Cinco años desde la captura de Sadam

13/12/2008 | Miguel Máiquez
El momento de la captura de Sadam Husein, en Tikrit, Irak, el 13 de diciembre de 2003. Foto: US Army

Este sábado se cumplen cinco años de la captura de Sadam Husein por parte de soldados estadounidenses. Eran las ocho y cuarto de la tarde del 13 de diciembre de 2003. Habían pasado ocho meses desde la invasión de Irak y siete desde el derrocamiento de su régimen. El dictador iraquí estaba escondido en lo que se definió como un «agujero de arañas», un zulo apenas oculto en una granja al sur de Tikrit, su ciudad natal. Presentaba el aspecto de un anciano cansado y enfermo, con el cabello y la barba crecidos. Se entregó sin oponer resistencia. Tres años después fue ahorcado en Bagdad.

Décadas de cruel tiranía en Irak, la primera Guerra del Golfo, el 11 de septiembre, Afganistán, el «eje del mal», el cuento de las armas de destrucción masiva, los desafíos, los interminables e inútiles debates en la ONU, las manifestaciones de millones de ciudadanos en todo el mundo contra la guerra, la invasión y, finalmente, el arresto y el patíbulo.

Y, sin embargo, la guerra estaba aún lejos de acabarse. Desde entonces, decenas de miles de muertos (civiles y militares), torturas y escándalos políticos y económicos, cientos de atentados, un país destrozado, miles de millones de dólares en pérdidas…

Esta misma semana, 13 muertos en Bagdad (con la ciudad en toque de queda ante el aniversario de este sábado), y al menos otros 47 en un atentado suicida en un restaurante en Kirkuk.

Un lustro después de la caída de Sadam, a Irak le falta aún un largo y complicado camino para ser realmente una «misión cumplida», la desafortunada frase que pronunció en 2005 el presidente de EE UU, George W. Bush.

No será él, en cualquier caso, quien se encargue de ello. Cuando el próximo mes de enero Bush abandone la Casa Blanca, el nuevo presidente electo, Barack Obama, recogerá una herencia que no le será fácil corregir.

Al final, el agujero de las arañas ha acabado convirtiéndose en un gran agujero negro, tanto para el gobierno de EE UU como para la población iraquí.

Lo más relevante de estos cinco años, un balance y las perspectivas de futuro, en las siguientes 20 claves:

1. El coste humano

Más de 2.2 millones de personas han sido desplazadas internamente durante la guerra y la posguerra, y otras tantas viven como refugiados en países limítrofes, como Siria y Jordania. Estas cifras representan alrededor del 15% del total de la población de Irak, estimada en unos 27 millones de habitantes.

En estos cinco años han muerto más de 4.000 soldados estadounidenses (sólo 171 de ellos fallecieron durante la invasión) y han resultado heridos 30.000. También han fallecido 175 soldados británicos y unos 140 de otros países, entre ellos, 33 italianos, 20 polacos, 18 ucranianos, 11 españoles (incluyendo siete agentes del CNI y un comandante de la Guardia Civil)…

El número de víctimas civiles no se sabe a ciencia cierta. Bush dijo hace algunos meses que ronda las 30.000. Otras fuentes, las estimaciones más bajas, elevan esta cifra a 82.000. La mayoría hablan de 600.000 iraquíes muertos y algunos, contando causas directas e indirectas, hasta de un millón.

A pesar de que la violencia ha decrecido considerablemente en los últimos meses, prácticamente a diario se siguen produciendo ataques, escaramuzas o atentados. Según la ONU, la violencia se ha convertido en la principal causa de muerte entre los hombres iraquíes de 15 a 59 años desde 2003.

Desde el comienzo de la invasión han muerto en Irak 174 periodistas, entre ellos, dos españoles, José Couso y Julio Anguita Parado.

2. Los atentados sin fin

Desde la caída de Sadam, los atentados, muchos de ellos cometidos por suicidas, han sido el pan nuestro de casi cada día. Miles de personas han perdido la vida en ellos, ante una opinión pública occidental cada vez más insensibilizada, como resultado de la repetición continúa de noticias similares.

El acto de violencia más brutal en estos cinco años ocurrió el 14 de agosto de 2007 en la provincia de Nínive. La explosión de cuatro camiones bomba mató al menos a 250 personas (se llegó a hablar de medio millar de muertos).

La siguiente cronología, con datos recogidos por la agencia Efe, resume los atentados más graves. A las cifras frías de los muertos hay que sumar las de los supervivientes: las familias, los seres queridos, los huérfanos, los heridos y los mutilados, el clima de terror continuo.

  • 29.08.2003. Al menos 85 muertos, entre ellos el ayatolá Al-Hakim, máximo líder chií, al explotar un coche bomba junto a la mezquita del Imán Ali, en la ciudad santa de Nayaf.
  • 01.02.2004. Dos terroristas suicidas causan la muerte de al menos 105 personas en las sedes de los dos principales partidos kurdos en Erbil.
  • 02.03.2004. Una cadena de atentados suicidas casi simultáneos -cinco en Kerbala y cuatro en Bagdad- causa al menos 181 muertos, coincidiendo con el día de la Ashura chií.
  • 28.02.2005. Al menos 125 muertos al explotar un coche bomba frente a un centro médico en Hilla.
  • 16.07.2005. Al menos 98 muertos y 152 heridos al accionar un suicida una carga explosiva junto a un camión de combustible en Al Musayeb.
  • 14.09.2005. Al menos 113 muertos y 162 heridos al explotar un coche bomba en el barrio chií de Kadimiya, al norte de Bagdad.
  • 18.11.2005. Al menos 83 muertos en un doble atentado suicida contra sendas mezquitas en Janakin.
  • 05.01.2006. Más de cien muertos y decenas de heridos en dos atentados suicidas perpetrados en la ciudad santa chií de Kerbala y en Ramadi, bastión insurgente.
  • 23.11.2006. Al menos 203 muertos y más de 250 heridos al explotar seis coches bomba y varios proyectiles de mortero, en el barrio chií de Ciudad Sadr, en Bagdad.
  • 16.01.2007. Al menos 105 muertos como consecuencia de una cadena de atentados en Bagdad. De ellos, 70 perecieron en un ataque a la Universidad.
  • 03.02.2007. Un total de 131 muertos y 305 heridos al explotar un camión bomba en un céntrico mercado de Bagdad.
  • 06.03.2007. Al menos 105 peregrinos chiíes muertos y otros 190 heridos al hacer explotar dos suicidas los cinturones que llevaban cargados con explosivos en Hilla.
  • 27.03.2007. Al menos 152 muertos y más de 300 heridos en un doble atentado con camión y coche bomba, en Tel Afar. Un día después, al menos otros 47 civiles perdieron la vida en los ataques de represalia por esos atentados.
  • 18.04.2007. Al menos 176 muertos y casi 200 heridos en jornada sangrienta en Bagdad. Sólo en uno de los atentados, al menos 140 personas murieron tras una explosión en una plaza del céntrico distrito de Sadriya.
  • 07.07.2007. Un total de 156 muertos al explotar un camión cargado con explosivos en un mercado de la zona de Amarli, al norte de Bagdad.
  • 16-07-2007. Al menos 83 muertos en un doble atentado en Kirkuk. La explosión más grave tuvo lugar en un mercado, donde estalló un camión cargado de explosivos. La segunda tuvo como blanco la sede del Unión del Pueblo del Kurdistán (UPK).
  • 14.08.2007. Los mencionados 250 muertos de Nínive. Los ataques tuvieron como blanco la pequeña comunidad religiosa kurda de los yazadíes.
  • 01.02.2008. Un total de 98 muertos en un doble atentado contra dos mercados de animales domésticos en Bagdad, perpetrado por dos mujeres suicidas, una de ellas discapacitada mental.

3. El despilfarro económico

En los días previos a la invasión, Bush fijó el coste de la guerra entre 50.000 y 60.000 millones de dólares. Actualmente, los cálculos más conservadores sitúan esta cantidad en un billón de dólares, y el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz eleva la cifra hasta los 3 billones, un coste que Bush ha calificado de «exagerado».

«El fraude, el despilfarro, el abuso y la corrupción en Irak han obstaculizado la reconstrucción, la producción de petróleo no ha excedido los niveles de antes de la guerra, y los servicios de luz y agua potable no están disponibles para la mayoría de iraquíes» (de un informe del Comité de Asignaciones del Senado de EE UU, del pasado 11 de marzo).

4. Un país deshecho

Millones de iraquíes carecían aún de acceso a agua potable y a atención sanitaria cinco años después del inicio de la guerra, en lo que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) considera «una de las más graves situaciones humanitarias del mundo».

Casi un tercio de la población –unos ocho millones de personas– necesita ayuda de emergencia para sobrevivir.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), siete de cada diez pacientes heridos de gravedad en algún hecho de violencia en Irak mueren en las unidades de urgencias y cuidados intensivos por la escasez de personal médico, así como por la falta de medicinas y equipamiento.

5. Un Estado federal y desunido

Aprobada en referéndum popular el 15 de octubre de 2005, con el 78% de los votos, la actual Constitución iraquí describe Irak como un estado federal, en un intento de dar respuesta a los intereses contrapuestos de las diferentes comunidades que lo integran.

6. Minorías en guerra

La antes hegemónica minoría suní ha perdido sus privilegios frente a chiíes y kurdos, que controlan el Gobierno, el Parlamento y el Ejército. Por otra parte, la llegada de los combatientes de Al Qaeda ha puesto en una situación muy difícil a los suníes más moderados. Suníes y chiíes han estado inmersos durante estos años en una auténtica guerra civil.

7. Un gobierno a medias

El 30 de enero de 2004 se celebraron las primeras elecciones legislativas, que ganó la chií Alianza Unida Iraquí. Ibrahim al Yafari fue elegido primer ministro. En abril, el kurdo Yalal Tabalabani fue nombrado nuevo presidente.

Tras la aprobación de la nueva Constitución, el 15 de diciembre de 2005 tuvieron lugar primeras elecciones parlamentarias. Chíies y kurdos revalidaron victoria.

Aunque teóricamente independiente, y surgido de unas elecciones democráticas, el Gobierno iraquí sigue de hecho bajo la tutela de EE UU y dependiendo de Washington para mantener la seguridad en el país. En amplias zonas del país, el líder chií Muqtada Al Sadr y sus insurgentes tienen tanto poder o más que el propio Gobierno.

El poder administrativo lo ostenta actualmente el Gobierno que preside el chií Nuri al Maliki, el primer ejecutivo estable tras la invasión que acabó con el régimen de Sadam. Integrado, en principio, por ministros de todas las tendencias (suníes, chiíes y kurdos), su continuidad se ha visto amenazada tras la retirada de varios grupos políticos, que coinciden en acusar a al Maliki de gobernar sin consenso.

Su autoridad tiene, además, la limitación que supone la presencia en el país de unos 156.000 soldados extranjeros.

8. Las tropas extranjeras

Cerca de 40 países, entre ellos España, que secundó la invasión con el Gobierno de José María Aznar, contribuyeron con sus tropas en 2003 a la coalición multinacional desplegada en Irak.

Más del 50%, sin embargo, ya ha abandonado el país. Es el caso de España, que retiró sus tropas a finales de abril de 2004 tras dar la orden en marzo el recién elegido presidente, José Luis Rodríguez Zapatero; Singapur, Nicaragua, la República Dominicana, Honduras, Filipinas, Noruega, Tailandia, Nueva Zelanda, Tonga, Hungría, Portugal, Holanda, Ucrania, Bulgaria, Japón, Italia, Eslovaquia, Dinamarca, Lituania, Australia, Georgia, Kazajistán, Polonia y Bosnia Herzegovina, el último país en hacerlo.

Según cálculos de la agencia Efe, en torno a 156.000 efectivos integran actualmente la fuerza internacional desplegada en el país árabe, compuesta mayoritariamente por estadounidenses, y dentro de la cual también participan el Reino Unido, Corea del Sur, Rumanía y otros países en un número más reducido. Corea del Sur ya ha anunciado la retirada de sus tropas para el próximo día 20.

Estados Unidos invadió Irak con 150.000 soldados, y ha llegado a desplegar a 160.000 en ocasiones especiales, como el referéndum constitucional de 2006 o durante periodos de especial violencia.

En julio de 2008, el contingente estadounidense se redujo hasta los 146.000 soldados tras la retirada de unos 24.000, cifra que siguió rebajándose hasta los 140.000 efectivos hasta septiembre. En enero de 2009, está previsto que una de las brigadas, integrada por cerca de 5.000 soldados, no sea reemplazada.

El Reino Unido, por su parte, es el segundo país en número de efectivos: 4.000 en la actualidad, todos ellos en Basora, en el sur de Irak.

9. Los derechos humanos

Irak sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo en lo que se refiere a los derechos humanos, según informe de Amnistía Internacional del pasado mes de marzo.

En el mismo informe se señala que siguen recibiéndose informes de detenciones arbitrarias, reclusiones y tortura incluso en las provincias kurdas, y que la disidencia política pacífica apenas se tolera. Se ha detenido sin cargos a opositores políticos, y los homicidios por motivos de ‘honor’ (mujeres que mueren a manos de sus familias) continúan siendo un problema.

10. Abu Ghraib

La ocupación de Irak ha sido también el escenario de uno de los episodios más negros de la historia reciente de EE UU: las torturas y abusos perpetrados por soldados estadounidenses a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, un lugar que ya era tristemente famoso, a su vez, por las torturas del régimen de Sadam a sus prisioneros políticos.

Los hechos ocurrieron a principios del 2003 y fueron cometidos por el personal de la Brigada 372 de la Policía Militar de los EE UU, agentes de la CIA y contratistas involucrados en la ocupación de Irak. La historia salió a la luz gracias a diversos informes e informaciones periodísticas, y al darse a conocer fotografías de las torturas que conmocionaron a la opinión pública mundial.

El Departamento de Defensa expulsó a 17 soldados y oficiales del servicio y siete soldados fueron acusados de abandono del servicio, maltrato, asalto agravado y lesiones personales. Otros siete soldados fueron sentenciados a prisión, rebajados de rango y dados de baja del servicio en forma deshonrosa. Dos más, el especialista Charles Grane y su novia Lynndie England, fueron sentenciados a 10 y 3 años de cárcel. La responsable de la prisión, Brigadier General Janis Karpinski, fue rebajada de su rango a coronel.

En 2006, una veintena de asociaciones de derechos humanos demandaron al entonces secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld y a otros cargos estadounidenses en el Tribunal Supremo alemán de Karlsruhe por crímenes de guerra.

El pasado jueves, la comisión de Servicios Armados del Senado de EE UU hizo responsable a Rumsfeld y a otros altos cargos de los abusos cometidos, tanto en Abu Ghraib como en Guantánamo.

El informe, presentado por el ex candidato republicano a la presidencia John McCain y por el demócrata Carl Levin, destaca que «el abuso de detenidos no se puede atribuir simplemente a ‘malas hierbas’ que actuaban por su cuenta» y considera que consideran que el origen del uso de estos métodos será un memorándum firmado por Bush el 7 de febrero de 2002 en el que declaraba que las Convenciones de Ginebra no protegen a los detenidos sospechosos de ser miembros de Al Qaeda o del movimiento talibán.

Hasta ahora, la Casa Blanca ha culpado siempre a mandos intermedios.

11. Blackwater

Uno de los momentos de mayor tensión entre los gobiernos estadounidense e iraquí fue el llamado caso Blackwater. En 2007, cinco miembros de esta empresa de seguridad privada (utilizada por EE UU como apoyo a sus tropas en Irak y Afganistán) dispararon sin provocación previa sobre civiles desarmados en Bagdad y mataron a 14 personas, ninguna de ellas pertenecientes a la insurgencia.

Fueron acusados de homicidio y, finalmente, el pasado lunes se entregaron, junto con un soldado, ante las autoridades federales estadounidenses.

12. El petróleo

El control de los enormes recursos petroleros iraquíes fue una de las principales causas de la guerra. No obstante, cinco años después, estas reservas no han logrado frenar el alza del precio del crudo.

Irak era, hasta el embargo impuesto por la ONU en 1991, el segundo país exportador de petróleo después de Arabia Saudí. Miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el país se encuentra actualmente excluido del sistema de cuotas del cartel debido a la inestabilidad y la violencia que padece, y su producción ronda actualmente los 2,3 millones de barriles diarios, informa Efe.

13. Beneficiados

Uno de los pocos beneficiados de la guerra ha sido, probablemente, la empresa Kellog Brown and Root, ex filial de Halliburton, una compañía de servicios petroleros que estuvo dirigida por el actual vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, y que ha obtenido importantes contratos destinados a alimentar a soldados, suministrar combustible y construir infraestructuras para el Ejército de EE UU desplegado en Irak.

Según Defense Industry Daily, las actividades de esta empresa le han reportado ingresos de 15.400 millones de dólares (9.865 millones de euros).

14. Afganistán

Obsesionado por la guerra de Irak y empantanado en los problemas que ha conllevado la ocupación, el Gobierno de EE UU dejó de lado la situación de Afganistán, cuya solución parece ahora más lejos incluso que hace cinco años.

«Se suponía que la de Afganistán iba a ser la guerra justa, la guerra que EE UU iba a ganar, pero, debido a la desatención de la Administración Bush, incluso la guerra justa va mal» (The New York Times en un editorial).

15. Oriente Medio

La guerra en Irak durante los cinco años transcurridos desde la caída de Sadam ha contribuido de un modo muy importante a la radicalización del conflicto general en Oriente Medio, y particularmente entre israelíes y palestinos y en Irán.

La política de la Administración Bush ha eliminado a Estados Unidos como potencia respetada por todas las partes a la hora de mediar, y ha alimentado el odio de los grupos más extremistas, que han encontrado en la guerra de Irak una justificación para sus actos.

16. Los otros desastres

Junto a la catástrofe humana y económica, la invasión trajo también un desastre cultural sin precedentes.

Además de los daños causados en restos arqueológicos y del abandono de yacimientos (unos 10.000 fueron dejados a su suerte y han sido pasto de ladrones y saqueadores) y de bienes culturales de todo tipo, los hechos más graves se produjeron a los pocos días de la toma de Bagdad, cuando, ante la pasividad de las tropas de ocupación, se produjo el saqueo del Museo Nacional de Bagdad (más de 200.000 piezas robadas) y de la Biblioteca Nacional.

Las piezas sustraídas van recuperándose poco a poco, pero una gran parte del daño perpetrado es ya irreversible.

También los daños medioambientales consecuencia de las guerras (ésta y la Primera Guerra del Golfo) han sido importantes. EE UU usó armas con uranio empobrecido, un elemento altamente contaminante y que puede resultar tóxico, según informes de Naciones Unidas. Se calcula que al menos 350 lugares de Irak fueron contaminados durante los bombardeos.

17. Lo que piensan los iraquíes

Una encuesta realizada entre 2.000 iraquíes, encargada por la BBC, ABC News y NHK, y publicada a finales del año pasado, revelaba que cerca del 70% consideraban un fracaso la actuación las tropas estadounidenses.

Además, el 60% de los iraquíes opinaba que los ataques contra las fuerzas lideradas por EE UU están justificados (afirmación que compartía el 93% de los suníes, frente al 50% de los chiíes).

A pesar de todo, los iraquíes son optimistas: más del 50% piensan que sus vidas son buenas, por lo menos desde los últimos tres años, según otra encuesta posterior encargada hace unos meses por los mismos medios.

Este sondeo revela asimismo que, aunque la mayoría de los iraquíes creen que las tropas de los EE UU están haciendo las cosas mal, el número de gente que quiere que los estadounidenses se vayan del país ha ido disminuyendo poco a poco.

El estudio también señala, por otro lado, que la población está cada vez más dividida: sólo el 33% de los suníes son felices con sus vidas, comparado con el 62% de los chiíes y el 73% de los kurdos.

18. Lo que piensan los estadounidenses

En EE UU, mientras tanto, las encuestas dicen que alrededor de dos terceras partes de los ciudadanos estadounidenses consideran que la guerra fue un error. Un reciente sondeo realizado para la CNN revelaba que el 66% de los ciudadanos se muestra contrario a la guerra de Irak y sólo el 32% la defiende.

19. Bush

La guerra y la ocupación de Irak es el principal motivo por el que George W. Bush dejará la Casa Blanca con el índice de popularidad más bajo de un presidente de EE UU en la era moderna (desaprueba su gestión el 76% de los ciudadanos según una última encuesta de la CNN).

Bush ha reconocido parte del fracaso y recientemente llegó a admitir incluso que «haber creído» que había armas de destrucción masiva en Irak ha sido el «gran error» de su mandato.

En cualquier caso el presidente entiende que, aunque «nadie puede discutir que esta guerra ha tenido un alto coste en vidas y en dinero, esos costes eran necesarios cuando consideramos el coste que tendría la victoria de nuestros enemigos en Irak. El mundo es mejor y EE UU más seguro porque intervinimos en Irak».

20. El futuro

Las tropas estadounidenses están presentes en Irak gracias a un mandato dado por el Consejo de Seguridad de la ONU que vence el próximo 31 de diciembre. No obstante, el pasado 28 de noviembre el Parlamento iraquí aprobó un acuerdo con EE UU para permitir a los soldados estadounidenses continuar en el país hasta finales de 2011.

El presidente electo de EE UU, el demócrata Barack Obama, ha dicho que su Gobierno, que se inicia el 20 de enero, sacará de Irak a las unidades de combate en 16 meses. En contra de sus planes juega la demostrada incapacidad de las fuerzas de seguridad locales a la hora de mantener la estabilidad en el país.

Con respecto a las tropas del Reino Unido, el Ejecutivo británico filtró este miércoles a la prensa que comenzará a retirar sus tropas de Irak el próximo mes de marzo y que pretende culminar el repliegue en junio, cuando ya sólo quedarán en el país árabe unos cuantos cientos de oficiales del Ejército dedicados a la formación de las tropas y fuerzas de seguridad locales.


Publicado originalmente en 20minutos


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