Por primera vez desde que, en 1974, comenzó la ocupación turca del tercio norte de la isla, el apasionado debate sobre la reunificación no ha sido el asunto central ante unas elecciones en Chipre. La campaña para los comicios presidenciales de este domingo ha tenido un nuevo e incómodo protagonista: las negociaciones para el rescate solicitado a la Unión Europea como consecuencia de la grave crisis financiera que sufre el país. Estas son las claves de los comicios:
Pequeño, pero matón. Están convocados a las urnas un total de 545.180 votantes, que tendrán que elegir entre 11 aspirantes a la presidencia. La República de Chipre (el Estado que constituye la parte greco parlante de la isla, única reconocida internacionalmente) tiene solo 1,1 millones de habitantes y su PIB representa el 0,14% de toda la Unión Europea, pero su rescate ha vuelto a abrir la caja de los truenos financiera en el Eurogrupo.
Adiós al único comunista. El presidente que salga de las urnas sustituirá a Demetris Christofias, quien fue elegido en 2008. Christofias, único mandatario comunista en la Unión Europea, decidió no volver a presentarse.
Los favoritos. Las encuestas dan como favorito al candidato conservador Nicos Anastasiades (66 años), líder del partido Disy, el principal grupo de la oposición. Según las últimos sondeos, Anastasiades obtendría un 15% de ventaja sobre el independiente Stavros Malas (45 años), a quien apoya el partido comunista Akel (actualmente en el Gobierno). El tercero en las encuestas es el socialdemócrata respaldado por el partido Edek Yorgos Lilikas (52 años), único de los tres principales candidatos que se opone al plan de rescate. Si el candidato ganador no alcanza más del 50% de los votos en la primera vuelta, habrá una segunda el 24 de febrero.
El candidato del Eurogrupo. Anastasiades, que cuenta con el apoyo de la mayoría de los líderes europeos y, en especial, de la canciller alemana, Angela Merkel, asegura estar dispuesto a impulsar importantes reformas para relanzar la economía y es favorable a implantar un plan de austeridad a cambio del plan de rescate internacional. No obstante, en una reciente entrevista con la agencia Efe, el líder conservador indicó que antes de asegurar el rescate de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), uno de sus primeros pasos sería asegurar otro préstamo para hacer frente a las necesidades inmediatas del país.
Negociación estancada. Chipre y la troika llevan desde el pasado mes de junio discutiendo las condiciones de un plan de rescate que ha sido fijado en unos 17.000 millones de euros, incluyendo 10.000 para rescatar a sus bancos, víctimas de la deuda griega. Las negociaciones estaban estancadas y finalmente se aplazaron hasta que se celebren las elecciones. Sería el cuarto rescate global de la Eurozona. Las autoridades chipriotas han adoptado estos últimos meses algunas medidas de austeridad (subir el IVA, por ejemplo), pero se niegan a realizar las privatizaciones que reclaman los socios de la UE.
La pesada losa de Grecia. El presidente saliente, Demetris Christofias, dijo hace unos días que Chipre «podría haber evitado la situación en la que se encuentra hoy» si no fuera por las necesidades de recapitalización de su banca. Christofias recordó que la quita de deuda llevada a cabo el pasado año en Grecia fue uno de los factores que provocó que los bancos chipriotas tuvieran que solicitar apoyo estatal, lo que a su vez hizo que el Estado tuviese que pedir ayuda internacional. Dicha quita ha costado a Chipre, muy expuesto a la deuda helena, unos 4.500 millones de euros (la cuarta parte de su producto interior bruto). El nuevo presidente tendrá que enfrentarse a un difícil problema: evitar que la ayuda europea de 17.000 millones de euros tenga el efecto de disparar la deuda pública hasta hacerla, como en Grecia, insostenible.
Los depósitos bancarios, en el aire. Uno de los temas más polémicos de la campaña electoral ha sido la posibilidad de que el Eurogrupo acabe aprobando una quita de los depósitos en los bancos de Chipre. Ello supondría imponer pérdidas sobre los titulares de depósitos no garantizados en los bancos del país. Según informó Efe, a pesar de que tanto el Gobierno de Chipre como la Comisión Europea han excluido esta posibilidad, y de que la agencia de calificación Moody’s ha advertido sobre los riesgos que podría conllevar para los demás depósitos europeos, los chipriotas siguen en la incertidumbre.
Lavado de dinero. Otro de los asuntos controvertidos en estos últimos meses han sido las actividades relacionadas con lavado de dinero que destapó un informe de los servicios alemanes de inteligencia filtrado por la revista Der Spiegel. Según estas informaciones, la isla ha sido escenario de numerosas operaciones ilegales con dinero procedente de Rusia. El Eurogrupo, al que Chipre se incorporó en 2008, ha exigido una auditoría independiente para esclarecer estas acusaciones, como una de las condiciones para el rescate pedido por Nicosia. Pero el Gobierno de Chipre se ha negado tajantemente, ha calificado de «chantaje» la exigencia y mantiene que el país ya ha pasado con éxito varias inspecciones por parte de organismos internacionales. Los dirigentes del norte de Europa no quieren que con el dinero de sus contribuyentes se garanticen los grandes depósitos de los millonarios rusos, que aprovechan las ventajas financieras de la isla.
Mirando a Moscú. Chipre ya aceptó un préstamo ruso de 5.000 millones de euros el año pasado, y la posibilidad de volver sus ojos definitivamente hacia el dinero de Rusia, en vez de hacia el capital europeo, ha sido hasta ahora una de sus cartas bajo la manga en las negociaciones con el Eurogrupo. Los líderes de la Eurozona confían en que un candidato como Anastasiades disipe esta amenaza.
El gas salvador. Más allá del rescate, Chipre tiene puestas sus esperanzas para salir de la crisis (la peor de su historia) en otro factor: sus reservas marinas de gas. Según aseguró el presidente de la compañía nacional de hidrocarburos, en 2019 el país estará en condiciones de cubrir el 10% de las necesidades energéticas europeas. Las prospecciones realizadas hasta ahora son, efectivamente, prometedoras, hasta el punto de haberse convertido en la principal alternativa de los candidatos que, como Yorgos Lilikas, rechazan el rescate europeo. Pero todavía quedan muchos obstáculos por salvar, tanto a nivel tecnológico como geopolítico, ya que persisten las disputas territoriales de las aguas del Mediterráneo, sobre todo con Turquía.
Turquía y el paro. Los otros dos grandes desafíos del nuevo gobierno serán tratar de resucitar las negociaciones con Turquía y encarar el problema del paro. Con respecto a Turquía, algunos analistas consideran que una victoria de Anastasiadis podría traducirse en un mayor apoyo de Grecia a la reanudación de las negociaciones entre Nicosia y Estambul, ya que el candidato conservador chipriota procede de la misma familia política que el primer ministro griego, Antonis Samaras. En cuanto al paro, el reto será hacer compatible la austeridad que imponga Bruselas con políticas capaces de generar puestos de trabajo, algo esencial en un país cuya tasa de desempleo se ha disparado en los últimos años, pasando de un 6,50% en 2010 a un 9,50% en 2011 y un 14,70% en 2012.
Más información y fuentes:
» Chipre cierra su campaña presidencial con la atención puesta en la economía (Efe)
» Elecciones en Chipre: crisis económica se impone a los antagonismos políticos (AFP)
» Chipre elige un nuevo presidente en plena polémica por el rescate europeo (El País)
» Cyprus prepares for presidential elections as bailout threat looms (The Guardian)
» El efecto dominó que llevó a la crisis financiera de Chipre (Andrés Mourenza, Efe)
» Chipre apuesta por sus reservas de gas para superar la crisis (Efe)
» German Intelligence Report: Aid to Cyprus Could Benefit Russian Oligarchs (Der Spiegel)
Archivado en: Actualidad
Más sobre: candidatos, Chipre, crisis financiera, Demetris Christofias, elecciones, Eurogrupo, Grecia, Nicos Anastasiades, rescate, Stavros Malas, Yorgos Lilikas