El 6 de agosto de 2003 se ahogó en el Mar Mediterráneo, cerca de Jaffa, el joven artista y poeta palestino Hasan Hurani. En el accidente murió también su sobrino, a quien Hurani trataba de rescatar. Ninguno de los dos sabía nadar. Hurani, que tenía tan solo 29 años y residía en Estados Unidos, había regresado a casa de visita. Como la mayoría de los palestinos de Cisjordania, tenía prohibido cruzar la Línea Verde que separa Israel del territorio palestino ocupado. Tenía prohibido viajar hasta el mar. Esta vez, sin embargo, había conseguido entrar y llegar hasta la costa.
Nacido en Hebrón en 1974, Hurani había estudiado en el Colegio de Bellas Artes de Bagdad entre 1993 y 1997, y en 2001 llegó a Nueva York, donde presentó su exposición One Day, One Night (Un día, una noche) en la sede de las Naciones Unidas. Tras fijar su residencia en esta ciudad, Hurani comenzó a exhibir su obra en varios países, incluyendo, además de EE UU, su Palestina natal, Irak, Egipto y Corea del Sur.
En el año de su muerte, Hurani estaba trabajando en un libro infantil de ilustraciones, Hassan Everywhere (Hassan en todas partes), cuyo protagonista, un niño que vaga por el mundo en busca de amor, hace amistad con peces, pájaros, insectos y monstruos, cabalga sobre las olas, vuela en una bicicleta mágica y se sienta a descansar en los tejados. Hassan viaja solo, pero tiene su casa en todas partes. Hurani había completado tan solo diez de los cuarenta dibujos que había planeado realizar.
El libro fue publicado un año después por la A.M. Qattan Foundation, una ong británica dedicada a promover el arte y la cultura palestinos. Y es aquí donde coge el testigo en esta historia la cineasta jordano-palestina Mais Darwazah.
Lo cuenta la también cineasta y periodista Sabah Haider en una entrevista a Darwazah publicada por la revista digital Reorient:
Cuando Mais Darwazah […] descubrió el libro de Hasan se sintió profundamente conmovida por sus historias, al tiempo que reflexionaba sobre su propio destino, sobre su trabajo, sobre Palestina.. Todo ello acabó inspirándola para realizar una película. Siguiendo (literalmente) los pasos de Hasan, Darwazah viajó hasta Palestina para descubrir a un «amante» (así llama ella a Hurani) al que nunca había conocido.
El resultado fue My Love Awaits Me by the Sea (Mi amor me espera junto al mar, o, en árabe transcrito, Habibi bistanani aind al bahr), un íntimo documental entre la ficción y la realidad en el que Darwazah ‘decide’ enamorarse del artista fallecido y mostrar, a través de ese amor, su primera visita a la tierra, Palestina, de la que procede su familia. La película fue presentada hace unos días en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Toronto.
My Love Awaits Me by the Sea es una historia de amor, pero también una historia política. En la mencionada entrevista en Reorient, Mais Darwazah dice:
Cuando empecé a hacer esta película hubo una pregunta que surgió desde el principio: con todas las películas que se han hecho sobre el amor, ¿qué tiene de particular este amor en concreto? Y, al comenzar a escribir el guión, me di cuenta de que a una persona a la que no se le permite vivir en su casa, en su espacio (ya sea en la diáspora o en la propia Palestina), se le está prohibiendo también hacer muchas cosas. Moverse libremente, existir con normalidad… De modo que, para mí, este amor se fue convirtiendo en algo cada vez más entrelazado con el contexto político. […]
El hecho de que [Hurani] fuese palestino hizo que ese amor empezase a evocar muchas más metáforas en mi mente. No se trataba únicamente de una chica contando una historia de amor. Porque el amor, para mí, es todo lo que aprendemos y echamos de menos, todo lo que añoramos y no podemos tener.
El encuentro con la tierra de sus padres también supuso un reto personal, la necesidad de descubrir una Palestina más allá del ‘cliché’, más propia, donde pueden ser también protagonistas desde las naranjas de Jaffa a la belleza de Jerusalén. Darwazah, hija de palestinos, pero nacida y residente en Jordania, lo explica así:
Nos han educado con ciertos tópicos sobre Palestina, que no siempre son solo tópicos, pero que sí son las mismas cosas que todos escuchamos y sabemos ya. Tenía que encontrar nuevos temas… Quiero decir, ya basta. Mi mente estaba demasiado llena con las cosas conocidas. Tenía que encontrar mis propias preguntas.
Hay un lado positivo en el hecho de estar lejos del lugar del que procedes y al que no puedes ir. Yo soy de Nablus, pero mi padre nació en Jaffa… Cuando has sido desconectada de un espacio, tienes dos opciones. La primera es decir: «Soy de allí». Yo soy de Nablus, en términos de raíces tribales. Pero cuando fui a Nablus, ni siquiera tenía interés en ir a ver la casa de mis padres. ¿A quién le importa? Es solo una casa, piedras. Cuando fui [a Palestina] fue realmente hermoso, pero porque yo decidí elegir de dónde quiero ser en Palestina.
Es la otra opción: elegir de dónde eres. Yo tuve esa libertad, porque no tenía una conexión con la tierra. Tenía una conexión tribal que no comparto. No es que esté en contra de mi familia. Lo que no acepto es que esas relaciones estén predeterminadas por la genética. Tienes que descubrir por ti mismo quién eres y qué es lo que te gusta, así es como me han educado en casa. Cuando fui a Palestina tuve la libertad de decir que soy de este lugar o de este otro, y que estos lugares son mis lugares, porque me gustan. Fue muy liberador.
Más información y fuentes:
» My Love Awaits Me by the Sea (Reorient)
» Best of Toronto 2013: Mais Darwazah’s My Love Awaits Me by the Sea (Huffington Post)
» «Hassan Everywhere». Sketches and paintings by Hassan Hourani (Birzeit University)
» The exile’s return (The Guardian)
» Hasan Hourani (Wikipedia)
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