Za’atari

«Somos lo mismo, somos realmente parte de una misma familia, y, en el mejor de los casos, los miembros de una familia hacen todo lo que pueden por ayudarse entre sí». Neil Gaiman, en el campo de refugiados sirios de Zaatari, en Jordania.

«Somos familia»

«Somos lo mismo, somos realmente parte de una misma familia, y, en el mejor de los casos, los miembros de una familia hacen todo lo que pueden por ayudarse entre sí». Neil Gaiman, en el campo de refugiados sirios de… Leer

La guerra en Siria sigue ahí, testaruda y vergonzante, como un familiar incómodo a quien hemos decidido ignorar con la inconfesable esperanza de que desaparezca, pero que continúa llamando a nuestra puerta cada cierto tiempo, arrastrando su maleta de cadáveres. Solo en el mes de julio han muerto más de 5.300 personas. Desde que empezó el conflicto, 170.000. Más de 56.500 eran civiles. Entre 9.000 y 10.000, niños.

Según datos de UNICEF, 2,8 millones de niños sirios (contando tanto a los que siguen en el país como a los que han huido) no pueden ir al colegio. Eso es cerca de la mitad del total de la población escolar del país. Y la cifra real es, con seguridad, bastante mayor, ya que, en el caso de los refugiados, solo incluye a aquellos menores que han sido registrados por sus padres en alguna de las agencias de la ONU.

Ninguno de estos números refleja, en cualquier caso, el horror vivido por muchos de estos niños, las huellas que la guerra ha dejado y está dejando en sus vidas. El único modo de comprender algo así, o, al menos, de acercarse un poco, es escucharles, estar con ellos, mirarles a los ojos. Es lo que ha hecho el fotógrafo Muhammed Muheisen.

Su serie de retratos de niños sirios, realizada en el campo de refugiados de Zataari, en Jordania, y publicada por la agencia AP, sobrecoge por su sobriedad, por el poder acusador que emana de cada una de esas caras. Son la mejor arma contra nuestra tendencia al olvido.

Mohammed (12 años) y Zainab (5), Mohammed Ghassan (8), Kamel (7), Fouad (14) y Amal Qalloosh (11), Hatem (13) y Boran (5), Jood (8) y Ammar (10), Malak (9) y Batoul (6), Samah (5) y Ahmad (6), Yasmeen (9)… Estos niños, como ese pariente incómodo que sigue llamando a la puerta, también son familia. Y están muy vivos.

Ver las fotos en el blog de fotografía de AP


» Leer también: Grandes fotógrafos en Oriente Medio: Muhammed Muheisen

Siria: la guerra en los ojos de los niños

La guerra en Siria sigue ahí, testaruda y vergonzante, como un familiar incómodo a quien hemos decidido ignorar con la inconfesable esperanza de que desaparezca, pero que continúa llamando a nuestra puerta cada cierto tiempo, arrastrando su maleta de cadáveres. Solo… Leer

Una selección de fotografías tomadas en Oriente Medio esta semana. Pincha en los enlaces de las localizaciones para ver las imágenes.


Mafraq, Jordania, 18/7/2013: Vista aérea del campo de refugiados sirios de Zaatari. El inmenso campamento, convertido ya en la quinta ciudad más grande de Jordania, y que alberga a unas 115.000 personas (más de la mitad de las cuales son menores de edad), fue visitado este jueves por el secretario de Estado de EE UU, John Kerry. Foto: Mandel Ngan / AFP


El Cairo, Egipto, 15/7/2013: Un seguidor del depuesto presidente egipcio Mohamed Mursi, durante enfrentamientos con la policía el pasado lunes. Esa noche, la violencia desatada tras el golpe militar dejó en la capital al menos siete muertos, más de 250 heridos y unos 400 detenidos. El viernes, décimo día del Ramadán, miles de islamistas volvieron a protestar en la calle, y hubo al menos tres muertos en choques entre partidarios y detractores de Mursi en Mansura. Foto: Mohamed Abd El Ghany / Reuters


El Cairo, Egipto, 20/7/2013: Manifestantes en contra del depuesto presidente egipcio Mohamed Mursi, y a favor, este sábado, en la capital del país. Fotos: Mai Shaheen / Al Ahram


Ramala, Cisjordania (Palestina), 19/7/2013. El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, anunció esta semana un preacuerdo entre israelíes y palestinos para reaunadar las conversaciones sobre el proceso de paz, lo que puede suponer acabar con un estancamiento en las negociaciones que duraba ya tres años. En la imagen, Kerry, con el presidente palestino, Mahmud Abás, este viernes. Foto: Mandel Ngan / AFP / Pool


Kfar Nubul, Siria, 16/7/2013: El niño Yahya Sweed, de 13 años de edad, acompañado por su padre, un día después de ser dado de alta del hospital donde tuvieron que amputarle una pierna, tras resultar herido durante un bombardeo de las fuerzas gubernamentales sirias. Foto: Daniel Leal-Olivas / AFP


Deir al Zor, Siria, 17/7/2013: Un joven miembro del Ejército Libre Sirio combate el calor con una improvisada ducha de agua fría en la calle. Foto: Khalil Ashawi / Reuters


Alepo, Siria, 15/7/2013: Combatientes del Ejército Libre Sirio avanzan en plena noche por una calle desierta en el distrito de Karm al Jabal. Foto: Muzaffar Salman / Reuters


Sarafand, Líbano, 17/7/2013: Fatima Darrar (a la derecha), de 17 años de edad e hija del analista político sirio Mohamed Darrar Yamo, partidario del régimen de Bashar al Asad, llora la muerte de su padre, asesinado este miércoles en su casa del sur del Líbano por un grupo de hombres armados. Foto: EPA


Gastria, Chipre, 17/7/2013: Un vertido de al menos 100 toneladas de fueloil procedente de una central eléctrica afectó esta semana a entre siete y diez kilómetros de la costa septentrional chipriota, en una zona bajo jurisdicción de la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre. El incidente, que se produjo en torno a la central AKSA Elektrik, ha provocado un gran desastre ambiental. De acuerdo con la prensa turcochipriota, al menos una piscifactoría con 400 toneladas de pescado se ha visto afectada por el vertido. En la imagen, un cangrejo en una de las playas contaminadas. Foto: Harun Ucar / AP


Tel Aviv, Israel, 15/7/2013: Un manifestante sostiene una bandera palestina durante una protesta contra un proyecto aprobado por el Gobierno israelí que contempla el desplazamiento y la relocalización de cerca de 30.000 beduinos nómadas del sur del desierto del Neguev. Foto: Ariel Schalit / AP


Altos del Golán, 17/7/2013: Un soldado israelí limpia el cañón de un tanque cerca de la frontera con Siria, en los Altos del Golán. La guerra civil siria ha acabado con décadas de relativa calma en este territorio ocupado por Israel desde la guerra de 1967. El ejército israelí está en alerta permanente ante los combates que libran los grupos rebeldes y las fuerzas del régimen de Bashar al Asad en las localidades cercanas. Foto: Baz Ratner / Reuters


Estambul, Turquía, 20/7/2013: Nuray Cokol, una enfermera de 32 años, y Ozgur Kaya, un electricista de 34, se conocieron (y enamoraron) durante las protestas del pasado mes de junio en la plaza Taksim de Estambul. Esta semana se casaron, y decidieron hacerlo en el emblemático lugar donde se inició la revuelta ciudadana, el parque Gezi. La pareja, en la imagen, convirtió la ceremonia en un acto reivindicativo, al que acudieron cerca de un millar de personas. La policía intervino restringiendo el acceso al parque y dispersando a los congregados. El parque volvió a abrise al público a mediados de julio, pero las manifestaciones siguen prohibidas. Foto: Ozan Köse / AFP


Qalandia, Cisjordania (Palestina), 19/7/2013: Una familia palestina se dirige hacia un control israelí, de camino a la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, durante el mes sagrado musulmán del Ramadán. Foto: Majdi Mohammed / AP. Más fotos del Ramadán, aquí y aquí.


Hebrón, Cisjordania (Palestina), 18/7/2013: Niños palestinos esperan en un comedor social un reparto de comida donada por fieles, durante el mes sagrado musulmán del Ramadán. Foto: Ammar Awad / Reuters


Saná, Yemen, 15/7/2013: Varios hombres leen el Corán en una mezquita, durante el mes sagrado musulmán del Ramadán. Foto: Yahya Arhab / EPA


Jerusalén, 16/7/2013: Judíos ortodoxos duermen junto al Muro de las Lamentaciones, durante una noche de oración dentro del ayuno anual conocido como Tisha B’av, una festividad religiosa que conmemora las destrucciones del primer y segundo templos. Foto: Abir Sultan / EPA


Barcelona, España, 17/7/2013: El equipo de natación sincronizada de Egipto entrena en el Palau Sant Jordi, una de las sedes del Campeonato Mundial de Natación, que se celebra en la capital catalana hasta el 4 de agosto. La competición había sido adjudicada originalmente a Dubai (Emiratos Árabes Unidos), en 2009, pero en marzo de 2010 el comité organizador de este país renunció a la organización del evento, y en septiembre de ese mismo año la FINA reeligió a Barcelona como sede. Foto: Albert Gea / Reuters


Venecia, Italia: Por primera vez desde la invasión de Irak que lideró EE UU en 2003, la Biennale de Venecia, considerada el mayor festival de arte contemporáneo del mundo, acoge este año trabajos de artistas iraquíes. El pabellón iraquí, denominado Welcome to Iraq (bienvenidos a Irak), ha sido organizado por la Fundación Ruya, e incluye obras de once artistas de este país. Entre ellos se encuentran Hashim Taeeh y Yassen Wami, quienes exhiben una habitación (foto), en la que todos los elementos son esculturas realizadas con cajas de cartón desechadas, un material que los artistas utilizan desde 1991, año en que Irak estaba bajo diversas sanciones económicas. Foto: Catherine Milner / Al Jazeera

Las fotos de la semana

Una selección de fotografías tomadas en Oriente Medio esta semana. Pincha en los enlaces de las localizaciones para ver las imágenes.

El campo de refugiados de Zataari, en Jordania. Foto: US Department of State

La impresionante imagen sobre estas líneas es una vista aérea del campo de refugiados sirios de Zaatari, en Mafraq, Jordania, captada este 18 de julio. El inmenso campamento, convertido ya en la quinta ciudad más grande de Jordania, y que alberga a unas 115.000 personas (más de la mitad de las cuales son menores de edad), fue visitado este jueves por el secretario de Estado de EE UU, John Kerry. La foto está tomada desde el helicóptero en que viajaba el diplomático estadounidense, acompañado del ministro de Asuntos Exteriores jordano, Nasser Judeh.

«¿Qué están esperando? ¿Dónde está la comunidad internacional?», le preguntó a Kerry una mujer, durante una reunión con un grupo de refugiados, según informa The Washington Post. «Esperamos que no vuelva a los Estados Unidos sin haber encontrado una solución, aunque sea imponer una zona de exclusión aérea, o un embargo», añadió.

«¿Qué están esperando?»

La impresionante imagen sobre estas líneas es una vista aérea del campo de refugiados sirios de Zaatari, en Mafraq, Jordania, captada este 18 de julio. El inmenso campamento, convertido ya en la quinta ciudad más grande de Jordania, y que… Leer

Una familia de refugiados sirios en el campo de Zaatari, en Jordania, habla con familiares en Siria, a través de una comunicación telefónica facilitada por la Cruz Roja. Imagen: IRIN / UN (captura de vídeo)

Salim y Laila eran agricultores en Deraa, al suroeste de Siria, hasta el día en que su aldea fue bombardeada por las fuerzas del Gobierno y decidieron abandonar el país junto con sus ocho hijos. Escoltados por el Ejército Libre Sirio, la familia comenzó entonces un viaje aterrador a traves de territorio en poder del régimen. Para mantener a los niños tranquilos y evitar ser detectados, daban a sus hijos pastillas para dormir. Ahora viven en el gran campo de refugiados de Zaatari, en Jordania, una ciudad de tiendas de campaña en continua expansión, a 15 kilómetros de la frontera con Siria, y hogar de más de 110.000 refugiados, más de la mitad de los cuales son niños

Su historia la está contando la agencia de noticias de Naciones Unidas IRIN1 en una serie de vídeos titulada Where The War Still Echoes (donde la guerra sigue resonando), de la que hasta el momento ha publicado dos capítulos. La idea es acompañar a la familia durante un año, desde su llegada al campo de refugiados, en diciembre de 2012.

En la presentación de la serie, la agencia explica que ésta ofrece una mirada íntima sobre la lucha de la familia de Salim y Laila por adaptarse a su vida en el campamento, y sobre los efectos traumáticos del conflicto que continúa en su país, así como sobre la presión que sufre Selim para regresar y unirse a la rebelión.

En una escena del primer capítulo (minuto 7:50), la familia, gracias a una comunicación telefónica facilitada por la Cruz Roja, consigue hablar con parientes que continúan en Siria, bajo las bombas. El momento es a la vez dramático y tremendamente emotivo: «¿Cómo estáis?, ¿hay alguien herido?», pregunta directamente Salim. Cuando le pasa los auriculares a su mujer, Laila no puede contener las lágrimas: «Todos te decimos hola, no te preocupes, ¿cómo están los niños?». Después es el turno de Fátima, una de las hijas. La niña apenas puede hablar y estalla también en llanto.


(1) IRIN –Integrated Regional Information Networks– es un servicio de noticias de la ONU especializado en asuntos humanitarios, financiado por diferentes países y organizaciones humanitarias, y coordinado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, OCAH.

Con la guerra a la espalda: la historia de Salim y Laila

Salim y Laila eran agricultores en Deraa, al suroeste de Siria, hasta el día en que su aldea fue bombardeada por las fuerzas del Gobierno y decidieron abandonar el país junto con sus ocho hijos. Escoltados por el Ejército Libre… Leer

Refugiados sirios en una ciudad jordana. Imagen: UNHCR

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ya ha registrado o está en proceso de registrar a casi un millón de refugiados sirios (940.000) en los países vecinos o del norte de África, según informó esta semana el máximo responsable de la agencia, quien insistió en que el conflicto puede extenderse al resto de la región y convertirse en «un desastre que sobrepasaría la capacidad de respuesta de la comunidad internacional». Solo en Jordania hay ya cerca de 414.000 desplazados, 54.000 de los cuales entraron en el país en el mes de febrero. Muchos (cada vez más) han sido acogidos en el campo de Za’atari, un enorme mar de tiendas situado cerca de la frontera con Siria. Allí se encuentran ya, en condiciones de una gran dureza, más de 103.200 personas. Pero la mayoría de los refugiados sirios en Jordania viven fuera de los campos, en centros urbanos. Y su situación tampoco es fácil.

El Gobierno jordano calcula que más de 250.000 refugiados sirios viven actualmente en distintas ciudades del país, sobre todo en el norte y en torno a la capital, Ammán. No hay cifras exactas, porque no todos están registrados, pero algunas estimaciones señalan que por cada refugiado viviendo en el campo de Za’atari hay tres viviendo en ciudades.

Muchos de estos refugiados urbanos carecen de trabajo o cobran sueldos miserables, ya que resulta prácticamente imposible encontrar un empleo legal, o decente, sin los necesarios permisos laborales, y en un país donde el paro alcanza al 30% de la población. La mayoría no dispone, por tanto, de recursos con los que ganarse la vida, y es habitual que familias enteras tengan que hacinarse en minúsculas viviendas sin las comodidades mínimas, o que los menores estén sin escolarizar. A su ya de por sí difícil condición de desplazados se suman los problemas de habitar en entornos urbanos donde es necesario pagar por la comida, por el alquiler, por la ropa, por el combustible para calentarse… Y las ayudas que, después de hacer interminables colas, reciben del Gobierno o de las instituciones internacionales son esenciales pero, a menudo, insuficientes. Eso, si es que las consiguen, ya que un gran número de estos refugiados carece de los documentos identificativos necesarios.

Algunos datos e historias personales los ha recogido el ACNUR en el siguiente vídeo. En él, uno de los desplazados entrevistados, Hassan Madi, asegura que incluso la precaria habitación en la que vive con su familia es mejor que el campo de refugiados. Otra entrevistada, Jolud Jumaa Al Hassan, resume el sentir de muchas de estas víctimas de la guerra: «Hemos dejado nuestras casas y nuestra tierra, así que la vida es difícil, pero la verdad es que no estaríamos bien ni aunque viviésemos en un palacio, porque estamos en el exilio».

La difícil situación de los refugiados urbanos en Jordania la contó también hace un par de meses el corresponsal del Christian Science Monitor Nicholas Seeley, en un recomendable reportaje. El artículo comienza con el testimonio de una mujer que escapó del campo de Za’atari (para salir legalmente, a menos que sea de vuelta a Siria, hay que conseguir el patrocinio de un ciudadano jordano) y vive ahora en una zona marginal de una ciudad. Su visión está lejos del optimismo de Hassan:

Sentada con las piernas cruzadas en el suelo de su helada vivienda sin amueblar, una viuda siria explica cómo se escabulló del campo de refugiados de Za’atari. Tuvo que pagar 50.000 libras sirias, unos 700 dólares, a alguien del exterior para que la ayudara a burlar la seguridad del campo. Le permitieron pagar la mitad por adelantado, y un familiar que tiene en Jordania le prestó el dinero. Después encontró un apartamento en un barrio pobre de una ciudad: dos habitaciones oscuras de cemento desnudo, llenas de humedad. Asegura que sobrevive, principalmente, gracias a sus vecinos, también refugiados sirios. Uno de ellos encontró un televisor en la basura y se lo dio. La mujer se sienta en una esquina y sintoniza un canal de la oposición siria que emite horribles imágenes de su país, de la guerra contra el régimen de Bashar al Asad. Un jeque pasó por el barrio haciendo donaciones caritativas a los refugiados, y con el dinero pagó sus deuda. Cuando se le pregunta si está contenta de haberse ido de Za’atari, la mujer señala a su alrededor : «¿Vivir así? No vale la pena. Mejor volver donde Bashar y morir como una mártir. Mucho mejor eso que morir en esta situación».


Más información y fuentes:
» El Alto Comisionado alerta del riesgo de que la crisis en Siria se vuelva incontrolable (ACNUR)
» ACNUR ya ha registrado casi un millón de refugiados sirios en los países vecinos y el norte de África (Europa Press)
» Los refugiados sirios en Jordania superarán en marzo los 400.000 (Efe)
» Syrian refugees decamp for tough life in Jordan’s cities (Christian Science Monitor)
» Za’atari, la miserable ‘capital’ del exilio sirio en Jordania (Cuarto Poder)

Refugiados urbanos

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ya ha registrado o está en proceso de registrar a casi un millón de refugiados sirios (940.000) en los países vecinos o del norte de África, según informó esta semana… Leer