Drones: 4.000 muertos ‘justificados’

8/2/2013 | Miguel Máiquez
El MQ-9 Reaper, uno de los modelos de 'drones' que utiliza Estados Unidos. Foto: US Air Force
El MQ-9 Reaper, uno de los modelos de drones que usa EE UU. Foto: US Air Force

Los ataques con drones (aviones teledirigidos, no tripulados) ordenados por el Gobierno estadounidense de Barack Obama han causado alrededor de 4.000 muertes desde el año 2003. Es la cifra, aproximada, que manejan la mayoría de los estudios (los de New America Foundation y The Bureau of Investigative Journalism, entre ellos), con una horquilla de entre 3.300 y 4.600 muertos. El número exacto no es posible saberlo, ya que ni el Ejército ni el Gobierno facilitan información. El secretismo es una parte esencial en el uso de estos aviones en operaciones antiterroristas.

El principal arquitecto de esta guerra semiclandestina es John Brennan, el nuevo director de la CIA, designado por Obama. Brennan no solo justifica el uso de los drones, sino que los considera imprescindibles «para abatir a sospechosos de terrorismo, para salvar vidas y como última opción». La utilización de aviones no tripulados para matar personas se sistematizó con la llegada de Obama al poder. En ningún caso ha habido juicios. Se calcula que el 20% de los muertos, unos 800, son civiles.

Tras los atentados del 11-S el Congreso de EE UU aprobó una ley que permite al Gobierno usar su fuerza militar, incluyendo los aviones no tripulados, para combatir a Al Qaeda, pero eso no ha impedido que acabe estallando la polémica, principalmente porque varias de las víctimas han sido ciudadanos estadounidenses.

Un documento filtrado recientemente del Departamento de Justicia indica que es legal atacar a ciudadanos estadounidenses en el extranjero cuando representen una «amenaza inminente» por estar vinculados a Al Qaeda. El documento justifica el ataque con un dron que mató en 2011 a Anwar al Awlaki, un estadounidense considerado líder de Al Qaeda en la Península Arábiga, y a su hijo de 16 años. Se sabe que Al Awlaki predicaba el credo de la organización terrorista, pero nunca se presentaron evidencias de que hubiese planeado un atentado contra EE UU.

La Quinta Enmienda de la Constitución de EE UU garantiza que nadie puede ser privado de su vida sin un legítimo proceso judicial. Al Awlaki, como ciudadano estadounidense, tenía, por tanto, derecho a una detención, a un proceso y a un juicio justo con una condena apelable.

Sin embargo, documentos entregados al Congreso defienden los argumentos expuestos en el texto filtrado: Para que el presidente ordene un ataque contra un estadounidense no es necesario un proceso judicial. Basta con que un oficial de alto nivel considere que ese ciudadano está involucrado en un «plan de ataque» contra EE UU, que el Gobierno concluya que su captura «no es factible» y que la operación se realice en el marco de las «leyes de la guerra». El asesinato de Bin Laden, que ni siquiera era estadounidense, es un buen ejemplo.

«Llevamos a cabo esos ataques porque son necesarios para mitigar las amenazas reales en curso, detener complots, prevenir futuros ataques y salvar vidas estadounidenses», ha dicho el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney. Carney justificó asimismo los ataques a ciudadanos estadounidenses sospechosos de terrorismo, al calificarlos de «legales, éticos y sensatos».

Varios exmilitares y funcionarios de inteligencia, incluyendo el general Stanley A. McChrystal y el exdirector de la CIA Michael V. Hayden, han mostrado su preocupación por el hecho de que las operaciones en Pakistán y Yemen se están dirigiendo cada vez más hacia militantes de bajo nivel que no representan una amenaza directa para EE UU. «Incluso con Al Qaeda hay grados. Algunos de estos militantes que pierden la vida acaban de ser reclutados y no saben lo que significa el terrorismo», aseguró al New York Times Naji al Zaydi, exgobernador de la provincia yemení de Marib. También se ha puesto en duda la efectividad de los drones por el fuerte rechazo que generan entre la población local. Según indicó McChrystal a Reuters, estos ataques han contribuido a «una percepción de arrogancia estadounidense».

El periodista Jordi Pérez Colomé escribe:

La estrategia general de Obama contra el terrorismo difiere poco de la del presidente anterior, George W. Bush. Tras el 11 de septiembre, la administración Bush llevó a 136 detenidos a terceros países para que fueran torturados. Pasaron por Guantánamo 775 presos; en septiembre de 2012 quedaban 167.

Apenas llegó a la presidencia, Obama firmó una orden ejecutiva donde condenaba el uso de la tortura, prohibía el uso de «técnicas de interrogación reforzada» y ordenaba el cierre de las cárceles secretas, pero no ponía punto y final a la práctica de llevar a posibles presos de un país a otro. Si ha ocurrido, no se sabe cuánto o cómo.

Obama optó en cambio por perfeccionar otro método que también había iniciado Bush: el uso de drones para asesinar a cabecillas de Al Qaeda. Bush ordenó 50 ataques selectivos en sus ocho años, más que ningún otro presidente en la historia.

Obama lleva ya más de 350 (estas cifras no incluyen los ataques en zonas de guerra, como Afganistán, dirigidos por el ejército). De todos estos ataques, el 95 por ciento ha sido ejecutado por drones; el resto con comandos o con cazas tripulados o misiles.

Los siguientes datos sobre el uso de drones han sido recopilados por la agencia Efe, a partir de diversos estudios:

• Pakistán ha concentrado la mayor parte de los ataques con aviones no tripulados, 363 desde 2004, según la organización periodística sin ánimo de lucro The Bureau of Investigative Journalism. Estos ataques han causado entre 2.600 y 3.500 muertos en el país asiático, según el centro londinense.

• Yemen es el segundo país que más ataques con drones ha recibido, alrededor de una cincuentena, según The Bureau of Investigative Journalism. El centro indica que estos ataques, junto con otra decena de ofensivas no perpetradas con drones, son responsables de entre 640 y 930 muertos.

• Somalia es el tercer país en el que se han registrado más ataques con aviones no tripulados, entre 3 y 9, señala el centro londinense. Junto con otra decena de ataques, estos son responsables de aproximadamente un centenar de muertes, casi la mitad civiles.

• De acuerdo con un estudio conjunto de las universidades de Stanford y New York University, los drones se usaron por vez primera contra objetivos terroristas en Pakistán en 2004, en el noroeste del país, una zona donde predomina la población de etnia pastún y donde se cobijaron muchos miembros de Al Qaeda tras la invasión de Afganistán.

• Aun así, los estudios de las universidades destacan que ya se habían producido algunos ataques aislados con anterioridad en otros países como Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Los estudios indican que bajo la administración de Obama, su uso se ha incrementado notablemente.

• Según el centro de estudios New America Foundation, el año en el que se registraron más ataques en Pakistán fue 2010, con un total de 122. Le siguieron 2011 y 2012.

• Los ataques con aviones no tripulados más recientes de los que se tiene constancia se perpetraron en Pakistán el pasado 6 de febrero (con al menos tres muertos) y en Yemen el 23 de enero (causando unos ocho muertos, se cree que entre ellos dos niños), según The Bureau of Investigative Journalism.

• Se calcula que el ejército estadounidense dispone en la actualidad de una flota de entre 6.000 y 8.000 drones, de acuerdo con cifras de varios informes no oficiales y medios de comunicación. Las universidades de Stanford y New York University cifran la flota en 7.000.

• Hasta la fecha, solo se tiene constancia de que EE UU, el Reino Unido e Israel hayan usado drones en combate, aunque unos 70 países disponen de algún modelo de avión no tripulado –no tienen por qué ser necesariamente militares–, entre ellos, China, según el periodista y analista de Seguridad Nacional Peter Bergen.

• Los drones son dirigidos mediante control remoto e incluyen sensores visuales que permiten la focalización en objetivos muy concretos. Además, pueden portar varios tipos de armas.

• Existen muchos tipos de aviones no tripulados y no todos ellos tienen capacidad de ataque ni son usados con fines militares. Modelos comunes son el MQ-1B Predator, que puede volar a una altitud media durante largos períodos de tiempo, muy usado en misiones de reconocimiento, aunque también dispone de capacidad ofensiva, o el MQ-9 Reaper, usado fundamentalmente para «localizar y matar» objetivos concretos.


Más información y fuentes:
» Cifras y datos sobre el uso de «drones» por parte del Ejército de EE UU (Efe)

» Living Under Drones: Death, Injury and Trauma to Civilians from US Drone Practices in Pakistan
» Covert Drone War (The Bureau of Investigative Journalism)
» The Year of the Drone (International Security Program)
» Justice Department memo reveals legal case for drone strikes on Americans (NBC)
» Bush torturaba a presuntos terroristas, Obama los mata (Obamaworld)
» Retired general cautions against overuse of “hated” drones (Reuters)
» Drone Strikes’ Risks to Get Rare Moment in the Public Eye (The New York Times)
» The debate over drones (The Economist)
» Why we must name all drone attack victims (The Bureau of Investigative Journalism)
» Brennan, de arquitecto del programa de los ‘drones’ a director de la CIA (Deia)
» Los drones, el arma de EE UU contra el terrorismo, cada vez más en entredicho (Efe, 20minutos.es)
» Dónde atacan los drones (Miren Mariño, en 20minutos.es)
» El secreto de los drones (El Espectador)
» La ONU no quiere decir «drones», pero sí usarlos (IPS)
» La historia de los aviones no tripulados (Hernán Zin, en 20minutos.es)