Asad saca los tanques, y mientras, en la televisión…

25/4/2011 | Miguel Máiquez
Manifestantes sirios grabando con sus teléfonos móviles

«El presidente Asad recibe una carta del presidente de los Emiratos Árabes Unidos en apoyo a Siria». «286 policías heridos por ataques de grupos armados desde el comienzo de los acontecimientos en Siria».«Las declaraciones del presidente Obama sobre la situación en Siria no se basan en un punto de vista objetivo sobre lo que está ocurriendo realmente». «Siria, ante uno de las peores ataques contra el país». «Las familias de los mártires [soldados muertos durante las manifestaciones en Nawa, cerca de Deraa] afirmaron que el pueblo sirio es consciente de la actual conspiración contra Siria y que se enfrentará a ella». «Los intelectuales sirios y libaneses sostienen que Siria está sometida a una conspiración». «Los sirios exigen una disculpa a Al Yazira por distorsinar los hechos»…

Son titulares y textos extraídos directamente de la página web oficial de la televisión pública siria este mismo lunes, un día en el que el régimen de Bashar al Asad ha decidido dejarse de ‘medias tintas’ y sacar directamente los tanques a la calle. La acción militar, centrada en Deraa, el corazón de las protestas, habría causado una veintena de muertos, según fuentes de la oposición. Estos fallecidos se suman a los más de cien muertos causados hasta el momento por las ‘medias tintas’ de la represión policial.

La televisión pública (y el resto de los medios sirios, controlados y censurados todos ellos por el gobierno), sin embargo, sigue centrando su programación en explicar las supuestas reformas anunciadas por Asad, contabilizar los soldados heridos o fallecidos (calificados de «mártires»), denunciar conspiraciones, ignorar las cifras de asistentes a las manifestaciones…

En un interesante artículo publicado este domingo en su blog, la experta en el mundo árabe Leila Nachawati explica lo que se encuentra uno tras pasar dos horas viendo la televisión pública siria:

– Imágenes de supuestos destrozos provocados por los manifestantes, a los que se refieren como «grupos armados», «bandas» y «ladrones», y de armas confiscadas. Las imágenes muestran palos, machetes, botellas, latas, pero también teléfonos móviles.

– Entrevistas a manifestantes mostrando su arrepentimiento por haber participado en las protestas.

– Opiniones de ciudadanos sirios a pie de calle que van desde la acusación a bandas salafistas hasta las críticas a los intereses occidentales en la región.

– Análisis y entrevistas relacionadas con las reformas propuestas por el presidente sirio en su discurso del 30 de marzo.

– Análisis de artículos y entradas en blogs como el publicado en Counterpunch, Syria and the Delusions of the Western Press, que acusa a los medios occidentales de ocultar y manipular información para perjudicar al régimen sirio. Este es el último párrafo del texto: «Parece que los enemigos del régimen de Bashar al Asad están listos para la violencia en las calles de Siria, y para la desinformación en las portadas de los periódicos del mundo».

La libertad de expresión está garantizada en Siria por la Constitución del país. Sin embargo, desde la llegada al poder del partido Baaz, en 1963, las Leyes de Emergencia han permitido al gobierno ejercer un control absoluto sobre los medios de comunicación. Eso incluye la supervisión previa de los contenidos de los periódicos, la radio, la televisión, los libros y la publicidad, así como el derecho de confiscar y destruir cualquier material que, según el gobierno, amenace la seguridad del Estado. El cuartel general de la censura es el Ministerio de Información.

Los trabajadores de los medios de comunicación son empleados del Estado, es decir, funcionarios, y para acceder a un puesto directivo es necesario pertenecer al partido. Las críticas al presidente o a su familia están prohibidas. Tampoco se puede criticar al partido Baaz ni al ejército, y la legitimidad del régimen no puede cuestionarse. Entre los temas que suelen censurarse se encuentran los informes sobre derechos humanos en el país, las acusaciones de tráfico de drogas que afecten a personal del Estado, la actividad de las tropas sirias en el Líbano o el conflicto con Israel.

Además, el gobierno bloquea desde hace años sitios y plataformas en Internet, como Youtube, Facebook, Blogger o Wikipedia, a los que los sirios se han acostumbrado a acceder a través de proxies (en febrero pasado se levantaron algunas restricciones, pero el régimen ha dado marcha atrás ahora alegando «congestión» en la Red).

Así, a mediados de marzo se ordenó a los dueños de cibercafés que tomasen nota de los nombres y del número de tarjeta de identidad de sus clientes, así como del número de veces que entran y salen. El Centro de Medios sirio, una institución independiente que mide la censura en el sector, aseguró que al menos 153 portales permanecían bloqueados.

Peor aún

En teoría, esta situación debería haber concluido con el levantamiento de las Leyes de Emergencia anunciado por Asad el pasado jueves. Pero, evidentemente, nada más lejos de la realidad. Más bien todo lo contrario: Con las revueltas pro democráticas extendidas ya por todo el país, la respuesta del régimen se basa en las tres patas clásicas del banco: Represión violenta, acusación a «elementos conspiradores extranjeros» y manipulación de los medios de comunicación.

El cerrojo, sin embargo, no es total. Hace aguas. A pesar de la censura y de los bloqueos, Internet y, especialmente, los satélites han logrado abrirle grietas.

La gente tiene acceso tanto a emisoras de radio occidentales como a canales de televisión por satélite (Al Yazira, sobre todo). Y las nuevas tecnologías también están ayudando: Las cámaras de los teléfonos móviles de los manifestantes están grabando estos días las protestas y la represión que se ven obligados a ignorar los medios locales, y que resultan inaccesibles para los medios extranjeros (los periodistas tienen prohibido entrar en la ciudad de Deraa, el epicentro de los disturbios).

Buena parte de las fotos y los vídeos que están publicando los medios en el resto del mundo proceden de los propios opositores al régimen. Y a ello hay que unir la labor de los disidentes exiliados, muchos de los cuales tratan de ofrecer el máximo de información a través de sus blogs y sus páginas webs.

Internet, sin embargo, puede resultar ser asimismo un un arma de doble filo. Como señala Nachawati, la contrarrevolución también sabe hacer uso de las redes sociales:

Junto a este tipo de páginas [en Facebook], abundan también otras como la de Jóvenes de Siria, y nada más, que da la bienvenida a los nuevos usuarios con una bonita estampa de la familia del presidente:

También en Twitter ha tenido presencia la narrativa oficial. Esta red, que permite una rápida difusión de mensajes cortos, ha sido una herramienta muy efectiva en la organización y comunicación de los ciudadanos de la región desde el comienzo de las movilizaciones. En Siria usuarios como AnonymousSyria comparten imágenes, vídeos y lemas de las protestas, como el que se ha convertido en el lema de los manifestantes sirios: «Dios, Siria, Libertad y Nada más», respuesta al cántico de quienes apoyan al presidente: «Dios, Siria, Bashar y nada más». Frente a estos mensajes han surgido dos tipos de usuarios pro-gubernamentales, como explica el bloguero sirio Anas Qtiesh en Global Voices:

– Los llamados «huevos de Twitter»: Cuentas nuevas, la mayoría con pocos seguidores y sin imagen de perfil (Twitter coloca un huevo por defecto a sus usuarios antes de que estos asocian una imagen a su perfil). Se dedican a responder a los usuarios favorables a las protestas, en muchos casos en forma de amenazas, insultos y acusaciones de terrorismo, y a emitir mensajes y eslóganes de apoyo al régimen. Se cree que estas cuentas, que a menudo publican en un inglés y árabe clásico bastante pobre, son gestionadas por agentes de la Inteligencia siria, los conocidos como «Mukhabarat». Cuentas como las que el usuario @AnonymousSyria ha agrupado en esta lista.

– Cuentas spam que incluyen la etiqueta #Syria y que están programadas para lanzar cada cierto tiempo mensajes aleatorios sobre Siria. Noticias sobre fútbol, fotos de lugares turísticos, enlaces a comunicaciones oficiales, y también amenazas a usuarios contrarios al Gobierno.

Estas últimas son cuentas-robot facilitadas por la empresa de Bahréin Eghna, que explicaba en su página web cómo han contribuido con su tecnología a aumentar el número de contenidos en la red sobre la belleza de Siria y sus paisajes:

(El usuario de Twitter) LovelySyria está utilizando el servidor EGHNA para promocionar fotografías sobre Siria. EGHNA ha ayudado a atraer la atención a la belleza de Siria y construir una comunidad de personas que aman el país y admiran su belleza.

En cualquier caso, tal vez no sea más que un vano intento de ponerle puertas al campo. Lo decía el disidente sirio Ahed al Hendi hace unos días en Periodismo Humano:

Sin Internet, no habríamos podido ver los vídeos e imágenes de los crímenes del régimen Asad. Internet accionó el primer movimiento cuando miembros de los grupos anti-Asad marcharon por Damasco el 15 de marzo. Cuando los medios conectaron con los vídeos de las protestas colgados en Internet más sirios lo vieron, y eso ayudó a romper el muro del miedo.


Más información:
» Movilizaciones en Siria y los mundos paralelos de la comunicación (Leila Nachawati, en Periodismo Humano)
» La e-revolución se instala en Siria (Mónica G. Prieto, en Periodismo Humano)
» Ataques a periodistas y a la libertad de expresión en Siria (Comité para la Protección de los Periodistas, CPJ)

Leer también: Acoso a los periodistas en Siria