«La pesadilla en Gaza es más que una crisis humanitaria. Es una crisis de humanidad […] Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niños». Así se expresó este lunes el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en una… Leer
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«La pesadilla en Gaza es más que una crisis humanitaria. Es una crisis de humanidad […] Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niños». Así se expresó este lunes el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en una intervención durante la que volvió a exigir un alto en fuego a «todas las partes».
El número de muertos por ataques israelíes a Gaza desde el pasado 7 de octubre supera ya los 10.000, según informó este mismo lunes el Ministerio de Salud de Gaza. De ellos, 4.104 son niños.
Tanto el Gobierno gazatí como la ONU y otras organizaciones de ayuda han denunciado ataques sobre objetivos civiles, entre ellos escuelas y hospitales.
Además, las autoridades palestinas han elevado a 155 los palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este por disparos de las fuerzas israelíes y ataques por parte de colonos desde el 7 de octubre, fecha en la que Hamás llevó a cabo los ataques en territorio israelí que dejaron cerca de 1.400 muertos y más de 240 secuestrados.
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras alertó este lunes de que la situación en la Franja es ya «una catástrofe humanitaria que no tiene precedentes en la región» y denunció «una falta sistemática de respeto al Derecho Internacional Humanitario».
Esta es la transcripción íntegra, traducida al castellano, del mensaje de Guterres de este lunes:
La pesadilla en Gaza es más que una crisis humanitaria.
Es una crisis de humanidad.
La intensificación del conflicto está sacudiendo al mundo, sacudiendo la región y, lo que es más trágico, destruyendo tantas vidas inocentes.
Las operaciones terrestres de las Fuerzas de Defensa de Israel y los continuos bombardeos están afectando a civiles, hospitales, campos de refugiados, mezquitas, iglesias e instalaciones de la ONU, incluidos refugios.
Nadie está seguro.
Al mismo tiempo, Hamás y otros militantes utilizan a civiles como escudos humanos y continúan lanzando cohetes indiscriminadamente hacia Israel.
Reitero mi condena total de los abominables actos de terrorismo perpetrados por Hamás el 7 de octubre y repito mi llamamiento a la liberación inmediata, incondicional y segura de los rehenes retenidos en Gaza.
Nada puede justificar la tortura, el asesinato, los heridos y el secuestro deliberados de civiles.
La protección de los civiles debe ser primordial.
Estoy profundamente preocupado por las claras violaciones del derecho internacional humanitario que estamos presenciando.
Permítanme ser claro: ninguna parte en un conflicto armado está por encima del derecho internacional humanitario.
Damas y caballeros de la prensa, Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niños.
Según informes, cada día mueren o resultan heridos cientos de niñas y niños.
Según informes, en un periodo de cuatro semanas han muerto más periodistas que en cualquier conflicto en al menos tres décadas.
Han sido asesinados más trabajadores humanitarios de Naciones Unidas que en cualquier periodo comparable en la historia de nuestra organización.
Saludo a todos aquellos que continúan su labor de salvar vidas a pesar de los abrumadores desafíos y riesgos.
La catástrofe que se está desarrollando hace que la necesidad de un alto el fuego humanitario sea más urgente cada hora que pasa.
Las partes en el conflicto –y, de hecho, la comunidad internacional– se enfrentan a una responsabilidad inmediata y fundamental: detener el sufrimiento colectivo inhumano y ampliar dramáticamente la ayuda humanitaria a Gaza.
Hoy, las Naciones Unidas y nuestros socios están lanzando un llamamiento humanitario por valor de 1.200 millones de dólares para ayudar a 2,7 millones de personas: es decir, toda la población de la Franja de Gaza y medio millón de palestinos en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental.
Parte de la ayuda vital está llegando a Gaza desde Egipto a través del cruce de Rafah.
Pero el goteo de asistencia no cubre el océano de necesidades.
Y seamos claros: el cruce de Rafah por sí solo no tiene capacidad para procesar camiones de ayuda a la escala requerida.
Poco más de 400 camiones han cruzado a Gaza en las últimas dos semanas, en comparación con los 500 que llegaban al día antes del conflicto. Y lo más importante es que esto no incluye el combustible.
Sin combustible, los recién nacidos en incubadoras y los pacientes con soporte vital morirán.
El agua no se puede bombear ni purificar.
Las aguas residuales sin tratar pronto podrían comenzar a fluir a las calles, propagando aún más las enfermedades.
Los camiones cargados con ayuda crítica quedarán varados.
El camino a seguir es claro: un alto el fuego humanitario. Ahora.
Que todas las partes respeten todas sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario. Ahora.
Esto significa la liberación incondicional de los rehenes en Gaza. Ahora.
La protección de civiles, hospitales, instalaciones de la ONU, refugios y escuelas. Ahora.
Más alimentos, más agua, más medicinas y, por supuesto, combustible, entrando a Gaza de forma segura, rápida y en la escala necesaria. Ahora.
Acceso sin restricciones para entregar suministros a todas las personas necesitadas en Gaza. Ahora.
Y el fin del uso de civiles como escudos humanos. Ahora.
Ninguno de estos llamamientos debe estar condicionado a los demás.
Y para todo esto, necesitamos más financiación… Ahora.
Además, sigo profundamente preocupado por el aumento de la violencia y la expansión del conflicto. La Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, se encuentra en un punto de ebullición.
Tampoco olvidemos la importancia de abordar los riesgos de que el conflicto se extienda a toda la región.
Ya estamos presenciando una espiral de escalada desde Líbano y Siria hasta Irak y Yemen.
Esa escalada debe detenerse.
Deben prevalecer la calma y los esfuerzos diplomáticos.
Deben cesar la retórica de odio y las acciones provocadoras.
Estoy profundamente preocupado por el aumento del antisemitismo y la intolerancia antimusulmana.
Las comunidades judías y musulmanas en muchas partes del mundo están en alerta máxima, temiendo por su seguridad personal.
Las emociones están en un punto álgido. Las tensiones están aumentando.
Las imágenes del sufrimiento son desgarradoras.
Pero debemos encontrar una manera de aferrarnos a nuestra humanidad común.
Pienso en los civiles de Gaza –la gran mayoría mujeres y niños– aterrorizados por los implacables bombardeos.
Me uno a la familia de las Naciones Unidas en el duelo por 89 de nuestros colegas de la UNRWA que han sido asesinados en Gaza, muchos de ellos junto con miembros de sus familias.
Entre ellos se incluyen profesores, directores de escuelas, médicos, ingenieros, guardias, personal de apoyo y una joven llamada Mai.
Mai no dejó que su distrofia muscular o su silla de ruedas limitaran sus sueños. Fue una estudiante destacada, se convirtió en desarrolladora de software y dedicó sus habilidades a trabajar en tecnología de la información para la UNRWA.
Su ejemplo me inspira de una forma muy profunda. Únanse a su ejemplo.
Pienso en todos los torturados y asesinados en Israel hace casi un mes y en los rehenes, secuestrados de sus hogares, sus familias y sus amigos mientras simplemente vivían sus vidas.
Hace diez días me reuní con algunos de los familiares de esos rehenes.
Escuché sus historias, sentí su angustia y su compasión me conmovió profundamente.
Nunca dejaré de trabajar por su liberación inmediata. Esto es esencial en sí mismo y central para resolver muchos otros desafíos.
Una madre compartió conmigo conmovedoramente su desolación por su hijo secuestrado, Hersh.
También habló fuera del Consejo de Seguridad y, sobre el tema de enfrentar el odio, dijo:
«Cuando sólo te indignas cuando matan a los bebés de un bando, entonces tu brújula moral se rompe y tu humanidad se rompe».
Incluso en su absoluta desesperación, ella se presentó ante el mundo y nos recordó:
«En una competición de dolor nunca hay un ganador».
Debemos actuar ahora para encontrar una salida a este brutal, terrible y agonizante callejón sin salida de destrucción.
Para ayudar a acabar con el dolor y el sufrimiento.
Para ayudar a sanar a los quebrantados.
Y para ayudar a allanar el camino hacia la paz, hacia una solución de dos Estados en la que israelíes y palestinos vivan en paz y seguridad.
Gracias.
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El asedio de Israel a la Franja de Gaza –tras un devastador ataque de Hamás contra Israel– ha causado alarma en Egipto. Egipto comparte una frontera de 12 km de largo con Gaza y controla el principal punto de salida –el paso fronterizo de Rafah– para los aproximadamente 2 millones de personas que viven allí.
Moina Spooner, de The Conversation Africa, pidió a Lorenzo Navone, que lleva casi 10 años realizando diversas investigaciones sobre la frontera entre Gaza y Egipto, que compartiera sus impresiones sobre la importancia de la frontera.
La región oriental de Egipto, el Sinaí, limita con Israel y Gaza. Esto le ha otorgado históricamente un importante papel en el conflicto palestino-israelí, ya que controla uno de los dos principales pasos fronterizos para civiles. El paso de Rafah es la única frontera de Gaza que no está administrada directamente por Israel.
El paso es vital para la supervivencia de los gazatíes. Desde 2007, Israel ha impuesto un bloqueo (por tierra, mar y aire) sobre la Franja de Gaza. Esto se produjo tras la retirada de los israelíes de la Franja de Gaza en 2005 y después de que Hamás ganara las elecciones de 2006.
Aunque el paso de Rafah es la única frontera de Gaza que no está administrada directamente por Israel, Egipto ha apoyado de facto el bloqueo porque la frontera de Rafah está estrechamente controlada y solo se abre de forma impredecible y ocasional.
Gaza depende totalmente de la ayuda humanitaria internacional, del trabajo de los pocos palestinos autorizados a trabajar en Israel y de los túneles excavados bajo la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza. Tanto para Egipto como para Israel, los túneles constituyen una amenaza ya que pueden utilizarse eventualmente para el contrabando de armas y la infiltración de terroristas.
El bloqueo de la Franja de Gaza ha tenido un impacto dramático en las vidas de más de dos millones de palestinos que viven en Gaza. Carecen de acceso a derechos fundamentales como la alimentación, la educación, el empleo y la sanidad.
Desde hace casi 20 años, la Franja de Gaza es una prisión al aire libre. Por tanto, el paso fronterizo de Rafah tiene una enorme importancia para los palestinos, ya que es uno de los pocos puntos de acceso para la circulación de personas, mercancías y ayuda humanitaria hacia y desde Gaza. Les permite mantener conexiones vitales con el mundo exterior y acceder a recursos esenciales. Su funcionamiento desempeña un papel fundamental para aliviar las dificultades a las que se enfrentan los gazatíes.
El estallido de la guerra actual entre Israel y Hamás, junto con otras facciones de la resistencia palestina, pone de relieve tres cuestiones clave:
En primer lugar, aunque el paso fronterizo de Rafah es la única salida de la Franja de Gaza, ha estado cerrado más tiempo del que ha estado abierto durante casi 20 años. Hay que tener en cuenta que un paso fronterizo debería funcionar 24 horas al día, 7 días a la semana.
Las aperturas eran esporádicas y las condiciones para obtener una autorización de tránsito poco claras. Tampoco está claro quién gobierna el paso fronterizo y quién decide sus aperturas.
En los últimos años, los habitantes de Gaza han dependido del funcionamiento del paso fronterizo de Rafah y de los túneles. Esto es aún más cierto hoy en día: representa un auténtico salvavidas para los residentes de Gaza.
En segundo lugar, una apertura humanitaria del paso significaría probablemente la llegada de miles de palestinos desplazados a Egipto. Egipto no estará dispuesto a acogerlos porque teme que se queden de forma permanente.
Por último, la cuestión de no aceptar fácilmente a los refugiados palestinos pone de manifiesto la ambigua postura de Egipto hacia ellos. Entre los países árabes fronterizos con Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, Egipto es el único que no ha permitido el establecimiento de campos de refugiados palestinos en su territorio, a diferencia de Siria, que acoge a más de 500 000 refugiados; Jordania, que acoge a 2 millones, y Líbano, que acoge a más de 200 000.
Por un lado, en su retórica, Egipto se opone a la deportación de los palestinos de Gaza y les apoya en su lucha por obtener un Estado soberano.
Por otro lado, Egipto es actualmente un país superpoblado con una economía frágil y no quiere que una nueva masa de personas pobres entre en su territorio. Desde 1948, se calcula (aunque no se sabe con certeza) que hay unos 80 000 palestinos viviendo en Egipto. La mayoría de ellos no tienen derechos ciudadanos y viven fuera de cualquier marco de protección legal y humanitaria.
Ahora mismo, la situación es muy volátil, pero creo que Egipto no está gestionando nada en absoluto. De hecho, más bien parece un espectador pasivo de los acontecimientos en curso.
Si descartamos una improbable intervención militar egipcia para detener el asalto israelí a Gaza (que podría desembocar en una guerra regional de mayor envergadura), Egipto solo tiene dos opciones.
En primer lugar, utilizar todas las vías diplomáticas a su alcance para negociar un alto el fuego. Esto supondrá un inmenso desafío, ya que Israel percibe la Franja de Gaza y todos sus habitantes (incluidos menores, mujeres y ancianos) como una amenaza existencial, lo que significa que no tiene intención de suspender la guerra ni de escuchar a nadie.
En segundo lugar, proporcionar ayuda humanitaria a los desplazados internos de la Franja de Gaza a través de corredores seguros. Israel cortó el suministro de electricidad, gas, internet y agua de Gaza antes de su asalto. Así pues, Gaza sufre actualmente un apagón total y una hambruna.
En estos momentos, el principal riesgo, que Egipto debe tener en cuenta al tomar esta decisión, es la inmensa pérdida de vidas a la que se enfrentan los gazatíes.
Lorenzo Navone es doctor en sociología (Universidad de Génova, Italia) y ejerce actualmente como profesor en la LinCS-Universidad de Estrasburgo/CNRS (Francia) e investigador asociado en el Institut Convergences Migrations. Sus intereses de investigación abarcan el funcionamiento de la triple frontera entre Egipto, Israel y la Franja de Gaza, las migraciones internacionales y la proliferación de muros fronterizos en todo el mundo.
Publicado originalmente en The Conversation bajo licencia Creative Commons el 16/10/2023
Traducción del original en inglés: Egypt’s Rafah crossing is a lifeline to Palestinians living in Gaza – but opening it is still unresolved
El asedio de Israel a la Franja de Gaza –tras un devastador ataque de Hamás contra Israel– ha causado alarma en Egipto. Egipto comparte una frontera de 12 km de largo con Gaza y controla el principal punto de salida… Leer
Justo antes del ataque de Hamás, Benjamin Netanyahu y Mohammed bin Salman habían hablado de avances en un «acuerdo de paz histórico» entre Israel y Arabia Saudí. ¿Está muerto ahora ese hipotético acuerdo?
No necesariamente. Los Acuerdos de Abraham, firmados en septiembre de 2020 bajo la dirección de Estados Unidos, cambiaron la dinámica de lo que era posible en Oriente Próximo. Aunque Egipto y Jordania ya habían establecido relaciones diplomáticas con Israel (en 1979 y 1994, respectivamente), los acuerdos indicaban que se estaba produciendo una «normalización» más amplia de las relaciones entre Israel y los Estados árabes y, en virtud de ello, que Arabia Saudí, que nunca ha reconocido a Israel como Estado, también normalizaría sus relaciones en algún momento.
Amigos saudíes con los que había hablado preveían una reactivación de la Iniciativa de Paz Árabe de 2002, impulsada por Arabia Saudí. Conseguir que Israel se lo creyera habría sido la victoria que Mohammed bin Salman (MBS), príncipe heredero y primer ministro saudí, necesitaba para que se produjera la normalización. Sobra decir que tras el impactante ataque de Hamás contra civiles israelíes, no habrá ningún tipo de iniciativa de paz por ahora.
Arabia Saudí no ha condenado públicamente los atentados, pero ha hecho llamamientos a la distensión y se ha sumado al creciente coro de voces internacionales que expresan su preocupación por lo que pueda ocurrir. En cambio, Emiratos Árabes Unidos (EAU) ha criticado a Hamás por el asesinato de civiles israelíes. Israel, en cualquier caso, sabe que se trata de un juego diplomático. A largo plazo, el cambiante panorama político y económico de Oriente Medio sigue apuntando a un deseo de establecer relaciones con Israel, y de realinear la política regional de tal forma que Israel, Arabia Saudí y otros Estados del Golfo estén, en líneas generales, en el mismo lado de la historia.
El principal motor del ataque a Israel por parte de Hamás, la autoridad gobernante elegida en Gaza desde 2007, es el bloqueo terrestre, marítimo y aéreo de este territorio palestino, que dura ya 16 años. En Gaza viven más de dos millones de personas en una superficie equivalente a un cuarto del tamaño de Londres, con acceso limitado a electricidad y agua.
Pero el momento del ataque tiene sin duda un significado más amplio. Se produjo durante el 50 aniversario de la guerra de 1973, cuando los ejércitos egipcio y sirio invadieron Israel, lo que me parece simbólicamente importante. Y el telón de fondo del movimiento de Arabia Saudí para normalizar las relaciones con Israel también es significativo, porque Hamás ‒y potencialmente otros en la región‒ verán como una ventaja si el conflicto sirve para interrumpir esa dinámica.
Hay una respuesta cínica a esto, y es que el líder saudí buscaba utilizar la retórica para cultivar cierto apoyo y tranquilizar a aquellas personas (en Arabia Saudí y en otros lugares) que están preocupadas por el proceso de normalización. Para ser claros, ese es el mayor premio para MBS, no la articulación o realización de un Estado palestino.
En el contexto de Israel-Palestina y de la «solución de los dos Estados», la paz es un espejismo, una ilusión sostenida por personas que buscan consolidar sus posiciones de influencia en Israel, Palestina y más allá. Si nos fijamos en los hechos sobre el terreno, no hay una solución de dos Estados en proceso; Palestina ni siquiera está reconocida como Estado por un gran número de países. Se ha descrito como un balón de fútbol al que dan patadas las élites políticas que tratan de utilizarlo en su propio beneficio, siendo el pueblo palestino el que sufre desde hace décadas.
Si nos fijamos en los Acuerdos de Abraham, el giro positivo para los palestinos era que podría haber margen para que los Estados que se comprometieran con Israel le presionaran, para intentar forzar algún tipo de resolución. Pero llevamos más de tres años con estos acuerdos y no ha ocurrido nada.
MBS quiere situar a Arabia Saudí como fuerza motriz de los asuntos regionales y asegurarse de que tiene el poder económico para llevar a cabo su «Visión 2030», la transformación del reino para que deje de depender del petróleo. Pero para ello, tiene que abordar los problemas de seguridad regional. Ha empezado a hacerlo con Irán y lleva años haciéndolo tácitamente con Israel.
Hay un diálogo a puerta cerrada, mucha colaboración por debajo de la mesa, pero recientemente se ha hecho más abierto. Y no es muy popular entre algunos saudíes y otras opiniones públicas árabes, que siguen considerando importante la causa palestina. Así pues, existe una disyuntiva entre los dirigentes de élite de la región, que consideran a Israel «un miembro más» de este club de Estados, y su pueblo, que ve la ocupación de los territorios palestinos como un elemento clave de la cartera árabe.
Reconocimiento. Arabia Saudí es el último gran actor árabe que no reconoce a Israel, aparte de Catar, que no reconocerá a Israel debido a su política y a su largo historial de apoyo a miembros de Hamás y de organizaciones políticas islamistas que se oponen a Israel. Y Arabia Saudí tiene un enorme valor simbólico: es el líder del mundo musulmán sunní y el lugar donde se encuentran las dos mezquitas sagradas de La Meca y Medina.
La normalización de las relaciones entre Arabia Saudí e Israel pondría fin formalmente a las guerras árabe-israelíes que dominaron el siglo XX en Oriente Próximo. Se pondría así de manifiesto que la nueva línea divisoria (una línea geopolítica que, en realidad, se ha ido perfilando a lo largo de los últimos 20 años) es la que separa a los Estados árabes, más Israel, de Irán, aunque se han hecho esfuerzos por intentar reintegrar también a Irán en la región, que culminaron en un acuerdo de normalización con Arabia Saudí a principios de este año, liderado por China.
El ataque llevado a cabo contra Israel fue una operación militar enormemente sofisticada y con múltiples frentes, más allá de cualquier cosa que hayamos visto antes por parte de Hamás. Eso sugiere algún tipo de participación estratégica de «otros», pero no se han presentado pruebas de que Irán estuviera implicado.
A menudo se considera a Irán como un actor irracional que trata de desestabilizar las cosas, pero eso equivale a malinterpretar la naturaleza de la República Islámica y sus objetivos de política exterior. En primer lugar, sus dirigentes son pragmáticos: quieren que la república sobreviva. Desde su creación en 1979, se ha enfrentado a un gran número de amenazas a su supervivencia, y ahora mismo tiene una muy seria internamente. Así que, aunque se pueda argumentar que un acto del tipo «concentración en torno a la bandera» podría desviar la atención de este malestar interno, creo que es tanto lo que está en juego que no querría arriesgarse a entrar abiertamente en conflicto con Israel en estos momentos.
Irán simplemente no tiene los recursos financieros. Necesita la normalización de las relaciones con Estados como Arabia Saudí y, por extensión, Estados Unidos, para disponer de una inyección de efectivo que le permita reactivar su industria del petróleo y el gas, que se encuentra en un estado de deterioro. Necesita un enorme estímulo económico para volver a ponerse en pie.
Sin embargo, existe una dimensión ideológica en la República Islámica que no debemos ignorar. Se ha posicionado en contra del Estado de Israel durante décadas, y esto está ligado a su propia esencia. En este sentido, Irán está a la vanguardia de lo que denomina el «eje de la resistencia», una vaga alianza de Irán, Hizbulá, Hamás y, anteriormente, Siria.
Los EAU tienen inversiones económicas en Cisjordania, al igual que Catar. Los EAU han adoptado una postura similar a la de Arabia Saudí sobre el ataque, calificándolo de «escalada seria y grave». Hay algo de competencia entre ellos en términos de ejercer influencia en Cisjordania, pero en líneas generales van por el mismo camino, dado que EAU participó en los Acuerdos de Abraham y Arabia Saudí ha estado hablando de normalización.
La historia nos ha demostrado que, a veces, ha habido una voluntad de hacer caso omiso de las cuestiones controvertidas en la región. Por ejemplo, cuando la embajada estadounidense se trasladó de Tel Aviv a Jerusalén, la mayoría de los Estados permanecieron callados, a pesar de que se trataba de un cambio enormemente simbólico. Pero, por supuesto, el ataque a Israel se sitúa en un nivel de sensibilidad política totalmente distinto.
Catar está intentando desempeñar un papel mediador en el posible intercambio de prisioneros. El país tiene un historial cada vez más amplio de iniciativas diplomáticas, ya que intervino en Líbano a mediados de la década de 2000 y ha participado en el diálogo entre Estados Unidos y los talibanes. Pero a pesar de esta dimensión diplomática de la política exterior catarí, no ha demostrado que sea capaz de ejercer mucha influencia sobre Israel.
El pueblo palestino está cada vez más aislado: atrapado en los contornos de las maquinaciones geopolíticas, abandonado por quienes deberían apoyarlo. Aunque los países mantienen cierto diálogo con grupos palestinos como Fatah en Cisjordania, estos grupos son tan débiles y tienen tan poca legitimidad que realmente no importa lo que digan. Con estas enormes disparidades de poder, la inclinación de los israelíes por conseguir la paz es limitada ‒menos aún desde el atentado de Hamás‒ y la capacidad de los palestinos para lograr la paz es limitada.
Tras el ataque, Israel ha ordenado a los gazatíes que huyan de su ciudad, pero dado que existe un bloqueo y que hay que tener permiso de los israelíes para salir a través de los puestos de control controlados por Israel, no tienen adónde ir. Gaza es, de hecho, la mayor prisión al aire libre del mundo, con infraestructuras devastadas por 16 años de bloqueo. Los continuos ataques aéreos israelíes están destruyendo aún más sus hospitales, escuelas, tiendas y hogares.
Hamás como entidad política no es especialmente popular, porque no ha sido capaz de alcanzar sus objetivos. Pero como grupo militante ha cultivado la legitimidad en ciertos sectores. Sin embargo, el acto moralmente repugnante de matar a civiles será, en mi opinión, un grave error estratégico para la organización. La respuesta de Israel al atentado de Hamás se está presentando ampliamente como parte de la «guerra global contra el terror», situando a Hamás junto a grupos como Al Qaeda y Daesh, mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, trata de cultivar el apoyo mundial a sus acciones.
Mientras tanto, la Autoridad Palestina (AP), que es la amplia organización que regula la vida en Cisjordania y Gaza, es impotente, incapaz de ejercer influencia alguna en Israel o en la escena mundial. Existe una frustración real entre la población palestina con la AP, que no sale a condenar a Hamás porque eso significaría condenar la resistencia contra una ocupación que ha causado tanta devastación en los años posteriores a la guerra de 1967.
Los ataques han envalentonado a las voces extremistas de todos los bandos, desde los militantes de Hamás en Gaza hasta las comunidades de colonos de derechas en Israel. Los efectos de que las voces extremistas ganen protagonismo, y de la consiguiente violencia, serán devastadores.
Simon Mabon es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Lancaster (Reino Unido)
Publicado originalmente en The Conversation bajo licencia Creative Commons el 11/10/2023
Traducción del original en inglés: Israel-Gaza conflict: how could it change the Middle East’s political landscape? Expert Q&A
Justo antes del ataque de Hamás, Benjamin Netanyahu y Mohammed bin Salman habían hablado de avances en un «acuerdo de paz histórico» entre Israel y Arabia Saudí. ¿Está muerto ahora ese hipotético acuerdo? No necesariamente. Los Acuerdos de Abraham, firmados… Leer
Gaza se quedó a mediodía de este miércoles sin energía eléctrica debido a la falta de combustible, como consecuencia del bloqueo total impuesto por Israel tras el ataque sin precedentes llevado a cabo por Hamás en territorio israelí el pasado sábado. En la Franja son ya al menos 1.100 los muertos y más de 5.300 los heridos, según las autoridades palestinas; en Israel, el número total de muertos por los ataques de Hamás asciende a 1.200, y el de heridos, a más de 3.000.
El ejército israelí ha desplegado 300.000 soldados en la frontera con Gaza, en lo que se interpreta como la preparación para una incursión terrestre, mientras continúa bombardeando incesantemente el enclave palestino, con unos 200 objetivos alcanzados solo en la madrugada de este miércoles.
La situación en Gaza es cada vez más dramática. «La comida se está acabando», advirtió este miércoles el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU: «Se van a agotar muy pronto los suministros de alimento y necesidades básicas si no se garantiza el reparto de la ayuda humanitaria a la población», indicó el organismo.
En Israel, cuyo territorio sigue siendo alcanzado por cohetes palestinos que logran esquivar el sistema de defensa, este miércoles se conocieron más detalles de otra brutal masacre de decenas de personas perpetrada por los milicianos de Hamás, esta vez en el kibutz Kfar Aza, cerca de Gazael.
La matanza en ese kibutz, una de las comunidades agrícolas israelíes situadas a lo largo de la frontera con Gaza, se habría producido el sábado por la nañana, durante las incursiones de Hamás, pero los combates continuaron hasta este martes, cuando se empezaron a recuperar cadáveres.
Distintos medios y usuarios de redes sociales se hicieron eco de la supuesta información de una periodista israelí sobre el hallazgo de 40 bebés decapitados por Hamás en el kibutz, pero, tras viralizarse la afirmación, y según ha verificado la agencia Efe, el Ejército israelí corroboró que no tienen confirmación de tales hechos y la periodista reveló que se basó únicamente en el relato de algunos soldados.
Con respecto a los rehenes secuestrados por Hamás (entre 100 y 150 personas), el portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel, Lior Haiat, aseguró este miércoles que «no es el momento de negociar. Todavía estamos en guerra. Estamos contando nuestros cuerpos. Seguimos luchando contra los terroristas en nuestro territorio». El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió la «liberación inmediata» de todos los rehenes israelíes retenidos por Hamás en Gaza e hizo un nuevo llamamiento a las partes para evitar «una mayor escalada» del conflicto.
Mientras, el aumento de incidentes en la frontera con Líbano amenaza con abrir un nuevo frente para el ejército israelí, que ha reforzado la vigilancia en el norte ante el riesgo de una ofensiva de Hizbulá. Este miércoles, Israel ordenó a sus ciudadanos de las zonas del norte refugiarse hasta nuevo aviso ante la sospecha de una infiltración del espacio aéreo desde Líbano. Las sirenas se activaron en la zona de los altos del Golán, en el norte de Israel y fronteriza con Líbano y Siria, y pusieron en alertas a zonas de Israel como Safed o Tiberías.
En el apartado político, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, logró cerrar este miércoles con el dirigente opositor Benny Gantz un Gobierno de unidad nacional, del que, sin embargo, se ha negado a formar parte el líder de la oposición, el ex primer ministro liberal Yair Lapid, mientras la coalición incluya a los partidos de la extrema derecha. Dos exjefes de las Fuerzas Armadas pertenecientes a partidos de la oposición sí se han sumado al Gabinete de guerra.
El presidente de EE UU, Joe Biden, insistió este martes en su apoyo incondicional a Israel y a las acciones emprendidas por el Gobierno israelí: «Estamos al lado de Israel ante unos ataques que recuerdan a los peores momentos de Estado Islámico», dijo, añadiendo que Washington se asegurará de que Israel tiene todo lo necesario para defenderse» y mantendrá su apoyo «el tiempo que haga falta».
También el martes, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, pidió redoblar la ayuda a la Franja de Gaza, que Israel no bloquee la entrada de alimentos y agua, y que abra corredores humanitarios y permita la salida de civiles del enclave.
El Alto Representante de la UE para Politica Exterior dijo que «Israel tiene derecho a defenderse, pero tiene que ejercer ese derecho de acuerdo al derecho humanitario internacional, y algunas decisiones van en contra del derecho internacional». Borrell no dudó en tachar de «ataque bárbaro» las acciones de Hamas, pero insistió en que toda defensa que ejerza Israel tiene que seguir el derecho humanitario y señaló que «en algunos casos no sucede así».
Con información de Efe, Europa Press, Reuters, AP, El País, RTVE y BBC, entre otros medios.
Gaza se quedó a mediodía de este miércoles sin energía eléctrica debido a la falta de combustible, como consecuencia del bloqueo total impuesto por Israel tras el ataque sin precedentes llevado a cabo por Hamás en territorio israelí el pasado… Leer
El número de muertos en Israel desde el masivo ataque sorpresa de Hamás perpetrado el sábado contra varias comunidades del sur del país superaba ya a última hora de este lunes los 900, según fuentes oficiales israelíes. En Gaza, las autoridades informaron por su parte de más de 680 fallecidos como consecuencia de los bombardeos israelíes de represalia. Hay, además, miles de heridos en ambas partes.
Israel entró el sábado oficialmente en guerra con Hamás, después de que las milicias del movimiento islamista palestino llevaran a cabo un ataque sin precedentes, el mayor desde que asumieran en 2006 el control de la Franja de Gaza. En una primera oleada, las milicias lanzaron más de 2.000 cohetes contra el sur de Israel y grandes núcleos urbanos como Jerusalén y Tel Aviv, acompañados de una incursión de cientos de sus efectivos en las localidades fronterizas, con el resultado de cientos de personas asesinadas (civiles y soldados), más de 2.000 heridos y decenas de secuestrados (unos150 rehenes en total). Los milicianos entraron en territorio israelí tras sobrepasar sin problemas las barreras en la frontera de Gaza, utilizando excavadoras, vehículos 4×4 y hasta parapentes.
En respuesta, Israel, que no había declarado el estado de guerra desde la Guerra de Yom Kippur, en 1973, no solo ha bombardeado intensamente Gaza (más de un centenar de los muertos palestinos por las bombas israelíes desde el sábado son menores); también ha aislado totalmente la Franja, cortando el suministro de agua, alimentos, electricidad y combustible. El «cerco completo» ordenado por el ministro de Defensa israelí, el exgeneral Yoav Gallant, se suma al bloqueo terrestre y marítimo impuesto por Israel a Gaza en 2007, después de que Hamás se hiciese con el poder en la Franja. En Gaza, un territorio de apenas 360 km² declarado «inhabitable» por Naciones Unidas, malviven atrapadas más de dos millones de personas.
«Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. Esto no es una operación ni una escalada, sino una guerra», manifestó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en su primera declaración tras el comienzo de la operación de Hamás. «Nuestro país está en guerra y la vamos a ganar», dijo. «Nuestro enemigo pagará un precio que no ha conocido jamás», añadió.
Las Brigadas al Qassam, brazo armado de Hamás, advirtieron este lunes de que ejecutarán a un rehén israelí por cada bombardeo llevado a cabo por Israel sin previo aviso contra infraestructuras civiles en Gaza. El portavoz de las Brigadas, Abu Obeida, precisó que matarán a un rehén cada vez que el Ejército israelí lleve a cabo bombardeos indiscriminados contra la población, sin avisar previamente a los civiles del derrumbe de un edificio.
Imágenes y vídeos de la ofensiva lanzada por Hamás el sábado muestran a militantes enmascarados y fuertemente armados, vestidos de negro, montados en camionetas, abriendo fuego en Sderot y otras localidades, y matando tanto a soldados como a civiles israelíes. Otros vídeos muestran a israelíes hechos prisioneros. Una de las mayores matanzas se produjo el mismo sábado por la mañana en un festival de música al aire libre cerca de Re’im, donde más de 200 personas fueron asesinadas. Los testigos relataron que militantes en motocicletas abrieron fuego contra los participantes en el evento, la mayoría jóvenes y muchos de ellos extranjeros, que ya se estaban dispersando debido a los disparos de cohetes. También hubo infiltraciones brutales en Nir Oz, Be’eri y Netiv HaAsara, con tomas de rehenes y viviendas incendiadas, así como en varios kibutz, com decenas de muertos.
Un portavoz militar israelí declaró que los militantes de Gaza habían entrado en Israel por al menos siete lugares e invadido cuatro pequeñas comunidades rurales israelíes, la ciudad fronteriza de Sderot y dos bases militares, tanto desde tierra como desde el mar. Los medios de comunicación israelíes informaron de que siete comunidades habían llegado a quedar bajo control de Hamás, entre ellas Nahal Oz, Kfar Aza, Magen, Be’eri y Sufa, todas ellas recuperadas ya por el ejército israelí. Desde el sábado, las milicias de Hamás han lanzado más de 4.000 cohetes contra el territorio de Israel.
Como consecuencia de los ataques israelíes de represalia, más de 120.000 personas se han visto desplazadas en Gaza desde el estallido de la guerra, según Naciones Unidas. En concreto, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) indicó que 123.538 palestinos se han visto desplazados en la Franja, con datos correspondientes a las 21.00 horas del domingo. La Oficina confirmó asimismo que los bombardeos israelíes han alcanzado casas y edificios de apartamentos en Gaza.
«Es solo el principio. Hemos eliminado a cientos de terroristas y no nos detendremos ahí», dijo este lunes Netanyahu en un discurso a la nación, en el que pidió a la oposición unirse «sin condiciones» a un Gobierno unitario de emergencia, como en 1967, durante la Guerra de los Seis Días.
El ataque de Hamás, que parece haber cogido desprevenido a Israel, se produce tras varios meses en los que ha aumentado la violencia entre soldados y colonos israelíes y palestinos en Cisjordania. Se trata, de hecho, del año más violeto en cerca de dos décadas. Colonos armados han atacado pueblos palestinos; militantes de Cisjordania han atacado a soldados y colonos, y se han producido repetidas incursiones de las fuerzas armadas israelíes en ciudades palestinas. Uno de los momentos de máxima tensión se produjo la semana pasada, cuando un grupo de judíos rezó en el interior del recinto de la mezquita de Al Aqsa, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, en lo que fue visto como una clara provocación. No en vano, Hamás ha llamado a su ofensiva Operación Diluvio de Al Aqsa.
A todo ello, y al margen del contexto general de violencia estructural fruto de la ocupación israelí, y del estancamiento de cualquier camino de solución al conflicto, se suma la actual situación iternacional: Israel y Arabia Saudí han estado negociando para un posible reconocimiento de Israel por parte de Riad, algo que supondría un cambio fundamental en el balance de fuerzas en la región, y que Hamás había marcado como una línea roja absoluta. El acuerdo afectaría también, y sobre todo, a Irán, rival de Arabia Saudí y la otra gran protencia en la zona. En ese sentido, responsables de Hamás habrían confirmado este fin de semana que Teherán aprobó al ataque de las milicias palestinas. El domingo, Abu Obeida, el portavoz de las Brigadas al Qassam, agradeció a la República Islámica el haberles «proporcionado dinero, armas, misiles y artillería antitanque» para llevar a cabo la operación. Irán, sin embargo, ha negado cualquier implicación en el ataque, pero también ha dejado claro que lo apoya.
Estados Unidos, la Unión Europea y otros países occidentales han condenado de manera inequívoca el ataque de Hamás, organización considerada terrorista tanto por Washington como por la Unión, y han subrayado el «derecho de Israel a defenderse».
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reconoció por su parte este lunes las «legítimas preocupaciones de seguridad» de Israel, pero se declaró «profundamente angustiado» por el anuncio de las autoridades israelíes de un «asedio total» a la Franja de Gaza. «Los civiles deben ser respetados y protegidos en todo momento. La infraestructura civil nunca debe ser un objetivo», insistió, señalando que instalaciones sanitarias, bloques de apartamentos y escuelas habían sido alcanzados por misiles israelíes en Gaza. «La situación humanitaria en Gaza era extremadamente difícil antes de las hostilidades, ahora se deteriorará exponencialmente», afirmó. Guterres condenó asimismo los ataques de Hamás: «Reconozco los legítimos agravios del pueblo palestino. Pero nada puede justificar estos actos terroristas, los asesinatos, mutilaciones y secuestros de civiles».
Mientras, la Comisión Europea matizó este lunes en un comunicado que no ha suspendido los fondos al desarrollo para Palestina, estimados en casi 700 millones de euros, después de que el comisario de Vecindad, Oliver Varhelyi, anunciara que Bruselas congelaba «de forma inmediata todos los pagos previstos» en materia de ayuda al desarrollo por el ataque de Hamás contra Israel. El Ejecutivo europeo sí confirmó que ha iniciado una «revisión urgente» de la asistencia que manda a Palestina para garantizar que ningún fondo de la UE ayude indirectamente a ninguna organización terrorista en sus ataques contra Israel.
Organizaciones pacifistas israelíes como B’Tselem, Peace Now o Breaking the Silence han expresado su rechazo a los ataques contra civiles, tanto los perpetrados por las milicias de Hamás como por las Fuerzas Armadas israelíes. «Los ataques intencionados contra civiles están prohibidos y son inaceptables. No cabe justificación para tales crímenes, sean cometidos por la liberación frente a la opresión o por la guerra contra el terrorismo», indicó B’Tselem. «Que quede muy claro: Hamás ha cometido crímenes que deberían horrorizar a cualquier persona decente. Como personas que a diario critican con firmeza la política israelí en Gaza y Cisjordania, es nuestro deber decir las cosas como son: Hamás ha violado descaradamente las normas morales básicas de la humanidad», señaló por su parte Breaking the Silence. «Es imposible justificar las masacres de cientos de civiles, incluso en nombre de la lucha anticolonial o de la lucha popular. Es imposible construir justificaciones teóricas para el secuestro de madres y sus hijos, de ancianos, de adolescentes», añadió.
Más información y fuentes:
» Israel-Hamas war: what has happened and what has caused the conflict? (The Guardian)
» Israel declara el estado de guerra y advierte de que será «larga y difícil» (El País)
» Por qué la potente Israel no vio venir el ataque de Hamás (El País)
» Israel cerca por completo Gaza para asfixiar a Hamás tras 16 años de bloqueo (El País)
» Israel impone un “asedio total” a Gaza y corta el suministro de electricidad, alimentos y combustible (RTVE)
» La ONU expresa su malestar y urge al envío de ayuda humanitaria ante el «bloqueo total» de Gaza (Efe)
» Hamás amenaza con ejecutar a un rehén civil israelí por cada bombardeo sin previo aviso en Gaza (Efe, Eldiario.es)
» Netanyahu afirma que los bombardeos contra Hamás en Gaza son «solo el principio» (Europa Press)
» Gazans say nowhere to go as they prepare for Israeli assault after Hamas raid (Reuters)
» Grupos pacifistas israelíes critican los ataques contra civiles tanto de Hamás como de Israel (Europa Press)
» October 2023 Gaza−Israel conflict (Wikipedia)
El número de muertos en Israel desde el masivo ataque sorpresa de Hamás perpetrado el sábado contra varias comunidades del sur del país superaba ya a última hora de este lunes los 900, según fuentes oficiales israelíes. En Gaza, las… Leer
Hace medio siglo, Israel no supo anticipar el estallido de la guerra del Yom Kippur de 1973, un ataque contra sus fronteras por parte de una coalición de Estados árabes.
Ahora, parece que los aparatos de inteligencia del país han vuelto a ser víctimas de una falsa sensación de seguridad.
La creencia, ampliamente compartida en toda la sociedad israelí, de que el grupo militante Hamás evitaría una confrontación militar a gran escala con Israel para protegerse y evitar más sufrimiento y daños a los residentes de Gaza quedó hecha añicos con un ataque sorpresa el sábado por la mañana por aire, tierra y mar.
El ataque comenzó con una andanada de más de 2 000 cohetes lanzados contra Israel. Al amparo de los cohetes, una operación terrestre a gran escala, cuidadosamente coordinada, partió de Gaza y atacó más de 20 ciudades israelíes y bases del ejército adyacentes a la franja.
Las pérdidas israelíes, estimadas actualmente en más de 700 muertos y hasta 2.000 heridos, de los cuales 200 están en estado crítico, seguramente aumentarán en las próximas horas y días.
Las reservas militares de Israel han iniciado una movilización masiva mientras se llevan a cabo bombardeos aéreos contra instalaciones y puestos de mando de Hamás en Gaza. Hasta el momento se han registrado más de 410 bajas palestinas en Gaza y más de 2.200 heridos, según la Autoridad Palestina.
Al igual que en el caso de la guerra de Yom Kippur, en las próximas semanas, meses y años se llevarán a cabo numerosos análisis e investigaciones sobre los fallos de inteligencia, operativos y políticos que permitieron el desarrollo del ataque de Hamás. Al parecer, el asalto no fue detectado inicialmente por Israel, y durante horas se encontró con fuerzas israelíes insuficientes o no preparadas.
Al igual que en la guerra de 1973, el momento elegido a propósito, un sábado y la festividad judía de Sucot, proporcionan pistas iniciales, aunque muy parciales, sobre la imprevisión israelí.
Los cálculos estratégicos de Hamás al lanzar el ataque son inciertos en esta fase. Sin embargo, la severidad garantizada de las represalias de Israel contra el grupo –y, en consecuencia, contra la población civil de Gaza– hace probable que entraran en juego consideraciones que van más allá de la mera venganza.
El secuestro de israelíes para intercambiar prisioneros con militantes de Hamás encarcelados en Israel, por ejemplo, ha sido uno de los objetivos más deseados de las operaciones militares del grupo en el pasado.
En 2011, un solo soldado israelí, Gilad Shalit, que llevaba cautivo en Gaza desde 2006, fue canjeado por más de 1 000 prisioneros palestinos. Entre estos prisioneros se encontraba Yahya Sinwar, actual líder de Hamás en Gaza, que había cumplido 22 años en una cárcel israelí.
Los informes de docenas de israelíes cautivos en el asalto de este fin de semana –muchos de ellos civiles– sugieren que este puede haber sido un motivo central del ataque. Un número indeterminado de rehenes retenidos durante horas por militantes de Hamás en dos ciudades del sur de Israel fueron liberados posteriormente por fuerzas especiales israelíes.
Otro objetivo más amplio de Hamás puede haber sido socavar las negociaciones en curso entre Estados Unidos y Arabia Saudí sobre un acuerdo para normalizar las relaciones entre el país árabe e Israel.
Frustrar estas conversaciones supondría una gran ventaja para Irán, uno de los principales apoyos de Hamás, y sus aliados. Aunque Teherán ha manifestado que apoya los ataques de Hamás contra Israel, en este momento sigue siendo incierto si Irán o Hizbulá (el grupo militante de Líbano que mantiene una creciente asociación con Hamás) abrirían nuevos frentes contra Israel en los próximos días.
Cualquier escalada del conflicto por parte de Irán o Líbano sería muy problemática para Israel. Lo mismo ocurriría si la guerra con Hamás exacerbara aún más las ya elevadas tensiones y los violentos enfrentamientos entre Israel y los grupos militantes palestinos en Cisjordania.
La ofensiva de represalia de Israel contra Hamás en Gaza probablemente durará mucho tiempo. Los retos a los que se enfrenta son enormes.
Además de la necesidad de restablecer la confianza de la opinión pública israelí y de resucitar la destrozada disuasión militar contra Hamás y otros enemigos, es probable que el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu tenga que hacer frente a otras complejidades:
También podría resultar difícil mantener el apoyo internacional a una operación agresiva en medio del creciente número de víctimas civiles palestinas.
La actual ronda de violencia apenas ha comenzado, pero podría acabar siendo la más sangrienta en décadas, quizá desde la guerra entre Israel y los palestinos en Líbano durante la década de 1980.
Como se ha señalado, los israelíes considerarán de vital importancia recuperar la capacidad de disuasión militar de su país frente a Hamás, lo que puede hacer necesaria una toma militar de Gaza. Esto tendría consecuencias más devastadoras para la población civil de Gaza.
Para muchos palestinos, los acontecimientos de este fin de semana ofrecen a los israelíes una pequeña muestra de lo que han sido sus propias vidas bajo décadas de ocupación. Sin embargo, es probable que las primeras celebraciones se conviertan pronto en ira y frustración, ya que el número de víctimas civiles palestinas seguirá aumentando. La violencia engendra violencia.
A corto y medio plazo, el trauma del ataque sorpresa de Hamás tendrá consecuencias trascendentales para la política interior de Israel.
Todavía es demasiado pronto para evaluar las posibles repercusiones a largo plazo del ataque sobre los israelíes y su sensación de seguridad. Pero una cosa está clara: las ya difíciles perspectivas de creación de confianza entre los pueblos israelí y palestino acaban de sufrir un golpe devastador.
En sus memorias de 2022, Bibi: Mi historia, Netanyahu escribió sobre su decisión durante la operación Pilar de Defensa de Israel contra Hamás en 2012 de evitar un ataque terrestre israelí en Gaza.
Tal ataque, advirtió, podría provocar muchos cientos de bajas en las Fuerzas de Defensa israelíes y muchos miles de bajas palestinas, algo a lo que se opuso rotundamente. Autorizó incursiones terrestres en otras dos ocasiones (operaciones Plomo Fundido en 2008 y Borde Protector en 2014). Pero su tendencia a la cautela prevaleció en otros casos frente a fuertes presiones militaristas.
Podría decirse que el trauma nacional por la ofensiva de Hamás y la composición radical del gobierno de derechas de Netanyahu le harán muy difícil mostrar una moderación similar en los próximos días.
Eyal Mayroz es profesor titular de derechos humanos y paz y seguridad internacionales en el Departamento de Estudios sobre la Paz y los Conflictos de la Universidad de Sídney.
Publicado originalmente en The Conversation bajo licencia Creative Commons el 8/10/2023
Hace medio siglo, Israel no supo anticipar el estallido de la guerra del Yom Kippur de 1973, un ataque contra sus fronteras por parte de una coalición de Estados árabes. Ahora, parece que los aparatos de inteligencia del país han… Leer
Lanzado en el año 2004 por el tunecino SC (del inglés sound catcher, o sound cutter) MoCha, en colaboración con el palestino SC Yosh, el colectivo Checkpoint 303 es un proyecto de música electrónica y de vanguardia que ha albergado desde entonces una serie de trabajos bastante inclasificables en cuanto al estilo, pero con el denominador común de reflejar el rastro sonoro de la opresión que sufren a diario grandes sectores de la población en Oriente Medio en general, y en Palestina en particular.
Como explica el propio colectivo en su página web, Checkpoint 303 (nombre que hace referencia a uno de los puestos de control israelíes que restringen y controlan el paso en Belén, en la Cisjordania ocupada) nació con el objetivo de «cortar, rastrear, fragmentar y reconstruir el paisaje sonoro de la vida cotidiana en Oriente Medio y en todo el mundo árabe, para crear un nuevo reportaje sonoro sobre la injusticia, una oda a la resistencia frente a la opresión».
Checkpoint 303, añaden, «se inspira en los sonidos que marcan el ritmo de la vida cotidiana de millones de personas en Oriente Medio. El sonido chirriante de las balas, ecos de injusticias, alboroto, protestas y revueltas, desesperación y tristeza. Y aún así, en medio de todo eso, sonidos tranquilizadores. De esperanza, de normalidad. Actos triviales. La vida, como en todas partes. Esto no es un videojuego. La violencia no es una imagen en movimiento en la televisión. Es la pesadilla diaria de millones».
El grupo trabaja sin ánimo de lucro para mantener su independencia, e incluye a artistas tanto de dentro como de fuera de Palestina, algunos de los cuales han actuado como teloneros de la banda británica Massive Attack.
Aunque el colectivo no ha producido ningún nuevo proyecto recientemente –el último álbum es de 2018–, sus cinco trabajos publicados hasta la fecha siguen disponibles, tanto a través de su página web como en YouTube y en las distintas plataformas de streaming.
El trabajo de Checkpoint 303 que probablemente obtuvo más relevancia internacional y repercusión en los medios es The Iqrit Files (los archivos de Iqrit), de 2015, un álbum cuyo punto de partida son, como escribió Sarah Irving en The Electronic Intifada, «canciones palestinas, poesía, historia y paisajes que se combinan con los sonidos mucho más juveniles del drum and bass, el minimal techno y la electrónica ambiental».
Los palestinos de Iqrit, una localidad situada en el norte de Galilea, en la frontera con Líbano, fueron expulsados por soldados israelíes en 1948 con la promesa de que podrían regresar al cabo de unas semanas. Nunca se les permitió volver y la mayoría de los edificios fueron demolidos en 1951. Solo permanecen la iglesia y el cementerio.
El núcleo de este álbum son grabaciones de canciones populares palestinas de la zona, cantadas por Wardeh Sbeit (nacida en la propia Iqrit) y Jawaher Shofani (de una localidad próxima), y acompañadas de poemas escritos e interpretados por Jihad Sbeit.
En su reseña, Sarah Irving destaca que el álbum recoge no solo las obras de continuidad cultural y de resistencia de estos artistas, sino también «los actos realizados por los habitantes de Iqrit para mantener una propiedad simbólica, y hasta cierto punto real, de su pueblo»: «Los iqritis siguen enterrados en el cementerio del lugar y el álbum incluye grabaciones de alguien barriendo el suelo de la iglesia con una escoba. Los jóvenes, descendientes de los expulsados en 1948, han intentado recuperar las tierras de la aldea a pesar de haber sido expulsados por las fuerzas israelíes. Las muestras de Checkpoint 303 incluyen el sonido de su generador en marcha y a Walaa Sbait, un activista cuya familia procede de Iqrit, haciendo freestyle mientras camina por el pueblo».
Junto a sonidos grabados en los alrededores esta despoblada localidad, el álbum entrelaza fragmentos que apelan también, de un modo más genérico, a la cuestión palestina, desde Eleanor Roosevelt leyendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos hasta Albert Einstein elogiando las tácticas no violentas de Gandhi, pasando por un taxista que se queja de las condiciones en la Cisjordania ocupada y critica tanto a los israelíes como a Mahmud Abás, o por grabaciones de figuras como Nelson Mandela o Bob Marley.
«Esta música –escribe Irving– funciona en varios niveles. Se puede escuchar de fondo, dejando que los recuerdos y mensajes se filtren en el subconsciente (la mayoría de los temas son paisajes sonoros breves y evocadores, y solo uno supera los cinco minutos de duración) […], o se pueden poner los pies en alto durante una hora y escuchar todo el álbum, siguiendo su conmovedora narrativa en cada detalle. La sensación de añoranza y melancolía en las canciones de pérdida de Sbeit y Shofani es poderosa y, a pesar de algún que otro tema más contundente, el tono general es bastante meditativo».
Voice of Resistance (voces de resistencia), el último álbum publicado por Checkpoint 303 hasta ahora, supone una experiencia diferente y especialmente íntima, ya que se trata, también, del último trabajo en el que participó la popular cantante, compositora y arreglista palestina Rim Banna, quien falleció por un cáncer a los 51 años el 24 de marzo de 2018, apenas un mes antes de la publicación del disco.
Según explica el propio colectivo en su web, la idea del álbum surgió en mayo de 2015, justo después de que los médicos indicasen a Rim que sus cuerdas vocales estaban parcialmente paralizadas y que ya no podría seguir cantando. Rim se reunió entonces en Oslo con su productor noruego, Erik Hillestad, y con SC MoCha, y juntos idearon «un experimento sonoro sin precedentes»: Checkpoint 303 remezclaría los datos de los historiales médicos de Rim (imágenes PET de tomografías y rayos X) y los convertiría en sonidos con los que la cantante recitaría (y siempre que fuera posible cantaría) sus propios poemas, describiendo su resistencia y su lucha. El pianista de jazz Bugge Wesseltoft, que había colaborado con Rim en su último álbum, también se integró en el proyecto.
«Con increíble determinación, y a pesar de su enfermedad y de la parálisis de sus cuerdas vocales, Rim trabajó sin descanso en su nuevo álbum y consiguió terminar todas las grabaciones en enero de 2018», señalan. «Rim –añaden– dijo que quería que este álbum fuera poderoso y desafiante, y no triste ni melancólico. Musicalmente, quería algo radicalmente nuevo, un acto creativo de resistencia frente a la injusticia y la ocupación en todas sus formas. Es una poderosa declaración que celebra su lucha y la del pueblo palestino contra todos los enemigos y males, siempre con un signo de victoria y una sonrisa de esperanza».
Más información y fuentes:
» Página web oficial de Ckeckpoint 303
» A new way of hearing Palestine (The Electronic Intifada)
» Checkpoint 303 en Soundcloud
» Checkpoint 303 en Wikipedia
» SC MoCha en The Khatt Foundation
Lanzado en el año 2004 por el tunecino SC (del inglés sound catcher, o sound cutter) MoCha, en colaboración con el palestino SC Yosh, el colectivo Checkpoint 303 es un proyecto de música electrónica y de vanguardia que ha albergado… Leer
«Hay motivos razonables para concluir que la actual ocupación israelí del territorio palestino es ilegal según el derecho internacional, debido a su permanencia y a las acciones emprendidas por Israel para anexionar partes del territorio, tanto de facto como de jure. Las acciones de Israel que tienen por objeto crear hechos irreversibles sobre el terreno y ampliar su control sobre el territorio son tanto reflejos como impulsores de su ocupación permanente».
Así encabeza las conclusiones de su primer informe la Comisión Internacional Independiente de Investigación de Naciones Unidas sobre el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental, e Israel1. «Al seguir ocupando el territorio palestino por la fuerza, Israel incurre en responsabilidades internacionales y sigue violando los derechos de los palestinos, individualmente y como pueblo», añade la Comisión, uno de cuyos objetivos es hacer llegar la situación a la Corte Internacional de Justicia.
El informe, presentado este jueves, recuerda que, según el derecho internacional humanitario, la ocupación de territorio en tiempo de guerra es una situación temporal y no priva a la potencia ocupada de su condición de Estado ni de su soberanía.
En una comparecencia ante los medios este mismo jueves, la presidenta de la Comisión, Navi Pillay, antigua Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, fue más allá y aseguró que «declaraciones recientes del secretario general [de la ONU, António Guterres] y de numerosos Estados miembros han indicado claramente que cualquier intento de anexión unilateral del territorio de un Estado por otro Estado es una violación del derecho internacional y es nulo y sin efecto».
«La semana pasada, 143 Estados miembros, incluido Israel, votaron a favor de una resolución de la Asamblea General que reafirma esto», añadió Pillay, en referencia a la votación del pasado 12 septiembre en la que la Asamblea General rechazó la anexión por parte de Rusia de cuatro territorios ucranianos, con solo cinco votos en contra —Corea del Norte, Siria, Nicaragua, Bielorrusia y la propia Rusia—. Pillay agregó que para que este principio fundamental de la Carta de la ONU «tenga sentido», debe «aplicarse universalmente», incluyendo en el caso del territorios palestino ocupado.
En el informe, de 28 páginas, la Comisión revisa políticas y acciones empleadas por Israel para mantener la ocupación y anexionarse partes del territorio palestino ocupado. Entre esas acciones, el documento destaca que Israel ha sostenido y hecho avanzar su «empresa de asentamientos», e incluye declaraciones de funcionarios israelíes que reafirman la intención de mantener un control permanente sobre el territorio, en violación del derecho internacional.
«Al ignorar el derecho internacional, estableciendo o facilitando el establecimiento de asentamientos, y al transferir directa o indirectamente a civiles israelíes a estos asentamientos, los sucesivos gobiernos de Israel han establecido hechos sobre el terreno para garantizar el control permanente de Israel en Cisjordania», afirmó Pillay.
Según el informe, Israel continúa violando los derechos de los palestinos, tanto individualmente como en conjunto, ya que expropia tierras y recursos naturales, unas acciones que requieren confiscación, demolición y desplazamiento de los residentes.
«Hay mucho daño silencioso y trauma psicológico, que puede no ser evidente de inmediato, como resultado de la erosión de los derechos económicos, sociales y culturales», advierte el Comisionado Miloon Kothari, en declaraciones recogidas en la web de noticias de la ONU. «Estos procesos debilitantes tienen graves consecuencias a corto y largo plazo y deben abordarse con urgencia», agrega.
La Comisión ha analizado los impactos de las políticas de ocupación y anexión específicamente en las mujeres y los niños. Con respecto a estos últimos, indica que «el ambiente coercitivo tiene un impacto especialmente severo en los niños palestinos, quienes experimentan una presencia militar constante, frecuentes enfrentamientos y actos de violencia, restricciones de movimiento y demolición de viviendas y destrucción de infraestructura y propiedades».
«Desde principios de 2022, un total de 20 niños han sido asesinados en Cisjordania y actualmente hay 56 órdenes de demolición pendientes contra escuelas en Cisjordania, incluida Jerusalén Este. Desde 1967, miles de niños han sido desplazados y trasladados a la fuerza como resultado de la demolición de 28.000 viviendas palestinas», añade.
El informe destaca además que este «ambiente coercitivo» que obliga a los palestinos a abandonar sus hogares «ha fragmentado a la sociedad palestina y obstaculizado el derecho a la autodeterminación».
Con respecto al uso de la tierra, el informe señala: «La tierra es un recurso natural clave, parte integral de la identidad y la economía palestinas. Actualmente, los palestinos pueden construir en menos del 1 por ciento de la tierra en el Área C77 debido a las políticas de planificación israelíes y a la expropiación de más de 2 millones de dunams [unas 200.000 hectáreas] de tierra por parte de Israel desde 1967. Israel ha expropiado tierras en Cisjordania por una variedad de de fines, incluidos la construcción de asentamientos, zonas industriales, tierras agrícolas y de pastoreo para colonos y carreteras, en contravención del derecho internacional».
En el apartado dedicado a las consecuencias de la ocupación en lo referente a los derechos humanos, el informe detalla que «Israel ha creado y mantiene un entorno complejo de coerción, que incluye la demolición de viviendas y la destrucción de bienes, el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad, el encarcelamiento masivo, la violencia de los colonos, la circulación restringida a través de puestos de control y en carreteras, y limitaciones en el acceso a medios de subsistencia, necesidades básicas, servicios y asistencia humanitaria».
El informe concluye diciendo que algunas de las políticas y acciones del gobierno israelí pueden constituir «elementos» de crímenes bajo el derecho penal internacional, incluido «el crimen de guerra» de transferir parte de su propia población civil al territorio ocupado.
«Las acciones de los gobiernos israelíes revisadas en nuestro informe constituyen un régimen ilegal de ocupación y anexión que debe abordarse», señala Chris Sidoti, otro de los comisionados, en declaraciones recogidas asimismo en la web de noticias de la ONU.
Sidoti agrega que el sistema internacional y los Estados individuales deben actuar y cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional. «Eso debe comenzar en esta sesión de la Asamblea General con una remisión a la Corte Internacional de Justicia», recalca.
La misión diplomática de Israel ante Naciones Unidas criticó rápidamente el informe este mismo jueves, denunciando que el documento no menciona el «conflicto de mayo de 2021», a Hamás, o «actos de terrorismo». (El informe se enmarca en la investigación independiente abierta para dilucidar si Israel cometió abusos de los derechos humanos en Cisjordania y la Franja de Gaza tras los once días de guerra entre Israel y Hamás en mayo de 2021).
La misión israelí aludió también los «comentarios flagrantemente antisemitas de un miembro de la Comisión», en referencia a las declaraciones de Kothari, según informa AP. «Los comisionados que hicieron comentarios antisemitas y que se involucraron de manera proactiva en el activismo contra Israel, tanto antes como después de su nombramiento, no tienen legitimidad ni credibilidad para abordar el tema en cuestión», dijo la misión israelí en un comunicado. «Son parte de la agenda antiisraelí que lamentablemente todavía existe en las Naciones Unidas», añadió.
Por su parte, el primer ministro de Israel, Yair Lapid, calificó también este viernes como «antisemita» el informe. «Precisamente porque yo no era primer ministro cuando se llevó a cabo la operación ‘Guardián de las Murallas’ me siento obligado a enfatizar que el informe de la ONU es parcial, falso y flagrantemente subjetivo», señaló Lapid en un mensaje en Twitter recogido por Europa Press. «No todas las críticas contra Israel incurren en el antisemitismo, pero este informe sí ha sido escrito por antisemitas», añadió.
¹ La Comisión Internacional Independiente de Investigación de Naciones Unidas sobre el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental, e Israel recibe su mandato del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Los comisionados no son personal de la ONU y no se les paga por su trabajo.
Más información y fuentes:
» Report of the Independent International Commission of Inquiry on the Occupied Palestinian Territory, including East Jerusalem, and Israel
» La ocupación israelí de los territorios palestinos es ilegal, determina la Comisión de Investigación (ONU)
» UN experts decry Israeli occupation of Palestinian areas (AP)
» La ONU determina que la ocupación israelí en territorio palestino es ilegal (Europa Press)
«Hay motivos razonables para concluir que la actual ocupación israelí del territorio palestino es ilegal según el derecho internacional, debido a su permanencia y a las acciones emprendidas por Israel para anexionar partes del territorio, tanto de facto como de… Leer
Un cementerio romano de 2.000 años de antigüedad con al menos 20 tumbas decoradas ha sido descubierto en el norte de la Franja de Gaza, cerca de la ciudad de Beit Lahia, durante unas obras para la construcción de viviendas. «Hemos hecho varios descubrimientos arqueológicos en el pasado, pero este es el más importante en los últimos diez años», afirmó el director general del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Gaza, Jamal Abu Rida, en declaraciones recogidas por Reuters.
El cementerio tiene una superficie de unos 50 metros cuadrados, y se cree que puede contener hasta 80 tumbas romanas. De momento solo se han abierto dos, y en una de ellas había restos óseos y algunas vasijas de barro. El yacimiento está siendo supervisado por un equipo de expertos franceses.
La forma de las tumbas y el hecho de que estén decoradas hace pensar que probablemente pertenecieron a “personas de alto rango” en el Imperio romano durante el siglo I, según explicó Abu Rida. A diferencia de las tumbas musulmanas de periodos posteriores que miran de norte a sur, las tumbas romanas se encuentran orientadas de este a oeste, añadió.
Las obras del área residencial durante las cuales fue descubierto el cementerio forman parte de un proyecto de reconstrucción financiado por Egipto, dentro del paquete de ayuda por valor de 500 millones de dólares prometido por El Cairo tras el conflicto entre Gaza e Israel de mayo de 2021.
Gaza es una de las zonas históricamente más transitadas en el Mediterráneo oriental, como paso esencial en la ruta comercial entre Egipto y el Levante. Su importante patrimonio arqueológico (filisteos, califatos islámicos, Imperio otomano, ocupación británica…) está amenazado por la grave crisis económica que sufre la Franja, fruto principalmente del bloqueo impuesto por Israel desde que la organización islamista Hamás llegó al poder en 2006, así como por la falta de interés de unas autoridades acusadas a menudo de corrupción, y por los saqueos llevados a cabo en un contexto de pobreza y falta de recursos.
Más información y fuentes:
» Builders find 2,000-year-old Roman cemetery in Gaza (Nidal Al-Mughrabi, Reuters)
» La difícil supervivencia del patrimonio de Gaza (Chom Sánchez, La Vanguardia)
Embed from Getty Images Un cementerio romano de 2.000 años de antigüedad con al menos 20 tumbas decoradas ha sido descubierto en el norte de la Franja de Gaza, cerca de la ciudad de Beit Lahia, durante unas obras para… Leer
Israel y el movimiento islamista palestino Hamás, que controla la Franja de Gaza, anunciaron a última hora de este jueves una tregua bilateral para poner fin a once días de escalada bélica que se han saldado con cerca de 250 muertos, la inmensa mayoría en el lado palestino. Estas son, a falta de detalles sobre el contenido del pacto, las claves de un alto el fuego que ambas partes interpretan como una victoria:
El alto el fuego se hizo efectivo a las 2.00 hora local de este viernes (23.00 GMT del jueves). En principio, se trata de una tregua indefinida.
El Ejército israelí no había informado en la madrugada de este viernes de nuevas alarmas antiaéreas en las comunidades israelíes colindantes a la Franja, siendo la última notificada a la 01.51 hora local (10.51 GMT), informa Efe. Tampoco hubo bombardeos israelíes en Gaza durante la noche.
Se da por sentado que ambas partes se han comprometido a detener las hostilidades (esencialmente, bombardeos contra Gaza por parte de Israel, y lanzamiento de cohetes contra territorio israelí por parte de Hamás).
El Gobierno israelí, que no suele pronunciarse sobre los altos el fuego con las milicias, confirmó que se trata de un acuerdo incondicional. La oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu, señaló en ese sentido que se había acordado por unanimidad «aceptar la propuesta de Egipto de un alto el fuego mutuo y sin condiciones».
El portavoz de Hamás, Hazem Qassem, aseguró por su parte que habían obtenido «garantías de los mediadores» para una tregua «mutua y simultánea».
Este jueves por la noche no se conocían aún con detalle los términos de la tregua, pero, según medios citados por Efe, estos no incluirían, pese a las exigencias de Hamás, referencias a las tensiones por el desalojo de familias palestinas en Jerusalén Este ocupado o por las incursiones en la Explanada de las Mezquitas, hechos que el pasado día 10 de mayo desencadenaron la escalada bélica, sin precedentes en los últimos siete años.
El Gobierno israelí aseguró que se llegó a un acuerdo a partir de una propuesta de Egipto, mediador tradicional entre las dos partes.
Como parte de su papel como mediador, El Cairo enviará en los próximos días dos delegaciones de seguridad a Tel Aviv, en Israel, y a los territorios palestinos para vigilar y hacer seguimiento de la tregua alcanzada, según informó la agencia palestina WAFA, citada por Europa Press.
La presión internacional para un alto el fuego ante el constante incremento de víctimas y de destrucción puede haber sido una de las claves. No obstante, Netanyahu ya había rechazado anteriormente dos propuestas de tregua, insistiendo en que los ataques continuarían «el tiempo que fuese necesario», hasta que Israel alcanzase todos sus objetivos (en teoría, debilitar a Hamás eliminando a miembros de su cúpula, destruyendo sus infraestructuras y limitando su capacidad de atacar a Israel). Es posible también, por tanto, que los haya conseguido ya, o que considere suficiente lo logrado, tanto en el aspecto militar como en el político.
Por otro lado, con el paso de los días se iban incrementando las protestas palestinas, no solo en Gaza y, significativamente, en Cisjordania, sino también por parte de los árabes de origen palestino que viven dentro del territorio israelí, lo que ha supuesto un punto de inflexión importante que quizá Israel ha querido atajar.
La presión de la comunidad internacional a Netanyahu para que declarase un alto el fuego se incrementó en las últimas horas, incluyendo una petición de su gran aliado, el presidente de EE UU, Joe Biden, para que aceptase el cese de hostilidades. En concreto, Biden pidió este miércoles al primer ministro israelí una «significativa desescalada bélica» inmediata, y el enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Tor Wennesland, también intensificó los contactos para facilitar la tregua.
La actividad diplomática fue especialmente intensa este jueves en la región. Una delegación egipcia viajó a Ramala, en Cisjordania, para informar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de la posible tregua, mientras el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, visitaba tanto Israel como los territorios palestinos, en medio de los esfuerzos internacionales por lograr una desescalada de la violencia.
De hecho, el anuncio del cese de las hotilidades se produjo mientras aún se celebraba una reunión de la Asamblea General de la ONU convocada para presionar a las partes.
Ambos consideran que han salido reforzados del conflicto. El jefe del Estado Mayor israelí, el jefe del servicio de inteligencia interior y altos mandos del Ejército «informaron a los ministros sobre los importantes logros de Israel en la operación, algunos de los cuales no tienen precedentes», según detalló un comunicado oficial recogido por Efe.
Mientras, el portavoz de Hamás, Hazem Qassem, indicó en otro comunicado que «la resistencia demuestra en todos sus pasos que es el escudo del pueblo y el más capaz de proteger los fundamentos de la causa palestina».
En una entrevista para el diario Al Mayadeen, recogida por Europa Press, uno de los líderes de Hamás, Mushir al Masry, se refirió al alto el fuego como una «declaración de derrota» por parte de Israel y una «huida del campo de batalla». Al Masry celebró «la saga de victorias» de Hamás durante este último enfrentamiento, así como «la unidad y la revolución del pueblo», que supieron «penetrar en las fortalezas enemigas, disipando sus ilusiones e imponiendo nuevas reglas».
El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió este jueves, tras anunciarse el alto el fuego, seguir con su «diplomacia silenciosa e incansable» con Israel y Palestina. «Creo que los palestinos e israelíes merecen igualmente vivir de forma segura y disfrutar de las mismas medidas de libertad, prosperidad y democracia. Mi Administración seguirá con su diplomacia silenciosa e incansable con ese fin», afirmó, en una alocución televisada.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dio la bienvenida al alto el fuego, pero a la vez pidió a los líderes de las partes enfrentadas que comiencen un «serio diálogo» sobre la raíz del conflicto.
El lanzamiento de cohetes desde Gaza, más de 4.400 desde el inicio de la escalada, fue seguido por la operación militar israelí bautizada como «Guardian de los Muertos», que ha tenido un alto coste material y humano en el bloqueado enclave costero, donde viven dos millones de palestinos.
El Ejército israelí atacó más de 800 objetivos de las milicias y sus operativos, y asegura haber matado a más de 130 milicianos.
En los once días de escalada bélica han muerto al menos 232 palestinos, entre ellos 65 menores, y otros 1.900 han resultado heridos. En Israel han muerto 12 personas, entre ellas dos menores, y más de 340 han resultado heridas.
Durante estos días también se ha extendido la violencia y los enfrentamientos civiles entre palestinos e israelíes que, más allá de la escalada bélica que podría terminar este viernes, parecen haber abierto una crisis más profunda en la región.
Publicado originalmente en 20minutos
Con información de Efe y Europa Press
Vídeos no incluidos en el original
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