Marwan Bishara, uno de los principales comentaristas políticos de Al Jazeera, analiza en un artículo publicado hoy en la web de esta cadena de televisión, el momento en que se encuentran las revueltas árabes, y el papel que ha jugado y está jugando la comunidad internacional, desde EE UU y Europa a China o Rusia, pasando por los países africanos y las tres naciones no árabes de la región: Irán, Turquía e Israel. Un extracto:
La revolución árabe está en marcha, y no hay vuelta atrás.
Los cambios van a llegar, y lo van a hacer más pronto que tarde. Pero, mientras que los árabes se han dado cuenta de que se trata de un cambio necesario, y están haciéndolo posible y proclamándolo a bombo y platillo, sus gobiernos y muchos líderes mundiales no parecen haber captado el mensaje.
Los líderes de EE UU, Europa e Israel –como los de Turquía e Irán, y también los de Rusia y China, e incluso los de Brasil– todavía no han sido capaces de interiorizar las dramáticas transformaciones que están teniendo lugar en el mundo árabe, y de adaptar sus políticas en consecuencia. O están tratando de sacar ventaja, o están cubriendo sus apuestas, o son terriblemente indiferentes al espíritu y la magnitud del cambio que está en juego.
Es posible que algunas de las capitales más poderosas del mundo encuentren más fácil, e incluso más seguro, seguir tratando con los mismos autócratas árabes con los que han tratado durante las últimas décadas. Y sí, es más fácil manipular a los dictadores, sobornar a sus tecnócratas o, por ejemplo, venderles armas tan caras como inútiles.
¿Pero acaso los derechos y el progreso de los árabes deberían estar condicionados por el ‘interés nacional’ a largo plazo de los europeos, los africanos, o los chinos? Hagan lo que hagan, o dejen de hacer, afectará a sus intereses en la región durante mucho tiempo. […]
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