaldar a los grupos apoyados por Teherán en Irak. Giorgio Cafiero, director de Gulf State Analytics, una consultora de riesgos geopolíticos con sede en Washington, considera las acciones de Trump en Irak como «las más audaces en términos de contrarrestar la influencia regional de Irán, algo especialmente subrayado por el descarado asesinato del general Qasem Soleimani en enero de 2020». No obstante, Cafiero señala asimismo que, desde los ataques contra Aramco en septiembre de 2019, «a los saudíes les preocupa la verdadera voluntad de Trump de defender al reino de las amenazas que suponen los grupos respaldados por Irán en la región y que tienen una relación hostil con Riad».

Kuwait, Omán y Catar verían con buenos ojos una desescalada con Irán, así como cualquier intento por finalizar la crisis del Golfo. Mientras que Omán acogerá positivamente los planes de Biden para acabar con la ayuda militar estadounidense a Arabia Saudí en la guerra en Yemen, Kuwait espera encontrar un líder estadounidense más «neutral» para reparar la grieta abierta en la región.

Por su parte, Doha cuenta con la voluntad de Biden de poner fin al embargo, después de que Trump parezca haber ignorado las relaciones institucionales estratégicas a largo plazo de Estados Unidos con los países del CCG, y el interés de Washington de mantener un frente unido en el Golfo frente a Irán. En cualquier caso, la paz entre Riad y Doha parece más probable que un acuerdo en el que también esté incluida Abu Dabi, salvo que Biden supere las expectativas. Aunque si el presidente electo decide centrarse más en las relaciones de EE UU con el continente asiático en general que en el Golfo, esa voluntad por sí sola no será suficiente para acabar con la crisis.

En cuanto a Libia, es más probable que Biden apoye al Gobierno de Acuerdo Nacional respaldado por Turquía y Catar, en contraste con el enfoque pro EAU de Trump y su dependencia de los aliados europeos y rusos. En otras palabras, puede haber más presión a Abu Dabi para que acate el embargo internacional de armas a Libia. Por el contrario, la venta aprobada por EE UU de materiales de defensa avanzada (F-35) a los Emiratos (una tecnología que hasta ahora solo proporcionaba a Israel en la región), el 10 de noviembre de 2020, supone un auténtico punto de inflexión.

En el ámbito económico, se espera que Biden restituya el papel glogal de EE UU en la lucha contra el cambio climático reincoporándose al Acuerdo de París, del que salió Trump mediante una orden ejecutiva. Las políticas medioambientales de Biden se centran en prohibir el fracking (fractura hidráulica), tanto en aguas estadounidenses como en el territorio federal, una medida que beneficiaría a los países del CCG, ya que incrementaría los precios globales del petróleo. El columnista saudí Sultan Althari señala que la iniciativa «les proporcionaría [a los países del CCG] un salvavidas especialmente necesario a la hora de conseguir el delicado equilibrio entre aliviar las dificultades económicas causadas por la pandemia, y los ambiciosos planes para diversificar los medios de producción y conseguir una transición exitosa hacia economías más basadas en el conocimiento».

En general, Estados Unidos mantendrá su alianza estratégica con sus amigos del Golfo, aunque no todas las posturas de Washington serán bien recibidas. Y algunos asuntos que están perdiendo ya la relevancia y el apoyo que tuvieron, como la guerra en Yemen, el bloqueo a Catar, o una escalada de la tensión con Irán, es probable que vayan, poco a poco, finalizando.


Zeidon Alkinani es un escritor y analista político independiente iraquí-sueco, máster en Políticas Públicas Internacionales por el University College de Londres. Su investigación se centra, entre otros temas, en la región de Oriente Medio y el Norte de África, Irak, el sectarismo, la política exterior de Estados Unidos en Oriente Medio, la Primavera Árabe y el desarrollo durante la posguerra.


Publicado originalmente en openDemocracy bajo licencia Creative Commons el 3/12/2020
Traducción del original en inglés: What does Biden’s presidency mean for the future of the Gulf?

La presidencia de Biden y el futuro del Golfo

Los estados del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) son los socios económicos y políticos de más importancia estratégica para Estados Unidos en Asia Occidental. Es posible que el presidente electo, Joe Biden, y la vicepresidenta electa, Kamala Harris, no… Leer

Trabajos de excavación en los restos del ‘Esmeralda’, cerca de la isla de Al Hallaniyah. Foto: Esmeralda Shipwreck

Los restos de un naufragio descubiertos hace ocho años frente a las costas de la isla de Al Hallaniyah, en aguas de Omán, pueden ser los de uno de los barcos de la flota del famoso navegante portugués Vasco de Gama, según ha anunciado este martes el propio Gobierno de Omán, y detalla a su vez un informe publicado en la Revista Internacional de Arqueología Náutica.

Los investigadores creen que los restos encontrados pertenecen al Esmeralda, uno de los navíos con los que el explorador luso realizó su segundo viaje a la India, y que se cree fue destruido en 1503 durante una gran tormenta en el Mar de Arabia.

El barco fue localizado en 1998 por la empresa británica Blue Water Recoveries, coincidiendo con el 500 aniversario de la primera ruta directa por mar llevada a cabo desde Europa hasta la India (circunnavegando todo el continente africano por el cabo de Buena Esperanza), comandada por Vasco de Gama entre 1497 y 1499, y que fue el viaje oceánico más largo realizado hasta entonces.

Los primeros trabajos arqueológicos, no obstante, no comenzaron hasta 2013. Las tareas de excavación, identificación, catalogación, rescate y conservación, en las que ha participado el Ministerio de Cultura y Patrimonio de Omán, con el apoyo, entre otras instituciones, de la National Geographic Society, finalizaron el año pasado.

Se trata de la embarcación de la época de los grandes exploradores portugueses más antigua encontrada hasta ahora. En total, se han hallado alrededor de 2.800 objetos, incluyendo cañones, la campana del barco, algunas monedas consideradas muy raras (acuñadas en 1499, después del primer viaje de De Gama a la India, y que ayudaron a a datar el naufragio), y un emblema personal del rey Manuel I de Portugal.

El hundimiento del ‘Esmeralda’, en una ilustración del ‘Livro das Armadas’. Imagen: Esmeralda Shipwreck

Fue precisamente Manuel I quien, en 1502, puso a Vasco de Gama al frente de una nueva expedición rumbo a la India, con una flota de 20 barcos fuertemente armados para hacer frente a posibles ataques de comerciantes musulmanes.

De Gama regresó a Lisboa un año después, en 1503, pero dejó atrás un escuadrón de cinco navíos, entre ellos, el Esmeralda, con la mision de proteger los enclaves comerciales portugueses establecidos en la costa suroccidental de la India.

Al mando de esta flotilla quedó Vicente Sodré, tío materno del explorador, quien, en lugar de permanecer en la India, puso rumbo hacia el Golfo de Adén a bordo del Esmeralda, acompañado por su hermano Brás a bordo del São Pedro. Una vez allí, los hermanos se dedicaron a asaltar y saquear barcos árabes.

En mayo de ese mismo año, el escuadrón se encontraba fondeado en Al Hallaniyah, la mayor de las islas Juriya, al sur del actual Omán, cuando los Sodré recibieron el aviso de que se aproximaba una gran tormenta. No hicieron caso, y los barcos fueron alcanzados de lleno por el temporal. El São Pedro pudo ser remolcado a tierra, y la mayoría de su tripulación sobrevivió. El Esmeralda, sin embargo, no corrió la misma suerte, y se fue a pique, junto con todos sus hombres.

A pesar de que fueron cientos los barcos que se hundieron en la «carrera de la India» (entre 1498 y 1650), hasta ahora solo han sido localizados unos pocos. Antes del descubrimiento del Esmeralda, el más antiguo encontrado era el São João, hundido en 1552 frente a las costas de la actual Suráfrica.


Más información y fuentes:
» Vasco Da Gama Shipwreck discovered (Nota de prensa oficial del hallazgo)
» Esmeralda Shipwreck (Página web de la excavación)
» Shipwreck Discovered from Explorer Vasco da Gama’s Fleet (Kristin Romey, en National Geographic)
» A Portuguese East Indiaman from the 1502–1503 Fleet of Vasco da Gama off Al Hallaniyah Island, Oman: an interim report (International Journal of Nautical Archaeology)
» Esmeralda Shipwreck en YouTube (Vídeos de la excavación)
» Vasco de Gama (Wikipedia)

Hallado en aguas de Omán un barco de Vasco de Gama

Los restos de un naufragio descubiertos hace ocho años frente a las costas de la isla de Al Hallaniyah, en aguas de Omán, pueden ser los de uno de los barcos de la flota del famoso navegante portugués Vasco de… Leer

Hassan Meer (Omán), Reflection from the Memory, 2009. Fuente: hassanmeer.com.

Hassan Meer (Omán), Reflection from the Memory, 2009

Bailarinas del oasis Al Buraymi, durante el Festival de Muscat, en Omán.
Foto: Thomas J. Abercrombie (National Geographic).

Bailarinas del oasis Al Buraymi, durante el Festival de Muscat, en Omán. Fotografía de Thomas J. Abercrombie publicada en el libro Odysseys and Photographs, de National Geographic.

Desierto de Omán. Foto: Petros N. Zouzoulas, de su serie Desert Diversions Oman.

Desierto de Omán. Foto: Petros N. Zouzoulas

El estrecho de Ormuz

El Estrecho de Ormuz, entre Irán, los Emiratos Árabes Unidos y Omán, en un mapa de la CIA.

» Más mapas de Oriente Medio

El Estrecho de Ormuz

El estrecho de Ormuz

El Estrecho de Ormuz, entre Irán, los Emiratos Árabes Unidos y Omán, en un mapa de la CIA.

El sultán de Omán, Qabus bin Said, ha aprobado un paquete de medidas para intentar mejorar las condiciones de vida de la población del paí­s, ante el inicio de las protestas antigubernamentales que, en la estela de los movimientos populares que se extienden por todo Oriente Medio y el Magreb, han llegado también al sultanato, con el resultado de al menos seis muertos durante el pasado fin de semana.

Qabus bin Said, en 2009. Foto: Jerry Morrison / US Air Force / Wikimedia Commons

Entre las decisiones anunciadas por los medios oficiales está la creación de 50.000 puestos de trabajo, la concesión de una importante ayuda mensual a los parados y la apertura de un proceso de diálogo con la oposición.

Estos son los datos básicos del Estado independiente más antiguo del mundo árabe, una monarquí­a absoluta en cuyo trono se ha sentado la misma familia desde hace 267 años:

Omán ha estado gobernado por la familia Al Said desde 1744. Es un aliado tradicional (polí­tico y militar) de Estados Unidos y Gran Bretaña, si bien mantiene su propia polí­tica exterior. A pesar de ser un gran exportador de petróleo, no es miembro de la OPEP.

Qabus bin Said, de 70 años de edad, se convirtió en sultán en julio de 1970, después de derrocar a su padre en una conspiración de palacio. Su objetivo era acabar con el aislamiento del paí­s (situado en la esquina sureste de la Pení­nsula Arábiga, a la entrada del Golfo Pérsico) y aprovechar los beneficios del petróleo para modernizar y desarrollar la nación.

Bin Said gobierna con poder absoluto y se encarga de nombrar su gabinete de ministros. En 1992 permitió la formación de un parlamento, el Majlis Sura, cuyos 84 miembros son elegidos por los representantes de 61 distritos. Pero la función de este parlamento es meramente consultiva, y no tiene poder legislativo.

Existe una preocupación entre la población sobre la sucesión en el trono, ya que no hay un heredero claro y la legislación no establece quién será el próximo sultán.

Las manifestaciones en Omán son muy poco frecuentes. En lo que supuso la primera señal de que las revueltas en la región habí­an llegado al sultanato, cerca de 200 personas se concentraron cerca de los ministerios, en Muscat, para exigir al Gobierno que acabe con la corrupción y frene la subida de los precios.

Economí­a

La economí­a de Omán se basa en la explotación de sus grandes reservas de gas natural y petróleo, en un sistema que ha estado controlado durante décadas por la monarquí­a reinante y los miembros del Gobierno. A partir del año 2000, no obstante, se produjo un proceso de liberalización en un doble sentido: por una parte, se trató de desligar la actividad económica y comercial del poder polí­tico, propio de un sistema absolutista; por otra, se facilitó la privatización de las explotaciones mineras. Los graves desequilibrios sociales que se mantienen todaví­a, con una tasa de paro del 15%, se ha ido reduciendo a lo largo de los últimos cinco años.

Omán produjo el año pasado cerca de 860.000 barriles de petróleo al dí­a, la mayorí­a, destinado a la exportación. La economí­a creció en 2010 más de lo previsto, un 6%, y los altos precios del petróleo permitieron al paí­s exceder los gastos previstos en el presupuesto para ese año, que ascendí­an a 18.650 millones de dólares. Con todo, los expertos vaticinan que el crecimiento se ralentizará en 2011, debido a una bajada en los ingresos procedentes del petróleo y el gas.

Se calcula que un tercio de la fuerza de trabajo está empleada en la agricultura, a pesar de que este sector supone menos del 2% del Producto Nacional Bruto. La mayorí­a del paí­s es árido y montañoso, y sólo el 3,5% del territorio es cultivable.

La inflación anual creció un 4,2% en diciembre y los precios subieron un 0,7% con respecto al mes anterior, el mayor incremento en cuatro meses. El coste de los alimentos se ha disparado.

Población

Omán tiene 2,7 millones de habitantes, el 70% ciudadanos omaní­es. La mayorí­a son árabes, aunque hay también un gran número de extranjeros (trabajadores inmigrantes, sobre todo), principalmente baluchis, zanzibarí­es, indios, paquistaní­es y bangladeshí­es. La religión mayoritaria es el islam ibadí­ (75%). El 25% res­tante son musul­ma­nes sun­ní­es y chií­es, e hindúes.

Liber­ta­des y dere­chos huma­nos

Según el informe de Amnis­tí­a Inter­na­cio­nal de 2009, en Omán se niega el ejer­ci­cio de los dere­chos socia­les y eco­nó­mi­cos en con­di­cio­nes de igual­dad a los miem­bros de dos tri­bus, hay res­tric­cio­nes a la liber­tad de expre­sión y las muje­res sufren dis­cri­mi­na­ción en la ley y en la práctica. Existe pena de muerte para deli­tos de ase­si­nato y trá­fico de drogas.


» Con información de Reuters y Wikipedia

Omán: dos siglos y medio bajo el poder absoluto de una misma familia

El sultán de Omán, Qabus bin Said, ha aprobado un paquete de medidas para intentar mejorar las condiciones de vida de la población del paí­s, ante el inicio de las protestas antigubernamentales que, en la estela de los movimientos populares… Leer