El presidente del Centro por los Derechos Humanos de Bahréin (BCHR), Nabil Rajab, ha sido condenado este jueves a tres años de cárcel por haber participado en protestas contra el Gobierno de Bahréin, según informó su abogado Mohamed al Jishi. Rajab ha sido llamado a declarar por la fiscalía en reiteradas ocasiones en los últimos meses, y permaneció detenido entre el 5 y el 28 de mayo, y de nuevo a partir del 6 de junio, a causa de unas afirmaciones que publicó en su cuenta de Twitter, en las que pedía la dimisión del primer ministro, Jalifa bin Salman Al Jalifa, informan Reuters y Europa Press. Actualmente, cumplía una pena de tres meses de cárcel por las críticas realizadas en la red social.
En su mensaje, publicado tras la visita del primer ministro a la localidad de Muharraq, Rajab pedía su dimisión y afirmaba: «Todo el mundo sabe que no eres popular, y que si no fuera por su necesidad de dinero, [los residentes de Muharraq] no te habrían dado la bienvenida».
Este jueves, añade Europa Press, el tribunal ha condenado a Rajab por haber participado hasta en tres ocasiones en manifestaciones antigubernamentales no autorizadas. Su abogado explicó que el activista ha sido condenado a un año de cárcel por cada una de las manifestaciones en las que ha sido probado que tomó parte.
Amnistía Internacional ha exigido a las autoridades que liberen a Rajab, a quien calificó de «preso de conciencia». En un comunicado, Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de esta ONG, señaló:
Como muchas otras personas detenidas en Bahréin, Nabil Rajab es preso de conciencia, encarcelado únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y reunión. Debe ser puesto en libertad de inmediato y con la garantía de que se anulan su sentencia condenatoria y su condena. Además, las autoridades deben tomar también medidas para garantizar que todos los defensores de los derechos humanos pueden realizar su trabajo sin temor a sufrir represalias.
Esta última sentencia tira por tierra la fachada de reformas de Bahréin. Ante tan patentes e implacables tácticas de supresión de la disidencia, la comunidad internacional no puede creerse ya que el país esté llevando a cabo reformas. Los socios internacionales de Bahréin tienen que decirles alto y claro a las autoridades bahreiníes cuál es la situación.
Por su parte, Annie Game, directora ejecutiva de la de la red Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión (IFEX, por sus sigas en inglés), indicó:
Al condenar a Nabil a la cárcel, el gobierno de Bahréin está enviando un fuerte mensaje al mundo mostrando que no le preocupan los derechos humanos. Con esta decisión, la reputación internacional del Reino sigue estando en juego. Encarcelar al defensor de los derechos humanos más prominente del país es una señal preocupante para otros que se niegan a guardar silencio sobre el triste historial de los derechos humanos en Bahréin.
En febrero de 2011 comenzó una serie de protestas contra el Gobierno bahreiní y la familia real de los Al Jalifa, que gobierna el país desde 1783. Tras una dura represión y la aprobación del estado de emergencia, que se mantuvo desde marzo hasta junio, las concentraciones se redujeron, pero en los últimos meses se han sucedido casi a diario, mientras el Gobierno ha prometido aprobar una serie de reformas.
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