Para un analista del Kremlin, la situación de EE UU en 1968 debía de parecerse mucho al Irán que ven actualmente muchos analistas estadounidenses. Las grandes manifestaciones de protesta contra la guerra de Vietnam y los disturbios en la convención demócrata de Chicago pudieron llevar a algunos a la conclusión de que el largamente esperado colapso del capitalismo estaba al alcance de la mano. De hecho, algunos manifestantes llamaban a derrocar el sistema, otros eran explícitamente pro comunistas, y algunos lideres del gobierno mostraban a los manifestantes como una amenaza al sistema de vida americano. Pero si los analistas del Kremlin hubieran llegado a esas conclusiones, se habrían equivocado.
Y si hubiesen abogado por que la Unión Soviética realizara una política de confrontación directa con los Estados Unidos, sobre la base de que así se aceleraría su desaparición, habrían cometido un error.
Hoy en día, algunos piden a Estados Unidos que se abstenga de negociar con Irán, aduciendo que las recientes manifestaciones son un signo de que el sistema iraní se está desintegrando. Es mejor, señalan, aumentar la presión sobre un gobierno con problemas, cuyo pueblo se le ha vuelto en contra. El nuevo gobierno que, según parece, va a sustituir al actual, será mucho más flexible. También estos se equivocan.
Una reciente encuesta de WorldPublicOpinion.org –llevada a cabo en Irán por encuestadores nativos y en persa, con el fin de evitar cualquier posible control gubernamental– revela que una gran mayoría sigue apoyando el actual sistema iraní.
Por supuesto, existe la duda de si la gente responde con sinceridad en un entorno dictatorial donde las personas son encarceladas por protestar contra el gobierno. Pero podemos centrarnos sólo en aquellos que fueron lo suficientemente valientes como para decir que votaron por Mousavi, el candidato de la oposición, ya que, presumiblemente, éstos también fueron francos al responder las demás preguntas.
Lo que encontramos es que [las respuestas de] aquellos que apoyaron abiertamente a Mousavi son diferentes del resto. Contrariamente a los demás, una mayoría de los seguidores de Mousavi [opinan que] el gobierno no debería ejercer ningún control sobre la prensa (el 59%), y que las relaciones con Occidente se han deteriorado con Ahmadineyad (el 57%).
En comparación con el resto, los seguidores de Mousavi expresan mucho más la opinión de que las elecciones no fueron ni libres ni justas, no tienen confianza en los resultados electorales y creen que Ahmadineyad no es el presidente legítimo de Irán.
No obstante, una parte de los seguidores de Mousavi señalan lo contrario.
Y, lo que es más importante, expresan su apoyo al sistema iraní. El 53% creen que un grupo de sabios religiosos debería tener el derecho de revocar las leyes que consideren contrarias al Corán. Dos tercios indican que el gobierno de Teherán hace lo correcto, al menos, en la mayoría de las ocasiones, y la mayoría asegura confiar en el Consejo de Guardianes de la Revolución (el 55%) y en el presidente (el 62%).
Es más, si estas personas pudieran influir de forma poderosa en la política exterior iraní, ello no significaría un cambio en las relaciones entre Irán y Estados Unidos. Sólo el 35% dicen que confían en Obama, y la mayoría recela de los objetivos estadounidenses. Un 68% piensa que Estados Unidos es hostil al Islam. Y, como el resto de los encuestados, menos de la mitad se opone a los ataques contra tropas estadounidenses en Afganistán y el Golfo Pérsico.
Quizá lo más significativo es que sólo el 43% aseguran que estarían dispuestos a abandonar [el programa de] enriquecimiento de uranio a cambio de la retirada de las sanciones.
Esto no quiere decir que todo sean malas noticias. Tres cuartas partes de los seguidores de Mousavi, así como dos tercios del total de iraníes encuestados, sí que estarían dispuestos a detener el desarrollo de armas nucleares -ya sea paralizando el enriquecimiento [de uranio] o permitiendo inspecciones ilimitadas- a cambio de evitar las sanciones.
Del mismo modo, tres cuartas partes de los seguidores de Mousavi, al igual que dos tercios del total de los encuestados, apoyarían el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Los datos no indican qué piensan que el gobierno iraní debería hacer o dejar de hacer en una negociación, pero nos dicen algo acerca del ambiente que existe en el Irán actual.
Tomada en su conjunto, la encuesta sugiere que una estrategia alternativa centrada en interrumpir las negociaciones, confiando en que el gobierno iraní esté profundamente debilitado por la disidencia interna, no sería mucho más prometedora de lo que lo habría sido una estrategia similar por parte de Moscú en 1968.
Publicado originalmente en openDemocracy bajo licencia Creative Commons el 23/11/2009
Traducción del original en inglés: Is Iran pre-revolutionary?
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