En la Cisjordania ocupada, un grupo de 350 ciclistas (palestinos, israelíes y extranjeros) plantean la siguiente pregunta: ¿Podemos ir en bicicleta desde Ramala hasta Jericó sin que nos hagan dar la vuelta en alguno de los controles?
Ficha | Mapas | Fotos | Gaza | Cisjordania
En la Cisjordania ocupada, un grupo de 350 ciclistas (palestinos, israelíes y extranjeros) plantean la siguiente pregunta: ¿Podemos ir en bicicleta desde Ramala hasta Jericó sin que nos hagan dar la vuelta en alguno de los controles?
Dos organizaciones distintas situadas en Israel y en los territorios palestinos ocupados están utilizando herramientas de vídeo para ayudar a los jóvenes israelíes y palestinos a comprender el conflicto y llenar los vacíos existentes entre ellos mediante la creación de espacios de interacción y comunicación en los que puedan compartir sus sueños, preocupaciones y pensamientos relacionados con la compleja situación en la que viven.
Una de sus iniciativas es Sadaka Reut, y esto es lo que cuentan sobre su programa:
Con la mayor parte de los jóvenes palestinos e israelíes segregados físicamente entre sí (en comunidades y colegios separados) y con todos los miedos, prejuicios y el racismo resultantes de esta situación, aspiramos a construir modelos alternativos de interacción entre ambos grupos. El programa «Building a Culture of Peace» («Construyendo una cultura de paz») busca crear un espacio en el que tanto los jóvenes palestinos como los judíos puedan sentirse iguales, respetados y reconocidos como individuos y como colectivos nacionales.
Los integrantes de su programa también han participado en el «One Minute Video Project» (Proyecto de Vídeo de Un Minuto), un taller de una semana de duración en el que aprendieron sobre videoactivismo. Los resultados, como el siguiente vídeo, en su página web.
Publicado originalmente en Global Voices bajo licencia Creative Commons el 6/11/2009
Traducción del original en inglés: Israeli and Palestinian youth use video to understand the conflict
Traducido por Ángela Alonso Amador
Por Juliana Rincón Parra.- Dos organizaciones distintas situadas en Israel y en los territorios palestinos ocupados están utilizando herramientas de vídeo para ayudar a los jóvenes israelíes y palestinos a comprender el conflicto y llenar los vacíos existentes entre ellos mediante la creación de espacios de interacción y comunicación en los que puedan compartir sus sueños, preocupaciones y pensamientos relacionados con la compleja situación en la que viven. […]
Noventa segundos de animación sobre el confinamiento de Gaza. Un vídeo de Gisha (Legal Center for Freedom of Movement).
Un fragmento de Contra el fanatismo, del escritor israelí Amos Oz (traducción de Daniel Sarasola, Siruela, 2002):
Muchos europeos siguen enviándome fantásticas invitaciones para pasar un fin de semana de ensueño en un delicioso centro turístico con compañeros palestinos, colegas palestinos, amigos palestinos, para que aprendamos a conocernos, a gustarnos, a tomar una taza de café juntos, a darnos cuenta de que ninguno de nosotros tiene cuernos ni rabo, con el fin de que el problema desaparezca. Dicha actitud se basa en una idea sentimental, muy extendida en Europa, de que todo conflicto sólo es en esencia un malentendido.
Un poco de terapia de grupo, un toque de orientación familiar y todo el mundo a vivir feliz. Pues bien, traigo noticias tristes: algunos conflictos son muy reales, mucho peores que un mero malentendido. Y también traigo noticias sensacionales: me temo que no hay ningún malentendido esencial entre judíos israelíes y árabes palestinos. Los palestinos quieren la tierra que llaman Palestina. Tienen razones muy poderosas para quererla. Los judíos israelíes quieren exactamente la misma tierra por exactamente las mismas razones, cosa que entraña al tiempo un profundo entendimiento entre las partes y una tragedia terrible. Por muchos ríos de café que bebamos juntos no se extinguirá la tragedia de los pueblos que reivindican –creo que con razón– el mismo pequeño país como su única patria en todo el mundo. Tomar un café juntos es maravilloso y lucharé por ello, especialmente si se trata de café árabe, que es infinitamente mejor que el israelí. Pero el problema no se va a solucionar tomando café. Se requiere algo más que café y entenderse mejor. Se requiere llegar a un acuerdo, a un compromiso doloroso […].
[…] No creo en una luna de miel repentina. No soy un sentimental. No espero que, una vez encontrada alguna fórmula milagrosa, los dos antagonistas se abracen entre lágrimas […]. En caso de esperar algo se trataría más bien de un divorcio limpio y justo entre Israel y Palestina. Y los divorcios nunca son felices. Por muy justos que sean, siguen hiriendo, son dolorosos. Especialmente este divorcio en concreto, que será rarísimo porque las dos partes en litigio se quedarán en el mismo apartamento. Nadie se va a mudar. Y, al ser un apartamento muy pequeño, será más que necesario decidir quién se queda con el dormitorio A y quién con el B y qué pasa con el cuarto de estar. Y, como el apartamento es muy pequeño, habrá que hacer alguna reforma especial en el baño y la cocina. Demasiados inconvenientes. Pero siempre será mejor que esa especie de infierno en vida que todos sufren ahora en ese país tan amado. Palestinos diariamente oprimidos, asediados, humillados, que pasan hambre y privaciones a causa del cruel gobierno militar israelí. Israelíes cotidianamente aterrorizados por despiadados ataques terroristas indiscrimnados a civiles, hombres, mujeres, niños, escolares, adolescentes, clientes de un centro comercial. ¡Cualquier cosa es preferible a esto! Sí, un divorcio limpio. Y tal vez con el tiempo […] se creen dos Estados, atendiendo aproximadamente a realidades demográficas, cuyo mapa debería asemejarse al anterior a 1967, con algunos cambios establecidos de mutuo acuerdo y disposiciones especiales para los santos lugares en disputa de Jerusalén como fórmula esencial. Una vez que se haya procedido a la partición, creo que israelíes y palestinos estarán listos para saltársela y tomar una taza de café juntos […].
El muro israelí de separación en Cisjordania, en febrero de 2008, en un mapa de B’Tselem, The Israeli Information Center For Human Rights in the Occupied Territories.
Funeral en Jabalya, Gaza, por el líder de Hamás Nizar Rayyan y su familia, muertos en un ataque del ejército israelí. Foto: Abid Katib / Getty Images
«Un personaje enorme y barbudo, muy respetado por todos los seguidores de Hamás, partidario de la línea más dura contra Israel». Así describe Alan Johnston, ex corresponsal de la BBC en Gaza, a Nizar Rayyan, uno de los máximos líderes del movimiento islámico en el territorio palestino.
Johnston estuvo secuestrado durante cuatro meses por militantes del Ejército del Islam en un apartamento de esta superpoblada y extremadamente pobre zona del planeta. Fue liberado el 4 de julio de 2007, poco después de que, tras haber ganado las elecciones un año antes, Hamás se hiciera con el control total en la Franja, y en una demostración del gran poder que esta organización tiene en Gaza.
Desde el día histórico en que ganó las elecciones, y pese al aislamiento al que la somete una comunidad internacional que, en su mayoría, la considera un grupo terrorista, la fuerza de Hamás no ha dejado de crecer y la organización se ha convertido en la mayor piedra en el zapato del Gobierno israelí.
Hace una semana, Israel decidió sacarse la piedra a base de bombas y desencadenó la mayor ofensiva en 40 años contra los palestinos. El ataque ha dejado, hasta el momento, miles de heridos y más de 400 muertos. Entre estos últimos, Nizar Rayyan y 15 miembros de su familia, incluyendo varios niños.
Rayyan no es el primer líder de Hamás asesinado por Israel, pero su muerte, en el contexto del brutal ataque israelí a Gaza, será aprovechada por Hamás como ninguna otra hasta ahora. Por lo pronto, la organización ya ha decretado un «Día de la Ira», y ha llamado a los palestinos a «atacar a Israel por todos los medios».
¿Qué es Hamás? ¿Cuál es su origen? ¿Quiénes han sido y son sus líderes? ¿Cómo se organiza? ¿Cuáles han sido sus atentados más sangrientos? ¿Qué papel juega en la sociedad palestina? Todas las claves del movimiento cuya erradicación ha tomado Israel como excusa para su masiva ofensiva contra la Franja de Gaza, en 25 puntos.
1. Resistencia islámica
Hamás («fervor», en árabe, y también el acrónimo de Harakat al-Muqáwama al-Islamiya: Movimiento de Resistencia Islámico) es una organización palestina de carácter nacionalista y religioso (islámico, dentro de la rama suní).
2. Palestina
El objetivo de Hamás es el establecimiento, con capital en Jerusalén, de un estado independiente islámico en la región histórica de Palestina, lo que comprendería todo el actual territorio de Israel, más Cisjordania y la Franja de Gaza.
3. Verde
El color simbólico de Hamás, y también el de su bandera, es el verde (el color del Islam).
4. Los Hermanos Musulmanes y la Yihad
Tras el surgimiento, desde los años cincuenta, de diversos grupos de resistencia palestinos de carácter laico e ideologías marxistas y socialistas, los Hermanos Musulmanes (grupo fundado en Egipto en 1928 y que propugna la aplicación de la ley islámica en la vida diaria) retomaron en 1973 su guerra contra los gobernantes árabes laicos en Siria y Egipto.
Miembros de esta organización crearon entonces en El Cairo el movimiento Yihad Islámica, defensor de la consecución de sus objetivos mediante la lucha armada y la violencia.
Poco después, en la Franja de Gaza, una subdivisión de este grupo comenzó una guerra de baja intensidad contra el ejército de Israel y la administración que este país ejercía en los territorios palestinos desde 1967. Su poco éxito hizo que Al Fatah (el partido del ex presidente palestino Yasir Arafat) y otros grupos palestinos en el exilio tuviesen más apoyos.
5. «El terrorista en silla de ruedas»
A finales de los años setenta, un alumno tetrapléjico de la escuela coránica de Gaza, el jeque Ahmed Yasín, logra crear un movimiento social en la Franja que, además de abogar por la destrucción de Israel, tiene un elevado componente de moral islámica fundamentalista y lleva su lucha a otros aspectos más sociales como la prostitución, el narcotráfico, la «relajación» de las costumbres tradicionales, la pobreza, la corrupción, la influencia extranjera…
Yasín, conocido por la prensa como «el terrorista en silla de ruedas», fue detenido y encarcelado por Israel en 1984 tras encontrarse armas en su casa y descubrirse que preparaba una sublevación en Gaza.
Durante su estancia en prisión su fama se hizo mucho mayor y sus seguidores, que controlaban ya una buena parte de la red social y religiosa de la Franja, fueron consolidando la organización y obteniendo cada vez más fondos entre empresarios y jeques petroleros del Golfo.
6. «El camino del sacrificio y el martirio»
Finalmente, en 1987, y durante el estallido de la Primera Intifada, Yasín sale de la cárcel y Hamás nace de manera oficial con su primer comunicado, emitido en diciembre de ese año: «La Intifada de nuestro pueblo rechaza la ocupación y sus presiones, la confiscación de la tierra, la construcción de asentamientos y la política de sometimiento de los sionistas […]. El Islam es la solución y la alternativa. Nuestro pueblo conoce el camino del sacrificio y el martirio. Haced que entiendan que la violencia no engendra más que violencia, que la muerte no trae más que muerte».
Se trataba del cambio más radical experimentado en el escenario político palestino desde la ocupación de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este por Israel en 1967.
7. Su propia «hoja de ruta»
En su carta fundacional, Hamás afirma que «el Islam es el programa de Hamás. Del Islam se derivan sus ideas y preceptos fundamentales, su visión de la vida y su entendimiento del hombre y del universo».
Añade que Palestina es un estado islámico «confiado a todas las generaciones musulmanas hasta el día del Juicio Final, por lo que nadie tiene derecho a entregar el conjunto o parte de ella: ningún Estado árabe, ningún rey, ningún presidente y ninguna organización».
«Renunciar a una parte de Palestina –señala– es como renunciar a la propia religión […]. No hay solución a la cuestión palestina sino por medio de la yihad».
Hamás, por tanto, no reconoce la legitimidad del Estado de Israel, ni acepta la resolución de la ONU de 1947 en la que se establecía la partición de Palestina en dos estados.
Sus líderes han calificado en reiteradas ocasiones los diálogos entre árabes e israelíes (los Acuerdos de Oslo, incluidos) como una «pérdida de tiempo». Apoyan la lucha armada y los ataques suicidas contra civiles como medio para el logro de sus objetivos.
8. Adaptación
A lo largo de los años, no obstante, en algunas facciones de Hamás la destrucción del Estado de Israel como objetivo principal ha ido cediendo terreno frente a la consecución de un estado palestino independiente.
De hecho, el movimiento se ha declarado dispuesto a aceptar como «solución temporal» un Estado palestino en los territorios ocupados en 1967 por Israel, pero sin reconocer el derecho a la existencia del Estado judío.
9. Antisemitismo
Hamás ha sido acusada de antisemitismo por el contenido de algunos de los artículos en su carta fundacional. El número 22, por ejemplo, dice: «Organizaciones sionistas acumularon una riqueza material grande e influyente, con la cual tomaron el control de la prensa mundial […]. Estuvieron detrás de la Revolución Francesa y las revoluciones comunistas […], de la Primera Guerra Mundial […] y de la Segunda […]. No hay guerra que haya estallado en lugar alguno que no lleve sus huellas digitales».
10. Dos ramas de un mismo árbol
Hamás está organizada en torno a múltiples organizaciones dependientes entre sí, que se encargan de dar respuesta a las diferentes demandas de la sociedad palestina.
No obstante, la organización se divide, principalmente, en dos ramas, la política (que, surgida de la lista Cambio y Reforma con que se presentó a las elecciones, ostenta actualmente el Gobierno en Gaza) y el brazo armado (las Brigadas de Azedín Al-Kasam, encargadas de mantener la lucha contra Israel).
11. Los líderes
El Gobierno en Gaza está liderado por Ismail Haniya. El 14 de junio de 2007 Haniya fue destituido por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, quien le sustituyó por Salam Fayad, ex funcionario del FMI. Haniya no admitió la destitución y continúa gobernando Gaza de facto.
Para muchos analistas, sin embargo, el poder real lo detenta Jaled Mechal, jefe de la Oficina Estatal (la rama externa de Hamás, con sede en Damasco, Siria), y partidario de una línea más dura que Haniya.
Entre las víctimas mortales de la actual ofensiva israelí se encuentra otro de los principales líderes de la organización: Nizar Rayyan. Rayyan era el dirigente más importante de Hamás en el norte de Gaza y el encargado de coordinar las ramas política y militar de Hamás. Es, hasta ahora, la víctima de mayor rango de la ofensiva.
12. La victoria electoral
Hamás se mantuvo apartada de la vida política de la Autoridad Nacional Palestina desde la creación de ésta, en 1994, hasta que decidió presentarse a las elecciones, en 2006. El 25 de enero de ese año, la organización islámica ganó los comicios en Gaza de forma arrolladora, venciendo claramente a Al Fatah, el partido fundado por Yasir Arafat y que había encabezado las aspiraciones palestinas durante medio siglo.
13. La batalla de Gaza
El conflicto entre Al Fatah y Hamás, larvado desde siempre, estalló finalmente cuando ésta última ganó las elecciones. Israel y EE UU apoyaron y armaron a Al Fatah para una eventual «guerra civil».
La tensión creció cuando, en enero de 2006, las milicias de Hamás intentaron sustituir a la Policía palestina en el control de la seguridad en Gaza. La lucha principal se produjo entre el 7 y el 15 de junio de 2007: Hamás forzó la salida de Al Fatah de la Franja, después de un conflicto que dejó al menos 118 muertos y unos 550 heridos.
14. El ejercicio del poder y el bloqueo
El Gobierno de Hamás, boicoteado financiera y diplomáticamente por la mayor parte de la comunidad internacional, controla un territorio de apenas 360 kilómetros cuadrados donde se hacinan casi un millón y medio de personas (la densidad de población es de más de 4.000 habitantes por Km cuadrado).
Sometida a un férreo bloqueo por parte del Gobierno israelí desde junio de 2007, la situación económica en Gaza es desesperada: el 90% de la actividad industrial está suspendida, la tasa de paro supera el 40% y sus habitantes, a la inmensa de mayoría de los cuales no se les permite cruzar la frontera, dependen en un 80% de la ayuda humanitaria extranjera. Apenas hay suministro de electricidad y gas.
Muchos ciudadanos malviven con lo que consiguen del contrabando o tras cruzar clandestinamente la frontera de Egipto a través de cientos de túneles (en enero de 2008 milicianos de Hamás volaron parte del muro fronterizo, lo que permitió durante 11 días la entrada masiva de palestinos a Egipto para comprar productos).
En estas condiciones, Hamás ha conseguido ciertos logros desde que está en el poder, empezando por una mayor seguridad en las calles y siguiendo por un nivel mucho menor de corrupción en los órganos oficiales.
En el plano exterior, Hamás ha seguido apoyando (tácita o expresamente) los ataques contra Israel (misiles lanzados desde la Franja a las ciudades cercanas) llevados a cabo por militantes palestinos.
15. En la lista negra
Hamás ha sido declarada organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea (España, incluida), Japón, Australia, Canadá y, por supuesto, Israel.
En 2002 la ONG Human Rights Watch la acusó de cometer crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Muchos de los atentados de las Brigadas de Azedín Al-Kasam han tenido como blanco objetivos civiles.
16. Los atentados
La mayor oleada de atentados terroristas cometidos por Hamás, muchos de ellos suicidas, se produjo entre 1994 y 2004. Entre el principio del proceso de paz en Oslo (1993) y 2003 Hamás envió 113 suicidas a perpetrar atentados con bomba en Israel.
Muchos de estos atentados, cometidos en suelo israelí, tuvieron lugar en calles, restaurantes y cafés, autobuses públicos, centros comerciales… En 2001 murieron en Israel, víctimas de atentados de Hamás, medio centenar de personas; en 2002, 81; en 2003, 76; en 2004, 23… A ellos hay que sumar los centenares de heridos y las víctimas de atentados de otras organizaciones, como Yihad Islámica o las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.
Hamás dejó de cometer atentados tras su llegada al poder en Gaza, pero no ha impedido hacerlo a otras milicias.
17. Los atentados selectivos
Aparte de al mencionado Nizar Rayyan, Israel ha matado (sin juicio previo) a numerosos líderes de Hamás en los llamados «asesinatos selectivos».
Entre los más importantes, Ahmad Yasín, fundador y líder espiritual de la organización (asesinado el 22 de marzo de 2004); Abdel Aziz ar-Rantisi, portavoz del movimiento y su jefe político y civil (el 17 de abril, 2004); Adnan Rrul y Imad Abás (21 de octubre de 2004); Salaj Chejade (22 de Julio, 2002) e Izzedín Subji (26 de Septiembre, 2004).
18. El dinero
A lo largo de su historia, Hamás ha recibido apoyo económico de muchas partes, incluyendo a jeques petroleros del Golfo y, según las acusaciones de EE UU e Israel, a gobiernos como el de Irán (pese a pertenecer a la rama chií del islam, rival de la suní imperante en Hamás), Arabia Saudí o Siria. También otros gobiernos, como el de Venezuela o el de Cuba, han sido acusados de prestarle apoyo.
Por otra parte, Hamás está estructurada en torno a la dawa el principio musulmán de asistencia a los necesitados y a los conceptos de zaqqat (caridad) y sadaqat (donaciones), a través de los cuales recibe fondos de muchas organizaciones de beneficencia situadas fuera de los territorios palestinos.
Israel ha declarado como «organizaciones clandestinas» a 20 comités de beneficencia de Hamás dentro de Cisjordania y Gaza y a 8 entidades de caridad de fuera de los territorios, debido a su relación con Hamás.
El pasado mes de noviembre, cinco dirigentes de una institución de caridad musulmana de Estados Unidos fueron declarados culpables de apoyar el terrorismo, de lavado de dinero y de fraude tributario.
Hamás mantiene en secreto sus principales canales de financiación.
19. La fuerza humana
Desde que se desplegara por primera vez en las calles de Gaza, en mayo de 2006, las fuerzas de seguridad de Hamás han aumentado de 3.000 a 13.000 miembros, divididos en varias unidades. De ellos, al menos 180 han muerto hasta ahora por los ataques aéreos de la actual ofensiva israelí.
El núcleo principal de esta fuerza está compuesto mayoritariamente por integrantes del ala armada de Hamás, aunque incluye también miembros de facciones militantes aliadas, como el Comité de Resistencia Popular.
Se calcula que las Brigadas de Azedín Al-Kasam tienen unos 25.000 combatientes, equipados con rifles de asalto y granadas. Algunos poseen también armas antitanque que introducen de contrabando.
20. Las armas
Hamás cuenta con unos 40.000 cohetes de corto alcance y con decenas de misiles de largo alcance. Estos últimos pueden impactar en centros poblados israelíes situados hasta a 40 kilómetros de Gaza. Algunos de sus cohetes son capaces de llegar a tan sólo 20 kilómetros de Tel Aviv.
21. El alto el fuego
A fines de 2006 y principios de 2007 Hamás declaró una primera tregua y puso fin oficialmente a su campaña de atentados terroristas contra Israel.
En junio del pasado año 2008, y gracias a la mediación de Egipto, Hamás acordó una tregua de seis meses con Israel, destinada a aliviar el bloqueo y a permitir la liberación de un soldado israelí retenido por el grupo islámico.
22. El fin de la ‘calma’
El pasado 14 de diciembre el líder de Hamás afirmó que el grupo islámico no iba a renovar la tregua de seis meses, una vez que ésta hubiese vencido.
«Anunciamos que la calma entre nosotros y el enemigo sionista ha terminado por completo y no será renovada como resultado de la negativa de la ocupación a cumplir sus condiciones y obligaciones fundamentales», dijeron en un comunicado las Brigadas de Azedín Al-Kasam.
Días después, y tras el lanzamiento de varios cohetes sobre territorio israelí, comenzó la ofensiva contra Gaza.
23. Reforzada, pero aislada
La tregua permitió a Hamás reforzarse militarmente, sobre todo gracias al contrabando desde Egipto. La organización aprovechó asimismo para eliminar los restos de oposición interna.
Como contrapartida, Hamás se encuentra ahora más aislada que nunca, sin el apoyo de la Autoridad Nacional Palestina ni del propio Egipto, y asfixiada por el bloqueo israelí y de la comunidad internacional.
24. El efecto de la ofensiva israelí
En espera de la temida invasión terrestre por parte de Israel, y de sus consecuencias para el futuro de la organización y de la propia Franja de Gaza, los ataques de estos días han debilitado seriamente a Hamás, al menos en lo que se refiere a sus líderes y combatientes (muchos de ellos han muerto en los bombardeos), y a su infraestructura (han sido destruidos ministerios, oficinas, instalaciones de seguridad, militares y culturales…).
Por otro lado, Hamás ha ganado estos días el apoyo de muchos palestinos de Cisjordania y de musulmanes de todo el mundo. Miles de personas tomaron este viernes las calles de los territorios en respuesta al llamamiento al «Día de la Ira» realizado por Hamás tras el asesinato de Nizar Rayyan.
25. Un apoyo entre la miseria
Una de las claves de la popularidad de Hamás entre la población palestina es la eficacia de su red de apoyo social, la única con la que, aparte de la ayuda humanitaria internacional, cuentan los habitantes de Gaza.
La organización mantiene económicamente a los familiares de sus activistas y militantes encarcelados, y a los de los muertos en ataques israelíes o en ataques contra Israel.
Hamás tiene asimismo una gran red de escuelas coránicas y de centros de atención sanitaria, y en las épocas de mayor escasez organiza repartos de comida.
Publicado originalmente en 20minutos
La organización islámica palestina es el principal objetivo de la ofensiva israelí contra Gaza, que ha dejado ya más de 400 muertos. Considerada un grupo terrorista por la mayoría de la comunidad internacional, Hamás gobierna la Franja desde hace tres años. 25 claves para entender a un movimiento que se ha convertido en el principal actor en el conflicto de Oriente Próximo.