Maspero: un año de la masacre, una historia de amor

9/10/2012 | Miguel Máiquez
Una chica musulmana abraza a una amiga cristiana cuyo hermano murió en la represión de Maspero, durante una manifestación el 10 de octubre de 2011, un día después de la matanza. Foto: Lilian Wagdy / Wikimedia Commons

Miles de egipcios se han manifestado este martes en El Cairo con motivo del primer aniversario de la muerte de 28 personas, la mayoría civiles, durante la represión policial de una manifestación de cristianos coptos. La marcha de hoy, en la que se exigió el castigo de los militares y miembros de fuerzas del orden responsables, desembocó frente a la sede de la radiotelevisión pública, en una zona conocida como Maspero. Fue allí donde se produjo la masacre, el 9 de octubre de 2011.

La matanza de Maspero, ocurrida en plena transición tras la revolución que derrocó a Mubarak, marcó un punto de inflexión en la opinión de muchos ciudadanos sobre el ejército. Un año después, sin embargo, solo han sido juzgados tres soldados rasos, que fueron condenados a pequeñas penas de cárcel por homicidio involuntario. Los principales responsables siguen libres.

La manifestación de este martes no solo fue reivindicativa. Tuvo, también, una enorme carga emotiva. Belén Delgado, de la agencia Efe, la describe así:

[…] como si fuera una especie de procesión, mujeres vestidas de blanco portaban las imágenes de los fallecidos en Maspero, sobre las cuales habían pintado auras doradas, siguiendo la iconografía cristiana de rito oriental. A diferencia de la marcha que hace un año protagonizaron los coptos, numerosos musulmanes quisieron compartir esta vez sus reivindicaciones en un ambiente de respeto mutuo que quedó plasmado con el silencio y los posteriores aplausos que seguían a las llamadas a la oración que llegaban de las mezquitas.

Pero aquel día aciago de 2011 no solo dejó muertos y dolor. Maspero fue también, en mitad del caos y la violencia, el escenario del principio de una historia de amor. Es la historia de Menna y Mohammed, una de las muchas parejas que, al calor de los sueños comunes, de las intensas experiencias compartidas y también, probablemente, de la adrenalina, surgieron durante las protestas de la revolución y de los meses siguientes, y de cuya existencia sabemos gracias a un estupendo reportaje publicado este martes por Stephanie Nolen en The Globe and Mail. Son historias alejadas de los grandes discursos, de los héroes y los mártires, del drama de tantos momentos históricos; historias normales, triviales, corrientes, como la misma gente que hizo posible la revolución.

Un extracto del reportaje, traducido:

Mientras las balas volaban por la plaza Tahrir en una noche del pasado mes de octubre, Menna Essam tenía el 99% de su mente ocupado en la apremiante tarea de mantenerse viva. Una pequeña parte de esa mente, no obstante, no pudo evitar fijarse en un joven alto y desgarbado, con pómulos prominentes y gafas de montura de acero, que, a su lado, parecía haberse fijado también en ella.

Un total de 24 personas murieron ese día, en lo que se conoce como la Masacre de Maspero. Las tropas cargaron y dispararon sobre los manifestantes frente a la sede de la radiotelevisión egipcia. Fue un antes y un después para el régimen militar que intentaba secuestrar la revolución democrática.

Y fue, también, el principio de una historia de amor. Menna y aquel joven desgarbado, Mohammed Magdie, ambos de 25 años, harán oficial su compromiso la próxima primavera, y piensan casarse, desafiando la oposición de las tías de la novia, para quienes no puede traer nada bueno el haberse enamorado de un hombre mientras tanta gente estaba muriendo alrededor. […]

Menna y Mohammed se conocían antes de Maspero, del modo en que muchos jóvenes egipcios de un cierto nivel económico y orientación política se conocen estos días: A través de Twitter. Nunca, sin embargo, habían hablado en persona hasta aquella noche en que ambos recuperaban el aliento en un callejón aledaño a la plaza. Luego, Mohammed acompañó a Menna en el metro hasta su casa en las afueras, desviándose varias horas de su propio camino. […]

Empezaron a hablar por teléfono y, después, a salir. Hasta que un día, en noviembre, durante una nueva manifestación de jóvenes contra los líderes militares, Menna, que llevaba alimentos para los que estaban en primera línea, dobló una esquina y vio a Mohammed, cojeando y llevado por dos amigos. Le habían pegado un tiro.

Mohammed se recuperó, pero la relación apenas logró sobrevivir. Menna le siguió hasta un hospital de campaña, y se quedó mortificada al comprobar que Mohammed la ignoraba (Mohammed, como supo después, había perdido sus gafas en medio del caos y simplemente no la vio). Decidió romper con él. Pero seis meses después, Mohammed volvió a llamarla y le pidió que se vieran. «Le dije que la quería», cuenta. Menna se hizo de rogar durante dos días. Desde entonces, han sido inseparables.

[…] «Estás luchando por algo en lo que crees, y sabes que él está implicado tanto como tú misma… Ahora tenemos muchas cosas en común. Y siento que él está siempre cubriéndome las espaldas», dice Menna. […]


» El reportaje íntegro en The Globe and Mail, aquí
» Un completo vídeo de la manifestación de este martes, aquí
» Comentarios, opiniones, enlaces, fotos y vídeos en Twitter de la manifestación de este martes, en la etiqueta #Maspero