Antropólogos de las universidades de Toronto (Canadá) y Cambridge (Reino Unido) han confirmado recientemente que el cementerio hallado hace unos años en ‘Uyun al-Hammam, en el norte de Jordania, es el más antiguo descubierto hasta ahora en Oriente Medio y, posiblemente, en todo el mundo. Se estima que las tumbas de esta necrópolis tienen 16.500 años de antigüedad.
En el yacimiento se han encontrado restos de hasta once individuos (más que en el total de otras necrópolis similares halladas en la zona) y, junto a ellos, enterrados también conscientemente, los huesos de un zorro rojo, lo que ha hecho pensar a los expertos que este animal podría haber sido mantenido como animal doméstico antes incluso que los perros.
Los cementerios más antiguos hallados hasta ahora en la región pertenecen a la cultura natufiense y tienen entre 15.000 y 12.000 años de antigüedad. En varios de ellos han aparecido restos de perros enterrados junto a los cuerpos humanos, incluyendo el caso de una mujer que tenía su mano sobre un cachorro.
La mayoría de los cuerpos descubiertos en el yacimiento de ‘Uyun al-Hammam fueron enterrados junto a lo que se conoce como bienes funerarios (herramientas de piedra, cucharas de hueso…). Pero una de las tumbas contenía, además, el cráneo (decorado con un mineral ocre) y el hueso superior de la pata derecha de un zorro rojo, y en otra se encontró un esqueleto de zorro al que sólo le faltaba, precisamente, el cráneo y el hueso superior de la pata derecha. La conclusión es que se trata del mismo animal, que fue trasladado en parte de una tumba a otra en tiempos prehistóricos.
Para Lisa Maher, profesora asistente de antropología en la Universidad de Toronto y directora, junto con el profesor Edward Banning, de las excavaciones, todo apunta a que se trata de un caso en el que se dio muerte al zorro para enterrarlo junto a su dueño: «Posteriormente, la tumba fue abierta por alguna razón, el cuerpo del hombre se trasladó y, debido a que los lazos existentes entre el hombre y el animal eran importantes, el zorro se trasladó también con él».
Según diversos investigadores, ésta podría ser una prueba de que, en un principio, el hombre primitivo habría tratado a los zorros de un modo semejante a los perros. Varios estudios sugieren, sin embargo, que la naturaleza más esquiva e independiente de los zorros acabó inclinando la balanza a favor de los perros. Como mucho, los zorros pudieron ser domados, pero no domesticados.
En cualquier caso, Banning advierte que la hipótesis de que los zorros compartían la vida cotidiana de los seres humanos en esta región es sólo una entre varias. En las tumbas se han encontrado también restos de otros animales salvajes, como gacelas, y el profesor recuerda que muchas culturas antiguas mantenían una relación especial con los animales que cazaban, lo que podría ser la causa de que sus restos se enterrasen junto a los de los seres humanos. Banning advierte asimismo contra el riesgo de interpretar el pasado en base a conceptos culturales más modernos, como la importancia de la relación entre humanos y perros.
Los detalles de la investigación, más fotografías y los comentarios de los antropólogos responsables se encuentran en el trabajo A Unique Human-Fox Burial from a Pre-Natufian Cemetery in the Levant (Jordan), publicado en la revista científica PLoS One.
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