El País

Ángeles Espinosa, en El Paí­s (a par­tir de los secre­tos diplo­má­ti­cos de Estados Unidos reve­la­dos por WikiLeaks), 28/11/2010:

El recelo histórico que los paí­ses árabes han sentido hacia Irán está alcanzando cotas patológicas a medida que la República Islámica anuncia nuevos progresos en sus programas nuclear y de misiles. Los contactos al más alto nivel que quedan expuestos en los informes diplomáticos a los que ha tenido acceso El Paí­s revelan mucha más preocupación de la que admiten en público. «Una guerra convencional ahora serí­a preferible a un Irán nuclear», llegan a decir los gobernantes de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin en sus conversaciones con altos cargos de EE UU. La mayorí­a de los lí­deres árabes, sin embargo, considera mucho peor el riesgo de un conflicto militar. Están dispuestos a apoyar cualquier otro esfuerzo de Washington para contener a Irán, aunque sin hacer ruido. De momento, esa percepción de peligro les lleva a rearmarse, algo que suscita dudas en Israel a pesar de ser quien más se cuida de Teherán. Rusia pone en duda la inminencia de la amenaza.

«El rey [Abdalá] le ha dicho al general [James] Jones [consejero de Seguridad Nacional] que si Irán logra desarrollar armas nucleares, todos en la región harán lo mismo, incluida Arabia Saudí­», escribe el embajador de EE UU en Riad, James Smith, en un informe que dirige a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para preparar su visita de febrero de este año (documento 248348). […]

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Detener a Irán, cueste lo que cueste

Ángeles Espinosa, en El Paí­s

Juan Carlos Sanz, en El Paí­s (a partir de los secretos diplomáticos de Estados Unidos revelados por WikiLeaks), 28/11/2010:

El misterio de Recep Tayyip Erdoğan se resuelve casi a diario en los despachos de la Embajada de Estados Unidos en Ankara. Desde que llega al poder en las elecciones de 2002 y es investido como primer ministro en 2003, en vísperas de la intervención militar norteamericana en Irak, los diplomáticos norteamericanos no han dejado de escudriñar sus movimientos. Parecen haber llegado a la conclusión de que el gobernante islamista es un líder reformista con tics autoritarios al frente del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), aunque consideran que el riesgo de que pueda imponer la Sharia o ley islámica en Turquía es bajo. Los observadores estadounidenses manejan también información sobre sombras de corrupción en el entorno familiar de Erdoğan.

En 2007, cuando se acercan las elecciones legislativas, la Embajada de EE UU se pregunta si Erdoğan tiene una «agenda oculta islamista» y considera que sus rivales políticos solo han presentado «pruebas circunstanciales» (cable 101373 ) en su contra. […]

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Erdoğan, bajo la lupa de Washington

Juan Carlos Sanz, en El Paí­s