Aunque solo sea por un momento, un descanso de tanta tragedia, y un poquito de aire fresco por la ventana del hedonismo feroz del gran Abu Nuwas:
Hombres, ¡a mí qué me importan
las espadas o los combates!
Yo sólo sigo a una estrella:
la del placer y la música.
En mí no confiéis,
pues soy de aquellos que rehúyen encontronazos y embates.
Cuando veo el enemigo
salto sobre mi potrillo
con las riendas colocadas
por el lado de la cola.
No sé cómo es un arnés,
ni un broquel, ni un alfanje.
Todo mi afán es saber,
cuando sus guerras estallan,
por qué camino escapar.
Si de juergas se tratara,
de beber vino sin mácula
o de pasarme la noche
junto a vírgenes luciendo
sus vestidos de luto negro
me veríais con razón
como héroe de los árabes.
Poema publicado originalmente en Cantar al vino (Cátedra, 2010, edición bilingüe). Traducción del árabe por Jaume Ferrer Carmona y Anna Gil Bardají. Fuente y versión original en árabe: Mediterráneo Sur. Música: La passion, por Hossein Alizadeh y Madjid Khaladj, en el álbum Iran: Les maîtres de l’improvisation (Buda Records, 2002).
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