«En 2007 intentamos entrar en Gaza a través del paso fronterizo de Erez, controlado por los israelíes. Fracasamos. Por aquel entonces, las facciones palestinas rivales, Hamás y Fatah, estaban enzarzadas en una guerra sangrienta para conseguir el control de ese pequeño terreno. Hamás ganó. Tras la caída de Mubarak, el gobierno egipcio decidió dejar entrar en Gaza a pequeños grupos de gente a través del paso fronterizo de Rafah. Supimos que era nuestra oportunidad de entrar en Gaza para ver cómo vive la gente bajo el gobierno de Hamás».
Así presenta Vice News su última producción, Crimen y castigo en la franja de Gaza. El documental puede verse, de manera gratuita, en la web de Vice, un grupo independiente de medios de comunicación fundado a mediados de los años noventa en Montreal y actualmente con sede en Nueva York.
El estilo, como es habitual en las producciones de Vice, es dinámico e impactante, pero también desenfadado y con bastantes dosis de ironía, incluyendo momentos realmente memorables. La rueda de prensa improvisada en mitad de la calle por un grupo de milicianos encapuchados es digna de verse, como lo es también la increíble y caótica detonación de un montón de bombas israelíes sin explotar, o el funcionario explicando tranquilamente en una prisión que a los condenados por delitos de drogas «se les ahorca sin son civiles y se les fusila si son militares».
Y, si bien es cierto que lo que subyace a lo largo de todo el trabajo es una dura crítica al gobierno de Hamás, hasta el punto de que pueden encontrarse enlaces al vídeo en sitios web claramente proisraelíes, el documental no es un panfleto. Las imágenes hablan por sí mismas.
Resulta refrescante, en cualquier caso, poder acercarse a la dura realidad de la vida de muchos palestinos, más allá del estigma omnipresente de la ocupación israelí. La brutal política de Israel con los territorios ocupados, y especialmente con Gaza (el embargo, los controles, la violencia) envenena cualquier intento de desarrollo, tanto económico como democrático. Pero no es la única culpable. La ‘primavera árabe’ tiene en Palestina el difícil reto de tener que batirse ante dos enemigos, el ocupante israelí y la corrupción, el fanatismo y el autoritarismo de buena parte de sus gobernantes.
Suroosh Alvi, uno de los fundadores de Vice y conductor del documental, resume así sus conclusiones:
La mano dura de Hamás parece haber tenido como resultado una especie de orden que no es frecuente observar en lugares tan empobrecidos como Gaza. Pero es un orden con un distintivo sabor autoritario. El gobierno de Hamás opera en un ambiente de paranoia, en el que [las autoridades] están continuamente en guardia, no solo contra el mundo exterior, sino también contra sus hermanos y hermanas de Fatah, y contra ciudadanos corrientes de Gaza, ante el temor de que la pobreza les lleve a la tentación de convertirse en espías de Israel… Un gobierno autoritario entre los muros de una prisión y bajo asedio económico… Parece el escenario de una película de Kurt Russell, pero es real.
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