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Jóvenes estudiantes israelíes realizando tareas propagandísticas en Internet, en la ‘Sala de Guerra Hasbará’. Foto: Ynet

Hace apenas una semana, cuando el número de muertos en Gaza no había llegado aún a los 200, una web israelí publicó un reportaje sobre la «Sala de Guerra Hasbará» de la Universidad de Herzliya, un lugar donde 400 estudiantes voluntarios están librando una batalla propagandística en Internet [Hasbará, «explicación, esclarecimiento», es un término utilizado por el Estado de Israel y por grupos independientes para describir sus esfuerzos por explicar las políticas del Gobierno israelí y fomentar la imagen de Israel en el mundo]. Trabajan en 30 idiomas, y su objetivo es contrarrestar el sentimiento «antiisraelí» en las redes sociales.

En Internet, por supuesto, estos guerreros electrónicos israelíes parecen gente corriente que simplemente está expresando opiniones personales. Pero la ‘operación Herzliya’ es, en realidad, el último proyecto de un programa de propaganda gubernamental (documentado por Electronic Intifada aquí, aquí, aquí y aquí) que tiene una historia un tanto accidentada. El año pasado, el jefe del programa, Daniel Seaman, fue retirado del cargo tras publicar en Facebook un comentario que provocó una protesta oficial del Gobierno japonés. Decía así:

Estoy harto de los japoneses y de los grupos pacifistas y de derechos humanos de todo el mundo, con sus santurronas conmemoraciones anuales en recuerdo de las víctimas de Hiroshima y Nagasaki. Hiroshima y Nagasaki fueron la consecuencia de una agresión japonesa. Se cosecha lo que se siembra.

Y en otra entrada, Seaman preguntaba:

¿Significa el comienzo del ayuno del Ramadán que los musulmanes van a dejar de comerse los unos a los otros durante el día?

Varios cientos de propagandistas trabajando en sus ordenadores pueden parecer muchos, pero, diluidos entre los millones de usuarios de redes sociales en todo el mundo, sus esfuerzos apenas están haciendo mella. Desde un punto de vista israelí, se diría que estos propagandistas están empleando su tiempo de un modo bastante poco efectivo, tal vez porque no saben muy bien cómo responder a la avalancha de críticas.

Un ejemplo: este domingo, alguien entró en Wikipedia desde una dirección IP del Gobierno israelí y alteró el artículo sobre el sistema de defensa Cúpula de Hierro. Ésta es una de las frases originales:

Uri Misgav ha expresado en Haaretz la opinión de que los creadores del sistema Cúpula de Hierro han logrado una maravilla tecnológica que ha salvado muchas vidas, pero también una brillante invención que, en un sentido estratégico, causa daño, ya que permite a los israelíes inflar su victimismo a la vez que continúan viviendo sus vidas con relativa comodidad.

La contribución del Gobierno israelí fue insertar las palabras «el periódico de extrema izquierda» antes de «Haaretz».

Otra de las frases en la entrada original de Wikipedia empieza así:

Misgav escribe más adelante que la Cúpula de Hierro no va a devolver la calma a los residentes del sur de Israel, ni a los sitiados residentes de la franja de Gaza, y que los israelíes necesitan esforzarse con valentía y generosidad para conseguir una solución sistemática…

El Gobierno israelí borró las palabras «ni a los sitiados residentes de la franja de Gaza».

Quienquiera que fuese el que realizó estos cambios no tiene ni idea de cómo funcionan las redes sociales. Intentar manipular subrepticiamente las entradas de Wikipedia es algo peligroso; lo más seguro es que se note, como ocurrió en este caso. De hecho, ahora hay una cuenta en Twitter (@israeledits) desde la que se informa automáticamente de cualquier cambio realizado en Wikipedia desde direcciones IP pertenecientes al Gobierno israelí.

En guerras anteriores, Israel podía confiar en que obtendría una cobertura favorable por parte de los medios de comunicación occidentales, especialmente, de los estadounidenses. Esto sigue siendo así en EE UU, pero hay señales de que las cosas están empezando a cambiar. Una de las razones es que la diversidad de los medios en Internet ha diluido el impacto de los medios tradicionales y, en cierta medida, les está obligando a revisar sus viejas prácticas.

Pero si bien es cierto que muchas de las dificultades con que se encuentra la propaganda israelí pueden ser atribuidas a la cambiante naturaleza de los medios, el problema de fondo está en que el mensaje en sí es inherentemente débil. Las acciones militares contra Gaza dan una imagen mucho más devastadora que cualquier ataque procedente de Hamás.

El «derecho de Israel a defenderse» (un derecho que, aparentemente, no tienen los palestinos) suena especialmente hueco ante la enorme desproporción existente en el número de bajas de ambas partes.

Del mismo modo, el discurso de que los israelíes viven bajo el terror de los poco eficaces ataques con cohetes –sirenas, refugios, etc.– no resulta muy convincente cuando estamos viendo fotografías de israelíes sentados en sofás al aire libre, viendo los fuegos artificiales cerca de la frontera con Gaza. Usuarios de Twitter han publicado asimismo fotos de israelíes, supuestamente sitiados, disfrutando del sol en las abarrotadas playas de Tel Aviv.

Y luego están los famosos túneles de Gaza –una respuesta natural a las acciones de Israel en los últimos años–, que parecen conmocionar a los propagandistas israelíes, pero que no causan demasiada impresión a la mayoría del resto del mundo. Anoche, en la televisión británica, un portavoz israelí denunciaba que todo el cemento necesario para construir esos túneles podía haberse utilizado en construir casas, escuelas, hospitales, etc. La ironía de semejante declaración, en un día en que Israel siguió demoliendo casas, e incluso un hospital, pareció escapársele.

Las redes sociales están influyendo en la guerra de Gaza de dos maneras importantes: por un lado, están cuestionando tanto el discurso israelí como el de los medios tradicionales que lo regurgitan automáticamente. Los oficiales israelíes están acostumbrados a avanzar por un camino de rosas, especialmente en los medios estadounidenses, donde pueden realizar la más absurda de las declaraciones sin que nadie les cuestione seriamente. Así, Netanyahu puede seguir haciendo en la televisión estadounidense sus repugnantes comentarios sobre «telegénicos muertos» palestinos, pero inmediatamente será confrontado en Twitter con las preguntas que su entrevistador debería haberle hecho.

Tomemos el caso de Ayman Mohyeldin, el reportero de la cadena de televisión NBC que, junto con otros periodistas, fue testigo de la muerte de cuatro niños que estaban jugando al fútbol en una playa de Ciudad de Gaza. Mohyeldin publicó algunos tuits muy fuertes sobre lo que había visto. Glenn Greenwald cuenta lo que pasó después:

A pesar de este impactante ejemplo de periodismo de primera mano, o tal vez por ello, Mohyeldin no apareció por ninguna parte en la emisión de anoche del programa de la NBC ‘Nightly News’, presentado por Brian Williams. Como señaló Jordan Chariton, de Media Bistro, en su lugar, y curiosamente, la NBC emitió un ‘reportaje’ realizado por Richard Engel, quien se encontraba en Tel Aviv, y que había llegado allí aproximadamente una hora antes. Chariton escribe que «la decisión de que fuese Engel el encargado de contar la historia, y no Mohyeldin, enfadó a algunos miembros de la redacción de NBC News».

De hecho, muchos empleados de la NBC, incluyendo algunas de las estrellas de la cadena, se mostraron primero confundidos y luego indignados por el cambio. Lo que no sabían, de lo que no se ha informado hasta ahora, es que Mohyeldin fue apartado completamente de su trabajo en Gaza por uno de los altos ejecutivos de la NBC, David Verdi, quien le ordenó abandonar la franja inmediatamente.

El caso de Mohyeldin ilustra una de las dificultades a las que se enfrentan los grandes medios de comunicación favorables a Israel. Apaciguar a la opinión pública israelí solía ser la opción más segura, pero ahora las redes sociales les están forzando a prestar mucha más atención a las demandas de una audiencia más amplia. La tormenta que provocó en Internet la repentina decisión de hacer salir a Mohyeldin de Gaza hizo que la NBC reconsiderara su postura y le permitiese finalmente volver a la franja.

El segundo gran efecto de las redes sociales en la cobertura de Gaza es que los periodistas de los grandes medios están tuiteando y produciendo reportajes en toda regla sobre el terreno. Esto supone un gran cambio. Como indica Paul Mason, de Channel 4:

Durante la operación Plomo Fundido, en 2009, había muchos menos medios grandes allí [en Gaza], y muchos de ellos no tuiteaban. Actualmente, a muchos periodistas se les pide que tuiteen como parte de su trabajo. Pero no es lo mismo tuitear que realizar un reportaje tradicional.

Un reportaje pasa por un proceso de edición. Las partes que no coinciden con la política editorial del medio pueden suprimirse; los hechos tienen que se comprobados y contrastados con otros hechos y otras versiones. El mismo equipo que elabora el reportaje (productor, reportero, cámaras, traductores) supone ya un primer filtro. Pero en Gaza no hay filtros y, además, ahora tuitean también los cámaras y los periodistas que no aparecen en pantalla. Y en lo que respecta a los periódicos, ahora hay varios periodistas tuiteando al mismo tiempo, en lugar de pasar todos por la máquina editorial para convertirse en un único producto final

Y aquí está la clave: las noticias, instantáneas y sin filtrar, son contrastadas por la mente colectiva creada por las mismas redes sociales. El proceso de edición es el propio medio…

Es verdad que, por más que pongas a una docena de periodistas con Twitter sobre el terreno, los procesos y políticas editoriales seguirán aplicándose al pulido (algunos dirán «censurado», o «ideologizado») reportaje final. Pero la información en bruto seguirá ahí, y cualquier intento de añadir matices ideológicos, o políticamente correctos, a los hechos, va ser mucho más fácil de detectar.

Es probable que el Gobierno israelí se esté arrepintiendo de haber permitido la entrada de tantos periodistas extranjeros en Gaza. Tal vez sea esa una de las razones por las que el ministro de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, quiere ahora prohibir que Al Jazeera siga operando en Israel, una iniciativa que, según se ha informado, Lieberman justificó diciendo que la prohibición no sería muy diferente de cuando el Reino Unido se negó a permitir la publicación del diario nazi Der Sturmer, o de cuando Estados Unidos prohibió las emisiones de un canal de televisión de Al Qaeda.

Los usuarios de Twitter se apresuraron a responder comparando a Lieberman con el nuevo dictador egipcio, el general Al Sisi, quien ya ha vetado a Al Jazeera en este país.


Brian Whitaker, responsable de la web Al Bab, es periodista, antiguo jefe de la sección de Oriente Medio en The Guardian, y autor del libro Arabs Without God: Atheism and Freedom of Belief in the Middle East.


Publicado originalmente en Al Bab bajo licencia Creative Commons el 22/7/2014
Traducción del original en inglés: Losing the plot. How Israel’s media offensive has come unstuck


Como complemento al artículo, esta interesante conversación en la radio pública estadounidense, NPR, con Anne Barnard, corresponsal de The New York Times en Gaza, y Peter Bouckaert, de Human Rights Watch: Tuitear desde una zona de conflicto, ¿favorece o perjudica el trabajo periodístico?:

Gaza, Twitter y la fallida propaganda israelí

Por Brian Whitaker.- Hace apenas una semana, cuando el número de muertos en Gaza no había llegado aún a los 200, una web israelí publicó un reportaje sobre la «Sala de Guerra Hasbará» de la Universidad de Herzliya, un lugar donde 400 estudiantes voluntarios están librando una batalla propagandística en Internet [Hasbará, «explicación, esclarecimiento», es un término utilizado por el Estado de Israel y por grupos independientes para describir sus esfuerzos por explicar las políticas del Gobierno israelí […]

Una selección de fotografías tomadas en Oriente Medio esta semana. Pincha en los enlaces de las localizaciones para ver las imágenes.


Gaza, Palestina, 20/3/2014: Un hombre y su hija, en un campo lleno de flores de la planta de la mostaza. Foto: Mohammed Abed / AFP


Teherán, Irán, 18/3/2014: Linternas y fuego durante la celebración del último miércoles del calendario solar persa, en el parque Pardisan de la capital iraní. La fiesta de Noruz, el Año Nuevo, es una de las más importantes en Irán. Comienza el primer día de primavera, en el momento exacto del equinocio. Foto: Vahid Salemi / AP


Diyarbakir, Turquía, 21/3/2014: Decenas de miles de kurdos se reunieron este viernes para celebrar el Noruz (año nuevo, llegada de la primavera), en un acto en el que se leyó un mensaje del encarcelado líder del PKK kurdo Abdula Ocalan. En el comunicado, Ocalan pide al Gobierno turco que establezca un marco para la celebración de conversaciones de paz, y recuerda que ha pasado ya un año desde que ordenó un alto el fuego a sus combatientes. Foto: Umit Bektas / Reuters


Dahuk, Irak, 20/3/2014: Kurdos iraquíes despliegan entre antorchas una bandera gigante de la región autonóma del Kurdistán, en Irak, durante las celebraciones de Noruz. Foto: Azad Lashkari / Reuters


Nueva York, EE UU, 20/3/2014: Un centenar de personas se concentraron el jueves en Times Square como parte de un flashmob en solidaridad con la población siria atrapada en mitad de la guerra. El acto tuvo lugar bajo una pantalla gigante en la que se proyectó la ya famosa fotografía, distribuida hace unas semanas por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, y en la que puede verse a miles de refugiados sirios esperando la distribución de alimentos y ayuda humanitaria en Yarmuk. Fotos: John Makely / NBC, UNRWA-AP.


Alepo, Siria (aviso: esta imagen puede herir la sensibilidad), 18/3/2014 : Los cuerpos de dos niños sirios, entre las ruinas de un edificio residencial bombardeado, según informó la oposición, por un helicóptero de las fuerzas gubernamentales. Foto: Khaled Khatib / AFP


Morek, Siria, 21/3/2014: Un tanque del ejército gubernamental sirio, alcanzado por un proyectil durante combates con las fuerzas de la oposición en la provincia de Hama. Foto: Badi Kklif / Reuters


Homs, Siria, 21/3/2014: Columnas de humo en la aldea situada bajo la fortaleza medieval del Crac des Chevaliers (Crac de los Caballeros), tomada por las tropas gubernamentales sirias esta semana. Foto: Khaled al-Hariri / Reuters


Altos del Golán, 19/3/2014: Soldados israelíes miran hacia Siria. Los Altos del Golán, pertenecientes a Siria, fueron ocupados por Israel durante la Guerra de los Seis Días (1967) y, de nuevo, en la Guerra de Yom Kipur (1973). En 1981, Israel los incorporó unilateralmente a su territorio. Foto: Ronen Zvulun / Reuters


Halabja, Irak, 16/3/2014: Una mujer kurdo-iraquí visita el cementerio donde están enterradas las víctimas del ataque químico ordenado por Sadam Husein hace ahora 26 años. Unos 5.000 kurdos de la ciudad de Halabja murieron en 1988, cuando el régimen de Sadam Husein usó gas nervioso contra la población. Se calcula que cerca de 182.000 civiles murieron entre 1986 y 1989 durante operaciones militares contra las zonas rurales del Kurdistán iraquí. Foto: Safin Hamed / AFP


Deir Al Asal, Cisjordania (Palestina), 19/3/2014: Funeral de Yussef Sami Shawamreh, un chico palestino de 15 años muerto por disparos de soldados israelíes. Foto: Hazem Bader / AFP


Ankara, Turquía, 21/3/2014: El Gobierno turco de Recep Tayyip Erdoğan ordenó esta semana el bloqueo de la red social Twitter en la Internet turca, una decisión precedida de tres sentencias judiciales y de una decisión de la Fiscalía, así como de las amenazas del propio primer ministro, quien había advertido su intención de «erradicar» Twitter, «diga lo que diga la comunidad internacional». Muchos usuarios, no obstante, encontraron pronto modos de burlar el bloqueo, y las caricaturas, los memes y los mensajes alusivos a la censura han sido omnipresentes durante estos días. En la imagen, miembros del Sindicato Joven Turco, durante una manifestación de protesta. Foto: Burhan Ozbilici / AP


Estambul, Turquía, 23/3/2014: Seguidores del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdoğan, durante una manifestación celebrada este domingo. Erdoğan se dirigió a la multitud y dijo que quienes le acusan de corrupción serán «machacados por su propia inmoralidad». Foto: Murad Sezer / Reuters


Ciudad de Gaza, Gaza (Palestina), 23/3/2014: Dos niños observan el desfile organizado con motivo del décimo aniversario del asesinato por Israel del líder espiritual de Hamas, el jeque Ahmed Yassin. Al acto acudieron decenas de miles de personas. Foto: Suhaib Salem / Reuters


Jerusalén, 21/3/2014: Un niño palestino reza en presencia de varios soldados israelíes durante la oración del viernes en el barrio de Ras al Amud, en Jerusalén Este. La Policía israelí ha impuesto un límite de edad a los palestinos hombres que quieran entrar los viernes en la Ciudad Vieja. Solo podrán hacerlo los mayores de 40 años. Foto: Ammar Awad / Reuters


Jerusalén, 17/3/2014: Judíos ultraortodoxos bailan en un seminario rabínico, durante las celebraciones de la fiesta de Purim. Foto: Sebastian Scheiner / AP


Jerusalén, 21/3/2014: Algunos de los cerca de 20.000 corredores que participaron este viernes en el IV Maratón Internacional de Jerusalén, a su paso por la Ciudad Vieja. Foto: Ronen Zvulun / Reuters


Guiza, Egipto, 17/3/2014: Un arqueólogo trabaja en la restauración de una momia del Antiguo Egipto, en el laboratorio del Gran Museo Egipcio. Foto: Reuters


Dubai, Emiratos Árabes Unidos, 19/3/2014: La obra In The Moonlight (a la luz de la luna), del escultor Adam Henein, en la exposición de arte contemporáneo Art Dubai, celebrada esta semana. Foto: Rowan El Shimi / Al Ahram


El Cairo, Egipto, 23/3/2014: Las aguas del Nilo presentaban esta semana un inusual color amarillo, como consecuencia de la gran presencia de limo acumulado durante la crecida del río. Foto: Bassam Al-Zoghby / Al Ahram

Las fotos de la semana

Una selección de fotografías tomadas en Oriente Medio esta semana. Pincha en los enlaces de las localizaciones para ver las imágenes.

Varias mujeres lloran cerca de la acampada de protesta de los seguidores de Mursi, en El Cairo, tras la represión policial. Foto: Elizabeth Arrott / Voice of America / Wikimedia Commons

Como era previsible, las manifestaciones de este viernes en Egipto a favor y en contra del depuesto presidente Mohamed Mursi acabaron en un baño de sangre. La jornada transcurrió en relativa calma, pero sobre las dos de la madrugada del sábado empezaron en el barrio cairota de Madina al Nasser los choques entre la policía y los partidarios de los Hermanos Musulmanes. Las fuerzas de seguridad cumplieron a rajatabla el ultimátum dado por el ejército y actuaron con contundencia. Según fuentes oficiales del Ministerio de Sanidad egipcio, 38 muertos. Según los Hermanos Musulmanes, cerca de 70 (inicialmente hablaban de 200, pero luego rebajaron la cifra), y unos 4.000 heridos. Todos ellos, civiles.

Las autoridades afirman que utilizaron solo gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, cuando estos intentaban cortar el puente 6 de Octubre. Los médicos de los hospitales y de los puestos sanitarios de campaña afirman, sin embargo, que la mayoría de las víctimas murieron por disparos de bala. Imágenes como muchas de las captadas por el fotógrafo Mosa’ab El Shamy (algunas son especialmente duras) parecen corroborar la segunda versión:

En el siguiente vídeo, distribuido este sábado por la policía egipcia, se ven también ataques de partidarios de Mursi a las fuerzas de seguridad:

El testimonio de un testigo, en Twitter:

Dos resúmenes de la jornada, en Euronews:

Y más testimonios en Twitter:

Del fotógrafo Mosa’ab El Shamy (mensajes seleccionados por Zeinobia en Egyptian Chronicles):

De Quentein Sommerville, corresponsal de la BBC:

La jornada estuvo marcada por el anuncio de que las autoridades habían presentado finalmente cargos formales contra Mursi, quien permanece detenido, incomunicado y en paradero desconocido desde el golpe militar. Le acusan, entre otras cosas, de traición, por haber conspirado con Hamás durante la fuga de la prisión de Wadi al Natrun, durante la revolución dee 2011, una acción en la que fueron asesinados presos y funcionarios, se secuestró a soldados y se prendió fuego a edificios.

Según informa AP, durante estas tres semanas de detención Mursi ha sido interrogado por oficiales de la inteligencia militar por lo menos una vez al día, en sesiones de hasta cinco horas. Los interrogatorios se han centrado en decisiones adoptadas por su presidencia y en el papel desempeñado por otros líderes de la Hermandad, lo que, según la agencia de noticias, podría significar que las autoridades estarían recabando información para intentar ilegalizar la organización islamista.


Leer también:
» Las acusaciones contra Mursi, más leña al fuego
» El golpe en Egipto, paso a paso
» Las revoluciones las hace el pueblo, no el ejército

Más información y fuentes:
» Decenas de muertos en enfrentamientos entre islamistas y la policía en El Cairo (El País)
» Los Hermanos Musulmanes rebajan a 66 los muertos entre los partidarios de Mursi (El Mundo)
» Egypt crisis: ‘Scores killed’ at Cairo protest (BBC)
» The Aftermath of #July26 , Blood runs in #Egypt like River “Graphic” one again (Egyptian Chronicles)
» Egypt’s Revocouption Part Deux: Dueling Crowds leave 30 Dead (Informed Comment)
» Egypt military builds case on Morsi (AP)

Noche de pesadilla en Egipto

Como era previsible, las manifestaciones de este viernes en Egipto a favor y en contra del depuesto presidente Mohamed Mursi acabaron en un baño de sangre. La jornada transcurrió en relativa calma, pero sobre las dos de la madrugada del… Leer

Miembros de la Media Luna Roja siria, en el lugar donde estalló el coche bomba este jueves, en el centro de Damasco. Foto: British Red Cross / Twitter

Al menos 56 personas han muerto y más de 200 han resultado heridas este jueves en Damasco, por la explosión de un coche bomba en un puesto de control militar situado en una autopista muy transitada, cerca de la sede del partido gubernamental Baaz y de la Embajada de Rusia, en el centro de la capital siria. Una quincena de los fallecidos eran miembros de las fuerzas de seguridad; el resto, civiles, incluyendo, según la televisión oficial, estudiantes de una escuela cercana. En otro atentado perpetrado en el barrio de Barza, también con un coche bomba, murieron otras ocho personas (tres civiles y cinco miembros de las fuerzas de seguridad).

El centro de Damasco, a diferencia de los barrios periféricos, se había librado hasta ahora en buena parte de los efectos del conflicto. Con los atentados de hoy la guerra en Siria ha llegado de lleno al corazón de la capital. Poco después del ataque, dos proyectiles de mortero impactaron contra la sede del Estado Mayor de la Defensa en la céntrica plaza de los Omeyas, sin causar víctimas mortales.

Tanto el Gobierno como las principales fuerzas de la oposición han condenado los atentados, aunque se responsabilizan mutuamente de los ataques. El régimen acusa directamente a «grupos vinculados a Al Qaeda».

Los siguientes mensajes en Twitter ilustran cómo ha transcurrido la sangrienta jornada:

Jornada sangrienta en Damasco

Al menos 56 personas han muerto y más de 200 han resultado heridas este jueves en Damasco, por la explosión de un coche bomba en un puesto de control militar situado en una autopista muy transitada, cerca de la sede… Leer

Mohammed Salama, un ciudadano con doble nacionalidad, saudí y estadounidense, fue detenido el pasado 30 de abril en su domicilio de Riad, la capital de Arabia Saudí. El arresto se produjo después de que Salama publicase en su cuenta personal de Twitter una serie de mensajes en los que criticaba algunas interpretaciones (hadiz) de las enseñanzas del profeta Mahoma. Salama sigue arrestado, sin que se hayan presentado aún cargos contra él. Su caso lo ha denunciado este miércoles la ONG de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW).

«Ni Salama ni su familia han sido informados de cuáles son las acusaciones en su contra», señala Joe Stork, subdirector para Oriente Medio de HRW, en un comunicado. Stork exige la liberación inmediata del detenido y añade: «Nadie debe languidecer en prisión sin cargos, y menos aún por expresar una opinión pacífica».

La legislación saudí establece en un máximo de seis meses el tiempo que una persona puede permanecer detenida sin cargos. Salama cumplió esos seis meses el 30 de octubre. Según la familia, el Ministerio Público dijo en septiembre que la investigación del caso no había concluido aún.

En sus mensajes en Twitter, publicados el pasado mes de marzo, Salama comentaba y cuestionaba en conversaciones online algunas de las interpretaciones tradicionales de los hadiz. Decía, por ejemplo, que «el propio Profeta cuestionó el Corán», o que «[tener] pensamientos sobre el suicidio es normal, porque el mismo Profeta también llegó a contemplarlo». Salana subió asimismo un vídeo a YouTube, en el que criticaba las opiniones políticas de un clérigo. Algunos usuarios anónimos pidieron su arresto e incluso su ejecución.

El caso de Salama no es el único. Human Rights Watch recuerda que otro ciudadano saudí, Hamza Kashgari, de 23 años de edad, ha estado bajo custodia policial desde el pasado 12 de febrero por haber publicado una serie de mensajes en Twitter sobre religión considerados apóstatas por las autoridades religiosas del gobierno.

Seis meses detenido por unos mensajes en Twitter

Mohammed Salama, un ciudadano con doble nacionalidad, saudí y estadounidense, fue detenido el pasado 30 de abril en su domicilio de Riad, la capital de Arabia Saudí. El arresto se produjo después de que Salama publicase en su cuenta personal… Leer

El rey de Bahréin, Hamad bin Isa Al Jalifa. Foto: Cherie Cullen / Dept. Defensa EE UU / Wikimedia Commons

El Ministerio del Interior de Bahréin anunció este miércoles la detención de cuatro personas por «difamar a personajes públicos en las redes sociales». En una escueta nota de prensa, el Ministerio indica que «los detenidos han confesado su crimen» y que «se busca a un quinto sospechoso». También explica que las detenciones se llevaron a cabo gracias al reciente control impuesto a las redes sociales «para evitar el mal uso de estas plataformas». La nota agrega que «la libertad de expresión está garantizada por la Constitución y por las leyes», pero deja claro que «esta libertad no significa que se pueda difamar a otros». Concluye destacando «la importancia de usar las redes sociales de una forma ética y responsable».

Los detalles los conocemos gracias a una información de la agencia Reuters, que cita a la agencia estatal de noticias, BNA: Los detenidos son cuatro jóvenes de unos veinte años, y el «personaje público» es, sorpresa, el rey. Según el fiscal, los jóvenes están acusados, concretamente, de «insultar a su majestad el Rey en sus cuentas personales de Twitter». Mohamed al Maskati, responsable de la Sociedad Juvenil de Bahréin para los Derechos Humanos, informó de que los cuatro fueron arrestados el miércoles por la mañana después de que las fuerzas de seguridad confiscaran sus ordenadores y otros dispositivos electrónicos.

Reuters recuerda que en Bahréin está prohibido criticar al rey Hamad o a cualquier otro miembro de la gobernante familia Al Jalifa. La fiscalía indicó que los acusados se enfrentarán a «un juicio urgente ante el tribunal penal».

El efecto inmediato de semejante despropósito ha sido, obviamente, más críticas al rey, tanto en Twitter (ver, por ejemplo, la etiqueta #KingsTornPics) como en otros medios. El miércoles por la noche, un grupo de jóvenes se reunió para romper fotos del monarca y luego subieron el vídeo a YouTube:

Se trata, como señala en su blog el periodista de The Guardian Brian Whitaker, del conocido «Efecto Streisand», que la Wikipedia define como «un fenómeno de Internet en el que un intento de censura u ocultamiento de cierta información fracasa o es incluso contraproducente para el censor, ya que ésta acaba siendo ampliamente divulgada, recibiendo mayor publicidad de la que habría tenido si no se la hubiese pretendido acallar». El origen del nombre se remonta a 2004, cuando la cantante Barbra Streisand interpuso una demanda para que una web retirase una foto de su casa. Hasta entonces la foto no la había visto casi nadie. Después de la demanda, más de 420.000 personas visitaron en apenas un mes la web denunciada.

Whitaker escribe:

El régimen de Bahréin (y otros como él) tiene que entender que las redes sociales han dado a la gente una voz que no había tenido hasta ahora. El viejo orden se está desmoronando en todo Oriente Medio y los árabes, cada vez más, están exigiendo responsabilidades a sus gobernantes. Puede que a los gobernantes no les guste esto, pero mejor que se vayan acostumbrando.

El problema es que, si bien es cierto que tratar de amordazar las redes sociales es como intentar ponerle puertas al campo, eso no significa que el Estado, y, concretamente, el rey, no tengan aún una gran capacidad represora. El mes pasado, Zainab al Jawaya, hija de un activista bahreiní en prisión, fue condenada a dos meses de cárcel por dañar propiedad pública en una comisaría, incluyendo la imagen del rey. Según el abogado de Jawaya, la sentencia se debió a haber roto la fotografía del monarca. Y en julio, el destacado activista Nabeel Rayab fue condenado a tres meses de prisión por un tuit contra el primer ministro -miembro de la familia gobernante-, que según el tribunal había insultado a los bahreiníes. Posteriormente fue absuelto en una apelación, pero su caso dañó más aún la imagen del régimen.

Puertas al campo en Bahréin

El Ministerio del Interior de Bahréin anunció este miércoles la detención de cuatro personas por «difamar a personajes públicos en las redes sociales». En una escueta nota de prensa, el Ministerio indica que «los detenidos han confesado su crimen» y… Leer