Egipto: cuando el periodismo es un crimen

23/6/2014 | Miguel Máiquez
Los tres periodistas de Al Jazeera condenados en Egipto. De izquierda a derecha, Peter Greste, Mohamed Fahmy y Baher Mohammed. Foto: Heba Elkholy / El Shorouk

«La única razón por la que estos tres hombres están en prisión es que a las autoridades egipcias no les gusta lo que dicen. Son presos de conciencia y deben ser puestos en libertad de forma inmediata y sin condiciones. En el Egipto actual cualquiera que se atreve a desafiar el discurso oficial del Estado se convierte en un objetivo legítimo». El comunicado hecho público por Amnistía Internacional tras las condenas en Egipto a tres periodistas del canal en inglés de Al Jazeera resume bastante bien lo ocurrido. Todo el proceso ha sido, en palabras de esta organización, «un auténtico fraude».

Un tribunal egipcio sentenció este lunes a entre siete y diez años de cárcel a tres periodistas del canal catarí por «difundir noticias falsas sobre Egipto» y «colaborar con los Hermanos Musulmanes». El corresponsal australiano Peter Greste y el egipcio con pasaporte canadiense Mohamed Fahmy recibieron una pena de siete años de prisión. El egipcio Baher Mohamed fue condenado en total a diez años, siete por los mismos cargos que sus compañeros y otros tres porque llevaba encima una bala (recogida como souvenir durante una manifestación) en el momento de su detención. La corte condenó asimismo a diez años de cárcel a otras doce personas (varios periodistas de Al Jazeera también entre ellas), que han sido juzgadas en ausencia.

Este fin de semana, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, quien ha calificado el veredicto de «draconiano», discutió el caso en El Cairo con el presidente egipcio, Abdul Fatah al Sisi. Kerry también confirmó, de todos modos, que la ayuda militar estadounidense seguirá fluyendo, ahora que Al Sisi ya no es un militar golpista, sino un respetable presidente electo, y por mucho que haya que torcer la cara ante sentencias como ésta, o como las que han condenado recientemente a muerte a centenares de seguidores de los Hermanos Musulmanes, su líder incluido.

Desde que, siguiendo en parte los intereses del Gobierno de Catar, Al Jazeera apoyó al gobierno islamista del derrocado Mohamed Mursi, el nuevo régimen egipcio no le ha dado tregua. La cadena, cuyas oficinas en El Cairo fueron cerradas por las autoridades, ha sido acusada de respaldar a los Hermanos Musulmanes –declarados grupo terrorista– y de difundir informaciones que «tergiversan la realidad de Egipto».

Como señala a El País Ahmed Hammad, profesor de Comunicación en la Universidad Al Azhar de El Cairo, «es cierto que Al Jazeera tiene un sesgo favorable a la Hermandad. Pero en Egipto no hay medios imparciales. Actualmente, tanto los públicos como los privados apoyan firmemente al gobierno, y no hay espacio para voces disidentes».

Las condenas a los periodistas de Al Jazeera y, en general, todo el proceso judicial, han levantado duras críticas de organizaciones de derechos humanos y de colectivos de periodistas, que han convocado numerosas protestas para apoyar a los acusados y pedir su puesta en libertad. Gobiernos como los de Australia, el Reino Unido o Estados Unidos han exigido asimismo que se revisen las sentencias, apelando en algunos casos al presidente Al Sisi.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, también se sumó a las peticiones de que los periodistas sean puestos en libertad, y declaró sentirse «consternada y alarmada»: «Estoy especialmente preocupada por el papel del sistema judicial en esta represión», indicó.

«Esto es lo que pasa cuando se silencia a los periodistas». Página en blanco pagada por Al Jazeera en The New York Times

Los periodistas sentenciados, que fueron detenidos el pasado mes de diciembre, aseguran que tan solo estaban haciendo su trabajo, y que son víctimas de la lucha política existente en Egipto. Durante los cinco meses que ha durado el juicio, los fiscales no han presentado ni una sola prueba sólida en su contra, a menos que cuenten como tales fragmentos de vídeos de otras cadenas de televisión que el propio juez consideró irrelevantes, un reportaje para la BBC sobre Somalia elaborado por Greste en 2011, un informativo realizado cuando ninguno de los condenados se encontraba en Egipto o incluso un vídeo musical de una cantante australiana.

«El periodismo no es un crimen. Si lo fuese, estaríais todos tras la rejas, así de simple. Nuestro hijo Peter es un periodista galardonado, no un criminal», dijo este lunes a los reporteros en Australia el padre de Peter Greste.

Uno de los responsables de Al Jazeera en inglés, Al Anstey, calificó las sentencias de «ilógicas, sin sentido y completamente injustas»: «Hoy han sido condenados tres colegas y amigos, que van a continuar encerrados en prisión por hacer un brillante trabajo y ser unos brillantes periodistas, ‘culpables’ de cubrir historias con un gran talento e integridad, ‘culpables’ de defender el derecho de la gente a saber qué está pasando en el mundo».


Más información y fuentes:
» Dark day for media freedom as Al Jazeera journalists convicted (Aministía Internacional)
» Outcry after Egypt sentences 3 reporters to prison (AP)
» Outrage as Egypt jails Al Jazeera staff (Al Jazeera)
» Condenan a entre 7 y 10 años de cárcel a periodistas de Al Yazira en Egipto (Efe)
» La ONU consternada por la condena en Egipto a tres periodistas de Al Yazira (Efe)
»Egypt trial: Journalists to protest over al-Jazeera trio (BBC)
» Condenados tres periodistas de Al Jazeera en Egipto (Guerra Eterna)
» More Egyptian Injustice (Editorial en The New York Times)
» No journalist’s report could damage Egypt as much as the Al-Jazeera verdict (Jess Hill, en The Guardian)
» Las cosas claras (Imane Rachidi , en M’Sur)
» La guerra entre Egipto y Al Yazira (El País)
» Beyond Al Jazeera: Egypt’s chilling verdict on media freedom (Aidan White, en OpenDemocracy)
» La justicia egipcia confirma la horca para 183 islamistas (Efe)