¿Qué querías ser de mayor? Revisitar la pregunta universal nos lleva a extender sobre la mesa un mapa retroactivo, el trayecto desde lo que éramos hasta lo que somos y, a menudo, la comprobación de lo que ya no podremos ser, las mil otras vidas que nunca podremos vivir. En las imágenes del fotógrafo kurdo iraquí Jamal Penjweny hay, sin embargo, un fondo que ahuyenta el fatalismo. No es esperanza, porque no puede serlo, pero tampoco es resentimiento. Hay más aceptación que resignación, una especie de sosiego.
Las fotografías pertenecen a su última serie (2012), un proyecto al que Penjweny ha puesto el título de I Wish (me gustaría, ojalá, querría). Así lo explica él mismo:
De niños todos soñamos con ser famosos. Vemos a Maradona jugando al fútbol o una película de Bruce Lee y pensamos que cuando crezcamos seremos estrellas como ellos. Pero la vida nos lleva por otros caminos y no nos da la oportunidad de vivir esos sueños. Todas las personas fotografiadas en esta serie tenían el sueño de llegar a ser estrellas del deporte. El hombre de las montañas quería ser campeón de natación, pero nació en un lugar donde no hay piscinas. El hombre con la foto de Bruce Lee dio algunas clases de kárate, pero se convirtió en un mulá. El hombre con la foto del Ferrari siempre quiso conducir coches de carreras, ahora tiene un burro y vende gasolina. La vida no es como los dibujos animados, no puedes dibujar en ella lo que quieras. Hice este proyecto para poder ofrecer un momento en el que los sueños se convierten en realidad, para que cada una de estas personas pueda exteriorizar los sueños que no pueden alcanzar en la vida real.
No es una actitud nueva en el trabajo de este fotógrafo, que, entre 2005 y 2008, fue reportero gráfico en Bagdad para medios como National Geographic o The New York Times. En uno de sus proyectos anteriores (Iraq is Flying, Irak está volando), Penjweny pidió a sus compatriotas que saltasen frente a la cámara. El resultado fue un poco surrealista, pero también muy hermoso, lleno de fuerza, de vitalidad y, esta vez sí, también de esperanza: En sus propias palabras: «No se trataba de mostrar una cara más amable de Irak, sino de ofrecer un mensaje: la esperanza y la dignidad pueden sobrevivir en cualquier persona con independencia de las circunstancias».
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