Dos tomas aéreas de la zona de Atatra, en el norte de la Franja de Gaza, antes y después de los bombardeos israelíes. Fotos: UNITAR-ONU
La pesadilla de las bombas ha vuelto a Gaza tras el fracaso del último alto el fuego temporal. El miércoles, fuentes militares israelíes aseguraron haber realizado 60 ataques aéreos contra la Franja, en respuesta a más de 80 cohetes disparados por militantes palestinos. Al menos 20 personas han muerto desde la reanudación de los bombardeos.
En esta nueva fase, el ejército israelí parece estar centrándose en intentar eliminar a los líderes de las milicias armadas palestinas. En las últimas 24 horas ha matado a los tres comandantes de Hamás en el sur de Gaza y a al menos cuatro miembros notables de Yihad Islámica. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien no ha tenido ningún problema en comparar a Hamás con los asesinos yihadistas del grupo Estado Islámico («son ramas del mismo árbol», dijo), insiste en que la ofensiva «no ha terminado».
No es posible predecir cuánto más va a durar aún este horror, pero lo que es seguro es que Gaza hace mucho que sobrepasó el límite de lo humanamente soportable. Estas son las cifras del conflicto hasta ahora, de acuerdo con datos recogidos por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU y por otras ONG desde que comenzó la ofensiva israelí, el pasado 8 de julio:
Víctimas
2.030 palestinos muertos, de los cuales 1.434 son civiles. De estos, 244 son mujeres y 469 niños.
66 israelíes muertos, de los cuales 64 son soldados y 2 civiles.
Unos 400.000 desplazados internos en Gaza. De ellos, alrededor de 65.000 son desplazados de larga duración que se encuentran refugiados en escuelas de la ONU.
Entre 1.000 y 3.000 menores palestinos heridos, muchos de los cuales sufrirán discapacidades de por vida.
Unos 6.000 niños palestinos que tienen a al menos uno de sus padres con una discapacidad de por vida.
Alrededor de 1.500 niños palestinos huérfanos.
Cerca de 3.000 menores asistidos psicológicamente por equipos internacionales, según datos de UNICEF, que calcula que aún sería necesario atender a unos 373.000 más. Los niños de la Franja, según dijo este jueves la jefa de la oficina de esta agencia de la ONU en Gaza, Priscilla Ironside, están «en estado de trauma».
Infraestructuras
Unas 103.000 personas tienen sus casas destruidas o severamente dañadas.
216 escuelas en Gaza, de las cuales 141 son del Gobierno y 75 de la ONU, además de 4 jardines de infancia, han sido parcialmente dañadas por los bombardeos. Unas 25 han resultado severamente dañadas, por lo que no podrán usarse.
Dos escuelas israelíes han sido dañadas por cohetes lanzados desde Gaza.
Cohetes
Según el ministerio de Defensa Israelí, más de 3.700 cohetes han sido lanzados desde Gaza hacia Israel desde el 8 de julio.
Los siguientes mapas muestran claramente, si no la devastación humana, sí al menos toda esta destrucción física. Fueron publicadas hace un par de semanas por el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación y la Investigación (UNITAR), y se basan en fotografías y datos obtenidos por satélite. Vienen acompañados de imágenes en las que se ven determinadas zonas de la Franja antes y después de los bombardeos. (Pinchar en los mapas para verlos grandes).
Daños en terrenos agrícolas en la Franja de Gaza. Mapa: UNITARDaños en Atatra, en el norte de la Franja de Gaza. Mapa: UNITARDaños en la zona de Jarara, Gaza. Mapa: UNITARDaños en Ciudad de Gaza. Mapa: UNITARDaños en Khuza’a y Al Qararra. Mapa: UNITARDaños en Rafah, Gaza. Mapa: UNITAR
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Imagen captada el 15 de diciembre por un satélite de la NASA en la que se aprecian las zonas donde más nieve se acumuló durante la tormenta de los días anteriores en Oriente Próximo, incluyendo Jerusalén y sus alrededores, Cisjordania y partes de Jordania, Líbano, Siria y la península del Sinaí, en Egipto. Foto: EOSDIS Worldview / NASA / GSFC
Oriente Próximo han vivido en estos últimos días un fenómeno poco habitual en el Levante mediterráneo: la nieve. La tormenta Alexa (el mayor temporal de nieve en la región desde 1953) ha dejado escenas pintorescas, como las ciudades de Jerusalén, El Cairo o Estambul cubiertas de blanco por primera vez en décadas, pero también ha golpeado toda la zona con extrema dureza, causando cortes de carreteras e interrupciones masivas en el suministro eléctrico. En miles de casas faltó la calefacción cuando más bajas eran las temperaturas, ciudades y pueblos enteros quedaron aislados, y escuelas y organismos públicos han permanecido cerrados durante días. En la Franja de Gaza, la zona que más ha sufrido los efectos del temporal, las lluvias torrenciales hicieron necesario evacuar a miles de personas. Y la situación de los más de dos millones de refugiados sirios que viven en los campos de acogida se hizo más dura aún si cabe.
El domingo, los colegios de todos los territorios palestinos se encontraban aún cerrados, y solo en Gaza 17 centros escolares habían tenido que ser habilitados como refugio. Otros cinco se encontraban totalmente inundados por el agua, según un informe de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que llegó a elevar a 10.000 el número de desplazados por las inundaciones en la Franja.
El informe destacaba asimismo los graves efectos de la tormenta sobre los pastores de Cisjordania, una situación empeorada por las consecuencias de la política israelí en los territorios ocupados: «Varias comunidades de pastores habían visto como sus casas y cuadras fueron demolidas por las autoridades israelíes apenas un día antes de la llegada de la tormenta», explicaba la agencia.
Las pérdidas sufridas por los agricultores palestinos han sido también muy cuantiosas: «En Cisjordania los informes preliminares revelan daños en la cabaña de ganado de Hebrón Belén y Shalfit. Las comunidades beduinas y de pastores parecen ser las más afectadas. Los pastores podrían verse afectados por más muertes de ganado en las próximas semanas», señala la OCHA.
En Gaza, más del 10% de los invernaderos y campos han quedado destruidos o dañados por la tormenta, al igual que unas 50 explotaciones avícolas y ganaderas. Unos 12.000 pollos y 200 reses han muerto como consecuencia del temporal.
Por su parte, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) ha declarado «zona catastrófica» el norte de la Franja de Gaza debido a las inundaciones, y ha pedido el levantamiento del bloqueo israelí. «Un total de 4.000 trabajadores de la UNRWA combaten las inundaciones y han evacuado a cientos de familias hacia instalaciones de la UNRWA», señaló este sábado un portavoz del organismo, Chris Gunness, citado por la agencia de noticias palestina Ma’an.
«Una comunidad normal lucharía para recuperarse de este desastre, pero una comunidad que ha sufrido uno de los bloqueos más largos de la historia humana, cuyo sistema de sanidad pública ha sido destruido y en la que el riesgo de enfermedades era ya de por sí alto, debe quedar liberada de estas restricciones impuestas por hombres para afrontar el impacto de una catástrofe natural como esta», añadió Gunness.
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Dubai, 1984-2012. Imagen: U.S. Geological Survey, NASA, Time, Google
En colaboración con el Servicio Geológico de EE UU, la NASA y la revista Time, Google ha creado un sitio web en el que se muestran, a modo de timelapse, secuencias de imágenes de satélite de toda la Tierra tomadas desde 1984 hasta 2012. Basta elegir una localización cualquiera y, con un simple clic, «regresar en el tiempo y obtener una perspectiva histórica impresionante sobre cómo ha cambiado la superficie terrestre a través de los años», explica Google en su blog. Las imágenes han sido tomadas por los satélites del programa Landsat de la NASA, que orbitan permanentemente la Tierra mirando no hacia arriba, a las estrellas, sino hacia abajo, hacia nosotros.
Según Google, para la creación de este proyecto ha sido necesario buscar entre más de dos millones de fotografías, con el fin de encontrar tomas sin nubes de cada rincón del planeta. Luego, las fotos seleccionadas se han ido ensamblando para crear imágenes gigantes correspondientes a cada año. En el interesante y extenso análisis del resultado que publica Time junto con su versión del programa, Jeffrey Kluger explica que los cerca de dos billones de píxeles que contiene cada imagen equivalen a ensamblar en un mosaico gigantesco un total de 900.000 televisores de alta definición.
Pero más allá del alarde tecnológico, lo verdaderamente importante de este proyecto es la llamada de atención que supone. Es difícil encontrar una secuencia de las que se destacan en la presentación donde no haya una mala noticia, desde la acelerada deforestación del Amazonas hasta la lenta e inexorable muerte del Mar de Aral, pasando por el avance imparable de la desertificación, la reducción de los glaciares, montañas decapitadas por la construcción de minas, la depredación del entorno en la constante búsqueda de recursos insostenibles o la expansión a toda costa de los supernúcleos urbanos.
No todo es atribuible a la mano del hombre. Nuestro planeta no es, como no lo es ningún ‘ser vivo’, inmutable. Pero mucho de lo peor, sí.
Uno de los ejemplos más espectaculares es, sin duda, el de Dubai, una futurista y lujosa megalópolis levantada en pleno desierto en apenas unas décadas gracias al poder del petróleo, y a pesar de que, en la propia Dubai, petróleo apenas hay (es en Abu Dhabi donde está el 85% del crudo de los Emiratos).
Rascacielos iluminados en Dubai
En los años cincuenta Dubai era poco más que un pueblo, cuyos habitantes vivían, principalmente, de la industria de las perlas recogidas por buceadores. Cuando comienza la secuencia de imágenes de satélite, a mediados de los años ochenta, Dubai tiene ya 300.000 habitantes, pero está muy lejos aún de ser lo que es hoy en día, una urbe donde residen cerca de 2,1 millones de personas, centro financiero de Oriente Medio y que, entre otras cosas, posee el rascacielos más grande del mundo (el Burj Jalifa), el mayor centro comercial, el mayor parque temático y la mayor… pista de esquí cubierta del planeta. La expansión de la metrópolis hacia el desierto es claramente visible.
Y además de construir en el desierto, con un brutal boom inmobiliario que, como todos, sufrió la debacle financiera de 2008, aunque fue rescatado por el petróleo de Abu Dhabi, Dubai ha construido también en el mar, a base de dragar arena y crear islas artificiales. Así, la secuencia de los satélites nos permite asistir al surgimiento, como de la nada, de las Palm Islands, las famosas islas artificiales con forma de palmera, perfectamente reconocibles desde el espacio.
Dubai 1984-2012. Imágenes: U.S. Geological Survey, NASA, Time, Google
Semejante crecimiento, a lo que hay que sumar la aclimatación con aire acondicionado de todos los espacios cerrados, el masivo uso del coche como principal medio de transporte, el gran consumo de agua (procedente del mar y desalinizada en grandes plantas), una iluminación que no tiene mucho que envidiar a la de Las Vegas, o los campos de golf, por poner solo unos ejemplos, hace que el consumo energético de Dubai sea descomunal, y que tras el «milagro del desierto» se esconda, en realidad, un auténtico templo dedicado al consumismo y uno de los mayores fracasos en lo que a la construcción de ciudades sostenibles se refiere.
Los Emiratos tienen en marcha el ambicioso proyecto Masdar, una ciudad ecológica que se está levantando junto al Aeropuerto Internacional de Abu Dhabi, alimentada por energía solar y cuyo objetivo es no solo ser sostenible sino también autoabastecida. Es una buena inciativa, pero la pregunta es si no habría sido mejor, puesto que dinero no es precisamente lo que falta, racionalizar antes la locura de Dubai. Y a la vista de lo que se ve desde el espacio, uno diría que la respuesta es afirmativa.
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«El Nilo fluyendo de noche hacia el Delta en El Cairo, como algo viviente». Fotografía tomada desde la Estación Espacial Internacional por el astronauta canadiense Chris Hadfield.
19/4/2013
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Miguel Máiquez
«El Nilo fluyendo de noche hacia el Delta en El Cairo, como algo viviente». Fotografía tomada desde la Estación Espacial Internacional por el astronauta canadiense Chris Hadfield.
Oriente Medio de noche. Detalle de la imagen nocturna de la Tierra tomada por el satélite Suomi NPP. Foto: NASA Earth Observatory / NOAA NGDC
Una mirada sin precedentes a nuestro planeta durante la noche. Así define la NASA las impactantes imágenes de la Tierra que acaba de dar a conocer, y que conforman una panorámica completa de la «canica azul» en horario nocturno. De una calidad nunca vista hasta ahora, las imágenes, fruto de la superposición de varias fotografías de satélite realizadas con un sistema de barrido en momentos sin nubes, muestran claramente el contraste entre las telarañas de luz de las aglomeraciones urbanas y la oscuridad de las junglas, los desiertos y los grandes conjuntos montañosos.
Los datos fueron obtenidos por el satélite de la Asociación Nacional de Órbita Polar (Suomi NPP) durante nueve días de abril de 2012 y 13 días en octubre de 2012. El satélite (un proyecto conjunto de la NASA y la NOAA, la agencia estadounidense para los océanos y la atmósfera) es capaz de detectar la luz en longitudes de onda que van desde el verde al infrarrojo, y que luego filtra para diferenciar señales lumínicas como las luces de las ciudades o las llamaradas de los grandes incendios forestales. Según la agencia espacial, el satélite necesitó completar 312 órbitas para conseguir una imagen clara de cada segmento de la Tierra. El resultado fue mapeado después con imágenes de satélite ya existentes.
Imagen nocturna de la Tierra. Foto: NASA Earth Observatory / NOAA NGDC
Al acercarnos a Oriente Medio lo primero que destaca es el impresionante triángulo de luz del Delta del Nilo, derramándose como a través de un embudo hasta El Cairo, para continuar después hacia el sur, a lo largo del río, abriéndose paso por el desierto. Resulta perfectamente visible también la gran densidad urbana de la ribera levantina del Mediterráneo, que parece formar un todo sin interrupciones desde Trípoli y Beirut hasta Gaza, pasando por Tel Aviv y Jerusalén, con Ammán y Damasco a modo de satélites cercanos. Otros grandes focos de luz son los campos de gas y petróleo en toda la zona de Kuwait; las áreas metropolitanas de Estambul, Ankara y la costa egea de Turquía; Bagdad y las ciudades santas chiíes (Nayaf, Karbala) en Irak; las urbes de los emiratos del Golfo; Teherán y, al sur, Isfahan, en Irán; las estelas de La Meca, Medina y Yida en el oeste saudí, y de Riad en el centro de la península… Y, como una especie de elemento aglutinador, las imponentes sombras de los desiertos trazando aún, tantos milenios después, los límites del creciente fértil; condicionando la vida humana, empujándola hacia los ríos, los valles y los mares.
Una mirada sin precedentes a nuestro planeta durante la noche. Así define la NASA las impactantes imágenes de la Tierra que acaba de dar a conocer, y que conforman una panorámica completa de la «canica azul» en horario nocturno. De… Leer
Fotografía realizada con rayos infrarrojos en la que pueden verse los restos de la antigua ciudad de Tanis, cerca de la actual San El Hagar, en Egipto. Imagen: BBC
Más de 1.000 tumbas y 3.000 antiguos asentamientos humanos han sido descubiertos en Egipto gracias a las imágenes de una cámara de infrarrojos, que ha sacado a la luz estos yacimientos subterráneos. Según informa la BBC, las primeras excavaciones han confirmado ya parte de lo visto a través de las fotografías, capturadas vía satélite, incluidas lo que parecen ser dos pirámides.
En la página web de la cadena pública británica se puede ver un avance del documental Las ciudades perdidas de Egipto, dedicado a los descubrimientos, y en el que se afirma que, de acuerdo con lo revelado por las imágenes, es posible que existan 15 pirámides más, desconocidas hasta ahora. La cadena califica este descubrimiento como «uno de los grandes acontecimientos en la historia de la arqueología».
El trabajo ha sido realizado por la Universidad de Alabama, en Birmingham, EE UU, bajo la dirección de la egiptóloga estadounidense Sarah Parcak, quien dijo estar «muy sorprendida». «No puedo creerlo. Ahora siento que puedo encontrar muchos sitios nuevos en Egipto», declaró, añadiendo que «excavar una pirámide es el sueño de todo arqueólogo».
Para la arqueóloga, el empleo de satélites «permite afinar y ser más precisos en el trabajo que hacemos. Cuando nos enfrentamos a un gran yacimiento, uno no sabe por dónde empezar. Como herramienta, los satélites nos permiten tener una perspectiva más amplia».
Patrocinados por la NASA, los satélites que capturaron las fotografías subterráneas están en órbita 700 kilómetros por encima de la Tierra, pero tienen equipos tan poderosos que desde esa distancia pueden enfocar «la punta de un alfiler», según explica el documental de la BBC.
Más de 1.000 tumbas y 3.000 antiguos asentamientos humanos han sido descubiertos en Egipto gracias a las imágenes de una cámara de infrarrojos, que ha sacado a la luz estos yacimientos subterráneos. Según informa la BBC, las primeras excavaciones han… Leer