El sultán de Omán, Qabus bin Said, ha aprobado un paquete de medidas para intentar mejorar las condiciones de vida de la población del país, ante el inicio de las protestas antigubernamentales que, en la estela de los movimientos populares que se extienden por todo Oriente Medio y el Magreb, han llegado también al sultanato, con el resultado de al menos seis muertos durante el pasado fin de semana.
Entre las decisiones anunciadas por los medios oficiales está la creación de 50.000 puestos de trabajo, la concesión de una importante ayuda mensual a los parados y la apertura de un proceso de diálogo con la oposición.
Estos son los datos básicos del Estado independiente más antiguo del mundo árabe, una monarquía absoluta en cuyo trono se ha sentado la misma familia desde hace 267 años:
Omán ha estado gobernado por la familia Al Said desde 1744. Es un aliado tradicional (político y militar) de Estados Unidos y Gran Bretaña, si bien mantiene su propia política exterior. A pesar de ser un gran exportador de petróleo, no es miembro de la OPEP.
Qabus bin Said, de 70 años de edad, se convirtió en sultán en julio de 1970, después de derrocar a su padre en una conspiración de palacio. Su objetivo era acabar con el aislamiento del país (situado en la esquina sureste de la Península Arábiga, a la entrada del Golfo Pérsico) y aprovechar los beneficios del petróleo para modernizar y desarrollar la nación.
Bin Said gobierna con poder absoluto y se encarga de nombrar su gabinete de ministros. En 1992 permitió la formación de un parlamento, el Majlis Sura, cuyos 84 miembros son elegidos por los representantes de 61 distritos. Pero la función de este parlamento es meramente consultiva, y no tiene poder legislativo.
Existe una preocupación entre la población sobre la sucesión en el trono, ya que no hay un heredero claro y la legislación no establece quién será el próximo sultán.
Las manifestaciones en Omán son muy poco frecuentes. En lo que supuso la primera señal de que las revueltas en la región habían llegado al sultanato, cerca de 200 personas se concentraron cerca de los ministerios, en Muscat, para exigir al Gobierno que acabe con la corrupción y frene la subida de los precios.
Economía
La economía de Omán se basa en la explotación de sus grandes reservas de gas natural y petróleo, en un sistema que ha estado controlado durante décadas por la monarquía reinante y los miembros del Gobierno. A partir del año 2000, no obstante, se produjo un proceso de liberalización en un doble sentido: por una parte, se trató de desligar la actividad económica y comercial del poder político, propio de un sistema absolutista; por otra, se facilitó la privatización de las explotaciones mineras. Los graves desequilibrios sociales que se mantienen todavía, con una tasa de paro del 15%, se ha ido reduciendo a lo largo de los últimos cinco años.
Omán produjo el año pasado cerca de 860.000 barriles de petróleo al día, la mayoría, destinado a la exportación. La economía creció en 2010 más de lo previsto, un 6%, y los altos precios del petróleo permitieron al país exceder los gastos previstos en el presupuesto para ese año, que ascendían a 18.650 millones de dólares. Con todo, los expertos vaticinan que el crecimiento se ralentizará en 2011, debido a una bajada en los ingresos procedentes del petróleo y el gas.
Se calcula que un tercio de la fuerza de trabajo está empleada en la agricultura, a pesar de que este sector supone menos del 2% del Producto Nacional Bruto. La mayoría del país es árido y montañoso, y sólo el 3,5% del territorio es cultivable.
La inflación anual creció un 4,2% en diciembre y los precios subieron un 0,7% con respecto al mes anterior, el mayor incremento en cuatro meses. El coste de los alimentos se ha disparado.
Población
Omán tiene 2,7 millones de habitantes, el 70% ciudadanos omaníes. La mayoría son árabes, aunque hay también un gran número de extranjeros (trabajadores inmigrantes, sobre todo), principalmente baluchis, zanzibaríes, indios, paquistaníes y bangladeshíes. La religión mayoritaria es el islam ibadí (75%). El 25% restante son musulmanes sunníes y chiíes, e hindúes.
Libertades y derechos humanos
Según el informe de Amnistía Internacional de 2009, en Omán se niega el ejercicio de los derechos sociales y económicos en condiciones de igualdad a los miembros de dos tribus, hay restricciones a la libertad de expresión y las mujeres sufren discriminación en la ley y en la práctica. Existe pena de muerte para delitos de asesinato y tráfico de drogas.
» Con información de Reuters y Wikipedia
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