Andrew Lawler, en Archaeology (noviembre de 2009):
Una enorme ciudadela construida en lo alto de una colina de más de 45 metros de altura domina el barrio antiguo de Alepo. Las fortalezas han proliferado en esta ciudad del norte de Siria desde la época romana, pero en el corazón de la ciudadela, entre las ruinas de palacios otomanos y escondido detrás de altos muros del tiempo de los cruzados, un equipo de arqueólogos alemanes y sirios están despejando los escombros de un gran foso que muestra la importancia de esta cumbre mucho antes de que llegaran los romanos. Aquí, entre nubes de polvo, una maltratada esfinge de basalto y un león –ambos erguidos y con una altura de más de dos metros– guardan la entrada de uno de los grandes centros religiosos de la antigüedad, el santuario de Adda, el dios de las tormentas.
Kay Kholmeyer, arqueólogo de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín y codirector de las excavaciones, ha pasado más de diez años separando las capas de escombros que ocultan la rica historia de este templo. Y ha descubierto que fue construido originalmente por gentes de la primera Edad de Bronce y reconstruido luego por toda una sucesión de culturas, incluyendo a los hititas, los constructores indoeuropeos de imperios cuyo dominio se extendió desde Anatolia hasta el norte de Siria en el siglo XIV aC.
A lo largo de los milenios, mientras culturas sirias, anatolias y mesopotámicas se mezclaban y difuminaban en este antiguo cruce de caminos, Adda fue conocido como Addu, Teshup, Tarhunta y Hadad. Los estilos artísticos y las lenguas surgían y desaparecían, pero el dios de las tormentas permaneció. […]
Leer el artículo completo (en inglés)
Más información: Temple of the Storm God in the Citadel of Aleppo (World Monuments Fund)
Archivado en: Cultura y Sociedad, En la prensa
Más sobre: Alepo, arqueología, hititas, Siria