La muerte este jueves de Nelson Mandela deja al mundo sin una de sus principales referencias morales, sin uno de sus símbolos más auténticos y universales. Mandela, que tenía ya 95 años, representaba –representa– la tenacidad y la fe; la constancia, contra viento y marea, en la lucha por la libertad; el ejemplo vivo de que es posible plantarse, resistir, desafiar al poder, socavar al tirano. Pero también la capacidad de dialogar y de tender […]
Prima e dopo Gheddafi, in una vignetta di Glez. http://t.co/2IdLJFcyXr pic.twitter.com/kPyK5t5sYh
— Internazionale (@Internazionale) February 17, 2015
Libia, antes y después. Viñeta de Damien Glez en Internazionale.