El Estambul hipnótico de Devrim Erbil

4/12/2012 | Miguel Máiquez
Estambul, por Devrim Erbil

Más de 68.000 visitantes, 100 galerías, 600 artistas, unas 3.000 obras, la oportunidad de ver originales de Warhol, Botero, Picasso, Gursky, Banksy, Hirst, Lichtenstein o Haring… La feria Contemporary Istanbul cerró hace unos días en la ciudad turca su séptima edición y, según cuentan las crónicas de los medios locales y las webs especializadas, lo hizo con un gran éxito de público y crítica. Aunque no llegó a alcanzar las expectativas puestas en el apartado comercial (se vendió en torno al 50%), la muestra ha logrado convertirse en pocos años en todo un ejemplo del buen momento que atraviesa el mercado del arte en Turquía.

Como señala Miguel Llorenci desde Estambul, el impulso que supuso la designación de esta ciudad como Capital Europea de la Cultura en 2010 ha contribuido a la creación de nuevas infraestructuras culturales y artísticas, y desde entonces han surgido numerosas galerías y espacios impulsados por artistas, así como museos e instituciones (públicas y privadas), ferias de arte y casas de subastas. Más de la mitad de las galerías participantes en Contemporary Istanbul eran locales. Y, además de esta feria, la Bienal de Estambul, que el año que viene celebrará su edición número 13, es ya una de las más importantes del mundo.

Valga todo ello como excusa para presentar, a quien no lo conozca aún, a uno de los artistas turcos contemporáneos más interesantes y originales: Devrim Erbil.

Erbil, cuya obra ha estado presente en esta última edición de Contemporary Istanbul, es un auténtico icono en el mundo del arte en su país, y su trabajo (pinturas, alfombras, grabados…) lleva atrayendo también la atención internacional desde mediados de los años sesenta. Tras una larga trayectoria profesional, numerosos premios y mucha dedicación al desarrollo y la promoción del arte en Turquía, actualmente da clases en la Universidad Mimar Sinan.

Nacido en Uşak in 1937 y educado artísticamente en Occidente (Madrid, Barcelona, París, Londres), pero alimentado por la tradición oriental, Erbil es un buen ejemplo de ese carácter mixto y de cruce de caminos que define a una buena parte de la sociedad turca, por más que a menudo pretendan negarlo los amantes del reduccionismo y de las etiquetas, tanto a un lado del Bósforo como al otro. No en vano sus obras más populares son las dedicadas a la ciudad puente por antonomasia: Estambul, una urbe fascinante, inabarcable y llena de vida que, en la mirada de este artista, se transforma en un intenso sueño de color. La vieja Constantinopla de Erbil es como un hormiguero de mil trazos contenido por el mar, la mejor viñeta de un buen cómic, un boceto laberíntico cuyos infinitos detalles (tantos como vidas) parecen estar pidiendo a gritos una lupa y un estado de ánimo diferente para cada tonalidad.


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» Entrevista a Devrim Erbil (2003)